18/5/17

El explorador quimérico

Poster Z la ciudad perdida

Dir.: James Gray
Int.: Charlie Hunnam, Robert Pattinson, Sienna Miller, Tom Holland, Edward Ashley, Angus Macfadyen, Ian McDiarmid, Clive Francis
¿De qué va?: En el año 1925, el explorador británico Percy Fawcett es enviado a la selva boliviana para delimitar la frontera del país con Brasil y ayudar al Gobierno británico a preservar sus intereses en el negocio del caucho. Una vez ahí, Percy se interesa por  las historias que hablan de una ciudad antigua construida de oro escondida en la jungla. Dar con ella se acabará convirtiendo en una obsesión.

Reseña: Todos tenemos una meta que alcanzar. Es lo que nos mueve, nos da la vida y nos la hace más miserable cuando nos damos cuenta de que nunca estará a nuestro alcance. Todos los protagonistas de la semi-desconocida filmografía de James Gray la tienen: la promesa de una vida mejor (El sueño de Ellis), estar con la mujer soñada (Two Lovers), una vida tranquila al margen de problemas (La noche es nuestra)… Sin embargo, todos, o bien fracasan en el intento, o bien lo consiguen pagando un precio que tal vez no les termine de compensar. Por tanto, y aunque a priori no lo parezca, la figura histórica de Percy Fawcett y su incansable búsqueda de una ciudad de oro escondida en el Amazonas encaja perfectamente con la galería de soñadores con mala fortuna del cine de Gray, quien tras empezar la carrera en el noir y seguir por derroteros melodramáticos, llega al terreno del cine de aventuras sin perder un ápice de esa templanza clásica que lo ha caracterizado siempre y que lo ha encumbrado como el director más infravalorado de lo que llevamos de siglo.

The Lost City of Z3

Percy Fawcett llega por primera vez al Amazonas y se siente entre extrañado y atraído por esa selva frondosa y húmeda, pero, al igual que le ocurrió a Lawrence de Arabia en el desierto, termina haciéndola suya, su hábitat natural, aunque también sienta cierta culpa por dejar atrás, en Inglaterra, a su mujer y a sus hijos, con el constante temor de repetir los errores que su padre cometió con él. En los tres viajes que Percy realiza al Amazonas, Gray consigue esquivar la monotonía estructurándolos de tal forma que son como una inmersión cada vez más profunda en la obcecación del protagonista, quien se acerca a los aborígenes no desde la prepotencia de la superioridad blanca, sino desde el respeto y la curiosidad. Las expediciones no están exentas de peligros en forma de enfermedades, flechas, animales peligrosos y provisiones escasas, pero el realismo, la austeridad y, sobre todo, las contradictorias y pasionales pulsiones del protagonista imperan en una película con una atmósfera logradamente fantasmagórica y evocadora; de poco que te dejes atrapar por ella, acabarás tan embelesado como su protagonista.

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Charlie Hunnam no parecía el actor ideal para una película así (sustituye al inicialmente previsto Benedict Cumberbatch) pero lo cierto es que la lidera con templanza, carisma y empatía, manifestando de forma transparente el conflicto interior de su personaje. A su lado, un Robert Pattinson cada vez más camaleónico y Sienna Miller en el mejor personaje de “mujer de” con el que le ha tocado lidiar en los últimos años, demostrando una vez más que se le subestima demasiado. Nina es más que un mero símbolo del calor del hogar, es una mujer que termina por asumir que está adelantada a su tiempo, y dado que ella misma ha sido contagiada por las ansias de su marido por viajar y llegar hasta donde nadie había llegado antes, no está dispuesta a ser quien impida a sus seres queridos que intenten alcanzar esos sueños que ella se resignó a abandonar. De hecho, tan clave es el personaje de Miller para la narración, que Gray le dedica el poético, alegórico y devastador plano con el que cierra su película más ambiciosa hasta la fecha.

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Sin embargo, esa ambición no ha hecho que Gray traicione su forma de concebir el cine, y por ello Z, la ciudad perdida le parecerá anticuada y aburrida a muchos espectadores, porque es un filme que retrotrae a otra época, cuando no existía el apresuramiento que conlleva la era tecnológica en la que estamos inmersos. Esta película está hecha para recrearse en ella, en sus sonidos, luces, sombras, colores e imágenes, y para contagiarse del espíritu aventurero, curioso, vehemente y culto que caracteriza a su protagonista. Porque todos tenemos nuestro particular Z que alcanzar.

9/10

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