3/5/19

Gloria Bell – Una mujer universal



Dir.: Sebastián Lelio
Int.: Julianne Moore, John Turturro, Michael Cera, Caren Pistorius, Rita Wilson, Holland Taylor, Brad Garrett, Jeanne Tripplehorn, Sean Astin
¿De qué va?: Gloria es una divorciada de espíritu libre que pasa los días en un aburrido trabajo de oficina y las noches en la pista de baile, dejándose llevar por las discotecas de Los Ángeles. Su inestable felicidad cambia el día que conoce a Arnold. Comienza así un nuevo e inesperado romance plagado de emociones y complicaciones, entre la esperanza y la desesperación, en el que descubre de lo que puede llegar a ser capaz.

Reseña: Diez años después del estreno de Funny Games (1997), Michael Haneke estrenaba su primer film norteamericano, un remake de aquella película idéntico plano a plano. Unos lo consideraron una muestra del ingenio del director austriaco, otros una tomadura de pelo, pero al final quienes salieron ganando fueron los espectadores yanquis que no son capaces de ver nada subtitulado porque, como muchos españoles, “no son capaces de ver la imagen y leer al mismo tiempo”, y el propio Haneke, que se ganó un buen cheque sin mucho esfuerzo. En la actualidad, Hollywood ya no está tan obsesionada en sacar remakes de películas recientes, probablemente porque ya se ha demostrado que no es una fuente de ingresos muy fiable, pero de vez en cuando cae alguno, como es el caso de Gloria Bell, revisión de Gloria (sin apellido), film chileno del 2014 dirigido por Sebastián Lelio, quien se hace un Haneke al encargarse también de la dirección.


Estilísticamente hablando, Gloria Bell es más refinada que su prima chilena. Esto no solo se explica con el aumento de medios y presupuesto y con la inclusión de una sugerente banda sonora original, compuesta por Matthew Herbert, sino porque también, entre una y otra, Lelio dirigió la oscarizada Una mujer fantástica (2017) y Disobedience (2017), haciéndose evidente su progresión como realizador en la composición de ciertos planos e imágenes que enriquecen y amplifican un guion que, por otra parte, no se diferencia demasiado del original, que tenía el atractivo añadido de explorar la rutina, los anhelos y la soledad de una mujer madura en una época anterior a la reivindicación feminista que trajo el movimiento #MeToo. Sin embargo, ni el paso de los años ni el cambio de escenario de Santiago de Chile por Los Ángeles han hecho que la historia pierda ni un ápice de su vigencia y de su frescura, pues las circunstancias de Gloria siguen siendo perfectamente reconocibles y empáticas, lo que, por otra parte, explica el éxito internacional que cosechó el film original en su momento.


Julianne Moore está sencillamente fantástica dando vida a la protagonista. Nos conduce a la felicidad que irradia su sonrisa con el mismo magnetismo con el que nos arrastra al abismo de su tristeza y de su soledad cuando la situación lo demanda. Hay quien dice que porque se ponga unas gafas feas no resulta creíble como mujer normal y corriente. Yo sí que me la creo, porque sus manera de comportarse y su mirada denotan naturalidad; la que desprende cualquier mujer, madre y/o amiga que se desvive por los demás y que sabe que la vida no acaba al cumplir más de 50 años, aunque el miedo a acabar sola siempre esté ahí, latente. El principal problema de la película es que no termina de justificar su existencia más allá de llevar la historia al público anglosajón, de la misma forma en la que, antes de Julianne Moore, Paulina García ya había realizado una encarnación formidable de Gloria, de forma muy diferente, eso sí. Al no introducir cambios significativos en la trama, Lelio no considera que necesite mejorarla o acomodarla al nuevo contexto y puede que, en buena parte, no le falte razón. Gloria Bell funciona tanto para recordar como para descubrir por primera vez la historia de una mujer a la que nada ni nadie minará ni su libertad ni su amor por la vida.

7'5/10

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