28/11/15

El fin del ayuno

Poster Los juegos del hambre

Dir.: Francis Lawrence
Int.: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth, Donald Sutherland, Julianne Moore, Sam Claflin, Natalie Dormer, Mahershala Ali, Elizabeth Banks, Woody Harrelson, Jena Malone, Willow Shields
¿De qué va?: A medida que la guerra de Panem se intensifica y más distritos son destruidos por el Capitolio, Katniss Everdeen, la reacia líder de la rebelión, debe reunir a un ejército contra el Presidente Snow, mientras que todo lo que ella ama pende de un hilo.

Reseña: El capítulo final de la saga cinematográfica de Los juegos del hambre se ha estrenado con titulares que la tildan de fracaso, y todo porque ha recaudado 101 millones de dólares en su primer fin de semana en la taquilla americana. Pocas películas pueden alardear de alcanzar esa cifra en tan poco tiempo, pero el resultado adquiere matices al ver que es la que menos ha recaudado de las cuatro películas de la franquicia en el mismo período. No sabemos muy bien la razón del interés decreciente (¿cansancio? ¿la irregular acogida de la anterior entrega?) pero de cualquier forma, Sinsajo: Parte –2 debería cumplir las expectativas de los fans más intransigentes de los libros, aunque decepcionará a aquellos que esperaban que la guerra de Panem culminase en un final apoteósico.

Sinsajo3

Hay algo bueno de que hayan dividido la historia de Sinsajo en dos partes: que toda la morralla se ha quedado en la primera. Hechas ya las presentaciones, la película empieza yendo directamente al grano con el ataque frontal al Capitolio, pasando por fin de las cansinas propos y del eterno dilema de la protagonista sobre ejercer o no de imagen de la rebelión. Sin embargo, las tribulaciones románticas y subversivas de Katniss siguen ocupando gran parte de la atención, tal y como apunta Johanna (Jena Malone) en una maliciosa pero muy acertada observación. Afortunadamente, existe una mejor proporción entre las escenas tranquilas y dialogadas y los pasajes de acción. La dirección de Francis Lawrence se ciñe a traducir en imágenes un guión que sigue de forma muy fidedigna su referente literario, con suma corrección pero escasos alardes cinematográficos; los escenarios, especialmente las calles de Panem, están demasiado vacíos y poco destruidos para transmitir una imagen creíble de escenario bélico.

Sinsajo2

No obstante, la emotividad, la tensión y la pesadumbre implícita en la historia se respira de principio a fin, en buena parte gracias a una Jennifer Lawrence que sigue erigiéndose como el principal valor del título, realizando aquí la que tal vez sea su interpretación más entregada, visceral y ajustada de la saga. Si bien Donald Sutherland sale por fin de la sombra y goza de una presencia destacada, buena parte del reparto queda relegado a un discretísimo segundo plano, y aunque algunos jueguen un papel importante en el desenlace, su impacto es menor porque apenas los hemos visto en pantalla en esta entrega (otro de los problemas derivados de dividir la historia en dos).

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Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2 es un cierre coherente y satisfactorio de la saga. No aporta nada novedoso al libro en el que se basa, lo cual será motivo de júbilo para aquellos que creen que una película debe ser un calco de su referente literario, sin que falte ni una coma. Mientras que el blockbuster moderno articula los desenlaces con mucha pirotecnia y poca sustancia, la película se decanta por mostrar cómo el fin de la guerra responde más por los intereses de individuos que quieren heredar el poder que por un auténtico giro por la democracia social. Que todo cambie para que al final no cambie nada. No es un final feliz, ni complaciente, ni triunfalista, pero era el que la historia demandaba, coronado con un epílogo perfecto que esclarece en pocos minutos el porvenir de su heroína. No sé si te echaremos de menos pero gracias por venir, Katniss Everdeen.

7’5/10

27/11/15

Generación perdida busca encontrarse

Poster Mistress America

Dir.: Noah Baumbach
Int.: Greta Gerwig, Lola Kirke, Matthew Shear, Heather Lind, Jasmine Cephas Jones, Kathryn Erbe, Michael Chernus, Cindy Cheung
¿De qué va?: La vida de Tracy, una joven solitaria decepcionada con su vida universitaria en Nueva York, da un giro cuando conoce a su futura hermanastra, la impetuosa y aventurera Brooke, al quedar fascinada ante su estilo de vida y sus planes a cada cual más alocado.

Reseña: Por avatares de la distribución cinematográfica, casi han coincidido en la cartelera española los dos últimos trabajos del director y guionista Noah Baumbach: Mientras seamos jóvenes (que data del año pasado), y Mistress America. Son las dos últimas piezas de un fresco que el cineasta está montando a través de su filmografía sobre la frustración que se experimenta a los 20, a los 30 y a los 40 cuando la vida que se lleva no encaja con las expectativas personales creadas de antemano. Frances Ha, Greenberg, Margot y la boda, Una historia de Brooklyn… Todas están protagonizadas por personajes un tanto narcisistas que creen que el mundo es quien se ha puesto en su contra, cuando son ellos los que deben aprender a adaptarse a él para sobrellevar sus existencias un poco mejor. Lo de la felicidad si acaso llegará luego.

Mistress America2

En Mistress America encontramos a dos mujeres que comparten una gran conexión, representantes cada una de su generación, tan cercanas en el tiempo como separadas en bagaje: Brooke, nacida a principios de los 80, creció con la idea de que podría ser todo lo que quisiese en la vida, y ahora se encuentra un poco perdida, haciendo de todo y no haciendo nada a la vez, celebrando su libertad pese a que busque algo a lo que aferrarse a largo plazo. Por el contrario, la recesión económica pilló a Tracy en el instituto, por lo que llega a la universidad con la lección aprendida, educada para ser práctica y competitiva, y por eso siente una gran fascinación por su futura hermanastra y su carisma autodestructivo. A todos nos ha pasado alguna vez, conocer a alguien de personalidad arrolladora al que le descubrimos sus fisuras cuando nos acercamos demasiado, esas inseguridades que esconde tras su amplia sonrisa, lo que lo convierte en alguien mucho más interesante y humano.

Mistress America

La primera parte de la película se centra en la complicidad que surge entre las dos chicas. Greta Gerwig interpreta un personaje hecho a su medida (ella es co-autora del guión), por el cual podemos entender y compartir la atracción que siente su nueva amiga, a la que da vida la joven Lola Kirke, toda una revelación: tiene atractivo, una voz con personalidad y actúa estupendamente. Apunta maneras. Hacia la mitad del metraje el film da un cambio de rumbo, se centra en un único espacio y añade varios personajes a la ecuación que entran y salen del escenario mientras los diálogos se cruzan de un lado para otro, las situaciones absurdas se encadenan y el ‘timming’ cómico marcha como un reloj. Es un cambio drástico en la narración, pero ambas partes funcionan a la perfección y se complementan entre sí, otorgando a la película de una personalidad única.

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Mistress América no es sólo el trabajo más divertido de Baumbach, sino la película que mejor ha implementado el espíritu de la screwball comedy clásica en el cine moderno. El cineasta tiene un don para hacer comedias de apariencia ligera en las que sólo hay que escarbar un poco para encontrar observaciones lúcidas, mordaces y agridulces sobre cómo funciona la sociedad occidental de hoy en día. La película no debería ser etiquetada como una mera expansión de Frances Ha, porque tiene suficientes méritos y hallazgos para sostenerse por sí sola. Todos podemos sentirnos identificados tanto con la arrogancia de Tracy como con el autoengaño y la angustia silenciosa de Brooke, sin importar en qué año hayamos nacido ni aunque no queramos reconocerlo. Tarde o temprano, todos lo hemos pasado mal al no saber dónde está nuestro lugar.

8’5/10

23/11/15

Camino al descalabro

Poster Entourage

Hace cuatro años concluía Entourage (El séquito), serie de la HBO que seguía los pasos de una estrella de cine en ciernes y de los colegas que le seguían en su viaje a la cima de Hollywood. En la reseña que le dediqué en su momento defendí la idea de hacer un spin-off protagonizado por Eli Gold, el visceral representante al que daba vida Jeremy Piven, pero como estaba previsto, su creador, Doug Ellin, se decantó por un largometraje que continuase con la historia de Vince y sus amigos en la gran pantalla. Una película que llega demasiado tarde y que tal vez no era tan demandada por el público como sus responsables creían.

Entourage

Aunque al principio nos vendiesen Entourage como la respuesta masculina a Sexo en Nueva York, nunca llegó a ser un fenómeno social y cultural a la altura de la serie de Sarah Jessica Parker (ni creo que esa fuese su intención). Por eso, no es de extrañar que la película se saldase con un fracaso de taquilla el pasado verano, con 44 millones de dólares recaudados que no amortizarán los 30 millones de presupuesto. Una tv-movie o una temporada especial como la próxima de Expediente X habría sido algo más apropiado o, mejor aún, no hacer nada y dejar la historia tal y como terminó, pues esta película no es más que un sucedáneo en el que sobresalen más los defectos que las virtudes de la serie.

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Vince (Adrian Grenier) ha decidido que es el momento de probar suerte en la dirección, con una versión contemporánea de El Doctor Jeckyll y Mr. Hyde, pero la situación se complica cuando necesita más dinero para acabar la película, y su antiguo agente reconvertido en productor, Ari Gold, recibe una negativa rotunda por parte de uno de los inversores del proyecto. Con esta premisa, la película intenta traer de vuelta el espíritu de la serie, y lo consigue sólo a medias, cuidando el escaparate pero desatendiendo el interior: mucha supermodelo, mucho coche de lujo de tapicería reluciente, mucho guiño a los fans, muchos cameos, pero poca, muy poca, chicha. Lo mejor de la serie era la sátira que hacía de Hollywood, ver cómo funcionaba la industria por dentro: las negociaciones contractuales, la búsqueda del siguiente blockbuster, la celebración de los éxitos, la asimilación de los fracasos, el papel de la prensa… En cambio, la película parece una larga y tardía celebración de fin de rodaje sin nada nuevo que ofrecer.

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Cada personaje principal goza de una subtrama idéntica a las que protagonizaban en la serie, siendo la principal novedad que Turtle (Jerry Ferrara) se ha quedado en la mitad de su peso anterior y hace alusión a ello en prácticamente todos los diálogos en los que interviene. Los cameos son entre pasables y gratuitos, sin ninguna aparición especialmente relevante salvo, quizás, Haley Joel Osment haciendo de niñato cretino, y el machismo contenido de forma diluida en la serie se muestra aquí indiscutible en el retrato que hace de todas y cada una de las féminas de la trama, con Emily Ratajkowski como nueva mujer objeto por la que todos los hombres babean. Y para rematar, el desenlace es un auténtico circo inverosímil que mata las intenciones realistas de la serie, en la que todo lo que pasaba resultaba cuanto menos un creíble reflejo del estado actual de la industria. En definitiva, Entourage perpetúa la creencia de que continuar una serie con un largometraje es una idea terrible, puesto que, al igual que pasó con Sexo en Nueva York, no sólo no está a la altura de su precedente, sino que empaña su recuerdo y lo convierte en una mera caricatura.

4/10

21/11/15

Viaje iniciático al infierno

Poster Beasts of no nation

Dir.: Cary Joji Fukunaga
Int.: Abraham Attah, Idris Elba, Richard Pepple, Opeyemi Fagbohungbe, Ama K. Abebrese, Grace Nortey, David Dontoh
¿De qué va?: Agu es un niño de un país del oeste africano que, tras huir de su aldea al estallar una guerra civil que arrasa con con todo, se ve obligado a empuñar un arma y formar parte de las filas de una fuerza de defensa rebelde.

Reseña: Este año, el servicio de streaming online Netflix no sólo ha desembarcado por fin en España, sino que se ha lanzado a la producción de largometrajes de estreno simultáneo online y en salas, al menos en Estados Unidos, donde algunas cadenas de cines se niegan a proyectar sus películas al considerar que se viola el modelo de los 90 días de exclusividad. Ya en el año pasado, Netflix produjo el documental nominado al Oscar Virunga, sobre la lucha por salvar a los últimos gorilas de montaña del mundo de una guerra civil en Congo, y para su primer largo de ficción han decidido regresar a la cuna de la Humanidad para volver a sacarle los colores a esta misma con una realidad terrible: el uso militar de niños.

Beasts

Basado en una novela de Uzodinma Iweala, el film comienza presentándonos a un niño, Agu, cuyo día a día no se diferencia demasiado del que puede tener cualquier crío nacido en un país desarrollado: va a la escuela, juega con sus amigos, se pelea en broma con su hermano, cena con su familia… Pero su vida da un giro de 180º cuando unos militares llegan a su aldea y se ve obligado a huir a la selva, donde acaba siendo encontrado por unos rebeldes armados que lo fuerzan a convertirse en un niño soldado. Nunca sabemos muy bien cuál es el origen del conflicto, ni quiénes son los bandos, o cuáles son los buenos y cuáles los malos, porque todos lo vemos desde el punto de vista de Agu, y él no entiende nada de eso, sólo quiere hacer las cosas que un niño de su edad debería hacer. Sin embargo, su infancia se ha ido de forma prematura para no volver jamás. 

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Tras bordar el romance gótico (Jane Eyre) y el noir metafísico (la primera temporada de True Detective), el polifacético Cary Joji Fukunaga se adentra en el drama bélico de denuncia social hasta llegar a sus rincones más oscuros, sin apartar la cámara de la ensordecedora, cruda y realista violencia. Sí, es una película dura, incómoda, y hasta desagradable, pero tratándose de la historia de un niño adiestrado para asesinar a sangre fría, no creo que exista otra forma de abordarla con rigor. Fukunaga mantiene un equilibrio entre la dirección estilizada, con  pasajes magníficos como el del protagonista bajo los efectos de la droga, y el estilo realista y documental, sin caer nunca en la gratuidad o el morbo, aunque la realidad sea probablemente mucho peor que lo que vemos en la película.

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El pequeño Abraham Attah realiza un trabajo excelente y plenamente convincente, llevando todo el peso de la película sobre sus hombros. Frente a él, Idris Elba en una de esas interpretaciones que funcionan como imán de premios, pues todo su glamour de estrella se desvanece, y en su lugar, aparece una figura entre terrorífica y esperpéntica, un tirano que ejerce de nueva y retorcida figura paterna para Agu. El personaje de Elba funciona muy bien gracias su interpretación, pero sobre todo a lo bien escrito que está en el guión. A Fukunaga se le ha ido un poco la mano con la duración (137 minutos) pero Beasts of No Nation resulta una película rotunda y necesaria, una estupenda carta de presentación de Netflix como productora cinematográfica, al menos, hasta que se estrene la primera de una serie de comedias a mayor gloria de Adam Sandler que la compañía ha accedido a financiar y distribuir. Por qué Netflix, por qué.

8/10

19/11/15

O.C: Amenaza en la sombra (1973)

Poster Dont look now¿De qué va?: Para intentar superar la reciente y trágica muerte de su hija pequeña, el arquitecto John Baxter y su esposa Laura se trasladan a Venecia con el encargo de restaurar una vieja iglesia. Durante su estancia conocerán a un par de ancianas que dicen haber entrado en comunicación con la niña, y que ésta quiere advertirles de un peligro inminente.

Reputación: Basada en un relato corto de Daphne du Maurier, escritora de suspense que ejerció de inspiración para directores como Alfred Hitchcock, cosechó muy buenas críticas en su época y generó mucha controversia debido a una escena de sexo entre sus protagonistas, Donald Sutherland y Julie Christie, que se le ocurrió en el último momento a su director, Nicolas Roeg, porque le daba impresión de que sus personajes se pasaban toda la película discutiendo. Para evitar una calificación X, se tuvieron que suprimir 9 frames (menos de medio segundo) de la escena, aunque eso no impidió que se censurase completamente en su estreno en cines en Irlanda. Durante años se rumoreó que los actores habían mantenido sexo real durante la escena, algo que desmintió Sutherland, además de apuntar que su filmación fue de todo menos una experiencia sensual. Fue la primera película en la que trabajó el compositor Pino Donaggio, célebre por sus partituras para otros filmes de terror como Carrie (1976), Vestida para matar (1980) o Aullidos (1981). El título original, Don’t Look Now, se ha traducido de forma a cada cual más creativa: Amenaza en la sombra en España, Wenn die Gondeln Trauer tragen (Cuando las góndolas llevan dolor) en Alemania y Venecia Rojo Shocking en Argentina.

Dont look now

Comentario: El mayor hallazgo de Amenaza en la sombra, aparte de ese polvo, tan natural y sexy como deudor del estilo setentero, es mostrar una Venecia alejada de la imagen de postal y plagada de turistas que nos viene a la mente cuando pensamos en ella. Aquí, la ciudad de los canales es gris, fría, tétrica, y cualquiera que haya paseado por ahí de noche recordará la inquietud que se puede sentir en sus laberínticos callejones. Por lo demás, buena película de terror psicológico en la línea de El resplandor (salvando las distancias) cuyo suspense se cocina a fuego lento, diseminando una serie de desconcertantes misterios que no se esclarecen hasta el final, y muy bien interpretada por la pareja formada por Sutherland y Christie, pero en conjunto no resulta especialmente inmersiva ni escalofriante hasta su acto final, con la aparición de cierto personaje que pone los pelos de punta.

Próximo visionado: Verano del 42 (1971)

17/11/15

Purgatorio global

Poster El club

Dir.: Pablo Larraín
Int.: Roberto Farías, Antonia Zegers, Alfredo Castro, Alejandro Goic, Alejandro Sieveking, Jaime Vadell, Marcelo Alonso
¿De qué va?: Cuatro hombres conviven en una casa alejada de un pueblo costero, bajo la mirada de una cuidadora. Los cuatro hombres son curas y están ahí para purgar sus pecados, pero la rutina y la tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un quinto sacerdote, provocando que los huéspedes revivan un pasado que creían haber dejado atrás.

Reseña: Hasta hace nada, la Iglesia Católica no reconocía los casos de abusos sexuales a menores llevados a cabo por sacerdotes a lo largo y ancho del mundo. Es algo muy cristiano, lo de callar, esconder la basura bajo la alfombra, mirar para otro lado y rezar. Por eso, la situación que plantea el chileno Pablo Larraín en su última película, esto es, una casa de retiro donde la Iglesia manda a sus ovejas negras (no sólo por casos relaciones con pederastia) resulta tan impactante como ciertamente creíble, y el escenario perfecto para rendir cuentas tanto con la sagrada institución como con la raza humana.

El club

La casa en la que se ambienta el relato se presenta como un remanso de paz destinado a la penitencia de sus inquilinos, aunque ellos mismos ni siquiera hayan asumido por qué sus superiores los han confinado allí. Ellos han sido apartados del mundo para evitar escándalos y un mal mayor para la Iglesia, de la misma forma en la que la sociedad envía a las cárceles a aquellos individuos que suponen un peligro para la seguridad ciudadana y, en teoría, para reformarlos y reintegrarlos en la comunidad. Pero… ¿puede haber una recuperación si ni siquiera se admite el delito cometido ni se dan herramientas para que eso suceda? Las formas en las que los personajes intentan justificar sus crímenes son hilarantes, un tipo de comedia que surge de la incomodidad y el estupor de ver los increíbles mecanismos de autoengaño de los que se vale el hombre.

El club2

Esos momentos en los que los huéspedes de la casa deben rememorar los motivos que los han conducido hasta allí se producen ante la llegada de un individuo que pondrá en peligro su apacible existencia, conduciéndolos a buscar un chivo expiatorio con tal de impedir que nada cambie para ellos. Ahí reside la gran baza de la película, en su inteligente modo de retratar la naturaleza hipócrita, no sólo de la Iglesia Católica, sino de toda la raza humana. La ambivalencia cobra vida a través de la portentosa interpretación de Antonia Zegers como la hermana que se encarga de llevar el cuidado de la casa y atender a sus habitantes. Roberto Farías, como una de esas víctimas atormentadas por las secuelas que le ha dejado una experiencia traumática de la niñez, y Alfredo Castro como el inquilino que incita una de las cuestiones más peliagudas de la trama (¿tienen los monstruos sentimientos? ¿se puede simpatizar con ellos?), también realizan trabajos sobresalientes. Sin embargo, hay diálogos que son difíciles de entender, debido a un sonido no demasiado limpio y una vocalización un tanto deficiente de buena parte del reparto.

El club4

El club no es una película apta para todos los paladares; no muestra imágenes que puedan herir sensibilidades (salvo unas pocas hacia el final), pero lo que se dice y lo que no se ve, pero se intuye, es desagradable. El equilibrio logrado por Larraín entre la sutilidad y la sencillez formal de su propuesta y la franqueza expositiva de sus diálogos, con su inesperado e incómodo sentido del humor, dota al film de una identidad propia y una radicalidad pocas veces vista en el cine contemporáneo, pero no habría que quedarse en eso, sino ahondar en su crítica social y darnos cuenta que, de alguna manera, esa casa de retiro está más cerca de nosotros de lo que pensamos.

8/10

15/11/15

La noche americana

Poster Sicario

Dir.: Denis Villeneuve
Int.: Emily Blunt, Benicio Del Toro, Josh Brolin, Victor Garber, Daniel Kaluuya, Jon Bernthal, Jeffrey Donovan, Maximiliano Hernández
¿De qué va: Kate es una idealista agente del FBI que es reclutada por un oficial de las fuerzas de élite gubernamentales para cooperar en una operación enmarcada en la creciente guerra contra las drogas que se vive en la frontera entre Estados Unidos y México. Liderado por un enigmático consultor de oscuro pasado, el equipo se embarca en un viaje clandestino que obligará a Kate a cuestionarse todo aquello en lo que cree si quiere sobrevivir.

Reseña: La guerra librada por Estados Unidos contra el narcotráfico ha sido objeto de numerosas películas; algunas sólo la usan como excusa para poner sobre la mesa una nueva ensalada de tiros, y otras, como Traffic, Blow o la televisiva The Bridge dirigen sus esfuerzos a demostrar que la lucha y el recorrido de la droga es tan complejo que se escapa a nuestra comprensión. El nuevo film del canadiense Denis Villeneuve, ya declarado experto en ahondar en la oscuridad de la raza humana desde Occidente (Prisioneros, Enemy) hasta Oriente Medio (Incendies), nos viene a decir exactamente eso, que no tenemos ni pajolera idea de cómo se mueven los hilos a ambos lados de la frontera que separa a los que viven el sueño americano con los que fantasean con él. Dulce y feliz ignorancia.

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Sicario está construida de principio a fin como si fuera una pesadilla, sufrida por una incorruptible agente del FBI que, tras hacer un terrible descubrimiento en una operación de asalto rutinaria, se ve metida de lleno en un submundo que, al igual que nosotros, desconoce y nunca termina de comprender, pues las repuestas a sus preguntas son vagas, inexistentes o puras patrañas. Villeneuve demuestra brío al moverse por las sombras de una trama con escasos claros, creando un ambiente turbador, incómodo y tenso, con pasajes tremendamente inquietantes como el descenso a a los infiernos que supone una vuelta en coche por Juárez o un tiroteo en un claustrofóbico túnel. La impecable fotografía de Roger Deakins y la lúgubre partitura de Jóhann Jóhannson refuerzan el carácter desasosegante de una película que, como toda película de terror que se precie, consigue que la inquietud que provoca trascienda los títulos de crédito.

Sicario

Emily Blunt vuelve a demostrar que es una de las actrices más versátiles y verosímiles de la actualidad dando vida a una mujer que intenta mantener como puede la entereza y la fortaleza que se ha labrado a lo largo de su vida y su carrera para no dejarse llevar por el desconcierto y el miedo que está experimentado al ver de lo que es capaz tanto su propio bando como el contrario. Es un personaje difícil que ella interpreta a la perfección, pero es que también cuenta con la inestimable ayuda de sus dos compañeros de reparto: Josh Brolin, que da en el clavo reforzando la actitud desagradable de su personaje (ese chicle masticado con la boca abierta) y Benicio Del Toro, quien ya ha interpretado papeles similares a éste, pero nunca con la contundencia y la audacia de la que aquí hace gala; totalmente comprensible que ya se esté hablando de una precuela centrada en su personaje.

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Sicario no puede definirse como la película definitiva del narcotráfico, pero tampoco se puede decir que esa sea su intención. Mientras otras intentan dar con explicaciones o se centran en las posibilidades palomiteras del conflicto, la película de Villeneuve monta un thriller denso, profundamente perturbador e impecablemente ejecutado, no tan valioso por denunciar algo que ya teníamos todos asumido (la dudosa ética de las fuerzas del orden americanas) como por poner el foco en los daños colaterales, esto es, las víctimas de una guerra que tal vez sea infinita porque a todos les conviene que sea así.

8/10

13/11/15

Vínculo octogonal

Banner Sense8

Creador: J. Michael Staczynski, Andy Wachowski, Lana Wachowski
Int.: Jamie Clayton, Doona Bae, Brian J. Smith, Miguel Ángel Silvestre, Tuppence Middleton, Max Riemelt, Aml Ameen, Tina Desai, Naveen Andrews, Freema Agyeman, Alfonso Herrera, Max Mauff, Terrence Mann
Emisión: 2015 – ¿?, Netflix
1 temporada

El mayor éxito de los hermanos Andy y Lana Wachowski tras la trilogía de Matrix ha sido V de Vendetta, y tan sólo ejercían de productores. Ninguna de las películas que han dirigido ellos puede considerarse un éxito, y parecía que Warner las financiaba con la esperanza de que dieran con algo que funcionase como la sucesora natural de la saga protagonizada por Keanu Reeves. Para algunos, Speed Racer, El atlas de las nubes y El destino de Júpiter son una mera tontería; para otros, películas un tanto fallidas pero que rezuman diversión y encanto kitsch. La pequeña pantalla era su destino natural, un lugar donde poder plasmar sus historias serializadas, con múltiples personajes y mitología propia, donde desarrollar sus temas preferidos: el destino, la espiritualidad ‘New Age’ y la reivindicación LGTB . Netflix ha sido la valiente que “ha adoptado” a los hermanos, y la jugada no les ha salido nada mal.

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Sense8, co-creada por J. Michael Stracynski (Babylon 5), sigue a un grupo de personas (obviamente ocho), que se encuentran emocional y mentalmente conectadas pese a que cada una viva en diferentes partes del planeta: Chicago, Bombay, Ciudad de México, Londres, Nairobi, San Francisco, Berlín y Seúl. Ese poder les confiere la habilidad de comunicarse entre ellos y viajar mentalmente al lugar donde se encuentra otro de los ‘sensates’, e incluso de transmitir conocimientos y habilidades personales para ayudarse cuando se encuentran en aprietos. En el primer capítulo desconcierta ver que a pesar de haberse desplazado a ocho o nueve rincones diferentes del mundo para grabar sin recurrir a decorados falsos, y de contar con actores de múltiples nacionalidades, todos hablan un perfecto inglés, pero en capítulos posteriores descubrimos que cada cual habla su propio idioma, aunque nosotros los oímos en la lengua de Shakespeare para que no se produzca un lío de lenguas. 

Sense82

El primer episodio no vende demasiado bien la serie, pero conforme se va asentando la trama a lo largo de la temporada y vamos conociendo mejor a los personajes, gana enteros. Ayuda mucho que todos sean guapísimos, simpáticos y que los Wachowski sean generosos a la hora de mostrarlos muy, pero que muy ligeros de ropa (cierta fascinación comprensible por el cuerpo de Max Riemelt) y en circunstancias subidas de tono. No obstante, los mejores momentos de la serie se producen cuando los ‘sensates’ interactúan entre sí de forma tranquila, sentándose a hablar para compartir sus miserias, dándose apoyo mutuo y demostrando la química que existe entre los ocho, pues no hay ninguna combinación de personajes que resulte incómoda de presenciar. Por el contrario, los peores momentos se producen cuando llega Naveen Andrews para dar explicaciones demasiado largas sobre la naturaleza mística y espiritual de los protagonistas, y cuando el villano de turno, del mismo prototipo que el de Orphan Black y de cualquier otro producto de ciencia ficción, hace acto de presencia, sólo porque tiene que haber alguien que suponga una amenaza global y a largo plazo.

Sense8

Los numerosos y entusiastas fans que la serie logró congregar con su primera temporada estuvieron durante un tiempo de los nervios dado que Netflix tardaba más de lo habitual en pronunciarse sobre su futuro. Al final resultó que estaban esperando al 8 de agosto (el cumpleaños de los ‘sensates’) para anunciar la renovación por una segunda temporada que se lanzará en algún momento del 2016, lo cual también es buena señal para que los Wachowsky puedan contar con las cinco temporadas en las que tenían pesado desarrollar la serie. Sense8 no está hecha para ganar Emmys, si acaso los técnicos dada su impecable producción, sino para el sector ‘fandom’, pues es un producto muy dado a revolucionar la red y a despertar el entusiasmo con cada momento íntimo/sexual/alocado compartido por sus empáticos personajes. Y no olvidemos que ha convertido a Miguel Ángel Silvestre en el actor español más internacional tras Antonio Banderas. Quién nos lo hubiera dicho cuando lo conocimos con Sin tetas no hay paraíso…

11/11/15

Terror meta y amor materno

Poster The Final GirlsLas últimas supervivientes (The Final Girls) ganó el Premio Especial del Jurado y el de mejor guión en Sitges. Es una película que sin duda se disfruta mejor en festivales de terror y cine fantástico, rodeado de fans y eruditos del género, pues la película está dedicada a ellos. Hay una diferencia entre consumidores de cine de terror y fanáticos: los primeros se limitan a ver lo que llega a los multicines y su forma de valorar una película es diciendo si “está guapa” o “ es una mierda”. Los segundos ven terror desde la serie A hasta la Z, procedente de cualquier punto del planeta, y son capaces de ver los alicientes en productos en los que los neófitos sólo vemos chorros de sangre y actrices tan buenorras como ineptas.

The Final Girls2

Las últimas supervivientes cuenta la historia de Max (Taissa Farmiga), una joven cuya madre (Malin Akerman), aspirante a actriz, falleció trágicamente. Un año después de su muerte, Max accede a asistir a una maratón de una saga de pelis de terror de los 80 en la que su madre encarnaba a una ‘scream queen’, pero un accidente en la sala provoca que tanto Max como sus amigos acaben atrapados en la película, viéndose obligados a defenderse del asesino en serie para poder sobrevivir hasta el final de la película. El film de Todd Strauss-Schulson es una suerte de La rosa púrpura del Cairo del ‘slasher’ ochentero, no tan enfocada en el terror y en los sustos como en el humor, el guiño cómplice y el homenaje paródico a las reglas por las que se rige el subgénero: los personajes estereotipados, el sexo como sinónimo de muerte, la cámara lenta, los flashbacks o esa figura universal de la chica que sobrevive y acaba con el ‘serial killer’ a la que alude el título.

The Final Girls

Aunque Las últimas supervivientes no sea una propuesta tan radical y original como La cabaña en el bosque, tiene algo que la hace única: su ternura. La encontramos en la camaradería que se forja entre los personajes cuando idean entre todos un plan para acabar con el asesino pero, sobre todo, está en la relación entre Max y su madre, o más bien, el personaje que interpretó esta última en la película. Obviamente, Max proyecta en esa representación a su propia madre, intenta salvarla de su fatídico destino, y el resultado es realmente enternecedor, sobre todo en sus últimas escenas, y sin caer en la cursilería. A Las últimas supervivencias le falta gore y mala leche, pero lo compensa con humor, inventiva y corazón, demostrando que se puede hacer buenas parodias sin recurrir al desgastado modelo ‘Scary Movie’.

7/10

9/11/15

O.C: Luna de papel (1973)

Poster Paper Moon

¿De qué va?: Durante la época de la Gran Depresión y de La Ley Seca en Estados Unidos, un estafador de poca monta, que intenta vender biblias a las viudas, se hace cargo a regañadientes de la hija de una antigua amante. La niña no sólo aprende rápidamente las claves del oficio, sino que incluso le ayuda, en algunas ocasiones, a salir de apuros, y aporta ideas para nuevas estafas.

Reputación: Tras los éxitos logrados por sus anteriores films, La última película (1971) y ¿Qué me pasa, doctor? (1972), Peter Bogdanovich se fijó en el guión que escribió Alvin Sargent a partir de la novela Addie Pray de Joe David Brown para su siguiente proyecto. Mientras el guión sufría algunos retoques (se cambió el final de la novela para ajustarlo al tono de la película) y el equipo buscaba localizaciones, Bogdanovich se volcó en la búsqueda de los actores idóneos para encarnar a la pareja protagonista. Finalmente se decantó por Ryan O’Neal, con el que había trabajado recientemente en ¿Qué me pasa, doctor? y por su hija, Tatum O’Neal, que por aquel entonces tenía 8 años y ninguna experiencia interpretativa. El trabajo de la niña impresionó tanto que ganó el Oscar a mejor actriz de reparto, ostentando a día de hoy el récord de ser la persona más joven en ganar una estatuilla, además de ser la galardonada en una categoría secundaria con mayor presencia en pantalla (1 hora, 6 minutos y 58 segundos).

Moon Paper

Orson Welles, mentor y amigo cercano del director, ejerció de consultor sin acreditar para la película. Sugirió rodarla en blanco y negro a través de un filtro rojo y añadiendo contraste a las imágenes, y cuando Bogdanovich le comentó que Addie Pray no le parecía un buen título para la película y que había pensado llamarla Paper Moon (Luna de papel) en su lugar, Welles le dio una respuesta que ha quedado para la historia: “El título es tan bueno que no deberías hacer la película ¡Sólo estrena el título!” En 1974, la ABC estrenó una serie con el mismo título, basada en la película, protagonizada por Christopher Connelly y una jovencita Jodie Foster.

Paper Moon

Comentario: Luna de papel es una comedia fundamentada a partir de la picaresca de sus protagonistas, un estafador irresponsable y un tanto infantil y una niña inteligente y demasiado madura para su edad que, no obstante, necesita desesperadamente una figura paterna a la que aferrarse. Si bien la comedia surge de la interacción de la pareja central y las argucias que llevan a cabo para salirse con la suya, el componente dramático yace en lo enfermos de soledad que se encuentran  aunque no sean capaces de reconocerlo, incluida la esperpéntica mujer encarnada por Madeline Kahn (también nominada al Oscar que ganó Tatum O’Neill en una categoría que obviamente no le correspondía) con la que se cruzan en determinado punto de la historia. Unas interpretaciones sobresalientes, un guión ágil y entrañable, carente de sentimentalismo barato, y una fotografía en blanco y negro muy cuidada son los ingredientes de una comedia superlativa.

Próximo visionado: Amenaza en la sombra (1973)

8/11/15

Del periodismo de ayer al de hoy

Poster Truth

Dir.: James Vanderbilt
Int.: Cate Blanchett, Robert Redford, Topher Grace, Elisabeth Moss, Dennis Quaid, Bruce Greenwood, Stacy Keach, John Benjamin Hickey
¿De qué va?: En vísperas de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2004, la productora de noticias de la CBS Mary Mapes y el legendario presentador Dan Rather descubren una historia que podría afectar a la reelección de George Bush. La emisión del programa desata una tormenta informativa que llevará a Mapes, Rather y a su equipo a defender su trabajo y luchar contra los intereses políticos y económicos que se esconden detrás de los medios de comunicación.

Reseña: En esta temporada se dan cita en la cartelera dos películas sobre el periodismo diatralmente opuestas, Spotlight y La verdad. Mientras la primera explora una investigación que destapó los casos de pederastia en Boston que la Iglesia Católica había intentado ocultar, la segunda versa sobre un incendiario reportaje televisivo sobre el pasado militar de George Bush, por aquel entonces presidente de los Estados Unidos, que puso al equipo de periodistas que estaba detrás en tela de juicio. Las dos conforman la cara y la cruz, el éxito y el fracaso, del trabajo de investigación periodística, un trabajo y un deber que, desafortunadamente, está pasado de moda.

Truth3

Para su debut en la dirección, James Vanderbilt expone los hechos de una manera tan minuciosa como en su celebrado guión de Zodiac, beneficiándose de la claridad expositiva que no tenía la historia del asesino del Zodiaco. Vanderbilt utiliza el conocido como ‘Caso Rathergate’ para apuntalar esa idea de que la investigación periodística ha llegado a su fin, porque los grandes medios de comunicación prefieren sacrificar el prestigio que les reporta los informativos por producir nuevos reality shows que generen muchos más millones de dólares a través de la publicidad. Sin embargo, Vanderbilt se mete en un terreno pantanoso porque quiere alabar el periodismo riguroso a partir de un reportaje que salió mal, al descubrirse tras su emisión que las pruebas no habían sido totalmente contrastadas, y ahí es donde reside tanto el principal hándicap de la película como el tema de debate más fascinante que genera.

Truth

El film está basado en un libro de memorias de Mary Mapes, la productora y periodista que acabó de lleno en el ojo del huracán, por lo que todos los acontecimientos están contados desde su particular punto de vista. Así, somos testigos tanto de su drama personal y de la persecución que sufrió tanto de los condicionantes que afectaron al rigor de su trabajo, como la presión de sus superiores por emitir el programa antes de estar totalmente preparado. Lo que pasa es que la película tiene una sutil tendencia de eximir a Mapes de sus responsabilidades, dándole un trato de víctima y de heroína, al tiempo que se lanzan balones fuera, principalmente hacia los directivos de la cadena para la que trabajaba. No digo que le falte razón cuando pone en evidencia los intereses políticos y económicos que hay detrás de los conglomerados mediáticos, o la búsqueda de una cabeza de turco para salvar el culo, pero eché en falta cierto sentido de la autocrítica, alguna escena en la que dudase sobre su actuación o en la que asumiese que parte de la responsabilidad también recaía sobre sus hombros.

Truth2

Cate Blanchett realiza otro recital interpretativo en un rol que ya ha demostrado anteriormente que se le da genial: mujer forjada a sí misma y combativa cuyas inseguridades y temores ocultos salen a relucir cuando es puesta contra las cuerdas. Blanchett lleva todo el peso de la película, especialmente en su último tramo, secundada por un eficiente plantel de secundarios entre los que destacan Robert Redford como la serena voz de la experiencia, y Topher Grace como el ímpetu y la indignación de una nueva generación que anhela los tiempos del periodismo de la vieja escuela por los que se enamoró de la profesión. La verdad es un thriller cocinado a buen ritmo que genera un interés que va de menos a más, dirigido con oficio pero sin personalidad, y que aunque podría haberse rodado hace una o dos décadas, toca temas que son de candente actualidad. El debate generado a partir de  su enfoque y de los pormenores del caso debería trascender de la conversación post-cine a las aulas de las universidades de periodismo.

7/10

5/11/15

Despedidas

Poster Truman

Dir.: Cesc Gay
Int.: Ricardo Darín, Javier Cámara, Dolores Fonzi, Oriol Pla, Elvira Mínguez, Àlex Brendemühl, Javier Gutiérrez, Eduard Fernández
¿De qué va?: Julián recibe la inesperada visita de su amigo Tomás, que vive en Canadá. Los dos hombres, acompañados del fiel perro de Julián, Truman, viven cuatro días llenos de momentos emocionantes y sorprendentes, inducidos por la complicada situación por la que está atravesando Julián.

Reseña: Afrontar la muerte nunca es fácil, sobre todo cuando es alguien cercano quien se está preparando para la visita de la Parca. Hace poco vimos cómo su aceptación puede marcar el fin de la adolescencia en la estupenda Yo, él y Raquel, y ahora, con Truman, comprobamos que ni a los cincuenta y tantos años somos capaces de abordarla con… ¿eficiencia? ni de hablar directamente de ella, porque sigue siendo uno de los grandes tabúes de la sociedad humana, y siempre cuesta decir adiós cuando sabes que ya no se producirá ningún reencuentro.

Truman

En los cuatro días que pasan juntos los dos amigos que protagonizan el film, da tiempo para demostrar cómo actuamos ante una situación tan delicada, tanto desde el punto de vista de quien sabe que su fin está cerca como de aquellos que, impotentes, intentan al menos que sea feliz el tiempo que le queda, intentando resolver los asuntos que se dan en estas circunstancias, desde buscar un nuevo hogar para el perro, hasta resolver situaciones absurdamente protocolarias, como elegir el ataúd o la urna en la que “quieres” que reposen tus restos. Todo tratado con un saludable sentido del humor, interrumpido cuando se piensa en el momento en el que no habrá cabida para más risas. Pero para lo que no hay tiempo es para que esos dos amigos se digan lo mucho que han significado el uno para el otro, pero como en la vida misma eso no ocurre, y es que hay veces en las palabras no salen, sobran e incluso resultan incómodas.

Truman2

Truman emociona por su ausencia de discursos y de frases manidas. Basta un abrazo o las lágrimas contenidas de sus actores para sentirse profundamente conmovido. Ricardo Darín y Javier Cámara comparten una química profundamente natural y empática, realizando ambos unas interpretaciones en absoluto afectadas, arropados por un plantel de caras conocidas del cine español que enriquecen su periplo crepuscular, incluyendo, cómo no, a ese cariñoso y corpulento perro que supone una de las mayores preocupaciones del personaje de Darín y de cualquiera que tenga y quiera a su mascota, que no es otra que el momento de separarse de un ser que te ha dado tanta compañía y amor incondicional durante muchos años. Al terminar la película, no habremos aprendido nada sobre cómo lidiar con la muerte, pero nos sentiremos aliviados al reconocer que no somos los únicos a los que se les atragantan las despedidas.

8/10

4/11/15

Paseo de la vergüenza

Banner Game of Thrones
Creador: David Benioff, D.B Weiss
Int.: Peter Dinklage, Lena Headey, Emilia Clarke, Kit Harington, Sophie Turner, Maisie Williams, Nikolaj Coster- Waldau, Iain Glen, Aidan Gillen, Charles Dance, John Bradley, Alfie Allen, Gwendoline Christie
Emisión: 2011 – ¿?, HBO
5 temporadas

Advierto que esta entrada va a ser una bajada de pantalones en toda regla. Es una rectificación que debo hacer, porque todos somos humanos, nos equivocamos, y no hay por qué avergonzarse de admitirlo y enmendar el error. Si alguien cree que además debo pasearme desnudo por la calle mientras una monja hace sonar una campana y me grita “¡Vergüenza!”, al tiempo que una muchedumbre encolerizada me grita, me escupe y me tira vegetales, estaré dispuesto a hacerlo de buen grado. Y es que yo, señoras y señores, admito que critiqué Juego de tronos sin haberla visto, y ahora, que por fin me he puesto al día, soy un ‘tronista’ más (¿Se dice así o es algo exclusivo del programa de Telecinco?).

Game of Thrones3

Que conste que mi desprecio inicial estaba justificado: nunca he sido especialmente fan de la épica-fantástica-medieval al estilo de El señor de los anillos, y la serie, cuyo origen literario desconocía hasta el comienzo de su emisión, tenía toda la pinta de ser así. Pero lo que más me echaba para atrás eran sus seguidores fanáticos, esos que no eran capaces de hablar de otra cosa, que inundaban las redes sociales de memes, videos, chistes y demás, que se quejaban de que las temporadas eran cortas y que la próxima no empezaría hasta un año después (como cualquier serie de cable) y que, básicamente, hacían como que Juego de tronos era la única serie buena de la televisión, cuando hay muchas más por las que repartir cariño ‘fandom’. Esto último aún lo considero, pero tras convertirme en un seguidor más, mi odio se ha redirigido a los ‘talifanes’ de los libros de George R. R. Martin.

Game of Thrones

Puedo entender que uno se pueda sentir más erudito por conocer la fuente original (a mí también me pasa), pero lo verdaderamente intolerable es que cada semana se lleven las manos a la cabeza y siempre con las mismas quejas: que si lo del libro es mucho más fuerte, que están omitiendo pasajes importantes, que para qué lo cambian si lo del libro en la serie habría quedado mucho mejor… Basta. Amigos ‘talifanes’, entendemos su enfado pero llevamos cinco años en las mismas. Hay que comprender que el medio literario no es igual que el televisivo, que lo que funciona en una lectura no tiene por qué funcionar en imágenes y, sobre todo, que un proceso de adaptación no consiste en transcribir una novela en guión. Mientras la esencia sea la misma (y yo creo que en este caso lo es) qué mas da que se tome unas cuantas licencias si funcionan en la serie. Y si tanta rabia les da, lo mejor que pueden hacer es dejar de verla.

Game of Thrones4

A todo esto, llevo tres párrafos sin hablar de la serie propiamente dicha. ¿Pero qué puedo decir de ella que no se haya dicho ya? Llego un poco tarde. De primeras, Juego de tronos llama la atención por su tono épico-fantástico, sus dragones, batallitas, desnudos frontales, por todo el amplio y vasto mundo que ha creado su autor, pero por lo que realmente engancha es por sus personajes y por lo carismáticos que resultan, gracias al excelente trabajo de casting, por sus claroscuros ( ni los buenos son unos santurrones ni los malos villanos de opereta), y lo impredecible que resultan sus caminos, algunos terminados abruptamente con esas muertes crueles por las que la serie se ha hecho tan popular. Uno de los principales motivos por los que Juego de tronos levanta tantas pasiones es porque se salta los convencionalismos narrativos por los que se rige el cine y la televisión para emparentarse con una guerra auténtica, en la que nadie, ni un presunto protagonista o héroe de la historia, está a salvo.

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Juego de tronos ha ganado por primera vez el Emmy a mejor serie dramática, por una temporada que para muchos ha resultado decepcionante. No es mi caso, pues pienso que desde su comienzo ha gozado de una evolución ascendente, conforme nos ubicábamos entre tantas familias, tramas y lugares, nos aprendíamos los nombres de los personajes más importantes y los episodios memorables empezaban a sucederse, como el de la Boda Roja, la Púrpura o las batallas que se libran en El Muro, capítulos que no tienen nada que envidiar a las grandes producciones de Hollywood; un alarde de dirección, producción y montaje que sabe muy bien utilizar sus recursos para mantener en vilo al espectador (el uso que hace la serie de la música y del silencio absoluto es magistral). Juego de tronos triunfa por su combinación de espectáculo y alegoría política y su peor enemigo es, precisamente, su éxito, que podría empañar su eficacia si sus responsables deciden explotarla con películas, spin-offs, precuelas y todo lo que se les pueda ocurrir. Por cierto, el personaje favorito de casi todo el mundo es Tyrion, algo comprensible, pero la que da auténtica vidilla a la serie no es otra que la gran Cersei, mucho mejor cuanto más vino bebe y más perversa se pone. Larga vida a la Reina Cersei.

Cersei

2/11/15

Itinerario de estrenos de noviembre 2015

Estrenos_Noviembre

Noviembre empieza con una nueva celebración de la fiesta del cine. Los próximos días 3, 4 y 5 prometen una gran afluencia de espectadores a las salas, con toda probabilidad mayor que la de la última vez, en mayo, que no contaba con suficientes títulos interesantes para que la gente quisiese ir más de una vez. Marte, La cumbre escarlata, La verdad, TrumanEl becario o Los miércoles no existen son algunos de los títulos entre los que podemos escoger, no está nada mal. Para el resto del mes, les traigo los estrenos más interesantes, aunque como siempre hay otros que no figuran aquí y que podrían merecer la pena, como lo nuevo de James Bond, Spectre (6 de noviembre); Life (20 de noviembre),  sobre la relación entre James Dean y el fotógrafo Dennis Stock; y The Diary of a Teenage Girl (27 de noviembre), comedia indie juvenil con Kristen Wiig. No, no destaco la secuela del mayor éxito del cine español. Qué pereza me da.

Sicario: Nuevo filme de Denis Villeneuve (Prisioneros, Enemy) que gira en torno a la guerra contra el narcotráfico llevada a cabo en la frontera entre Estados Unidos y México. Una joven e idealista agente del FBI es reclutada para formar parte de ella, embarcándose en un viaje clandestino, liderado por un asesor enigmático y de oscuro pasado, que hará que la mujer se cuestione todo en lo que cree con el fin de sobrevivir. Emily Blunt (Into the Woods), Benicio del Toro (Un día perfecto) y Josh Brolin (Everest) conforman el trío protagonista de esta película que se presentó en el Festival de Cannes y el de San Sebastián con críticas mayoritariamente positivas.
Estreno: 13 de noviembre


Mistress America: Tan sólo dos meses después del estreno español (y tardío) de su penúltimo filme, Cuando éramos jóvenes, nos llega el último filme de Noah Baumbach, Mitress America, que al igual que Frances Ha, cuenta con su novia en la vida real, Greta Gerwig, como co-guionista y actriz principal. Lola Kirke (Mozart in the Jungle) co-protagonista el filme, dando vida a una joven solitaria y decepcionada con su vida neoyorkina pese a que sólo lleva un semestre estudiando en la universidad. Sin embargo, su vida dará un vuelco cuando conoce a la impetuosa y aventurera Brooke, la hija del hombre que va a casarse con su madre. Ha obtenido muy buenas críticas en Estados Unidos.
Estreno: 20 de noviembre


Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2: Punto y ¿final? de la saga de origen literario que puso en órbita a la mayor estrella que hay hoy en día en Hollywood, Jennifer Lawrence, y cuyo retraso de una semana en su estreno español, para no coincidir con el opening de 8 apellidos catalanes, despertó la furia de muchos fans. Esperemos que, pasada la tediosa presentación de la batalla final de la primera parte, el desenlace nos traiga de vuelta la emoción de En llamas y cierre la franquicia en condiciones. Francis Lawrence sigue a los mandos y repite prácticamente todo el reparto que ha secundado a Lawrence a lo largo de toda su aventura: Josh Hutcherson, Liam Hemsworth, Woody Harrelson, Elizabeth Banks, Sam Claflin, Julianne Moore, Donald Sutherland, Natalie Dormer… incluso puede que haya una pequeña aparición del desaparecido Philip Seymour Hoffman.
Estreno: 27 de noviembre


El viaje de Arlo (The Good Dinosaur): Los problemas en la producción del nuevo filme animado de Pixar (que obligaron a empezar  otra vez de cero a mitad del proceso) han provocado que este año tengamos doble ración del estudio, poco después de haber vuelto a dar en el clavo con Del revés. Veremos si esta película, centrada en la amistad que se forja entre un dinosaurio y un niño prehistórico, consigue igualar el éxito cosechado con la película de las emociones humanas con emociones. Dirige Peter Sohn (el corto Parcialmente nublado) y en el reparto vocal figuran Steve Zahn (Dallas Buyers Club), Anna Paquin (True Blood), Frances McDormand (Olive Kitteridge) y Sam Elliot (Pacto de silencio).
Estreno: 27 de noviembre