3/10/19

Mientras dure la guerra – La brecha hispánica



Dir.: Alejandro Amenábar
Int.: Karra Elejalde, Eduard Fernández, Santi Prego, Carlos Serrano-Clark, Patricia López Arnaiz, Inma Cuevas, Tito Valverde, Nathalie Poza, Mireia Rey
¿De qué va?: Salamanca, 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno apoya la rebelión militar con la esperanza de resolver la caótica situación del país. Mientras tanto, el general Franco suma sus tropas al levantamiento, aspirando en secreto a tomar el mando de la guerra. Cuando el conflicto se torna sangriento y algunos de sus amigos son encarcelados, Unamuno se cuestiona su posición inicial.

Reseña: Es horrible empezar una crítica citando a un amigo, mi querido Luis Ogando, que a su vez hacía alusión a algo que leyó en un artículo, pero en este caso, conviene hacerlo para dejar claro algo fundamental desde el principio: es muy probable que el joven Alejandro Amenábar, el que revolucionó el cine español y de género con Tesis (1996), Abre los ojos (1997) y Los otros (2001) ya no exista. Esa época ya terminó. Ahora tenemos a un Amenábar maduro, que se decanta por géneros cinematográficos más clásicos como el melodrama (Mar adentro, 2004) o el cine histórico (Ágora, 2009), y que cuando intenta volver a sus orígenes (Regresión, 2015) le sale el tiro por la culata, porque ya no es el de antaño. A todos nos pasa: con la edad, perdemos facultades y adquirimos otras. Amenábar ha perdido capacidad para sorprender pero es probable que haya ganado aptitud para cautivar al gran público con historias que a priori no tienen elementos que puedan interesarles. Pasó con Ágora y vuelve a pasar con Mientras dure la guerra.


La película cuenta básicamente lo que se resume en el párrafo de la wikipedia de Miguel de Unamuno sobre la Guerra Civil, de su apoyo inicial a la rebelión militar para poco después arrepentirse por ello al ver todas las atrocidades que estaba cometiendo dicho bando, incluso en su círculo más cercano. No profundiza demasiado en las contradicciones del filósofo pero es un retrato limpio y correcto acerca de cómo una de las personas más sabias del país se equivoca y se debate entre sucumbir al miedo o dar un paso al frente. De forma paralela, se muestra la llegada de Franco al mando militar, y cómo con la ayuda del general Millán-Astray se convierte en la máxima autoridad del bando sublevado. Es muy interesante la forma en la que está retratado Franco en el film, pues no está caricaturizado como sí lo está Millán-Astray (Eduard Fernández), aunque habría que ver si este último era así de esperpéntico en la vida real. El Franco al que encarna con eficacia Santi Prego es en apariencia un “pobre diablo”, tal y como lo define Unamuno en un momento dado, pero a través de pequeños detalles y gestos se entrevé que en realidad es una persona taimada y ávida de poder, y que cuando al fin lo consiga no lo va a soltar; a las pruebas me remito…


Volviendo a Unamuno, el recto de la Universidad de Salamanca cobra vida a través de Karra Elejalde haciendo uno de esos ejercicios de interpretación en los que el actor hace suyo al personaje real al que encarna en vez de desaparecer en él, lo cual, en muchas ocasiones es mas interesante que dejarse llevar por las prótesis y la sobreactuación. Aquí hay mucho maquillaje, pero no resulta tan artificial como en otros muchos biopics. A pesar de su terquedad, el Unamuno de Elejalde resulta empático, cercano y hasta entrañable, y en el esperado clímax del film, aquel en el que Unamuno dio su famoso discurso y sobre el que toda la película está construida, el actor convence liderando el momento más emocionante del conjunto.


Alejandro Amenábar sigue siendo un gran contador de historias, y aunque técnicamente siempre resulte impecable, le pueden los recursos narrativos de brocha gorda: música rimbombante, flashbacks de juventud, intentos de emotividad manidos… Pero puede que eso le funcione a la hora de conectar con su público, y poder así transmitirles ese mensaje de entendimiento y diálogo que sobrevuela la película y que hoy en día se necesita aplicar en una España más fracturada que nunca. El problema es que al ser tan correcta, tan mansa, no deja poso, y así, el espacio para la reflexión se queda demasiado corto, con lo cual el film resulta menos memorable de lo que debería ser para lo necesario que es.

6’5/10

1 comentario:

Dialoguista dijo...

Que macana, la mayoría de las críticas que leo, dicen algo parecido, que no es lo que se esperaba del director que es de mis favoritos. Ansío ver la peli de todas formas.
Saludos!!!