31/7/19

El rey león – Naturaleza muerta



Dir.: Jon Favreau
¿De qué va?: Simba es un pequeño león heredero del trono de la sabana africana. Sin embargo, al ser injustamente acusado por el malvado Scar de la muerte de su padre, se ve obligado a exiliarse. Durante su destierro, hará buenas amistades e intentará regresar para recuperar lo que legítimamente le corresponde.

Reseña: El fracaso comercial de Tiana y el sapo (2009) provocó que Disney abandonase la animación en 2D para centrarse en la tridimensional, que tan buenos resultados le estaba dando a través de Pixar. Y aunque ha sufrido muy pocos tropiezos desde entonces, resulta inevitable echar de menos esa magia bidimensional con la que nos maravilló a tantos de niños. Habría estado bien que la mercantilización de la nostalgia en la que estamos envueltos hubiese tirado por la revitalización de las técnicas de animación tradicionales en vez de por los remakes de acción real de clásicos Disney, pero eso habría conllevado un esfuerzo creativo extra (y un riesgo económico más alto). Siendo El rey león (1994) una de las películas Disney más exitosas, taquilleras y preferidas del gran público, el remedo era inevitable y, a la vista del resultado final, completamente innecesario.


Tras dirigir el mejor y más completo remake en acción real de Disney hasta la fecha, El libro de la selva (2016), Jon Favreau volvió a firmar con Disney para encargarse de El rey león, una apuesta sobre seguro que va en consonancia con una película que es prácticamente un calco de la original. Ya saben lo que se dice, si algo funciona… ¿para qué cambiarlo? Es una máxima que deberíamos poder aplicar también a los remakes, porque si la cinta original no ha envejecido nada mal, ¿por qué hacerla de nuevo con animales realistas? (Sin genitales, eso sí) Una vez termina la impresión que produce el gran nivel de detalle de los animales y las animaciones durante el prólogo del film, calcado plano a plano de su referente, revivimos la historia del crecimiento de Simba, tan sólida y bien narrada como en antaño, pero capada de toda emoción. De tan realistas que son los animales resultan inexpresivos, causando que secuencias tan míticas e impactantes como la de la estampida sean meros trámites narrativos.


Lo que al final consigue la obcecación por el realismo es coartar la imaginación y el espectáculo de la animación tradicional. ¿De qué sirve que las imágenes parezcan sacadas de National Geographic si no trasmiten nada? Esto se hace patente sobre todo en los números musicales: en la original, el Yo voy a ser el rey león era una explosión de color y de animales coristas, mientras que en el remake, se limita a Simba y Nala correteando entre la fauna para despistar a Zazú. Lo mismo ocurre con Scar, las hienas, la canción de Preparaos, la de Es la noche del amor, Rafiki… La película no deja de ser un homenaje a la original que no hace más que recordarnos lo buena, divertida e imaginativa que era aquella en comparación.


Hay cosas que están bien, como que el dúo formado por Timón y Pumba no haya perdido la chispa, que hayan dado un poquito más de cancha a las leonas y a Nala en particular, pese a que la voz de Beyoncé nos saque constantemente de la película, y es muy probable que estemos ante los mejores efectos especiales de la cosecha cinematográfica del 2019. El resto, no es más que un reflejo tan caro como aséptico. Los incondicionales de El rey león la sabrán apreciar porque, al fin y al cabo, se trata de la misma historia bajo un envoltorio espectacular, pero está tan carente de riesgo, imaginación y vida que para cuando llegue el siguiente remake, el de Mulán, ya habremos olvidado sus imágenes. Ese amigos, es el ciclo de la vida de los remedos Disney.

5/10

26/7/19

Muñeco diabólico – La digitalización de Chucky



Dir.: Lars Klevberg
Int.: Gabriel Bateman, Aubrey Plaza, Bryan Tyree Henry, Ty Cosiglio, Beatrice Kitsos, Tim Matheson, Trent Redekop, Carlease Burke
¿De qué va?: Karen es una madre soltera que busca el regalo perfecto de cumpleaños para Andy, su hijo. Después de encontrar un muñeco de moda y regalárselo a su hijo, será cuando ambos descubran la naturaleza maligna que esconde en su interior este juguete.

Reseña: Hay miedos de la infancia que conseguimos superar y otros que no. Chucky es uno de los que sí. Muñeco diabólico (1988) generó secuelas a cada cual peor y acabó mutando en autoparodia cuando encontró novia y tuvo un hijo. Michael Myers, Freddy Krueger y otros asesinos célebres de la época siguieron el mismo camino, pero aunque estos pueden generar alguna que otra pesadilla, para Chucky ya no había vuelta atrás. Aún así, el muñeco asesino se resiste a morir, dado que su creador, Don Mancini rodó hace unos años un par de secuelas que se estrenaron directamente en formato doméstico, prepara una serie de televisión que se estrenará el año que viene y acaba de estrenarse un remake que no cuenta ni con su implicación ni con su aprobación. Y con todo, resulta que el hijo bastardo no es en absoluto desdeñable.


Este remedo de Muñeco diabólico dirigido por Lars Klevberg se adapta a los terrores del siglo XXI cambiando su origen vudú por el tecnológico. Ahora forma parte de una línea de juguetes creada por una gran empresa tecnológica que le otorga la habilidad de conectarse y controlar el resto de aparatos electrónicos de la misma marca, algo así como el asistente virtual de Amazon con forma de niño pelirrojo. Sin embargo, como consecuencia de la explotación laboral, un muñeco defectuoso se pone a la venta y va a parar a un niño en los albores de la adolescencia carente de amigos y de figura paterna. Si el Chucky original adquiría su gusto por matar a través del alma de un asesino en serie, el Chucky 2.0 lo consigue por una tendencia innata a la sociopatía, pero sobre todo por aprendizaje del entorno; por ejemplo, contemplando el carácter divertido de la violencia que se muestra en la cultura audiovisual, aplicándolo a sus esfuerzos por hacer feliz a su dueño, Andy, y mantenerlo siempre cerca.


Chucky da bastante repelús, gracias en buena parte al fantástico trabajo de voz que hace Mark Hamill en la versión original, y aunque los sustos son simplones, la película pronto se adhiere al terreno de la comedia negra, sin caer en la parodia, por lo que ni llega a tomarse demasiado en serio a sí misma ni todo lo contrario. El joven protagonista, Gabriel Bateman, está francamente bien, sobre todo cuando su personaje está completamente desquiciado, y no ha podido tener madre más guay en la ficción que Aubrey Plaza. Además, visualmente la película luce bastante bien, cuenta con una acertada banda sonora compuesta por Bear McCreary y un histérico tercer acto. En definitiva, esto es Muñeco diabólico pasado por el filtro Black Mirror, y aunque no sea terrorífica, ni especialmente memorable, ni aproveche del todo el giro tecnológico, es bastante mejor que las secuelas, y un remake más decente que muchos otros que se han perpetrado de clásicos del terror.

6'5/10

22/7/19

O.C: Espartaco (1960)

¿De qué va?: En la Libira del Imperio Romano, un esclavo llamado Espartaco es vendido a Léntulo Batiato, dueño de una escuela de gladiadores en Capua. Tras ser entrenado para convertirse en gladiador, Espartado acaba dirigiendo una rebelión de esclavos que pone en jaque a los dirigentes de la República Romana.

Reputación: A través de su productora, Kirk Douglas compró los derechos de un libro de Howard Fast que romantizaba la figura histórica de Espartaco con la intención de convertirla en película. El propio Fast escribió un guion preliminar que Douglas consideró un desastre, así que decidió recurrir al guionista Donald Trumbo, que había sido dejado de lado en Hollywood al figurar en la lista negra de la caza de brujas contra el comunismo liderada por el senador Joseph McCarthy. No fue la única sustitución que se produjo, pues el primer director elegido, Anthony Mann, fue despedido tras la segunda semana de rodaje por discrepancias con Douglas, que consideraba que el director no estaba a la altura de una producción de esta envergadura. Se intentó que David Lean se encargara de la película, pero lo rechazó al igual que Laurence Olivier, que no se atrevía a dirigir y actuar mismo tiempo. Finalmente, Stanley Kubrick, que ya había trabajado con Kirk Douglas en Senderos de gloria (1957), aceptó el trabajo.


Después de su estreno en 1960, fue proyectada nuevamente en 1967, con 23 minutos menos que la proyección original, y otra vez en 1991 en la que se recuperaba el montaje original más otros 14 que se habían eliminado antes de primer lanzamiento; una de las escenas que más controversia había generado es aquella en la que el general Craso (Olivier) intenta seducir a su esclavo Antonino (Tony Curtis) haciendo una analogía acerca de comer ostras y caracoles con evidentes insinuaciones sexuales. Para evitar que la censura se ensañase al tratarse de un guion firmado por Trumbo, se pensó en usar un pseudónimo o en que Kubrick figurase como guionista, algo en lo que Douglas se opuso completamente. Finalmente figuró su nombre, y aunque hubo algunas protestas, el gran éxito de la película y unas declaraciones favorables hacia ella del presidente John F. Kennedy propició el inicio del fin de las listas negras en Hollywood. Espartaco fue nominada a 6 Oscar de los cuales ganó cuatro: mejor actor de reparto (Peter Ustinov), fotografía, vestuario y dirección artística. Con todo, Kubrick no quedó contento con el resultado y lo calificó como un “fracaso personal”. Su relación con Douglas se fue deteriorando según avanzaba el rodaje, y este último llegó a decir de él en publico que era “un mierdas talentoso”.


Comentario: Lo que hace que Espartaco destaque de la gran cosecha de péplums que se produjo en Hollywood entre los años 50 y 60 es la suma de los talentos de Kubrick y Tumbo hecha por Kirk Douglas, que no tiene ni un pelo de tonto. Kubrick, aun tratándose de un trabajo de encargo, dirige con la maestría que le caracteriza, traduciendo en imágenes un sólido guion que, a diferencia de sus congéneres, no hace ninguna concesión a la religión y presenta un marcado carácter político e ideológico. Es evidente que la persecución a la que fue sometido Trumbo y el consecuente ostracismo de Hollywood ayudaron a moldear la lucha de Espartaco contra el sistema, así como la dignidad y la tristeza de la que está impregnada su derrota. La película evita mitificar la figura de Espartaco, y con ello demuestra que no hace falta ser “el elegido” para liderar una revolución, sino tener el ímpetu y la convicción para ello.

Próximo visionado: American Graffiti  (1973)

18/7/19

Mascotas 2 – Más animadas animaladas



Dir.: Chris Renaud
¿De qué va?: Max se enfrenta a un importante cambio en su vida cuando su dueña Katie no sólo se casa, sino que se convierte en madre por primera vez. En un viaje familiar al campo conoce a un perro granjero llamado Rooster, con el que aprende a dominar sus miedos. Mientras tanto, Gidget trata de recuperar el juguete favorito de Max de un apartamento repleto de gatos. Snowball, por otro lado, se embarca en una peligrosa misión para liberar a un tigre blanco de sus captores en un circo de animales.

Reseña: Illumination Entertainment continúa siendo un estudio que produce películas de animación que funcionan muy bien en taquilla, siguiendo los pasos de Dreamworks cuando sacaba secuelas de Shrek, Madagascar y Kung-Fu Panda como churros hasta que el público se hartó. Los creadores de Gru y los omnipresentes Minions no necesitan igualarse con Disney y Pixar para sacar éxitos, aunque estos se consuman tan rápido como se diluyen en nuestra memoria. Con sus más de 875 millones de dólares recaudados a nivel mundial, Mascotas se convirtió en una de las películas más taquilleras del 2016 y la más lucrativa de Illumination, así que la secuela era inevitable. Sin embargo, si por algún motivo al final no hubiese salido a la luz, lo más probable es que nadie la hubiese echado en falta.


Mascotas estaba bien para echarse unas risas pero funcionaba mejor como tira cómica que como largometraje, pues no terminaba de explotar su premisa “prestada” de Toy Story para contar qué pasa con nuestros animalitos cuando no hay nadie en casa para que los vigile. Si aquella giraba en torno a lo que ocurría cuando el perro protagonista, Max, tenía que compartir su espacio con otro can, la secuela arranca con lo que pasa con Max cuando tiene que compartir su espacio con un bebé. No obstante, el recién llegado no vuelve a despertar los celos en él, sino un sentimiento de sobreprotección desmedido que puede atribuirse a todos los padres primerizos. En esta ocasión el protagonismo está un tanto más repartido, pues la trama de Max avanza en paralelo a otras dos, protagonizadas por la perrita Gidget y el conejito Snowball, que acaban unificándose en el tramo final. Mascotas 2 saca partido de lo mejor de su precedente, los secundarios, aunque a unos los mima más que a otros; ojalá más minutos en pantalla para el carlino Mel.


Esta secuela es muy continuista en lo que se refiere a ofrecer lo mismo que la anterior pero de forma un poco más dinámica, aunque le sentaría mejor una trama que fuese más mundana, costumbrista, en vez de tirar por la acción desenfrenada y genérica. Entre sus novedades cuenta con una perrita con la inconfundible voz de Tiffany Hadish y a un perro pastor con las cuerdas vocales de Harrison Ford que le enseña a Max la lección que impera en el film acerca de no dejar que el miedo nos impida llevar una vida plena, y que si nos caemos, nos volvamos a levantar con la misma. En Mascotas 2 hay entretenimiento ligero, risas esporádicas, amor por los animales y buenos valores… siempre que pasemos por alto que el villano sea un director de circo llamado Serguéi de marcado acento ruso. Lo de dejar de perpetuar los estereotipos negativos de Europa del Este ya si eso lo dejamos para otra ocasión.

6/10

15/7/19

Spider-Man: Lejos de casa – Super Eurotrip



Dir.: John Watts
Int.: Tom Holland, Jake Gyllenhaal, Samuel L. Jackson, Zendaya, Jacob Batalon, Jon Favreau, Angourie Rice, Cobie Smulders, Marisa Tomei
¿De qué va?: Peter Parker decide tomarse unas vacaciones e irse viaje por Europa con sus compañeros de instituto. Pero las vacaciones de verano darán un giro inesperado cuando aparezca Nick Furia y un nuevo aliado, Mysterio, para pedirle su ayuda en la batalla contra Los Elementales, criaturas de arena, piedra, agua y fuego que están creando el caos y la destrucción en todo el continente.

Reseña: Aún no nos hemos recuperado del torrente de emociones de Vengadores: Endgame y Marvel ya nos trae un nuevo episodio de su universo cinematográfico, lo cual arruina un poco la sensación de fin de ciclo que dejó la película de los hermanos Russo, por no hablar de que su anuncio también socavó el efecto sorpresa del regreso de Spiderman y de aquellos que habían desaparecido tras el chasquido de Thanos. En cualquier caso, Spider-Man: Lejos de casa se puede interpretar como un epílogo que muestra un poco cómo transcurre la vida después de que medio universo desapareciese durante cinco años y en qué estado se encuentra Peter Parker tras perder la figura paterna y modelo a seguir que representaba Tony Stark (y probablemente mientras el tío Ben se revolvía en su tumba).


Tras esforzarse para poder ser tomado en serio como superhéroe, Peter necesita de unas vacaciones en las que solo pueda preocuparse de las cosas típicas de su edad, sobre todo en qué hacer para acercarse a la chica que le gusta, pero Nick Furia le agua la fiesta cuando se presenta solicitándole su ayuda acompañado de un nuevo superhéroe que aspira a ser el referente que el joven echa en falta. Al igual que Homecoming, la película se sustenta en los malabarismos que tiene que hacer el protagonista para salir airoso tanto en su faceta como adolescente como en la superheróica, con un sentido del humor muy "marvelita", pero sobre todo con una visión de la juventud a lo John Hughes que cuida y defiende a los incomprendidos y marginados de la clase. Sin embargo, ese toque de comedia de instituto funcionaba mejor en casa que lejos de ella, puesto que el humor y el ejercicio de deconstrucción del género ya no resulta tan refrescante y el cambio de localización a Europa solo es aprovechado para tener escenarios de batalla diferentes a los habituales.


En líneas generales, Homecoming me funciona mejor que Lejos de casa aunque haya cosas de esta última que me gustan más. Por ejemplo, la consagración de Tom Holland como Spiderman definitivo y lo bien que lleva todo el peso de la película sobre sus hombros. Otro punto a su favor sería el incremento de protagonismo de Zendaya, la química y la complicidad que tiene con Holland y el desarrollo de su relación, entre embarazoso y entrañable. El mejor gag recurrente de la película reside en la subtrama protagonizada por Jacob Batalon y Angourie Rice, que también ha gozado de un incremento de minutos en pantalla. Y por supuesto, en el lado bueno de la balanza también se encuentra Jake Gyllenhaal, del que, para no incurrir en spoilers, tan solo diremos que luce fantástico y que su participación está bastante aprovechada.


John Watts y el guionista Chris McKenna han realizado un buen y continuista trabajo con Lejos de casa, prestando suma atención al crecimiento personal de Peter Parker, pero le pasa factura haberse estrenado tan cerca de dos películas como Endgame y Spider-Man: Un nuevo universo que la superan en ambición, emoción y creatividad. No es de lo peor del MCU pero tampoco de lo mejor, y alterna giros de guion predecibles con otros que no lo son tanto, sobre todo aquellos que se desvelan en sus dos escenas post-créditos y que dan pistas sobre por dónde pueden ir los tiros en la Fase 4. A todo esto, ¿cómo es posible que a estas alturas haya gente que abandone la sala de una película de Marvel nada más empezar los títulos de crédito?

7/10

7/7/19

O.C: El expreso de medianoche (1978)

¿De qué va?: Un ciudadano estadounidense, Billy Hayes, es detenido en el aeropuerto cuando se dispone a salir de Turquía con una importante cantidad de droga. En el juicio, Hayes recibe una sentencia ejemplar: treinta años de condena. Comienza de este modo un largo calvario, en el que Hayes debe sobrevivir a las inhumanas condiciones de reclusión del régimen penitenciario otomano.

Reputación: Adaptación cinematográfica del libro de memorias de Billy Hayes de cuyo guion se encargó un primerizo Oliver Stone, mientras que la dirección corrió a cargo de Alan Parker.  Ante la imposibilidad de rodar en Turquía, toda la parte que se ambienta en la prisión de Sagmalcilar se rodó en el Fuerte de San Telmo, ubicado en Malta. Columbia Pictures quería a Richard Gere para el papel protagonista, algo en lo que no estaba de acuerdo Parker ante la negativa del actor de pasar por una audición. El director insistió en hacer una prueba a Sam Bottoms, Dennis Quaid y Brad Davis, lo que propició que el estudio se diese cuenta de que Gere no era la mejor opción y que apoyase la elección de Davis. La película fue uno de los mayores éxitos del año 78 y fue nominada a seis Oscars aunque solo ganó dos: mejor guion adaptado y banda sonora. Sin embargo, veinte años después del estreno del film, el propio Bill Hayes reconoció que la película es una versión muy exagerada de lo que le ocurrió en la prisión de Estambul, y tanto él como Oliver Stone pidieron disculpas por haber dañado la imagen pública de Turquía durante décadas. De hecho, la película no se estrenó en los cines del país y fue prohibida hasta que se emitió en una cadena de televisión privada en 1992.


Comentario: Que la imagen de Turquía se haya visto tan negativamente afectada tras el estreno del film es señal inequívoca de lo efectiva (y efectista) que es El expreso de medianoche. Pasa un poco por encima del acto delictivo que realiza Hayes para centrarse en el proceso judicial de pacotilla y en las torturas y vejaciones a las que es sometido por sus carceleros. Por otra parte, la relación afectiva que mantuvo Hayes con uno de sus compañeros de prisión, de la que habló abiertamente en su libro, es mostrada de forma tímida y ambigua porque al parecer, el público de los 70 podía ver cómo un hombre es molido a palos, pero de ninguna manera besándose con otro hombre. Polémicas aparte, se trata de una película notable en todos los aspectos, con muy buenas interpretaciones por parte de Brad Davis y John Hurt, y que transmite perfectamente la angustia, el desasosiego y la impotencia de estar atrapado en una prisión donde no hablan tu idioma, lejos de casa, y en la que la esperanza se va apagando conforme pasan los años, reducido a una sombra de lo que una vez fuiste.

Próximo visionado: Espartaco (1960)

6/7/19

La (des)educación de Cameron Post – (Des)orientación juvenil



Dir.: Desiree Akhavan
Int.: Chloë Grace Moretz, Sasha Lane, Forrest Goodluck, John Gallagher Jr., Jennifer Ehle, Emily Skeggs, Quinn Shepard, Dalton Harrold
¿De qué va?: En 1993, una joven es obligada por su conservadora familia a asistir a un centro de terapia para reorientar la sexualidad de jóvenes homosexuales.

Crítica publicada originalmente en Cinemagavia

Reseña:
La adolescencia es descubrimiento y confusión. Descubrimiento de uno mismo y del mundo de los adultos y confusión al no saber de qué manera se puede encajar en él. Es una época en la que empezamos a valernos por nosotros mismos, pero en la que aún estamos sometidos al sistema de creencias, expectativas y reglas sociales del entorno que nos rodea, al que se puede reaccionar básicamente de dos maneras: acatando o rebelándose. La (des)educación que experimenta Cameron Post en un centro de terapia de conversión sexual se basa en el conflicto entre esas dos posturas, o lo que es lo mismo, el adoctrinamiento contra la libertad.


A poco que sepas acerca de este tipo de centros de reorientación, reconocerás en el film de Desiree Akhavan sus principales señas de identidad: una figura autoritaria que afirma haber curado su homosexualidad, la moralidad cristiana como arma salvadora, la eliminación de cualquier atisbo de individualismo, la insistente búsqueda de culpabilizar a los padres… A diferencia de la reciente Identidad borrada (2018) con la que comparte temática, la película de Akhavan no contiene ninguna escena de terapia que resulte especialmente chocante ni violenta pero, tal y como se dice en una escena del film, «programar a las personas para que se odien a sí mismas también es abuso emocional». Cameron tiene que lidiar no solo con el odio y la vergüenza que le intentan inducir por haber intimado con una amiga, sino con el odio que sentimos todos hacia nosotros mismos en una etapa tan complicada, engorrosa y decisiva como es la adolescencia.


Desde que despuntó como Hit-Girl en Kick-Ass (2010) con tan solo 13 años, Chloë Grace Moretz jamás ha estado tan bien como dando vida a Cameron Post. Nunca se ha mostrado tan vulnerable y tan auténtica, reflejando el caos mental y el aturdimiento al que está sometido su personaje. Todos su compañeros también están notablemente definidos e interpretados, estando aquellos que conforman la resistencia (Sasha Lane y Forrest Goodluck) y los que intentan por todos los medios encajar y asumir los principios que les están inculcando, incluso a través de gimnasia eclesiástica (estupenda Emily Skeggs). La película destaca, además, por el certero retrato que hace de los dos educadores, la hermética psiquiatra encarnada por Jennifer Ehle, y su hermano (John Gallagher Jr.), un tipo que afirma con orgullo haber curado su homosexualidad pero que no tiene ni idea de lo que está haciendo, sumido en la más completa y absoluta soledad.


La (des)educación de Cameron Post es, ante todo, un drama de espíritu crítico libre de los estallidos melodramáticos presentes en este tipo de películas. La protagonista descubre quién es y decide qué rumbo tomar de forma muy natural y orgánica, a través de un guion tan bien escrito como dirigido por Desiree Arkhavan, que dota a cada imagen de significado y belleza. En definitiva, una gran entrada al género ‘Coming-of-Age’ y un viaje a los 90 que evidencia tanto las tácticas ejercidas por la homofobia que siguen vigentes a día de hoy como la atemporalidad de la desazón adolescente.

8/10

5/7/19

Yesterday – Una cuestión de legado



Dir.: Danny Boyle
Int.: Hamish Patel, Lily James, Kate McKinnon, Ed Sheeran, Joel Fry, Ellise Chappell, Harry Michell, Sophia Di Martino, Lamorne Morris
¿De qué va?: Un músico con problemas para abrirse camino se da cuenta de que es la única persona del planeta que puede recordar a los Beatles tras despertar en una línea temporal alternativa en la que la banda nunca ha existido.

Reseña: La cinematografía británica no sería la misma si no hubiesen existido Danny Boyle y Simon Curtis. El primero es uno de los directores británicos más importantes de los últimos 20 años, capaz de aplicar su impronta personal en una gran variedad de géneros, y el segundo es el autor por excelencia de la british rom-com (Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill, Love Actually…). De la colaboración de ambos nace Yesterday, película que parte de la curiosa premisa de que, tras un apagón mundial, la banda británica más importante de la historia, los Beatles, jamás tuvo lugar, y por tanto, nadie recuerda sus canciones… Nadie excepto un músico de poca monta que aprovecha la situación para cantar sus temas como si fueran propios y así lanzar su carrera al estrellato.


Es la clásica historia del impostor con el añadido de que, a priori, nadie podría ser capaz de desenmascararlo. El afortunado músico, al que da vida el debutante y muy correcto Hamish Patel, hace suyas las canciones míticas de Lennon, McCartney y compañía, sin ni siquiera saber o entender el significado de muchas de ellas, aunque el impacto cultural continúa siendo enorme; si hay algo que enfatiza el film, es que esos temas son auténticos himnos, igual de vigentes en la década de los 60 como medio siglo después, y que el carisma y el carácter contestatario de sus autores también tuvo mucho que ver en la ecuación de su éxito. Pero no hay que olvidar que esto es en realidad una comedia romántica, así que al tiempo que Jack (Pattel) es moldeado por la industria musical y por una mánager codiciosa (genial Kate McKinnon), la relación con su mejor amiga y acérrima fan, Ellie, se complica al revelarse sentimientos largamente ocultos y ante la brecha que genera la fama entre ambos. Lily James da vida a Ellie con la simpatía y el candor que la caracterizan, y aunque su relación con Jack resulta entrañable, le falta ese carácter especial y mágico que caracteriza a las grandes historias de amor escritas por Simon Curtis.


La mezcla de romance y fantasía funcionó estupendamente en el anterior film del guionista Una cuestión de tiempo (2013), pero en Yesterday no pasa de la corrección. Ni la historia de amor es remarcable ni las ideas que aporta sobre la fama, el precio del éxito, el remordimiento o el impacto de la cultura popular en la vida de las personas resultan especialmente novedosas ni están demasiado desarrolladas. Por su parte, Danny Boyle compone planos desde ángulos peculiares, introduce transiciones un tanto cuestionables entre secuencias y poco más. Es una película que rinde un bonito homenaje a los Beatles y que se gana fácilmente nuestra simpatía, pero eso no es suficiente para impedir que sintamos cierta decepción al descubrir que, a diferencia de la música de la banda británica, resulta bastante olvidable.

6/10

2/7/19

Itinerario de estrenos de julio 2019




Spider-Man: Lejos de casa: La fase 3 del Universo Cinematográfico de Marvel concluye con la segunda aventura en solitario del Hombre Araña al que da vida Tom Holland. En esta ocasión, se embarca con sus compañeros de clase en un viaje por Europa que es interrumpido por Nick Furia, que le pide su ayuda para acabar con unas criaturas elementales que están ocasionando estragos en el continente. Jon Watts vuelve a encargarse de la dirección tras Homecoming, mientras que Jake Gyllenhaal (Velvet Buzzsaw) es el fichaje estrella de un elenco en el que repiten Zendaya, Jacob Batalon, Marisa Tomei y Samuel L. Jackson entre otros. Las críticas de momento han sido bastante positivas.
Estreno: 5 de julio





La (des)educación de Cameron Post: Adaptación cinematográfica de la novela homónima de Emily M. Danforth sobre una joven que, a principios de los 90, es enviada por su tía a un centro de terapia de reeducación sexual. Dirige Desiree Akhavan (The Bisexual) con un reparto encabezado por Chloë Grace Moretz (La viuda), Sasha Lane (Hellboy), John Gallagher Jr. (Calle Cloverfield 10) y Jennifer Ehle (I Kill Giants). Pese a haber ganado el premio a mejor película del Festival de Sundance del año pasado, al film le costó bastante encontrar distribución, estrenándose finalmente con muy poca promoción. Merece mucho la pena. En breve, reseña.
Estreno: 5 de julio





Yesterday: Danny Boyle (Steve Jobs) en la dirección y Simon Curtis (Una cuestión de tiempo) al guion son los artífices de esta comedia romántica con toque fantástico en la que un músico sin éxito se despierta tras haber sufrido un accidente en el que nadie conoce las canciones de los Beatles excepto él, lo que aprovechará para lanzar su carrera al estrellato. El debutante Hamish Patel, Lily James (La sociedad literaria y el pastel de piel de patata), Ana de Armas (Blade Runner 2049) y Kate McKinnon (El espía que me plantó) protagonizan el film, que ha cosechado críticas en su mayoría positivas, pero sin despertar mucho entusiasmo.
Estreno: 5 de julio






Varda por Agnès: Documental de Agnès Varda (Caras y lugares) que gira en torno a su experiencia como directora y que se ha convertido en su testamento fílmico, al haber fallecido el pasado 29 de marzo a los 90 años de edad. El film se presentó fuera de concurso en el último Festival de Berlín y ha recibido críticas excelentes.
Estreno: 5 de julio





El rey león: Remake en CGI del clásico Disney del 1994 de cuya dirección se ha encargado Jon Favreau (El libro de la selva). El reparto de voces está encabezado por Danny Glover (Han Solo: Una historia de Star Wars), Beyoncé (Obsesionada), Chiwetel Ejiofor (El niño que domó el viento), Seth Rogen (Casi imposible), Billy Eichner (Amigos de la universidad) y James Earl Jones, que vuelve a prestar su voz a Mufasa. La historia es exactamente la misma que la de antaño: tras el asesinato de su padre, un joven león abandona su reino para descubrir el auténtico significado de la responsabilidad y de la valentía. Reventará la taquilla este verano.
Estreno: 19 de julio





Midsommar: Un año después de debutar a lo grande con Hereditary, Ari Aster presenta su segundo trabajo, un nuevo relato de terror sobre una pareja norteamericana en crisis que acude a un festival de verano que se celebra cada 90 años en una aldea remota de Suecia. Pero lo que comienza como unas vacaciones de ensueño en un lugar donde nunca se pone el Sol, acaba convirtiéndose en una oscura pesadilla cuando empiezan a sucederse los extraños rituales festivos. Florence Pugh (La chica del tambor), Jack Raynor (Kin) y Will Poulter (Black Mirror: Bandersnatch) protagonizan la película, que está ocasionando disparidad de opiniones, aunque la mayoría positivas.
Estreno: 26 de julio





Súper empollonas (Booksmart): Olivia Wilde (Como la vida misma) debuta en la dirección con esta comedia sobre dos amigas que, en vísperas de la graduación del instituto, se lamentan de haberse centrado tanto en los estudios, y por tanto de no haberse divertido más, así que deciden recuperar el tiempo perdido durante una noche loca. Kaitlyn Dever (Beautiful Boy) y Beanie Feldstein (Lady Bird) son las protagonistas de una película que ha obtenido buenísimas críticas en Estados Unidos.
Estreno: 26 de julio




1/7/19

Actriz del mes: Florence Pugh



Nombre completo: Florence Pugh

Fecha de nacimiento: 3 de enero de 1996

Lugar de nacimiento: Oxford, Inglaterra (Reino Unido)

Filmografía destacada:

Black Widow (¿?)
Little Women (2019)
Midsommar (2019)
Peleando en familia (2019)
La chica del tambor (Miniserie de TV) (2018)
Malevolent (2018)
El rey proscrito (2018)
Rey Lear (TV Movie) (2018)
El pasajero (2018)
Lady Macbeth (2016)
Marcella (Serie de TV) (2016)
Studio City (TV Movie) (2015)
The Falling (2014)


Méritos: Un día, me puse a ver Lady Macbeth sin saber gran cosa de la película, por ver todas las participantes en el NoOscarFest, y no solo me gustó muchísimo la película, sino que me quedé prendado de su protagonista. Era una chica joven a la que no había visto en ningún otro sitio, pero de la que me impresionó sobre todo la facilidad con la que exteriorizaba las emociones de su personaje a través de las expresiones de su cara, y lo bien que se acomodaba al tono del film, a medio camino entre el drama y el humor negro. Me quedé con su nombre, Florence Pugh, intuyendo que la chica daría mucho más de qué hablar, y aquí estamos, un año después, dedicándole un mes.

¿Pero quién es Florence Pugh? Pues una chica de 23 años que debutó en el cine en el  año 2014 con The Falling, junto a Masie Williams (Arya en Juego de tronos). Hasta entonces no tenía ninguna experiencia profesional en la interpretación, pero sí un canal de Youtube, que conserva aunque ya no actualice, donde subía videos suyos cantando versiones de canciones guitarra en mano. Lady Macbeth supuso su lanzadera, reportándole una nominación al premio concedido a estrellas emergentes por los BAFTA, y desde entonces no ha parado de trabajar. Este año la hemos podido ver en la miniserie La chica del tambor dirigida por Park Chan-wook, en el éxito indie Peleando en familia, y muy pronto en la terrorífica Midsommar, el muy esperado segundo trabajo de Ari Aster, director de Hereditary. Para otoño estará junto a Meryl Streep, Laura Dern, Saoirse Ronan y Timothée Chalamet en la adaptación de Mujercitas que ha rodado Greta Gerwig, y lo siguiente será acompañar a Scarlett Johansson en la película centrada en Viuda Negra. Si ha conseguido todo esto en seis años dedicándose a la interpretación, imagínense de lo que puede ser capaz en el futuro próximo. Ya no hay excusa que valga para no saber su nombre.



Extras:

Tráiler de Midsommar

Tráiler de Peleando en familia

Corto ‘In The Time It Takes To Get There’ de Zach Braff

Wonderwall cantada por Florence Pugh