11/6/18

Una pequeña ayuda

Poster Tully


Dir.: Jason Reitman
Int.: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Ron Livingston, Mark Duplass, Asher Miles Fallica, Lia Frankland, Gameela Wright
¿De qué va?: Marlo es madre de tres hijos, entre ellos uno recién nacido. Su hermano se presta a pagarle los servicios de una niñera que la ayude con sus pequeños por la noche, y así es como entra en su vida Tully, una joven reflexiva y llena de sorpresas, con quien Marlo se mostrará reticente, aunque finalmente ambas crearán un fuerte vínculo.

Reseña: Si tuviera que hacer una lista de las películas más infravaloradas e incomprendidas de la última década, una de las primeras en incluir sería Young Adult (2011), una comedia negrísima con la que muy pocos empatizaron, quizás por el miedo a verse reflejados en su protagonista, una mujer que intenta llenar un vacío existencial tremendo a base de autoengaños y de revivir los sueños de la burbuja que fue su adolescencia. Tanto su director, Jason Reitman, como su guionista, Diablo Cody, no han conseguido estar tan inspirados desde entonces, no así su protagonista, Charlize Theron, que con su Imperator Furiosa de Max Max: Furia en la carretera (2015), nos dejó uno de los personajes más icónicos que nos ha dado el cine de acción. Siete años después, el trío ha vuelto a reunirse para Tully, película que aborda el drama de una madre en apuros desde una perspectiva íntima y profunda.

Tully2

Theron encarna a Marlo, una madre que hace malabarismos para hacerse cargo de sus tres hijos, uno de ellos recién nacido, mientras su marido (Ron Livingston) trabaja y juega a videojuegos hasta quedarse dormido. Exhausta, acepta el regalo ofrecido por su hermano (Mark Dupplass) de disfrutar de los servicios de una niñera que se haga cargo del bebé para que pueda dormir más por las noches. La niñera en cuesitón, Tully, encarnada por la siempre estupenda Mackenzie Davis, no es Mary Poppins ni falta que le hace, pues se presenta como un rayo de sol en una semana de lluvia para Marlo: cálida, curiosa, vivaz y amistosa. Al principio, Marlo se muestra recelosa, pero poco a poco irá abriéndose a ella, y su comportamiento irá cambiando conforme la relación se vuelve más íntima entre ellas. La película se revela como un estudio de personaje minucioso a través del cual se abordan cuestiones tan relevantes como la presión social a la que están sometidas las mujeres para ser féminas perfectas, madres perfectas y esposas perfectas, conceptos que parecen desfasados pero que lamentablemente siguen existiendo, aunque intenten pasar desapercibidos bajo un barniz de modernidad.

Tully

La contraposición entre Tully y Marlo también sirve para reflejar que, con los años, tendemos a resignarnos más ante los problemas que se nos presentan, así como a olvidar las grandes aspiraciones de la juventud, hasta llegar a un punto en el que nos vemos atrapados en una vida que no se corresponde con lo que aspirábamos a conseguir cuando nos veíamos con fuerzas para comernos el mundo. La desilusión de la vida adulta ya se ha abordado en numerosas películas, pero Tully consigue desmarcarse del resto con un giro de guion que confiere a la historia un tono mucho más amargo y triste que el aparente, a cambio de aceptar que hemos sido un poco engañados; pelín tramposo, pero justificado por todo lo que aporta al ya de por sí jugoso libreto obra de Diablo Cody, su trabajo más maduro hasta la fecha, sin perder esa mala baba y acidez que caracterizan su escritura. Jason Reitman también hace un estupendo trabajo de dirección, luciéndose en algunos montajes, como aquel que plasma la rutina diaria de Marlo, pero sobre todo facilitando que el guion y su estrella protagonista eleven la película.

Tully

A estas alturas, Charlize Theron no tiene que demostrar nada, ni tiene la necesidad de afearse o de engordar para recordarnos lo buena actriz que es, pero eso no quita que su interpretación en Tully merezca ser encumbrada como una de las mejores de su carrera. Porque más allá de las ojeras y los kilos de más, la sudafricana manifiesta a la perfección el agotamiento físico y psicológico de su personaje, el rencor que siente hacia el mundo, su insatisfacción personal, el amor a sus hijos y los efectos de la soledad y la tristeza en los que está sumida. El film se vale de métodos narrativos un tanto cuestionables para defender una tesis y un personaje que, por otra parte, son necesarios para derribar murallas y acabar con estigmas, y además, introduce una pequeña pero cariñosa reivindicación de la educación pública, tan necesaria como agradecida.

8/10

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