19/3/19

Beautiful Boy – Pobre niño rico


Dir.: Felix van Groeningen
Int.: Steve Carell, Timothée Chalamet, Maura Tierney, Amy Ryan, Kaitlyn Dever, Christian Convery, Oakley Bull, Timothy Hutton
¿De qué va?: Nic Sheff, un chico encantador y querido por todos, desarrolla una adición a las drogas que complica la relación con su padre, que intenta ayudarle por todos los medios.

Reseña: ¿Adónde van las películas con aspiraciones a Oscar que al final no nominan a nada? Unas desaparecen del calendario de estrenos, otras pasan directamente al mercado doméstico y otras, las más afortunadas, encuentran otra fecha de lanzamiento menos competitiva, donde no sea vean eclipsadas por aquellas que sí triunfaron en los premios. Este último es el caso de Beautiful Boy, debut en el cine norteamericano del director belga Felix van Groeningen (Alabama Monroe), quien llegó a la pre-temporada de premios con los deberes hechos: elenco de estrellas oscarizables, áurea de gran drama norteamericano y presencia en muchos festivales para poder entrar en la conversación a lo grande. Sin embargo, la película pasó de aspirar a todo a centrar sus esfuerzos en que Timothée Chalamet entrase en la categoría de mejor actor de reparto, y al final ni eso se llevó. Hay muy buenas películas que se quedaron este año fuera de los Oscar, pero Beautiful Boy no es una de ellas.


La película se basa en un libro de memorias del periodista David Sheff y de su hijo Nic, en el que relatan los complicados años que atravesaron cuando este último pasó de ser un chico ejemplar a un yonqui atolondrado. David se ve en una situación compleja al no saber cómo ayudar a su retoño, pues ni el cariño ni la mano dura parecen hacer efecto en él, inmerso en una espiral de autodestrucción de la que parece no querer salir. El conflicto es real, lo que pasa es que cuesta empatizar con un chaval que empieza a consumir drogas porque sí, porque puede, y que pertenece a una familia pija y privilegiada que le puede costear un centro de rehabilitación sin afectar en absoluto a su estabilidad económica. Los ricos también lloran, lo sabemos, pero aunque la película se esfuerce por reforzar el drama familiar con, por ejemplo, flashbacks de la época en la que padre e hijo iban a surfear tan colegas, la empatía no termina de fluir, sobre todo en la dirección del personaje de Chalamet, pues la forma en la que se trata su adicción resulta un tanto superficial, sustentada en lo que ya sabemos: lo complicado que es no recaer en el vicio.


No obstante, Beautiful Boy está más centrado en el punto de vista del padre, encarnado por un esforzado Steve Carell, que se debate entre estar para su hijo cada vez que lo necesita o esperar a que este caiga lo suficientemente hondo como para que el cambio salga de él mismo, aunque esa táctica conlleve el peligro de que no salga con vida de la próxima sobredosis. El personaje está bien construido, pero es una lástima que no se haya puesto tanto interés en los dos personajes femeninos importantes de la historia: por un lado, Maura Tierney dando vida a la esposa de David y madrastra de Nic. Ellase mantiene reservada durante el conflicto paternofilial y cuenta con una gran escena, pero nos hubiera gustado escucharla más, sobre todo porque nos transmite la sensación de ser la persona más sensata de la familia. Por el otro, Amy Ryan como la ex-mujer de David y la madre de Nic, un personaje que se introduce tarde en la historia y que queda un tanto desdibujado, con poco que aportar.


Groeningen se ha hecho las Américas y el viaje no le ha rentado demasiado. Su trabajo en Beautiful Boy no parece el de un autor llegado de Europa con cierto prestigio, sino el de un director al que se le ha encargado rodar un telefilme de lujo y con muchos pasajes musicales que intentan llegar con canciones adonde el resto no alcanza. Hace unos meses se estrenó otra película sobre un chico drogadicto y la complicada relación con su, en este caso, madre. Se llamaba El regreso de Ben, y tampoco se le hizo mucho caso, pero era muchísimo mejor y más honesta que este supuesto manual de ayuda a la drogodependencia juvenil que está tan seguro de su importancia que se olvida de aportar algo auténtico y que no esté dirigido a conseguir premios.

5’5/10

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