5/11/19

Secretos de Estado – Contra los tres poderes



Dir.: Gavin Hood
Int.: Keira Knightley, Matt Smith, Ralph Fiennes, Adam Bakri, Matthew Goode, Rhys Ifans, Indira Varma, John Heffernan, Jeremy Northam
¿De qué va?: Es el año 2003, Katharine Gun es una especialista en inteligencia británica que filtra un comprometedor memorando clasificado que urge a espiar a miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para forzar una resolución para ir a la Guerra de Irak. Tachada como traidora por su propio gobierno, Gun y sus abogados están determinados a defender sus acciones.

Reseña: Ante la categórica posición en contra de la Guerra de Irak que asumió Hollywood, las películas que abordaban este vergonzoso momento histórico no se hicieron esperar. Paradójicamente, la gran mayoría de estas producciones se estrenaron sin pena ni gloria, siendo la más laureada la menos posicionada ideológicamente: En tierra hostil (2008). Ahora nos llega Secretos de Estado, y parece que lo hace a destiempo, cuando hace tiempo que se dejó de hablar tanto de la Guerra de Irak como de la filtración de datos confidenciales gubernamentales que tuvo a Snowden como su principal adalid. No obstante, las filtraciones son el pan de cada día durante el mandado de Donald Trump, y es que parece que nunca lograremos desprendernos de los gobiernos que mienten descaradamente a sus ciudadanos.



Estados Unidos tuvo a Valeria Plame, una agente de la CIA cuya identidad fue revelada por miembros de la Casa Blanca cuando su marido publicó un artículo sobre la inexistencia de las armas de destrucción masiva. Por su parte, Reino Unido tuvo a Katharine Gun, que filtró un documento en el que se instaba a presionar a miembros de las Naciones Unidas para obtener el apoyo a la invasión a Irak que Bush y Blair ansiaban. El caso de Valerie Palme fue llevado al cine en Caza a la espía (2010), un thriller tan correcto como genérico, mientras que el de Gun se ha traducido en una película cuyo mayor aliciente se encuentra en la forma en la que ensambla diferentes subgéneros: la película arranca como un thriller de espionaje, se transforma en uno periodístico  y concluye como uno judicial, mientras que de forma paralela transcurre el drama personal y familiar de Gun, que está casada con un inmigrante turco al que sitúan en el punto de mira tras estallar el escándalo de la filtración.


Secretos de Estado reflexiona acerca de si el patriotismo debería estar ligado o no al gobierno de turno y pasa demasiado tiempo admirando la incuestionable valentía de Katharine Gun. Es un thriller más que correcto que cuenta con un buen trabajo actoral por parte de Keira Knightley, Matt Smith, Ralph Fiennes y compañía, pero que tampoco logra destacar por nada en particular. Le habría venido bien algo del nervio que demostró Gavin Hood en su anterior largometraje, Espías desde el cielo (2015), y la rabia e indignación que debería suscitar un tema así. En cambio, tenemos la característica templanza británica que garantiza un entretenimiento adulto, robusto y sobrio pero un pelín desangelado.

6’5/10

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