25/3/16

El espíritu del bosque de acuarela

Poster Cuento Princesa Kaguya

Dir.: Isao Takahata
¿De qué va?: Una pareja de ancianos campesinos encuentran a una niña diminuta dentro de una planta de bambú, y deciden criarla como si fuera hija suya. Convertida rápidamente en una hermosa mujer, su padre decide hacer todo lo posible por convertirla en princesa para que pueda ser pretendida por los hombres más poderosos del reino y tener la vida de lujo a la que cree que ella está destinada.

Reseña: En el 2014 se anunció la retirada profesional del director Hayao Miyazaki y, un año después, el cierre del estudio Ghibli, el estudio de animación japonés que co-fundó junto a Isao Takahata en 1985. Entre las posibles razones del cierre se cita el fracaso comercial de El cuento de la princesa Kaguya, una película que costó 8 años de producción y 49 millones de dólares, pero que sólo recaudó en su país de origen 22 millones. Con tres años de retraso llega a los cines españoles este film basado en el cuento folclórico El cortador de bambú, considerado el texto japonés más antiguo que existe. Y aún así, al igual que El viento se levanta, último trabajo de Miyazaki, tiene un aurea crepuscular, de fin de viaje, que acentúa la tristeza que posee el relato de por sí.

Cuento Princesa Kaguya2

El cuento de la princesa Kaguya parte de una premisa que no es ajena a las historias que han caracterizado a Ghibli a lo largo de todos estos años, pero con un significativo intercambio de roles: la tradicional heroína que se embarca en un viaje por un mundo de fantasía es, en esta ocasión, la que posee una naturaleza mitológica, y el mundo que explora es el terrenal, la sociedad japonesa del siglo IX. Así, somos testigos de cómo Kaguya debe aprender y adaptarse a las normas de conducta noble de la época, aunque ella lo que en el fondo desea es libertad, y vivir en el campo, en comunión con la Naturaleza, siendo éste otro de los rasgos fundamentales de Ghibli, el amor y el respeto por la Madre Tierra. Sus dos horas y cuarto de duración se antojan un tanto largas, pues el ritmo se resiente en algunos tramos, siendo ese el gran ‘pero’ que se le puede achacar a un film único.

Cuento Princesa Kaguya1

Su animación, basada en trazos finos  y suaves a lápiz y tonos acuarela sobre un lienzo blanco es de una belleza inaudita, sin igual. Las imágenes se van sucediendo como si formaran parte de un pergamino antiguo que se va desenrollando tal y como hace la propia Kaguya en cierto momento de la película. El cénit llega en la escena en la que la princesa huye al bosque, dejando sus ropajes nobles atrás y convirtiéndose en una imagen borrosa rodeada de rayones que conforman los árboles que la rodean, acompañada de una exquisita banda sonora que se detiene en el momento preciso para dejar que sólo suenen sus acelerados pasos. Takahata nos partió el corazón con La tumba de las luciérnagas y con El cuento de la princesa Kaguya nos ofrece una obra profundamente lírica y bella sobre el paso del tiempo, tan rápido como escaso, inexorable ante el arrepentimiento, que nos embriaga de un sentimiento de nostalgia por una forma de hacer y entender el cine de animación cuyo espíritu, ante la desaparición de Ghibli, sobrevive gracias a cineastas como Tomm Moore o Sylvain Chomet, sucesores de su impagable legado.

8’5/10

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