8/8/19

Infierno bajo el agua – Temporal reptiliano




Dir.: Alexandre Aja
Int.: Kaya Scodelario, Barry Pepper
¿De qué va?: Una mujer se queda atrapada en una vivienda infestada de cocodrilos tras intentar salvar a su padre de las consecuencias de un huracán de categoría 5.

Reseña: Tiburón (1975) inició la tradición del blockbuster de verano, aquel estreno estival que atrae a los espectadores en masa para refugiarse de las altas temperaturas en la fresquita sala de un cine. La película tiene que ser pura y desacomplejada diversión, hecha para disfrutar armado de un buen paquete de palomitas y de una Coca-Cola. Hoy en día, cuesta imaginar que el título de blockbuster del verano pueda llevárselo algo que no sea una secuela, un remake o la adaptación de un material conocido por el gran público. Los espectadores acuden al cine sobre seguro, sabiendo lo que se van a encontrar, y los grandes estudios de Hollywood producen en consecuencia. Sin embargo, cada verano suele llegar alguna que otra película palomitera de la vieja escuela gracias a que su bajo coste le permite ser amortizada rápidamente en la taquilla. La de este año se llama Infierno bajo el agua (Crawl).


La película va como un tiro con su premisa: una chica, nadadora profesional, va a ver cómo está su padre, que no responde al teléfono mientras un enorme huracán empieza a hacer estragos en la zona. Cuando llega a la casa, acaba atrapada con él en un sótano que se va inundando cada vez más y con un mortífero cocodrilo al acecho. Consciente de que cualquier paso en falso convertirá a la película en la nueva Sharknado (2013), el director Alexandre Aja se toma en serio la labor de crear una historia de supervivencia angustiosa y salvaje que va in crescendo a lo largo de 87 minutos. No le falta ni le sobra nada salvo, tal vez, el conflicto familiar entre padre e hija, puesto que, al igual que en la igualmente disfrutable Infierno azul (2016,) parece un pegote puesto ahí para aportar algo de trasfondo, sin conseguir que resulte tan interesante como la tesis principal: el ser humano a ostias contra la naturaleza. Más que suficiente.


Infierno bajo el agua cuenta con un trabajo de fotografía muy efectivo, alguna que otra escena muy bestia, tensión a raudales y una protagonista, Kaya Scodelario, completamente entregada a la causa. También esquiva algún que otro lugar común del género, aunque en líneas generales, no tiene nada que la haga especialmente original, y los cocodrilos son terroríficos, si bien el CGI resulta evidente en varios planos. En definitiva, dignísima serie B que ofrece un tipo de entretenimiento obsoleto: aquel que no te obliga a llegar al cine con los deberes hechos y que no abona el terreno de cara a las secuelas. Evasión pura, dura y agradecida.

6’5/10

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