9/10/20

Rifkin’s Festival – Sueños de celuloide


Dir.: Woody Allen
Int.: Wallace Shawn, Gina Gershon, Louis Garrel, Elena Anaya, Sergi López, Christoph Waltz, Enrique Arce, Steve Guttenberg
¿De qué va?: Un matrimonio americano acude al Festival de Cine de San Sebastián. Durante el transcurso del certamen, ella pasa demasiado tiempo con un aclamado director de cine francés, mientras que él se queda prendado de de una doctora española residente en la ciudad.

Reseña: De la misma forma en la que hubo un tiempo en el que las estrellas se mataban por trabajar con Woody Allen, ahora es un paria del que hay que renegar (y por un asunto del que se sabe ahora lo mismo que entonces). La situación provocó que el 2018 fuese el primer año desde 1981 en el que el director no sacaba película (Día de lluvia en Nueva York se retrasó por el conflicto con Amazon), y aunque todo apunta a que en el 2021 tampoco habrá, esta vez por la crisis del coronavirus, al menos en 2020 tenemos Rifkin’s Festival, el regreso de Woody Allen a Europa. Se trata de su segunda historia ambientada en España tras Vicky Cristina Barcelona (2008), cuyas múltiples virtudes quedaron eclipsadas por el carácter de promoción turística de la propuesta. Afortunadamente, su último trabajo no es tan descarado en ese aspecto, aunque San Sebastián luce de maravilla… si bien bañada por una luz más propia del Mediterráneo que del norte de España.

La trama de Rifkin’s Festival no es nada atípica dentro de la cinematografía de Woody Allen: un matrimonio aparentemente estable se resquebraja cuando tanto ella como él se fijan en terceras personas. La novedad reside en los detalles, como que el Festival de Cine de San Sebastián ejerza de telón de fondo y que el objeto de deseo de la esposa sea un joven y boyante director francés al que da vida Louis Garrel. Esto permite que Allen satirice a costa de los cineastas primerizos con ínfulas y de cómo los festivales y los críticos les bailan el agua, una situación que es contemplada con desencanto por  Mort Rifkin, quizás el álter ego más certero del director desde que este ya no actúa en sus películas. Mort es encarnado por Wallace Shawn, amigo del cineasta y secundario recurrente que ha podido dar el salto a protagonista por la espantada de la cantera de actores de Hollywood.

Como contrapunto a la murga en torno al director francés y a raíz de su defensa a ultranza de los grandes nombres del cine europeo clásico (y Orson Welles), Mort sueña con escenas míticas de sus películas favoritas reinterpretadas acorde con sus pensamientos y conflictos internos. Estos pequeños y divertidos homenajes a las figuras que han ejercido una gran influencia en el cine de Woody Allen son lo mejor y más singular del film. Recuerda a la forma en la que homenajeó a las grandes personalidades de los años 20 en Midnight in Paris (2011) pero, desafortunadamente, Rifkin’s Festival no es tan redonda. Tiene bastante encanto pero no es especialmente divertida, y el nivel de los diálogos está por debajo del ingenio habitual en los guiones de Allen. Además, Gina Gershon y Louis Garrel están estupendos pero infrautilizados, pues la película les deja a un lado para centrarse en la trama de Shawn y una reluciente Elena Anaya, que tiene que acarrear con un marido encarnado por Sergi López que nos da a entender que Allen cree que en España las relaciones tóxicas con pintores excéntricos están a la orden del día.

Ahora es cuando debo decir lo que siempre digo cuando una película de Woody Allen no me ha encantado: un Woody mediocre está siempre por encima de la media de lo que se estrena en cartelera. Pues lo reitero porque, aunque Rifkin’s Festival no sea uno de sus trabajos más sólidos, merece la pena tanto por su tributo al cine clásico europeo como por sus reflexiones acerca del remordimiento, las pulsiones románticas y, más importante aún, del inevitable momento en el que debemos asumir que jamás seremos tan brillantes como aspirábamos ser, algo que casa perfectamente con la modestia con la que Allen valora su propia carrera. Y claro, también está San Sebastián, que enamora aunque Vittorio Storaro se haya pasado con los brillos.

7/10

No hay comentarios: