22/12/17

El crepúsculo de los ilusos

Poster Wonder Wheel


Dir.: Woody Allen
Int.: Kate Winslet, Juno Temple, Justin Timberlake, Jim Belushi, Jack Gore, Max Casella, David Krumholtz
¿De qué va?: Ginny es un ex actriz que trabaja como camarera cuya aburrida existencia de casada con el rudo operario de la noria de Coney Island dará un vuelco durante el verano en el que conoce a un apuesto salvavidas con aspiraciones de dramaturgo y a Carolina, su hijastra, que tiene problemas con ciertos gangsters.

Reseña: El cine de Woody Allen nunca ha destacado precisamente por su optimismo, pero hay una evidente tendencia en sus últimos obras a la amargura, ya sea a través de personajes sin salvación posible (Blue Jasmine), de reinterpretaciones de la orquestación del crimen perfecto (Irrational Man) o de la dulce melancolía por un amor del pasado que no podrá repetirse (Café Society). Que su último trabajo, Wonder Wheel, esté ambientado en los años 50, reafirma el renovado interés del cineasta por bucear en tiempos con más encanto y… ¿mejores?, pero lo de que la historia tenga un parque de atracciones como telón de fondo no indica ni por asomo que esta vaya a ser una de las comedias ligeras con las que algunos años nos ameniza el neoyorkino.

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La película, con tan solo cuatro personajes principales y unos pocos escenarios, se presenta como una tragedia griega en la que el deseo, la traición, las mentiras y el desamor se entrecruzan para definir el destino de los actores. Pero hay mucho más, porque todos ellos cargan o acabarán cargando al final de la historia con el peso y las consecuencias de errores fatales para los que no hay redención posible. Poco importa que se hayan producido por amor, o celos, con buenas o malas intenciones, o por equivocación, porque el daño está hecho y es irreparable. Solo queda vivir anclado en el pasado, recordando mejores tiempos, o soñando con expectativas de futuro inalcanzables, y evadirse de la vida como buenamente se pueda, ya sea mintiéndose a sí mismo, o por medio de actos de rebeldía, como hace el pirómano y cinéfilo hijo de la protagonista.

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Toda esa amargura y frustración vital de la que está empapado el film queda patente en el rostro de Kate Winslet, que no es ajena a roles de mujeres atrapadas en vidas que no les satisfacen (Revolutionary Road, Juegos secretos, Un dios salvaje…). Pero en su primera colaboración con Woody Allen, la actriz inglesa está particularmente antipática y neurótica, lo necesario para dar credibilidad y entidad al personaje, y aunque no se encuentre entre los papeles más memorables de su carrera (básicamente porque tiene muchísimos que resultan excepcionales), posee grandes momentos, como cuando le confiesa su pasado bajo el muelle a un afinado Justin Timberlake, o en el último acto de la narración. Juno Temple como la dulce joven en busca de recomenzar su vida y Jim Belushi como el marido gañán corto de miras completan un cuarteto protagonista que se beneficia de la buena mano que siempre ha tenido Allen para la dirección de actores.

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Llegados a este punto, es absurdo esperar que Woody Allen vaya a hacer algo distinto a lo que nos tiene acostumbrados. Los temas son familiares y recurrentes, pero están desarrollados con la notable habilidad analítica y reflexiva del cineasta. Lo más singular de Wonder Wheel es, sin duda alguna, el trabajo de fotografía de Vittorio Storaro, quien después de recuperar el brillo del Hollywood dorado en Café Society ilumina la Coney Island de los 50 con unos bellísimos tonos crepusculares, que mutan de frío a cálido y viceversa conforme cambia el tono y el devenir de la escena, y a veces, en un mismo plano. Es algo digno de ver y de admirar y que proporciona la estampa perfecta a una película tan hermosa como áspera, marcada por una pesadumbre contagiosa.

8/10

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