21/5/20

The Lodge – Cautivos del pecado



Dir.: Severin Fiala, Veronika Franz
Int.: Riley Keough, Jaeden Martell, Lia McHugh, Richard Armitage, Alicia Silverstone, Danny Keough
¿De qué va?: Una futura madrastra queda atrapada con los dos hijos de su prometido en una cabaña solitaria durante una nevada. Justo cuando las relaciones entre ellos parecen mejorar, empiezan a sucederse eventos extraños y aterradores.

Reseña: Detecto una agotadora obsesión en los medios especializados, quizás alentada por las propias distribuidoras cinematográficas, de encontrar “la nueva gran película de terror”. Endosar esa etiqueta supone generar unas expectativas que probablemente no cuadren con las intenciones de la película en cuestión, generando asimismo decepción entre buena parte de un público que no encuentra lo prometido. ¿Es The Lodge la gran película de terror del año como se publicita en su cartel promocional? No. Ni siquiera estoy seguro de que pueda catalogarse en dicho género. Es más bien un drama psicológico sin sobresaltos ni gore pero con una habilidad casi quirúrgica a la hora de diseccionar el miedo al olvido de los series queridos, al recuerdo de las experiencias traumáticas y al castigo divino.


Tras su sonado debut en el largometraje de ficción, Goodnight Mommy (2014), la dupla de cineastas austriacos formada por Severin Fiala y Veronika Franz dan el salto a Hollywood manteniendo intacto su carácter europeo. The Lodge está emparentada con El sacrificio del ciervo sagrado (2017), y no solo porque ambas cuenten con la pequeña intervención de Alicia Silverstone en un registro muy turbador: al igual que el film de Yorgos Lanthimos, The Lodge tiene una atmósfera muy seca, con abundancia de planos abiertos que se van cerrando gradualmente en torno a los personajes, los cuales se ven enfrentados a una situación que se escapa de toda lógica. En este caso, se trata de una joven que se ve atrapada en una cabaña con unos niños que la repudian, mientras experimenta una serie de extraños sucesos que conectan directamente con su oscuro pasado.


La película mantiene un ritmo pausado y denso hasta el mismo final, exento del clásico clímax en el que suele concluir este tipo de historias, lo que convierte a The Lodge en una experiencia enrarecida de principio a fin, alentada por la enigmática presencia de la siempre fantástica Riley Keough. Es muy interesante e inteligente la forma en la que el film maneja su personaje, siendo al principio alguien esquivo pero muy presente en la narración, incluso revelándonos su pasado antes de poder ponerle cara, para luego sumergirnos en su psique conforme su cordura comienza a tambalearse frente a dos niños convenientemente repelentes, encarnados por el omnipresente Jaeden Martell y por Lia McHugh.


The Lodge requiere un esfuerzo, no tanto por su ritmo pausado como por el ejercicio de suspensión de credulidad que debe realizarse respecto a algunos aspectos de la trama. Si se supera, se podrá disfrutar de un relato tenebroso (que no terrorífico) que aborda cuestiones tan inquietantes como la influencia negativa de la maternidad, el fanatismo religioso, o la fragilidad de la estabilidad emocional cuando hay un trauma latente que puede reaparecer si se tocan las teclas adecuadas.

7/10

No hay comentarios: