31/10/16

Paca de España

Banner Paquita Salas

Creadores: Javier Calvo, Javier Ambrossi
Int.: Brays Efe, Belén Cuesta, Lidia San José, Álex de Lucas, Mariona Terés
Emisión: 2016 – ¿?, Flooxer
1 temporada

Yo no veo series españolas, y tengo tres razones de peso que respaldan mi postura: la primera, el trato injusto por parte de las cadenas de televisión a sus propias producciones, cambiándolas de día de emisión sin ton ni son para fastidiar a la cadena rival, cuando no las cancelan a la primera de cambios si las audiencias no cumplen sus altas expectativas. El segundo es la excesiva duración de los capítulos con tal de alargar el prime time, dilatando en exceso las tramas y acabando a las tantas de la noche dadas las interminables pausas publicitarias. Y el tercero es el ansia de las cadenas por abarcar todos los tipos de público posibles, de ahí la saturación de series de corte familiar con personajes con los que, teóricamente, todos podemos sentirnos identificados, y que acaban convirtiéndose en un cajón desastre de lugares comunes y humor blanco. Afortunadamente, en los últimos años parece que la cosa está cambiando gracias a series como El Ministerio del Tiempo (mi asignatura pendiente) o la ya cancelada De vis a vis, pero si hay una serie que ha conseguido engancharme dando la vuelta a mis prejuicios hacia la ficción televisiva nacional, esa es Paquita Salas.

Paquita Salas2

Paquita Salas se emite en Flooxer, plataforma de visionado streaming de Atresmedia, cada capítulo dura unos 25 minutos, no tiene pausas publicitarias y no se parece a nada de lo que se hace en la televisión de España. Si nos ponemos a buscar referentes internacionales, el primero que se me viene a la mente es The Comeback, la fantástica serie de la HBO protagonizada por Lisa Kudrow, pues su Valerie Cherish haría muy buenas migas con Paquita… o se acabarían tirando de los pelos. A esto esto, Paquita es una veterana representante de actores que se ha quedado anclada en los años 90 cuya agencia, PS Management (pronunciado tal cual), no esté pasando por su mejor momento, de ahí que Paquita y su ayudante, Magüi, intenten mantenerse a flote buscando a un intérprete con talento y versatilidad, o como Paquita lo llama, “actor/actriz 360”, una definición que ya ha quedado para la posteridad.

Paquita Salas3

Rodada al estilo falso documental de Parks and Recreation, Modern Family o la mencionada The Comeback, Paquita Salas sigue los pasos de un personaje que nos engancha desde el primer minuto de su primer capítulo, donde ya se le define a la perfección: como señora de pueblo un poco vendemotos, anticuada, cotorra, fantasiosa y glotona que es, Paquita está hecha de la misma pasta que la España castiza, y por eso nos resulta tan reconocible, mientras que su carisma viene tanto de la hilarante interpretación de Brays Efe como de su autoconsciencia paródica. No exagero si digo que su segundo capítulo, Actriz 360, es uno de los vehículos cómicos mejor engrasados de la ficción mundial de este año. La “caza” iniciada por Paquita y Magüi, a la que da vida Belén Cuesta confirmándose tras Kiki. El amor se hace como una de las actrices cómicas con mayor proyección de nuestro país, es aprovechado para lanzar dardos envenados a la industria cultural y televisiva española; se nota que sus creadores, Javier Ambrossi y Javier Calvo, saben mucho de su funcionamiento interno, además de contar con muy buenos referentes televisivos.

Paquita Salas

Pero aparte de la ristra de cualidades anteriormente mencionada, Paquita también tiene buen corazón, y por tanto, la serie tiene tantas risas con mala uva como momentos emotivos, y no siempre están bien compensados. De los cinco capítulos en los que consta la primera temporada, el segundo y el cuarto son los más equilibrados en este aspecto, mientras que, por el contrario, el último es una especie de epílogo demasiado almibarado que cierra la serie, al menos de momento, de forma complaciente. Ante todo, Paquita Salas es un soplo de aire fresco, una serie que desborda carisma gracias al ingenio de los guiones, a las amplias dotes cómicas de su reparto y a la complicidad de las caras conocidas que hacen cameos o se interpretan a sí mismos (¡muy grande Lidia San José!). No sabemos cuándo volverá Paquita, ni si el furor que ha despertado, especialmente en la red, le vaya a facilitar un espacio en la televisión tradicional, pero sí que podemos estar seguros de una cosa: nosotros somos contingentes, pero Paquita Salas es necesaria.

29/10/16

Legado emocional

Poster Verano en Brooklyn

Dir.: Ira Sachs
Int.: Theo Taplitz, Michael Barbieri, Greg Kinnear, Paulina García, Jennifer Ehle, Alfred Molina, Talia Balsman, Clare Foley
¿De qué va?: Jake es un joven de 13 años que acaba de perder a su abuelo, por eso, su familia se traslada a la casa que el anciano tenía en Brooklyn. Allí Jake entablará amistad con Tony, hijo de una inmigrante chilena que tiene una tienda en la planta de abajo del edificio. El problema vendrá cuando los padres de los chicos empiecen a discutir por el alquiler del local.

Reseña: La situación con la que arranca el último film de Ira Sachs remite a su título original, Little Men, y a todos nuestras infancias, a aquella vez en la que se murió un ser querido y no nos lo decían, creyendo que los niños encajan peor la pérdida que los adultos, cuando en realidad son esos hombrecitos y mujercitas los que suelen demuestran una mayor entereza que sus mayores. Verano en Brooklyn es, al igual que el anterior film de Sachs, El amor es extraño, una historia pequeña y cotidiana que no fuerza ni el drama ni la comedia y que, en líneas generales, parece no contar nada ante la ausencia de grandilocuencia y catarsis, porque todo su contenido y sus lecturas se trasmiten a través de matices, gestos y detalles aparentemente anodinos.

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La película se centra en la amistad honesta, sencilla y limpia que se crea entre dos niños a las puertas de la adolescencia, así como en su reacción al conflicto que se produce entre sus progenitores. Un conflicto tan sencillo como imposible de solucionar sin que una de las partes salga perjudicada: el aumento del precio de alquiler de un local que no puede asumir la actual arrendataria, pero sin el cual la familia propietaria no podría subsistir. Ninguna de las partes tiene la razón absoluta, ambos exponen sus argumentos, pero también se muestran mezquinos a la hora de intentar doblegar la postura del contrario. Aunque son los niños los que quieren revertir la situación haciendo un pacto de silencio, serán ellos los que acaben viéndose afectados, por algo que podría considerarse ley de vida: la transmisión de valores, miedos, prejuicios, tabúes, etcétera, que se transmiten de generación en generación. La metáfora perfecta es recreada en una discoteca que abre en horario infantil para que los chavales vayan a recrear las conductas sociales que asumirán, ya con alcohol mediante, en los años venideros.

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Reforzada por una duración muy ajustada y unas interpretaciones estupendas, entre las que destaca el joven Michael Barbieri (toda una revelación) y el aplomo de Paulina García, felizmente alejada del arquetipo del inmigrante latino en Estados Unidos, Verano en Brooklyn es el vehículo tremendamente natural y realista con el que Sachs expone su tesis de que hacerse mayor implica dejar atrás la pureza, la sencillez y el optimismo de la niñez para abrazar la torpeza emocional de los adultos. Consiste en darse cuenta que alcanzar los sueños y planes de futuro no será tan fácil como creíamos, que la vida no es justa y que todos no somos iguales ni tenemos las mismas oportunidades a nuestro alcance. Que seamos capaces o no de revertir esa situación para que no nos convirtamos en unos miserables lo dejamos para otra película.

7/10

26/10/16

Belleza efímera

Poster Sunset Song

Basada en uno de los grandes clásicos de la literatura escocesa, Sunset Song se sitúa en pleno siglo XX y sigue la evolución a lo largo de los años de Chris, la hija mayor de una familia de granjeros que aprende a ser autosuficiente y a vivir el amor sin permitir que éste le anule como persona. Su crecimiento se sucede al igual que los cambios de estación, de forma sutilmente gradual, sin brusquedad. Su historia es empoderamiento femenino en tiempos en los que tal cosa ni siquiera existía. El director, Terence Davies, que tiene ahora en cartelera Historia de una pasión, huye de los ornamentos típicos del melodrama de época clásico, impidiendo que el vestuario, la banda sonora o la ambientación desvíen la atención de lo que considera más importante: el crecimiento vital de Chris y su fuerte vínculo con la naturaleza que le rodea.

Sunset Song

“Sólo la tierra perdura. El mar, el aire y la gente son sólo un suspiro.” Esta frase sintetiza a la perfección la consigna del film: las personas van y vienen en la vida de Chris, mientras los tiempos convulsos, los felices y la guerra son finitos, se van de la misma forma que llegaron, sin previo aviso, elípticos, mientras que esta mujer está en cierta manera anclada a su tierra, a su granja, experimentando en su propia piel todo lo que sucede a su alrededor, pero permaneciendo inamovible. La interpretación de la desconocida Agyness Deyn aporta serenidad, entereza y emoción al personaje de Chris, quien sólo busca la felicidad al lado de su amado Ewan (Kevin Guthrie), si bien la guerra y la presión social y eclesiástica acabará interponiéndose entre los amantes. El radical cambio de carácter que experimenta Ewan a su vuelta del frente es el único elemento brusco y maniqueo de un relato que hasta entonces había destacado por la naturalidad con la que se concatenaban los acontecimientos.

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En Sunset Song están varias de las improntas del cine de Terence Davies: una hermosa fotografía cuya luz baña los escenarios como si de un cuadro barroco se tratase, los cánticos colectivos como aliento en los momentos difíciles, una mujer que se enfrenta al patriarcado casi sin pretenderlo, un romance condenado a la tragedia… y un ritmo pausado pero firme que espantará a los más impacientes. Es el melodrama de época que haría Terrence Malick si no se lo hubiera tragado ese pozo onanista y new-age en el que se encuentra.

7/10

25/10/16

Poeta a la fuga

Poster Neruda

Dir.: Pablo Larraín
Int.: Luis Gnecco, Gael García Bernal, Mercedes Morán, Pablo Derquei, Marcelo Alonso, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Jaime Vadell
¿De qué va?: En 1948, el senador Pablo Neruda acusa al gobierno chileno de traicionar a los comunistas en el congreso. En consecuencia, el presidente González Videla ordena su captura, obligando al poeta a pasar a la clandestinidad y planear su huida del país junto a su esposa. Desde sus escondites, Neruda aprovecha su vida de fugitivo para inspirarse y escribir el Canto General.

Reseña: Tras alcanzar el reconocimiento mundial y justo antes de desembarcar en Estados Unidos, Pablo Larraín se atreve con una de las figuras más importantes de la cultura y la política chilena: su tocayo, Neruda. Si ya de por sí abordar un personaje tan emblemático es ambicioso, la forma en la que lo ha hecho Larraín lo es aún más, pues, en vez de utilizar el molde de biopic clásico, toma un episodio concreto de su vida, el exilio, y trastoca la realidad para indagar no tanto en los acontecimientos históricos como en la esencia del espíritu y la obra del poeta y político.

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Con maneras de thriller policíaco, el género favorito de Neruda, la película se construye en torno al juego del ratón y el gato al que juegan el fugitivo y el detective al que le han asignado su captura, el cual, a través de la voz en off limpia y melosa de Gael García Bernal en una de sus mejores y más enigmáticas interpretaciones, da cuenta del desprecio  (¿y tal vez admiración?) que profesa hacia su objetivo y a todo lo que éste representa. El guion de Guillermo Calderón (también autor del anterior y notable film de Larraín, El club) saca todo el jugo de las diferentes situaciones que plantea la historia, siendo a través de ellas por las que logramos comprender el carácter de Neruda, su proceso de creación, por qué fue tan importante para el pueblo de Chile o la agitada situación política del país. Sin embargo, lejos de dignificar al poeta, encarnado con suma precisión por Luis Gnecco, contiene algunas secuencias en las que pone en evidencia tanto sus contradicciones y claroscuros como los del comunismo que él defendía, siempre con el humor irónico como compañía.

Neruda

Cuando la persecución llega a su tramo final, la fotografía de Sergio Amstrong realza la belleza natural de los paisajes naturales chilenos mientras la dualidad establecida entre perseguidor y perseguido cobra tintes metafísicos, cambiando el escenario policíaco por el western. Este tercer acto resulta más pretencioso, pero no tan interesante y sugestivo como la radiografía de la sociedad chilena anteriormente expuesta, aunque cierra con belleza y poesía la carta de amor que le ha escrito Pablo Larraín a su país, finiquitando el tipo de película que le habría gustado rodar al propio Neruda sobre su vida y obra: lírica, inconformista, fracturada, abstracta, cultivada, jocosa, apasionada y hermosa.

7/10

23/10/16

Próxima estación: la sobremesa

Poster La chica del tren

Dir.: Tate Taylor
Int.: Emily Blunt, Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans, Justin Theroux, Edgar Ramírez, Allison Janney, Lisa Kudrow, Laura Prepon
¿De qué va?: Rachel es una mujer devastada tras su divorcio que dedica cada viaje en tren matutino a fantasear con la idílica vida de una pareja que vive en una casa que se encuentra frente a las vías del ferrocarril. Pero una mañana, Rachel es testigo desde la ventanilla del tren de un suceso inusual que desembocará en un misterio en el que ella se verá envuelta.

Reseña: Los dos principales cambios que se han producido en la traslación al cine del best-seller de Paula Hawkings son el peso corporal de la protagonista, que sigue siendo alcohólica pero ya no está gorda, y que la acción pasa de ambientarse en Londres a Nueva York. El cambio de localización no tiene importancia más allá de lo meramente anecdótico, pero lo anterior demuestra que en Hollywood consideran que el sobrepeso no sienta bien de protagonista a menos que te llames Melissa MacCarthy y estés haciendo una comedia. Por lo demás, la adaptación es tan literal que satisfará a aquellos que consideran que una buena adaptación sólo es posible si no se cambia absolutamente nada, sin olvidar la recreación de sus momentos favoritos de la novela, pero aquellos que hayan quedado insatisfechos con la fuente literaria comprobarán que hasta sus flaquezas se han trasladado a la gran pantalla.

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La chica del tren, tanto la novela como la película, intenta emular a Perdida (Gone Girl) con su juego de apariencias engañosas y su deconstrucción de las relaciones de pareja, pero la aspiración le viene demasiado grande. Ninguna de las tres protagonistas femeninas resulta tan compleja y fascinante como la ya mítica Asombrosa Amy, y tanto su dependencia de los hombres como su tendencia a pelearse entre ellas se traducen en machismo rancio. La buena noticia es que, en la película, el conservadurismo latente no resulta tan obvio como en el libro, donde los pensamientos de las tres mujeres descritos en primera persona nos sacaban los colores en más de una ocasión. De hecho, el personaje de Anna (Rebecca Ferguson) resultaba bastante más odioso en el texto que en imágenes, aunque por la contra, la superficial descripción de los personajes provoca que algunos de sus actos nos resulten un tanto incomprensibles, especialmente para aquellos que no hayan leído el susodicho best-seller.

La chica del tren

La fotografía, la banda sonora y las localizaciones nos remiten también a Perdida. Sin embargo, Tate Taylor no es David Fincher, ni mucho menos, y esto se demuestra esencialmente en el momento en el que se resuelve el misterio: mientras que en aquel lo hacía en un asfixiante clímax con un prodigioso trabajo de edición, aquí dedican unos veinte minutos para que los distintos personajes lleguen a la misma conclusión, una supuesta revelación sorprendente que el espectador ya se ha imaginado media hora antes, mientras que todo lo que viene a continuación recalca el espíritu de “thriller de sobremesa” que sobrevuela durante todo el metraje. Lo que sí destaca para bien es el trabajo de su plantel de actrices, liderado por una convincente Emily Blunt que saca fuerza de un personaje demasiado lastimero, si bien quien da la campanada es Haley Bennett, que consigue que su interpretación sea memorable más allá de su evidente parecido físico con Jennifer Lawrence. En cuanto a los actores, Luke Evans, Justin Theroux y un Edgar Ramírez de nacionalidad confusa, están todos a por uvas.

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Muchos de los espectadores que busquen saciar su apetito por un thriller adulto, oscuro y sexy se sentirán un tanto decepcionados con La chica del tren, que promete un gran misterio que no hay y que tarda en resolverse el tiempo que la protagonista se dedica a intentar clarificar las lagunas de su memoria. No aburre, pero tampoco entusiasma, dada la escasa chicha de unos personajes obsesionados con el amor verdadero, la procreación, el matrimonio y cotillear lo que hace el vecino, en una sintonía al más puro estilo Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus. Será mejor que nos bajemos en la próxima parada.

5/10

22/10/16

O.C: La historia interminable (1984)

Poster La historia interminable

¿De qué va?: Bastian es un niño de 10 años que huye de la soledad y el acoso escolar que sufre refugiándose en la literatura. Un día, se topa con un enigmático libro titulado La historia interminable que relata la paulatina destrucción del Reino de Fantasía. A medida que avanza en la lectura, Bastian se percata de que quizás sea él mismo la clave para conseguir que la historia tenga un final feliz.

Reputación: Adaptación cinematográfica de la novela homónima de Michael Ende, la película fue una coproducción entre Estados Unidos y Alemania Occidental dirigida por Wolfgang Petersen. El film sólo abarca la primera mitad del libro, pero su autor quedó bastante descontento con el guion, por lo que mandó a retirar su nombre de los créditos iniciales, siendo tan sólo discretamente mencionado en los finales. También pidió cambiar el título del film o directamente cancelar su producción, y como los productores rechazaron ambas propuestas, presentó una demanda judicial que terminaría perdiendo. Curiosamente, en la versión alemana, que fue un enorme éxito de taquilla en el país, no suena ni su famosa canción ni los elementos techno-pop añadidos por Giorgio Moroder, tan sólo la partitura orquestal compuesta por Klaus Doldinger. El film contó con dos secuelas, La historia interminable 2. El siguiente capítulo (1990) y Las aventuras de Bastian. La historia interminable 3 (1994), pero ninguna gustó tanto como su predecesora. El Auryn original que porta Noah Hathaway (Atretyu) se encuentra actualmente en un tarro de cristal en el despacho de Steven Spielberg, gran fan de la película.

La historia interminable

Comentario: Han pasado 34 años desde el estreno de La historia interminable y puede que la película haya quedado un tanta desfasada para las nuevas generaciones que demandan batallas campales y espectacularidad CGI en las películas de fantasía, pero el film de Petersen siempre será uno de los grandes referentes del género por diversas razones: un genuino sentido de la aventura, personajes entrañables y mágicos (¿acaso alguien no ha soñado con volar sobre el lomo de Fujur?), su capacidad de asombro, sus agallas para incluir momentos realmente duros y traumáticos (todos sabemos a cuál me refiero), el inspirador y pegadizo tema principal de su banda sonora, y un hermoso tributo final al poder de la imaginación, a la literatura y los lectores, pues ellos son los únicos capaces de hacer que los libros cobren vida y cumplan con su cometido. Leer es un placer, y esta película también. Por cierto, el próximo 29 de noviembre saldrá a la venta una completa edición especial en blu-ray de auténtico lujo.

Próximo visionado: El cebo (1958)

20/10/16

El espía converso

Poster Snowden

Dir.: Oliver Stone
Int.: Joseph Gordon-Levitt, Shailene Woodley, Melissa Leo, Zachary Quinto, Tom Wilkinson, Rhys Ifans, Nicolas Cage, Scott Eastwood, Timothy Olyphant
¿De qué va?: Aprovechándose del acceso a información privilegiada que tenía por haber trabajado para la CIA y la NSA, Edward Snowden filtró a la prensa documentos que demostraban el espionaje masivo que realizaba el gobierno de Estados Unidos en todo el mundo. Al tomar esta iniciativa, Snowden era plenamente consciente que se cerrarían las puertas de su propio futuro, renunciando a su carrera, a su novia de toda la vida, y a su patria.

Reseña: Aunque en su momento copó todos los titulares del mundo, es sorprendente la cantidad de gente que no sabe muy bien ni quién es Edward Snowden ni la relevancia del escándalo que destapó. Esa es la misma gente que no se ha sentado a ver Citizenfour, el oscarizado documental de Laura Poitras que recoge todo el proceso que llevó a cabo el joven consultor tecnológico para filtrar los documentos secretos de la NSA y evitar ser capturado por las autoridades norteamericanas, difuminando así la barrera que separa la realidad y el thriller. Por ello, la película que ha realizado Oliver Stone en torno a la figura de Snowden es más necesaria de lo que parece, porque puede hacer llegar su historia a un público más amplio, aunque, vista la taquilla que está haciendo, no parece que vaya a tener demasiado impacto de todas formas.

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Stone utiliza la realización del documental como columna vertebral de la historia, complementando al film de Poitras (Melissa Leo en la ficción) con información que se quedó fuera de su foco: si Citizenfour se centraba en el testimonio del informante, la filtración de los documentos y su posterior huida, Snowden asume maneras de biopic exponiendo el progreso profesional del protagonista dentro de las agencias de la CIA y la NSA, y cómo afectó su exigente y moralmente cuestionable trabajo a la relación con su novia. La película explica de forma más clara y didáctica que el documental la forma en la que operan los programas de vigilancia y espionaje, puesto que aquel se enmarañaba demasiado en los datos y la jerga informática. Lástima que sea lo único en lo que la película sale victoriosa, ya que el resto palidece en comparación con el susodicho documental. Stone hace una recreación de la vida de Snowden que no se siente especialmente verídica al no distanciarse demasiado del modelo estándar de biopic hollywoodiense; véase la escena en la que el protagonista demuestra su talento frente al ordenador al superar una prueba de su formación en tiempo récord.

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Pero la peor parte llega a través de la subtrama que concierte a la relación de Snowden con su novia (Shailene Woodley), plagada de clichés y rematadamente cursi (esa escena de despedida en una playa de Hawái…); se supone que esa relación fue clave en la difícil decisión que tomó el presunto traidor, pero el punto de inflexión es tan de manual que cuesta creérselo. A Oliver Stone, que siempre ha sido muy crítico con el gobierno estadounidense, se le nota a la legua la profunda admiración que siente por el informador, así que en vez de indagar en los claroscuros del personaje y asentar las bases para un debate sobre la legitimidad de sus actos, opta por la admiración y la idolatría sin cortapisas en los últimos compases del film, aunque no deja de ser curioso que esta sea probablemente la primera película norteamericana que no exhiba una imagen amable del presidente Obama.

Sacha

Snowden es más valiosa por la naturaleza de lo que cuenta que por cómo lo cuenta. A pesar del compromiso y el esfuerzo de un Joseph Gordon-Levitt que se mimetiza con el personaje que interpreta, respaldado por un elenco resultón, cualquiera que haya visto previamente Citizenfour no encontrará demasiados acicates ante las escasas novedades de relevancia que ofrece esta película. Aquellos que desconozcan el documental serán quienes mayor partido le saquen, experimentando por primera vez la paranoia que producen las revelaciones del informador… aunque todo apunte a que nuestros hábitos tecnológicos no cambiarán demasiado, permitiendo que el espionaje masivo siga su curso.

6/10

19/10/16

Orgía de sabores

Poster La fiesta de las salchichas

Dir.: Conrad Vernon, Greg Tiernan
¿De qué va?: Salchichas, bollos, panecillos, guacamole, pan de pita… Todos los alimentos viven felices en los estantes de un supermercado, soñando con el instante en el que serán elegidos. Pero cuando a un pequeño grupo le llega el tan esperado momento, y son comprados por fin, descubrirán que no van a llegar a la Tierra Prometida y que lo que les espera es un destino mucho más cruel y diferente a lo que habían imaginado…

Reseña: Tras provocar la ira homicida de Kim Jong-un y su séquito, Seth Rogen y sus colaboradores habituales no descansan en su empeño de escandalizar al personal con comedias absurdas y groseras que se mean en la temida calificación NC-17, que prohíbe en Estados Unidos la entrada de menores de 18 años a las salas, con su consecuente pérdida de espectadores. La sorprendente taquilla que hizo Deadpool hace unos meses demuestra que existe una fuerte demanda de cine incorrectamente político y anti familiar, algo que se ha ratificado con La fiesta de las salchichas, en la que Rogen y compañía han dando el salto al campo de la animación para encontrar nuevas y creativas formas de provocar y hacer chistes guarros.

Sausage Party

Si objetos inanimados como los juguetes y los coches han podido ser humanizados por obra y magia de la animación… ¿por qué no la comida y demás productos que se venden en un supermercado? Tras un número musical de apertura que remite a los clásicos Disney, no tardaremos en descubrir que aquí la humanización se manifiesta a través de los numerosos tacos que sueltan los entrañables personajes y de una sexualidad de la que está desprovista la animación tradicional. La película está plagada de chistes guarros marca de la casa, quizás demasiados, y todo podría haber quedado en eso, pero hay mucho más.  Porque los seres que habitan en ese supermercado viven de forma acorde a lo que rigen unos seres superiores, esperando al día en el que serán recompensados siendo trasladados a un paraíso de felicidad eterna… ¿les suena de algo, verdad? Efectivamente, La fiesta de las salchichas es una alegoría de cómo el ser humano ha hecho más llevadera su existencia aferrándose a la creencia de un ser superior todopoderoso… y de lo que pasa cuando alguien empieza a plantearse preguntas sobre el ‘status quo’ establecido.

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Probablemente no haya otra película con chistes más machistas, guarros y xenófobos que realice una radiografía tan certera sobre la condición humana, o quizás sea gracias a ese humor grueso e insultante por lo que está tan pegada a la realidad, siendo plenamente autoconsciente de lo ofensiva que puede llegar a ser. Es lo mismo que ha hecho South Park a lo largo de sus recién cumplidos veinte años de emisión, una crítica tan destructiva como efectiva a la estupidez humana. La película se atreve incluso a escenificar de forma hilarante el conflicto palestino-israelí a través de un bagel y un lavash, mientras un bollo de perrito caliente teme que los seres divinos la estén castigando por haberse dejado llevar un poquito por sus deseos carnales. Los guionistas están empeñados en que la película sea una sucesión de gags constantes, pero no todos funcionan igual de bien, por lo que el nivel de comicidad resulta un tanto irregular, y aunque su desarrollo no se distancia lo suficiente de la clásica aventura familiar que pretende parodiar, depara varios momentos y sorpresas de auténtica genialidad. La fiesta de las salchichas es una comedia de espíritu fumeta que se revela como una parábola existencialista e inconformista que, antes de concluir de la forma más meta posible, nos transmite en la mejor y más impactante escena del film el mejor consejo que sus responsables nos quieren dar: disfruta de la vida y a follar, que son dos días.

7/10

18/10/16

Aprendiendo a decir adiós

Poster Un monstruo viene a verme

Dir.: J.A. Bayona
Int.: Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Toby Kebbell, Liam Neeson
¿De qué va?: Conor es un niño de 12 años que intenta superar los miedos y fobias que padece a raíz de la enfermedad terminal de su madre con la ayuda de un monstruo que le visita cada noche.

Reseña: Tras contar la historia de una mujer en busca de su vástago (El orfanato) y la de una madre y un hijo enfrentándose a la adversidad (Lo imposible), J.A. Bayona cierra su trilogía sobre la maternidad con la fábula de un niño que se encuentra en la complicada tesitura de tener que despedirse de su madre antes de tiempo. Un monstruo viene a verme es un drama que cuenta una historia pequeña e intimista pero construida a gran escala, no sólo por la brutal campaña promocional que se ha orquestado en España, sino por el enorme despliegue de medios con el que ha contado para llevarse a cabo,  abanderado por ese gigantesco monstruo-árbol que ayudará al pequeño Conor a librar sus batallas internas.

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Las armas que el monstruo le brinda a Conor vienen en forma de relatos que aquel le contará a éste cada noche, algunos de ellos recreados con una bellísima animación basada en acuarelas (los gamers podrán encontrar parecidos razonables con el videojuego Child of Light). Al igual que The Fall. El sueño de Alexandría o la reciente Kubo y las dos cuerdas mágicas, la película ensalza el poder didáctico y balsámico del arte de contar historias y de la imaginación, tanto, que no confía en que el espectador pueda extraer sus propias conclusiones, subrayando las lecturas y las moralejas para que no se le escapen a nadie. Esto es fruto de la ambición del director de hacer de una historia pequeña y dolorosa un “espectáculo” para masas, algo que en esta ocasión consigue de forma más equilibrada que en Lo imposible, en la que partió del error de base de abordar una catástrofe masiva desde el punto de vista de una de las pocas familias que salieron con vida de él (y a bordo de un helicóptero, ni más ni menos).

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De lo que no nos libramos es de la partitura musical de Fernando Velázquez, orquestada de manera inmaculada pero bastante machacona y omnipresente; curiosamente, los momentos dramáticos más potentes vienen acompañados de un silencio sepulcral. El pequeño Lewis MacDougall se marca un debut cinematográfico impresionante, llevando sobre sus hombros casi todo el peso de la película y saliendo muy airoso pese a tener un personaje ciertamente complicado, consiguiendo que empaticemos con él pese a lo detestable de su (inevitable) carácter infantil. La réplica se la dan unas fantásticas Sigourney Weaver y Felicity Jones, ambas en segundo plano pero cada una con su respectivo momento para lucirse y acongojar al personal, ese monstruo que cuenta con la voz profunda y sabia de Liam Neeson en la versión original y Toby Kebell como el padre medio ausente y ajeno al poderoso vínculo que se forma entre una madre y su hijo.

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Un monstruo viene a verme es la mejor película de la trilogía con la que J.A. Bayona ha presentado sus credenciales como director, una bella y amarga historia que parte del trance universal de tener que despedirse de un ser querido para hablar sobre las implicaciones de hacerse mayor, de la escala de grises en la que está establecido el mundo, de reconocer y aceptar verdades incómodas pero puramente humanas que se transmiten de generación en generación y, en definitiva, de sacar toda la rabia y a la bestia que llevamos dentro para sobrevivir a una catarsis emocional. Su visión honestamente dura sobre la infancia en particular y la vida en general solventa cierta unidimensionalidad en torno al tema del acoso escolar y su obcecación por ofrecer todo lo que contiene de forma bien masticada, algo que se ve reflejado en un epílogo tan redundante como hermoso.

7’5/10

17/10/16

Crónica del 49º Festival de Sitges (Jornada IX)

Por Carlos Rodríguez.

Todo lo bueno llega a su fin tarde o temprano. Para una persona que ama el cine (y sobre todo el de género) como servidor, la experiencia cinéfila del año supone un oasis vital, toda una vivencia de crecimiento personal. Hasta de las películas malas (que las ha habido, claro) sacas algo importante. Por eso da pena que se acabe. En cualquier caso, el último día fue al máximo provechoso y podemos comentar una buena hornada de películas.

Swiss Army Man2

Destacar, para empezar, el Palmarés Oficial que se diera a conocer este día. Parece que el premio gordo ha tenido un aire reivindicativo, aunque no tan valiente como pareciera (da la sensación de que la enorme mayoría de películas a competición no tuvieron nunca ni la más mínima oportunidad). Swiss Army Man gana, además laureando también a Radcliffe como mejor actor protagonista, acaso el premio más acertado de todo el Palmarés. También hay algunas cosas incomprensibles, como el Premio al Mejor Cortometraje de animación a Darrel, escasamente imaginativo, de los más flojos que he visto.

The Neon Demon

Pero vayamos con los largos, empezando por al final. The Neon Demon me ha parecido lo mejor del Festival, directamente. En al Palmarés se tendrá que conformar con el Premio de la Crítica (algo es algo), pero debiera haberse llevado algo más. Nicolas Winding Refn subyuga al espectador con este espectáculo hipnótico cuya estética continúa bebiendo del cine de Argento, modernizada hasta conseguir una atmósfera cada vez más personal, que ya se asentaba plenamente en su anterior film Solo Dios perdona. Aquí se pule y perfecciona aún más la puesta en escena. La mezcla entre música e imagen posee una extraña fuerza que cautiva. El argumento, una joven aspirante a modelo despierta las envidias de un feroz entorno competitivo y hostil, desarrolla una crítica, admitámoslo, bastante obvia y ramplona. En realidad, este solo sirve de excusa para que Refn desarrolle su filigrana formal, por lo que entiendo a aquellos que la tildan de vacía y no la aguanten por ello, aunque creo que equivocan el foco de su crítica. Algunos la comparan con el Love de Noé; la diferencia es que aquella sí tenía una pretensión de fondo que no se materializaba de facto en el film, mientras que la intención en la de Refn está clara y consigue lo que busca con creces. Mi película preferida del danés hasta la fecha.

Voyage of Time

Por contrastar, vayamos ahora con lo peor del Festival:

Amor.

Madre naturaleza.

Creadora de todo.

Dame fuerzas, porque en tu seno está la virtud de la creación.

Sabiduría.

¿Qué significa el tiempo?

¿Quién soy? ¿De dónde venimos? El viaje de la vida.

Me lo he ido inventando, pero así de irritante es la voz en off de Voyage of Time: Life’s Journey, el documental de Terrence Malick realizado con las sobras de El árbol de la vida. Me es casi imposible de soportar esa pretenciosidad new age tan típica del director, que aquí es ya sonrojantemente risible. Aun sabiendo a lo que iba (imágenes bonitas de nebulosas y de procesos geológicos), la experiencia ha sido horrible. Para colmo, ni siquiera es original en su material. Muchos de los motivos mostrados ya los he visto y mejor en otros documentales anteriores. Así que lo que nos queda es una sucesión de wallpapers narrados por una Cate Blanchett que se dedica a discurrir sobre el poder de la madre naturaleza y la necesariedad de que alguien o algo haya tenido que crear algo tan majestuoso. No compro esa mierda.

Le secret de la chambre noir

La segunda película en este Festival de Kiyoshi Kurosawa (bienvenida sea, pues cada vez disfruto más de su cine) es Le secret de la chambre noir. No se trata de una película de terror en esta ocasión, aunque mezcla elementos de Journey to the Shore con un aire de misterio algo oscuro, consiguiendo una atmósfera de inquietud, casi nostálgica, bastante notable. El arranque es magnífico, me encanta la puesta en escena de Kurosawa, cómo escudriña los espacios lentamente, con planos muy abiertos que obligan al espectador a buscar con la mirada activamente. Por desgracia, la historia principal comienza a flojear a eso de la mitad del film, momento en que todo se desinfla notablemente. Técnicamente es impecable, a destacar de nuevo su extremadamente sensible banda sonora. Pero hay varios problemas que le lastran. Uno de ellos es una interpretación principal de Tahar Rahim paupérrima. Además, está demasiado alargada, pues pronto empieza a dar vueltas sobre la misma idea y le cuesta despedirse. Una lástima, porque la película tiene atmósfera y demuestra sensibilidad.

Louise en Hiver

El problema de Louise en hiver es que quiere ser, y es, demasiado francesa. Esta película de animación habla del tema de la vejez y su relación con la muerte, o la soledad, pero lo hace de maneras demasiado obvias. Tampoco consigue desbordar con su imaginación, más bien escasa, ni tan siquiera cuando lo mostrado son ensoñaciones que pretenden magia y asombro. Es evidente que hay sensibilidad detrás, y la premisa me parece bastante bonita (la anciana protagonista se queda sola en la ciudad de vacaciones durante un año al perder el tren de vuelta porque el reloj de su casa se ha detenido), pero se le ven demasiado las costuras, y ni siquiera consigue dibujar un personaje principal que inspire la suficiente ternura o identificación con el espectador. Sí destaco su bello dibujo, aunque la animación en sí es más bien simple.

Headshot

Ahora vamos con la indonesia Headshot, de Kimo Stamboel y Timo Tjahjanto. Lamento decirlo, pero aunque las comparaciones son odiosas, es la hermana menor y pobre de The Raid. No consigue sacarle partido a su protagonista (el mismo en ambas cintas), haciéndole deambular de pelea en pelea empleando como vehículo un drama de amor horrendo que lastra la película enormemente. Las escenas de acción, en general bien rodadas pero también pobres en comparación con el talento de Gareth Evans, no justifican el visionado de esta película mal estructurada y mal planificada. Por mucho que nos mole el pencak silat en pantalla, hay que tener mayor talento tras la cámara para poder aguantar dos horas de metraje.

Yoga Hosers

Vamos a finalizar estas crónicas ya con un poco de humor de la mano de Kevin Smith. En la senda de su anterior y bizarro film, Tusk, nos trae ahora este spin-off basado en los personajes de las dos jóvenes dependientas del súper, Yoga Hosers. Totalmente autoconsciente de su ligereza argumental, la película es una mera excusa para mostrar en pantalla la encantadora química entre las dos actrices protagonistas: Harley Quinn Smith y Lily-Rose Melody Depp. Su humor no es genial, acaso nada lo es en esta película salvo su atrevimiento tontorrón, pero el producto es simpático, y solo se le atragantará a aquellos que se acerquen a ella buscando un producto con una trama congruente y sólida. Esto va de dos chavalas que tienen que matar salchichas nazis canadienses que al explotar sueltan chucrut. Sin más. Se retoma también el personaje de Johnny Depp de Tusk, que me parece de lo mejor de sus últimas construcciones. Bienvenido sea a la función. También un demacrado Haley Joel Osment, en un breve pero delirante papel. Aquí todo suma, y al final te das cuenta de que te lo has pasado bien observando la película más chorra del mundo.

Con esto nos despedimos de esta magnífica experiencial anual, deseando poder volver el año que viene, para la que ya se atisban novedades jugosas. ¿Abrirá Blade Runner 2049 la Edición número 50 del Festival de Sitges?

15/10/16

Cazador cazado

Poster Elle

Dir.: Paul Verhoeven
Int.: Isabelle Huppert, Laurent Lafitte, Anne Consigny, Charles Berling, Virginie Efira, Christian Berkel, Judith Magre, Jonas Bloquet
¿De qué va?: Michèle es la directora de una compañía de videojuegos que maneja con mano de hierro tanto los negocios como su vida sentimental, pero su vida cambia para siempre cuando es violada por un misterioso enmascarado en su propia casa.

Reseña: Probablemente no exista una sinopsis tan errónea como la que reza que Elle versa sobre una mujer en busca de venganza del hombre que la viola en su propia casa. También puede ser que los responsables del film no se hayan molestado en corregirla de cara a sorprender al  incauto espectador. Porque el regreso de Paul Verhoeven a la dirección tras diez años en el banquillo juega constantemente con nuestras expectativas, desde el propio cartel promocional, que nos augura un thriller doméstico de sobremesa que, afortunadamente, nunca se llega a materializar. Es que ni siquiera se puede decir que la película sea un thriller, en el sentido estricto del género cinematográfico.

Elle3

Lo que sí es Elle es una deconstrucción psicológica de uno de los personajes más ambiguos, complejos y fascinantes del cine reciente. Tras unos créditos iniciales puramente noventeros, la película arranca fuerte en plena violación, vista desde el punto de vista de un felino que tiene más en común con su dueña de lo que podría parecer. Lo normal sería que la mujer agredida lo denunciase ipso facto a la policía ipso pero…. Michèle no es una persona normal. Aunque su reacción nos pueda parecer de entrada incomprensible (como a todas esas actrices norteamericanas que aparentemente rechazaron el papel), pronto iremos descubriendo de qué pasta está hecha a través de las relaciones que mantiene con su familiares, amigos y compañeros de trabajo. Que la identidad del violador se desvele a mitad del metraje demuestra que la película está menos interesada en el crimen en sí como en explorar el entorno en el que Michèle se mueve como una auténtica depredadora sin que nadie sea capaz de hacerle sombra…. salvo su acosador.

Elle2

El inesperado humor negro del film surge a partir del patetismo, el ridículo y la maleabilidad que caracterizan a las personas que rodean a Michèle, quien encuentra en el peligroso vínculo que establece con su atacante una nueva vía a través de la cual poder explorar su sexualidad y un rol de víctima que siempre se le ha negado. La cuestión da para múltiples interpretaciones, gracias a la ambigüedad inherente al guión, pero sobre todo a la que pone de su parte la siempre sensacional Isabelle Huppert, que aquí saca mucho rédito del hermetismo y la introspección que ha otorgado a buena parte de sus encarnaciones en el cine. Con Elle, Huppert ratifica algo que ya habíamos comprobado hace muy poco con El porvenir, que es una de las actrices más audaces, enigmáticas, elegantes e hipnóticas de la cinematografía mundial.

Elle

Elle es una de esas películas que requieren de un segundo visionado para poder digerir mejor, y que resulta tan entretenida y divertida viene de perlas. Es capaz tanto de sorprender a los que vayan sin expectativas como de decepcionar a los que vayan con demasiado hype encima. Hace todo lo posible para que el espectador no se sienta cómodo, poniéndolo continuamente contra las cuerdas en cuestiones morales y éticas que, en manos menos experimentadas que las de Verhoeven, habrían sido consideradas de mal gusto y pasadas de rosca. A fin de cuentas, el film se erige como un salto al vacío de las miserias y las contradicciones humanas. presenciado por un público que se siente entre extasiado y sucio por haber presentado algo tan inquietantemente pérfido y malsano.

8/10

Crónica del 49º Festival de Sitges (Jornada VIII)

Por Carlos Rodríguez.

El día de hoy ha venido definido casi en su totalidad por la Sección Oficial. Tenemos en primer lugar Shelley, cinta danesa de terror que parece haber pasado muy de tapadillo por la programación del Festival, sin apenas atención del público, pero que, curiosamente, ha sido la única película hasta el momento en generarme verdadera inquietud. La trama es eminentemente deudora de La semilla del diablo de Polanski, pasada por un tamiz muy danés que recuerda a Anticristo sobre todo, con algunas ideas de Nymphomaniac (II), de Von Trier. La historia consiste en una pareja que, incapaz de concebir, decide solicitarle a su recién llegada asistenta la posibilidad de prestarles su vientre en alquiler.

Shelley

La película relaciona la maternidad con lo maligno, le niega el sustrato de obligatoriedad existencial al presentarla como un elemento degenerativo de manera hiperbólica, en relación con la naturaleza salvaje del entorno, de igual manera que hacía Anticristo, pero usando la forma cinematográfica claramente diferente. El terror se apodera del metraje como una ponzoña que lo va inundando todo a medida que avanza, instalándose en la psique de sus protagonistas. El deterioro físico de la protagonista va de la mano de la escalada de terror e inquietud. El tema me produce especial desasosiego, y por suerte la dirección acompaña, elegante, generando una atmósfera malsana, con toda la violencia sugerida, o fuera de plano. Casi siempre es más potente lo sugerido que lo mostrado explícitamente, y esta película es un buen ejemplo de ello. Solo le echo en falta mayor desgarro al final, que se termine de desatar para dejar un regusto más potente, una guinda que hubiera podido completar la mejor película del Festival. Casi.

Zombi

Haciendo un pequeño receso en la Sección Oficial, nos volvemos a encontrar con un clásico entre los clásicos: Zombi (1978), de George A. Romero. Su visionado me ha servido para reafirmarme en lo que opino de ella. Creo que su iconicidad está muy por encima de la calidad real de la película. Valoro muy positivamente toda su aportación al género de zombis, el enorme acierto de ambientar la película en un centro comercial… Empero, su sustrato filosófico está un poco sobredimensionado, y no tan bien desarrollado como se piensa. En este sentido, encontramos dos ideas interesantes: la sociedad está muerta, el consumismo nos hace vivir como zombis, totalmente alienados; y no hay nada más peligroso para el hombre como el hombre en sí mismo. Esto así enunciado queda muy bien, pero en la película está demasiado soslayado, y no lo suficientemente bien acompañado de escenas que revistan esas ideas con potencia. Vemos así la parte del asalto por parte de una banda al centro comercial, la que desata el desenlace de la película, que es tan ligera y cómica (voluntariamente, vale) que no se puede tomar en serio. Siendo así, no se justifican las más de dos horas de idas y venidas sin un sentido claro de la tensión. El montaje de Dario Argento (muy a su manera, con la cual no comulgo) y la música de Goblin (especialmente irritante) no me ayudan en nada. Aquí los protagonistas absolutos de la función son el centro comercial y los míticos efectos y maquillajes de Tom Savini.

 Operation Avalanche

Volvamos a la Sección Oficial. Operation Avalanche es una película que ya se hizo. Partiendo de esta base de innecesariedad, lo que en 2002 se realizaba en formato falso documental en Operación Luna, aquí se revisa y desarrolla dramatizado, aunque empleando la cámara en mano imitando el formato reportaje o documental. Se trata de una película de intriga en torno a la idea de que la llegada del hombre a la Luna, las imágenes que todos conocemos, son una farsa rodada con la ayuda de Stanley Kubrick, que acababa de rodar su 2001. Justifica con calzador su presencia en la SO de un Festival de Cine Fantástico, ya que se trata de un drama de intriga muy convencional, bien desarrollado y con buena factura, también con sentido del humor cuando quiere tenerlo, pero finalmente nada memorable y prescindible. Destaco lo bien medida que está la tensión. Esto es lo que más disfrutable la hace. Cuenta con una escalada de emoción hacia el final que le hace oscurecer el tono y me parece lo mejor de la película.

Swiss Army Man

Vamos con la película indie sobredimensionada del año (que todos los años nos encontramos alguna). Swiss Army Man es lo que es su premisa, enunciada en su magnífico prólogo: un náufrago, al borde de la desesperación y el suicidio, es salvado gracias a la aparición del cadáver flatulento de Daniel Radcliffe. Genial. A partir de aquí, se desarrolla una bizarra historia de amistad que consiste en estirar el chicle del gag. Verdaderamente, admiro la valentía de hacer algo así, porque ha salido un producto poco convencional solo por la premisa, y además demuestra cierta inventiva al crear escenas cómicas en torno a la relación de náufrago y cadáver. Hay algunas pretensiones filosóficas que se quedan en la superficie de una película en la que lo que destaca es su particular humor, pero sí añaden un poso extrañamente poético que no le viene mal. También atisbo un ligerísimo regusto de realismo mágico que, extrañamente, no me molesta, supongo que justo por ser ligero, pues entiendo que esta película dirigida por el francés de turno habría apestado a la legua. Finalmente, se queda en una película simpática y ligera, sin más alardes, con un Radcliffe ofreciendo su faceta más hilarante. Fan del agente que le haya conseguido este papel.

Raw

Finalmente, una de las más sonadas en este Festival: Crudo. Se trata del primer largometraje de la francesa Julia Ducournau, un drama universitario que se enfoca decididamente al terror psicológico, con la temática principal del canibalismo. Este motivo se desarrolla añadiendo con elegancia ligeros elementos sobrenaturales, como la pérdida de la voluntad ante la necesidad acuciante de carne humana. Existe una enunciación del vegetarianismo que parece ir a conducir a algún tipo de mensaje concreto pero que finalmente se abandona para centrarse en el desarrollo de la historia de canibalismo familiar. Destacan especialmente su actriz principal, cargada de matices en un papel nada sencillo, consiguiendo naturalidad o inquietando cuando es necesario; un guion bien dosificado que sabe crear momentos desagradables con solvencia, añadiendo notas de humor negro al conjunto, aunque presente un desarrollo algo ramplón; y una banda sonora potente y bien dosificada. El final está un poco cogido con calzador, pero le salva la distancia irónica con que rueda la directora.

14/10/16

No sin mis niños raritos

Poster Miss Peregrine

Dir.: Tim Burton
Int.: Assa Butterfield, Eva Green, Ella Purnell, Samuel L. Jackson, Terence Stamp, Chris O’Dowd, Judi Dench, Allison Janney, Rupert Everett, Kim Dickens
¿De qué va?: Una tragedia familiar provoca que el joven Jacob viaje hasta una remota isla de Gales, donde descubre las ruinas del hogar de niños peculiares de Miss Peregrine. Mientras explora los destartalados cuartos y pasillos, se da cuenta de que los niños que vivían allí eran realmente excepcionales y, algo aún más sorprendente, que aún podrían estar vivos.

Reseña: Tras la decepción que sintieron muchos ante la ausencia de “burtonismo” en Big Eyes, llega El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, con el objetivo de traer de vuelta la característica magia gótica de Tim Burton, un tanto diluida desde que el cineasta decidió sustituir el stop motion por el CGI. Pero aunque la película nunca consigue alcanzar las cotas de brillantez narrativa y estética de Eduardo Manostijeras o Sleepy Hollow, al menos no se sitúa en la la senda del esperpento plomizo iniciada por Alicia en el país de las maravillas y continuada por Sombras tenebrosas. Algo es algo.

Miss Peregrine3

La película tarda en arrancar demasiado y mete una trama familiar que luego se olvida de concluir, pero cuando por fin los niños peculiares hacen acto de presencia y se muestran sus poderes a través de curiosas presentaciones, la narración gana interés y agilidad, con pequeñas pero agradecidas dosis de humor negro. Y a pesar de que su mitología no dista demasiado de las de cualquier best-seller de fantasía para adolescentes, presenta un buen puñado de escenas y detalles realmente macabros que recuerdan a aquellos tiempos en los que se hacía cine juvenil sin miedo a resultar demasiado espeluznante. Incluso se rescata la técnica del stop motion para dotar de su característico movimiento a una serie de elementos que no nombraré para evitar spoilers.

Miss Peregrine

Assa Butterfield encaja perfectamente en el prototipo de héroe taciturno de las películas de Tim Burton, pero resulta bastante soso e insípido, quedando totalmente eclipsado ante una Eva Green maternal, magnética y exuberante, haciendo suya la película aun teniendo una participación secundaria; si está destinada a ser la nueva musa de Burton en sustitución de Helena Bonham Carter, bienvenida sea. Mientras que los intérpretes jóvenes están muy correctos (esos ojazos de Ella Purnell sí que son realmente peculiares), la cuota veterana está bastante desaprovechada, salvo por Samuel L. Jackson, que sigue rentabilizando su vena histriónica en papeles de villano que dan más risa que miedo; esa era la intención en Kingsman. Servicio Secreto, pero aquí no estoy tan seguro.  

Miss Peregrine2

El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares es una entretenida y vistosa celebración de lo raro, demasiado convencional pero mejor de lo que cabría esperar, sin llegar a ser nada del otro mundo. Donde más destaca es en su segundo acto, pues el primero se dilata más de lo necesario y el tercero se lía demasiado retorciendo las propias normas que ha establecido sobre bucles y saltos temporales. El desenlace deja abierta la posibilidad para una segunda parte, aunque es probable que si no se hace realidad nadie la echará de menos, puesto que no consigue intrigarnos por el devenir de la historia y de sus personajes una vez aparecen los títulos de crédito finales. Puestos a hacer una secuela, que Tim Burton haga la de Beetlejuice de una vez por todas.

6/1o