13/1/16

El director de orquesta

Poster Steve Jobs

Dir.: Danny Boyle
Int.: Michael Fassbender, Kate Winslet, Seth Rogen, Jeff Daniels, Katherine Waterstone, Michael Stuhlbarg, Sarah Snook
¿De qué va?: La trayectoria personal y profesional del fundador de Apple, Steve Jobs, sintetizada a partir de tres momentos claves de su vida, entre las bambalinas de las presentaciones de tres de sus productos estrella.

Reseña: La muerte de Steve Jobs en el año 2011 provocó una gran conmoción, liderada por aquellos que bautizaron al fundador de Apple como “el padre del mundo moderno”. La presencia mediática post-mortem de Jobs, ya sea en forma de homenajes, biografías o deficientes biopics protagonizados por Ashton Kutcher, provocó cierto hartazgo social que, tal vez, sea una de los razones del fiasco en taquilla de esta nueva película sobre su figura. Y es una lástima, porque Steve Jobs es uno de los pocos biopics cuyo valor e interés van mucho más allá del personaje que aborda, pues, como era de esperar, el guión firmado por Aaron Sorkin exprime las oportuidades que le brinda su vida pública y personal para elaborar un retrato preciso de ese mundo que él contribuyó a crear.

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Para empezar, se agradece la originalidad de estructurar la película en tres actos, traducidos en los minutos previos y en tiempo real de la presentación de tres productos clave en la trayectoria de Jobs, cuya seña de identidad pasaba por convertir estos lanzamientos en auténticos acontecimientos mediáticos. Conocemos al personaje a través de las conversaciones y discusiones que mantiene con sus colaboradores más cercanos, mientras se mueven de un lado a otro entre bambalinas (Sorkin en estado puro) y descubrimos que la imagen que proyecta está muy matizada, lejos de la santificación que ha provocado ese hastío entre buena parte del público: la megalomanía es la principal característica de Jobs, y a partir de ella, Sorkin construye un relato cuyas ramificaciones hacia temas tan universales y atemporales como la traición, el orgullo, la ambición o las tirantes relaciones paternofiliales, le confieren tintes trágicos y shakesperianos, devolviéndonos a aquella época en la que la épica no se transmitía a base de efectos especiales, sino a través de los actores y del poder de la palabra.

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Dos discusiones mantenidas mantenidas por los mismos personajes en diferente espacio y tiempo, pero alternadas por el montaje, son una muestra del brío implícito en el guión, respaldado por la dirección de un Danny Boyle que, pese a alguna que otra solución visual un tanto discordante, consigue contenerse lo suficiente, al tiempo que dota de nervio y ritmo a la narración, dejando que sean el guión y el reparto los impulsores de la película. Michael Fassbender demuestra que un escaso parecido físico respecto al personaje real tiene escasa importante ante una interpretación contundente, ajustada y visceral como la que realiza él. Este caballero de la era virtual encuentra a su idóneo escudero en la figura de Kate Winslet, perfecta en su papel de cómplice, amiga y consejera, bajándole los pies a la Tierra cuando es necesario. No hay ni una nota discordante en el reducido reparto, donde también cabría destacar a Michael Stuhlbarg.

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Steve Jobs no llega a los niveles de excelencia de La red social, pero al igual que en aquella, Sorkin se vale de un personaje mediático para demostrar que sus claroscuros se han propagado a la población mundial a través de sus invenciones. En el caso de Jobs, su afán por el exito profesional, por cuidar la presentación formal hasta el milímetro y por optimizar las comunicaciones sociales son algunos de los factores que gozan de mayor prioridad en el mercado laboral actual, con la consecuente tarea de conciliar trabajo y familia. A veces los diálogos de Sorkin se enmarañan demasiado en sí mismos, manteniendo un pulso con la capacidad de concentración del espectador, y puede resultar un tanto cuestionable redimir en los últimos minutos a un personaje al que se ha deconstruido durante dos horas, pero lo cierto es que Steve Jobs es una película que, a pesar de estar ambientada hace un par de décadas, es fruto y reflejo del mundo en el que vivimos.

8/10

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