29/7/16

O.C: Novio a la vista (1954)

Poster Novio a la vista¿De qué va?: En el verano de 1918, Enrique es obligado por su familia a pasar el verano estudiando para los exámenes de septiembre, pero lo que de verdad quiere es estar junto a la chica que le gusta, Loli. Sin embargo, la madre de Loli tiene otros planes para ella, pues ya está en edad para buscarle un novio respetable, concretamente un prometedor ingeniero que veranea en el mismo pueblo costero.

Reputación: Una de las consideradas obras “menores” de Luis García Berlanga, sobre todo porque pasó desapercibida al estrenarse entre dos pesos pesados de su filmografía como son ¡Bienvenido, Míster Marshall! (1953) y Calabuch (1956) y en la época previa al comienzo de la fructífera colaboración entre el director y el guionista Rafael Azcona. A pesar de su tono ligero, la película, basada en un relato de Edgar Neville, no se libró de la censura franquista, que no sólo recortó algunas de sus escenas, sino que obligó a que se rodase una nueva tras el rodaje en la que quedase claro que “los generales españoles no pierden batallas”, con el fin de matizar el comentario de un personaje que dice “parece mentira que mi marido, que es abogado, se empeñe en decir que es general”. Curiosamente, para interpretar a la joven protagonista del film, Berlanga dudaba entre dos candidatas, ambas de nacionalidad francesa. Finalmente, la escogida fue Josette Arno, cuya carrera jamás llegó a despegar del todo; todo lo  contrario de la actriz que se quedó sin el papel, que acabaría convirtiéndose en una de las mayores estrellas europeas de la historia del cine europeo: Brigitte Bardot.

Novio a la vista

Comentario: En sus primeros compases, Novio a la vista recuerda a Las vacaciones del señor Hulot (1953) por la perspicaz forma en la que retrata las entrañables rutinas de los veraneantes asiduos a una concurrida playa, pero poco después muta y se convierte en un antecedente de la mítica Verano azul que llegaría a las televisiones españolas 27 años después, cobrando protagonismo la aventura de la pandilla de niños, en la que no puede faltar el crío gordo del que todos se burlan por su insaciable apetito. La batalla campal entre adultos y niños en la que acaba derivando la trama resulta demasiado inocua, pero a pesar de ello la película no deja de ser una para nada desdeñable sátira de las pretensiones y la superficialidad de una clase media española obsesionada con los chismes, las apariencias y el estatus social, todo ello representado en esa madre empeñada en emparejar a su hija menor de edad con un señor hecho y derecho. Lo mejor, un final inesperado y demoledor con el que, junto al fin del verano y el comienzo del frío y lluvioso otoño, se apaga la esperanza de que las nuevas generaciones se liberen de los complejos y los vicios de sus ascendientes.

Próximo visionado: El rayo verde (1986)

28/7/16

Salvajismo reprimido

Poster La Leyenda de Tarzan

Dir.: David Yates
Int.: Alexander Skarsgård, Samuel L. Jackson, Margot Robbie, Christoph Waltz, Djimon Hounsou, Jim Broadbent, Sidney Ralitsoele, Casper Crump
¿De qué va?: Han pasado varios años desde que Tarzán abandonase la selva en la que creció para llevar una vida aburguesada en Londres, bajo el nombre de John Clayton III y junto a su amada esposa Jane. Sin embargo, Tarzán regresa al Congo ante la invitación por parte del rey de Bélgica para realizar un viaje diplomático, tratándose en realidad de una trampa orquestada por el pérfido Leon Rom.

Reseña: Han pasado 84 años desde que el “hombro mono” creado por Edgar Rice Burroghs se convirtió en uno de los mayores iconos de la historia del cine a través de la figura del nadador olímpico Johnny Weissmüller, quien lo encarnó en hasta doce películas, haciendo suyo el distintivo grito creado para su personaje. Tanto el cine como el público que lo consume ha perdido la ingenuidad y capacidad de asombro que se destilaba por aquel entonces. Los tiempos han cambiado, la industria cinematográfica también, siendo bastante curioso que, tanto Tarzán de los monos como la actual La leyenda de Tarzán, son un fiel reflejo del Hollywood de su respectiva época, o al menos de lo que los grandes estudios creen que demandan los espectadores.

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Porque este reboot de la franquicia de Tarzán encaja perfectamente con el patrón que ha implantado Warner con sus blockbusters a raíz del éxito de los Batman de Christopher Nolan: la remodelación de un personaje mítico desde una perspectiva seria, realista y, oh sí, oscura. También debe ser autoconsciente, haciendo alguna referencia irónica a sus grandes señas de identidad, y ser adaptada a los tiempos que corren, aunque al final todo sea de boquilla, y es que por mucho que digan que la Jane a la que da vida Margot Robbie es una mujer resuelta, aguerrida y adelantada a su tiempo, su papel en la trama resulta meramente instrumental. Este Tarzán es un hombre de sempiterno ceño fruncido con un conflicto interior basado en la renuncia o no de aquel lado primitivo y salvaje que abandonó años atrás para ser reinsertado en la sociedad. No es desdeñable en absoluto, pero la película nunca termina de indagar lo suficiente en él, quedando inconcluso como casi todo lo demás.

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La era de la información es contraproducente para las películas. Es muy difícil afrontar una película sin tener una idea preconcebida, ya sea por las opiniones de los que ya la hayan visto o por lo que se sabe del proceso de creación de la propia cinta. En el caso de La leyenda de Tarzán, sabíamos que su estreno se retrasó un año por problemas en la fase de posproducción, con su director, David Yates, rodando otra película sin haberla terminado y disparando su presupuesto hasta unos desorbitados 180 millones de dólares. Desconocemos adónde fue a parar esa suma de dinero. Cuesta creer que haya sido para los efectos especiales, porque tanto los escenarios como los animales se sienten digitales a la legua, lo cual enfatiza la artificialidad en la que está sumida el film. Estrenarse poco después de El libro de la selva le hace un flaco favor, pues la fauna de aquella, aun hablando, parecía más real. Más grave aún resulta la sensación de que faltan planos en las secuencias más trepidantes, sucediéndose la acción de forma confusa y atropellada.

LEGEND OF TARZAN

No todo es malo. La película resulta bastante digna y entretenida hasta la llegada de un último tercio tan avasallador como absurdo, un empacho de CGI sin sentido. En cuanto al reparto, cumple sin honores, básicamente porque no se tomó ningún riesgo a la hora de hacer el casting, seleccionando actores que dan el pego con cada personaje por una simple cuestión de familiaridad, de tal forma que se confirma que Christoph Waltz está encasilladísimo como villano tan cruel como educado. A Alexander Skarsgård no le funciona su mirada intensa tan bien como en True Blood y su encarnación de Tarzán queda bastante fría, distante, con tanto miedo al ridículo que en las dos únicas veces que hace su característico grito no se le ve, está fuera de campo. A fin de cuentas, lo peor de la película no son sus efectos especiales de saldo, sino la ausencia de ese desparpajo y sentido de la aventura que alzó a Johnny Weissmüller como el hombre mono que se ganó el cariño incondicional del público.

4’5/10

23/7/16

Los ricos dumplings de siempre

Poster Kung Fu Panda 3El panda Po está de vuelta. Justo cuando entra en crisis porque su maestro lo ha nombrado su sucesor y nadie, ni siquiera él, cree que tenga madera de maestro, su padre biológico aparece por sorpresa en su aldea. Sin embargo, el feliz reencuentro se verá interrumpido ante la amenaza de Kai, un villano sobrenatural que se alimenta de la energía de todos los maestros de kung fu. Será entonces cuando Po emprenderá un viaje junto a su progenitor para llegar a la tierra secreta de los pandas, donde deberá aprender una poderosa técnica mística para poder derrotar a Kai.

La primera Kung Fu Panda (2008) estaba bastante bien, muy divertida y vistosa gracias a su estilo oriental y sus continuos homenajes al cine de artes marciales. Su secuela, estrenada tres años después, también me gustó, pero ahora mismo lo único que recuerdo de ella es la revelación final, ese valle escondido de pandas que adquiere buena parte del protagonismo de esta tercera parte, y que es tanto su mayor aliciente como su principal aportación a la saga. La ternura que desprenden esos pandas que se desplazan de un lado a otro rodando y que siguen la norma del mínimo esfuerzo es lo más reseñable de una trama que vuelve a tirar de la desconfianza hacia las habilidades de Po (como si no les hubiese salvado el pellejo a todos en dos ocasiones) y cuya moraleja no es más que una variación de la de sus predecesoras: no hay por qué ser alguien que no eres para ser mejor, simplemente hay que ser uno mismo y sacar el máximo potencial que llevamos dentro.

Kung Fu Panda2

Dreamworks Animation vuelve a superarse a sí misma con un apartado técnico espectacular, sacando todo el jugo a la alternancia entre las tres y las dos dimensiones. En cuanto al reparto de voces, cuerdas vocales de lujo presentes en toda la saga como las de Angelina Jolie, Dustin Hoffman, Jackie Chan o Seth Rogen, quedan relegadas a unas pocas líneas de diálogo para dejar espacio a los fichajes de Bryan Cranston, Kate Hudson y J.K. Simmons, este último como el fácilmente intercambiable villano de la función. Kung Fu Panda 3 mantiene el cómodo listón en el que se ha acomodado la saga, con más agilidad, ternura y acción, pero con gags menos jocosos y escasas sorpresas. Ha recaudado unos estupendos 519 millones de dólares a nivel mundial, pero han sido 120 menos que su secuela, síntoma de agotamiento de una saga que debería parar ahora que está a tiempo antes de evidenciar el decreciente desinterés del público, tal y como está pasando actualmente con la quinta entrega de la saga Ice Age.

6/10

21/7/16

Surfer Girl

Poster Infierno Azul

Dir.: Jaume Collet-Serra
Int.: Blake Lively, Óscar Jaenada, Brett Cullen, Sedona Legge, Diego Espejel, Angelo Jose, Lozano Corzo, Jose Manuel, Trujillo Salas
¿De qué va?: En un viaje a México, Nancy va a hacer surf a una solitaria y aislada playa de la que le había hablado su difunda madre. Sin embargo, la joven es atacada por un enorme tiburón blanco, quedando malherida y atrapada en un islote a 100 metros de la costa.

Reseña: Jaume Collet-Serra debutó en Hollywood hace once años con el remake de  La casa de cera, pero a pesar de ser publicitada y recordada como “la película en la que Paris Hilton es empalada”,  el buen oficio del cineasta catalán le granjeó la confianza de los estudios, y desde entonces se ha labrado una carrera como director de encargo, con fama de ser rápido y eficiente, y con una conexión especial con Liam Neeson, con el cual ha trabajado en tres ocasiones (Sin identidad, Non-Stop y Una noche para sobrevivir). La cuarta ya está en camino, pero antes, Collet-Serra presenta este Infierno azul (The Shallows), que en un principio se presentó como un híbrido entre Gravity y Tiburón. Si bien y como era de esperar, no llega al nivel de excelencia e innovación de ambas, la película es bastante resultona.

Infierno azul3

El primer acto no es especialmente prometedor, pues además de recrearse en el escultural cuerpo de la protagonista (como era esperar), contiene un excesivo videoclip de surferos con planos “molones” a cámara lenta y música atronadora. Pero cuando empezamos a creer que estamos ante un remake inconfeso de En el filo de las olas (2002), nuestro amigo el tiburón colérico hace acto de presencia y las cosas se ponen mucho más interesantes. Por supuesto que hay algo de deuda con el film de Spielberg en esos planos subjetivos y siniestros desde el fondo del océano, pero también hay momentos que están resueltos de manera hábil y elegante, como ese primer ataque en el que el azul paradisiaco del agua se tiñe de rojo sangre.  A partir de entonces, nos despedimos de la música electrónica para recibir a la partitura de Marco Beltrami, que ayuda a construir un efectivo e imaginativo thriller minimalista, con unas medidas dosis de gore y varios picos de tensión muy bien calibrados.

Infierno azul2

Claro que, al igual que ocurrió con Gravity, para disfrutar de la película es necesaria cierta suspensión de la credulidad, sobre todo durante su vibrante acto final, cuando la película decide quemar todos sus últimos cartuchos a lo grande. Si dejas el escepticismo fuera de la sala, recibes a cambio una intensa y sólida historia de supervivencia protagonizada por una exultante Blake Lively, en el papel que debería, de una vez por todas, despejar las dudas sobre su talento y brindarle oportunidades más ambiciosas. La actriz sale muy airosa de un complicado ‘one-person show’ que demanda un gran esfuerzo físico e interpretativo, con el inestimable apoyo de una gaviota que ejerce de apoyo y confidente al estilo del Wilson de Náufrago. Me remito a lo dicho, abracen la credulidad.

Infierno azul

Que lo que ocurra en la película pueda darse en la vida real o no me trae sin cuidado. Me molesta más el videoclip surfero del principio y, sobre todo, la presencia del padre y de la hermana de la protagonista en la película. Aporta una información que no es relevante para la película, pues la conexión entre Nancy, su difunta madre y la playa funciona bastante bien por sí sola, además de propiciar un epílogo bochornoso que se suaviza con la inclusión de un apropiado tema de Sia en los créditos finales. Con todo, Infierno azul es probablemente una de las propuestas de evasión palomitera más honestas de este verano: da lo que promete de forma muy eficiente y en unos ajustados 87 minutos. Nadie se puede llevar a engaños.

6’5/10

19/7/16

Tres son multitud en el Edén

Poster Z for Zachariah
Una guerra nuclear ha acabado con gran parte de la humanidad y ha convertido el planeta en un lugar tóxico e inhabitable para el ser humano. Sin embargo, hay un valle en el que el aire que se respira es aún puro. Ahí es donde vive Ann, una joven que espera junto a su perro la llegada de sus allegados y de otros supervivientes. Un día, Ann se topa con un extraño, un científico que sigue vivo gracias a que permaneció escondido en un búnker, y al que acoge en su casa. Entre ambos se entabla una relación especial que se tambaleará ante la llegada de otro superviviente.

Z for Zachariah es la adaptación al cine de la novela homónima de Robert C. O’Brien, y el segundo largometraje de Craig Zobel, director de la incomodísima Compliance (2012). Su último trabajo se enmarca dentro de la temática apocalíptica, aunque poco tiene que ver con los grandes referentes del género. El film empieza con la protagonista buscando víveres en una ciudad desolada, pero a partir de ahí la acción toma lugar en la casa y el valle donde reside, con sólo tres personajes en pantalla, en una puesta en escena prácticamente teatral. El Apocalipsis ejerce únicamente de telón de fondo de una historia centrada en la relación de sus protagonistas. En primer lugar, la que se establece entre Ann y Loomis, construida a partir de la dependencia mutua, de las ansias que tenían ambos de tener contacto con otro ser humano, pero también del choque de creencias entre ambos (ella es una mujer de fe, él un hombre de ciencia). Y en segundo lugar, cuando entra en escena otro misterioso superviviente, tal vez la serpiente que trastoque el paraíso montado por estos particulares Adán y Eva.

Z for Zachariah

Exenta de la acción, la urgencia y el sentido del espectáculo típico del cine apocalíptico, la película se centra en la supervivencia de tres personajes, no tanto en la que tiene que ver con cubrir las necesidades básicas para vivir, sino en la que atañe a la convivencia íntima entre tres caracteres interdependientes pero muy diferentes entre sí, encarnados con gran perspicacia por el trío protagonista del film. Margot Robbie clava la ingenuidad y la entereza de Ann, mientras que Chiwetel Ejiofor aporta la intensidad y la conflictividad moral y Chris Pine el misterio y la seducción. No se dejen engañar por su perezoso cartel promocional, pues Z for Zachariah es una muy interesante y sólida propuesta, de impecable factura,  que reflexiona en torno a la relación y la lucha constante entre fe y ciencia y de cómo instintos tan primarios e “irracionales” como los celos y el egoísmo pueden condicionar la existencia del ser humano, incluso tras producirse el fin del mundo.
7/10

16/7/16

O.C: Un verano con Mónica (1953)

Poster Un verano con Monica¿De qué va?: Harry Lund es un joven que trabaja en un almacén de vidrio y porcelana. Cerca de ahí trabaja en un almacén de vegetales Mónica, y ambos se enamoran poco después de conocerse en un café. Tras una discusión entre Mónica y su padre y otra entre Harry y su jefe, la pareja decide tomar un pequeño bote a una isla cercana para pasar unas semanas a solas.

Reputación: Con la decimotercera película de Ingmar Bergman llegó el reconocimiento internacional del director sueco. El productor de cine de explotación Kroger Babb compró los derechos de la película tres años después de su estreno en Suecia, en 1956, para distribuirla en Estados Unidos. Para asegurarse una buena acogida, recortó 62 minutos del metraje y enfatizó el carácter nudista del film, utilizando una gran cantidad de material promocional sugestivo, incluyendo fotos de la actriz protagonista, Harriet Andersson, desnuda, y cambiando el título original por el de Monika, the story of a bad girl (Mónica, la historia de una chica mala). Con todo, fue la película más vista de Bergmann en Estados Unidos, y lanzó a la fama a Andersson, una de las actrices fetiche del director; juntos volvieron a trabajar en Noche de circo (1953), Sonrisas de una noche de verano (1955) y Como en un espejo (1961). Como dato curioso, tras tres semanas de rodaje en las islas donde se desarrolla el tramo central del film, enviaron la película al laboratorio, con la mala suerte de que una máquina defectuosa rayó miles de metros del celuloide, por lo que tuvieron que volver a repetir las tomas.

Un verano con Monica

Comentario: Cualquier seguidor de la Operación Clásico con buena memoria será consciente de lo escasamente “bergmanniano” que es un servidor. Sin embargo, tal vez el problema haya estado en que abordé un cineasta con una trayectoria tan dilatada empezando por drogas duras como Persona (1966) o El séptimo sello (1957), en vez de decantarme primero por las más accesibles para luego meterme progresivamente en materia. El caso es que Un verano con Mónica me ha gustado, mucho, no sólo porque el cine sobre los viajes iniciáticos sea mi mayor debilidad, sino por el contraste de ese hiato estival lúdico y de ensueño, obvia fuente de inspiración para Wes Anderson cuando hizo Moonrise Kingdom (2012), respecto a lo que llega después, cuando la pareja abandona el paraíso y vuelve al lúgubre mundo real, asumiendo las consecuencias de su rebeldía y su paso prematuro a la madurez, al tiempo que se demuestra la asombrosa capacidad de sus jóvenes actores protagonistas para plasmar la triste evolución de sus personajes. Aunque aún me quedan muchas por visionar, por fin puedo decir que tengo una indiscutible película de Bergmann favorita.

Próximo visionado: Novio a la vista (1954)

15/7/16

El único hombre con vida en Nueva York

Banner Louie

Creador: Louie C.K.
Int.: Louie C.K., Hadley Delany, Ursula Parker, Pamela Adlon, Susan Kelechi Watson, Nick Di Paolo, Todd Barry, Jim Norton, Robert Kelly
Emisión: 2010 – ¿?, FX
5 temporadas

Dicen por ahí que los cómicos son las personas más tristes del mundo, puesto que el humor nace de los rincones más oscuros del alma humana. El suicido de Robin Williams hace un par de años sacó a colación ese dicho, y dio un significado diferente y sombrío a un episodio de Louie en el que su protagonista coincidía con el oscarizado actor en el funeral de un conocido mutuo, culminando su aparición con el pacto de asistir al entierro del que se muriera antes. No es la primera vez en la que esta serie ejercía de testamento visual de un aclamado humorista: una de las últimas apariciones televisivas de Joan Rivers antes de morir fue en un capítulo que sirvió de homenaje a su tremendo talento y buen humor.

Louie

Con esto no quiero apuntar a que la serie creada, escrita y protagonizada por Louie C.K. sea un cementerio de comediantes, sino señalar la envergadura de la que goza una serie tan minoritaria como valiosa. Su premisa no puede ser más simple: las vicisitudes diarias de un humorista neoyorquino, divorciado y padre de dos niñas. Su plausible carácter autobiográfico es lo de menos, pues nunca lograremos distinguir la línea que separa la ficción de la realidad, de tal modo que Louie es una de las series actuales que gozan de mayor libertad narrativa y creativa; una muestra de ello es cuando sorprendió a propios y extraños al aparecer por primera vez, durante su tercera temporada, el personaje de su ex-mujer y madre de sus dos rubísimas hijas… interpretado por una actriz afroamericana. Cuando le preguntaron la razón, Louie se limitó a contestar que lo había hecho bien en la prueba de casting.

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Ni sus temporadas ni sus capítulos tienen una unidad temática. De la misma forma en la que nuestra risa puede congelarse en el momento más inesperado, un episodio puede comenzar con una historia y pasados diez minutos salta a otra completamente distinta y sin nada que ver, alternando con escenas de monólogos de su artífice. La cuarta temporada es la excepción, pues casi toda sus capítulos giran en torno a una misma cosa: el amor. Fue el año en el que vimos al Louie menos cínico y al más tierno e indefenso. Esa cuarta temporada fue conmovedora, triste y dolorosamente humana, y contenía además uno de los episodios más valiosos y con mayor repercusión mediática del año de su emisión, So did the Fat Lady, que además le reportó a Louie un Emmy a mejor guión de serie de comedia. Si no sabes de lo que les estoy hablando o si saben y quieren repetir, vean el siguiente video:

La forma en la que Louie revierte situaciones cotidianas o bizarras para reflexionar sobre lo que mueve a la sociedad anglosajona del siglo XXI es tan ingeniosa como admirable, pues pocos saben hacer humor negro, crítico, inteligente y cotidiano como este señor. Quizás por ello han pasado por su serie compañeros de profesión encantados de poder formar parte (Chris Rock, Sarah Silverman, Ricky Gervais, Amy Poehler, Jerry Seinfeld…), incluso algunos encarnando a versiones poco simpáticas de sí mismos; de igual modo que les ha regalado a  Parker Posey, Ellen Burstyn, Melissa Leo o al mismísimo David Lynch personajes con los que han podido brillar con luz propia en pequeñas intervenciones. Mención especial merece el médico de cabecera al que da vida Charles Groudin, el que hacía de padre de familia en Beethoven.

LouieLove

Por todo esto, los fans de Louie nos pusimos un poco tristes cuando éste dijo que, a pesar de la buena disposición de FX para continuar con la serie, no sabe si la retomará porque cree que no tiene más nada que ofrecer en ella. Tampoco hay que montar un drama: tal vez no podía terminar de otra manera, con un no-final a juego con la libertad que ha caracterizado a la serie (la forma fina de decir que Louie C.K. hace lo que salga de los mismísimos), y el comediante está metido en mil saraos entre papeles en el cine (Trumbo, Blue Jasmine…), la aclamada mini webserie Horace and Pete o la futura Better Things, en la que cede el protagonismo a su compañera Pamela Adlon, que fue lo más parecido a una media naranja que tuvo en Louie. Y quién sabe, puede que dentro de tres, cinco o diez años haya atesorado suficientes historias que contar como para traer de vuelta la serie que le encumbró. Por supuesto que lo recibiríamos completamente dispuestos a reírnos una vez más de las miserias humanas que nos amargan el día a día.

12/7/16

Los temerarios románticos

Poster Love

Creadores: Judd Apatow, Lesley Arfin, Paul Rust
Int.: Gillian Jacobs, Paul Rust, Claudia O’Doherty, Jordan Rock, Tracie Thoms, Mike Mitchell
Emisión: 2016 – ¿?, Netflix
1 temporada

Tom culpaba a las tarjetas de amor, a las películas y a la música pop por ese amor naíf y no correspondido que sentía por Summer en (500) días juntos. Algo similar ocurre con Mickey, pues confiesa que anhelar, esperar y desear el amor ha arruinado su vida. Ella es la ‘chica’ de la premisa ‘chico conoce a chica’, clásica del género romántico y de la que también parte Love, una de las últimas apuestas de producción propia de Netflix. Detrás de ella está Judd Apatow, quien tras revolucionar la comedia americana con sus películas sobre Peter Panes modernos y apadrinar Girls, vuelve a la pequeña pantalla, donde comenzó su carrera con series como Freaks and Geeks (también disponible en Netflix), que comparte el mismo ADN que esta Love, pues sus protagonistas son tan peculiares y alienados como los de aquella.

Love

Ella es una productora de radio alcohólica y con más miedo a la soledad del que estaría dispuesta a admitir. Él es un aspirante a guionista que trabaja como tutor de los adolescentes que actúan en una serie televisiva sobre brujas. Ambos se conocen cuando acaban de salir de sendas relaciones largas, pero a pesar de la frustración consecuente están dispuestos a darle una oportunidad más al amor, ya sea porque están enganchados a él, por venganza, porque no saben estar solos, porque la cultura pop les ha inculcado que no pueden vivir sin él, o quizás por un poco de todo. Lo más genérico que tiene esta serie es su propio título, pues a partir de ahí desarrolla una historia de amistad y amor que sentimos familiar, no tanto porque la hayamos visto en cientos de comedias románticas como porque podemos reconocernos a nosotros mismos en más de una ocasión.

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El desengaño que se produce cuando descubrimos que una persona no se corresponde con la imagen que proyecta en un primer acercamiento; la obsesión casi enfermiza provocada al idealizar a la otra persona, alimentada por lo fácil que resulta espiarla hoy en día a través de las redes sociales; el uso egoísta que hacemos de nuestros amigos para abordar nuestro objeto de deseo… Todas estas conductas tan propias de las relaciones sociales y románticas del siglo XXI están presentes y bien hilvanadas en Love, que al igual que Girls, busca la empatía con sus personajes a través de la vergüenza ajena y de la identificación negativa con sus personajes. Mickey y Gus son un desastre, y probablemente no hayan aprendido nada al término de la temporada, aunque ellos crean que sí, pero es que en la vida real tampoco se aprende de los errores de un día para otro; en el mejor de los casos hay que recaer en ellos un par de veces.

Love

Mi primera impresión sobre la pareja protagonista fue que no congeniaban. A Gillian Jacobs ya la queríamos como la entrañablemente despistada Britta de Community, pero al cómico Paul Rust no lo conocíamos de nada (aunque al parecer tuvo un pequeño papel en Malditos bastardos), y a priori puede parecer que su condición de co-creador y guionista de la serie le ha servido para adjudicarse el rol masculino protagonista. Sin embargo, como ya mencionamos en el anterior párrafo, las primeras impresiones tienden a ser erróneas, y lo cierto es que Rust defiende bastante bien su papel, incluso cuando la serie apunta a que los nerds no son tan ingenuos e inofensivos como dicta la creencia popular. Sin embargo y a pesar de la buena química que construyen, Jacobs le roba en buena medida la función, al igual que Clauda O’Doherty, que logra que su personaje de excéntrica compañera de piso de Mickey no se reduzca a una mera caricatura.

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Love se estrenó en Netflix con una segunda temporada garantizada, algo que también ocurrió con Unbreakable Kimmy Schmidt, quizás para satisfacer y atar a los pesos pesados que hay detrás de cada una (Tina Fey en esta última). Aún no me ha quedado claro si la trama de la producción de la serie es una incisiva y certera crítica a la televisión actual o si le han dado más cancha de la que se merece, pero la forma en la que se ha desarrollado la relación de Mickey y Gus en esta primera tanda de episodios permite una larga continuidad antes de que el chicle se quede sin sabor, pues tal y como reza el título del décimo capítulo, esto no es más que el fin del comienzo de una relación que se vaticina tumultuosa. ¿Acaso no lo son la mayoría de las que valen realmente la pena?

9/7/16

La familia crece

Poster Nuestra hermana pequeña
Sachi, Yoshino y Chika son tres hermanas de Kamakura, Japón, que viven en la casa que una vez perteneció a su abuela. Cuando asisten al funeral de su padre, que las abandonó siendo pequeñas, conocen a la hija que éste tuvo con la mujer por la que se separó de su madre, y que ahora tiene 13 años. Pronto, las hermanas se encariñan con ella y la invitan a vivir  en la ciudad. Nuestra hermana pequeña, penúltimo film de Hirohazo Koreeda, ganó el Premio del Público del pasado Festival de San Sebastián, algo totalmente comprensible si tenemos en cuenta que es de esos films en los que uno se quedaría a vivir.

No esperen tremendismo, ni tragedias, ni giros locos que nos descubran la psicopatía de una de las protagonistas. Esta es la cálida historia de tres hermanas que desconocían que su familia estaba incompleta hasta que conocen a la cuarta, a la que acogen bajo su techo con los brazos abiertos, mientras procuran que las acciones y decisiones acometidas por sus progenitores en el pasado no condicionen sus vidas. Por supuesto que surgirán roces entre ellas porque son muy diferentes entre sí, pero es fruto de lo mucho que se quieren y de lo mucho que se preocupan las unas de las otras, y aunque todo esto pueda sonar cursi y azucarado, la película no lo es en absoluto, resolviendo las escenas más dramáticas con sutileza y buen gusto y dando un poco de cancha a la comedia.

Nuestra hermana pequeña2

Koreeda combina la muestra de las curiosas tradiciones japonesas con la modernidad inherente en esos cuatro personajes femeninos fuertes, decididos, generosos y sensibles, pero jamás sumisos, a los que las cuatro actrices protagonistas interpretan con máxima naturalidad. Así, aunque la película dure dos horas, el tiempo se pasa volando entre pequeños hallazgos, comidas familiares, reencuentros, riñas, acercamientos, desengaños amorosos, nuevas amistades, celebraciones y despedidas, y al final, sólo podemos desear que esas cuatro hermanas no se separen nunca y sean siempre felices. Este es uno de esos films que mantienen viva la pequeña llama de esperanza puesta en el ser humano, y es algo que necesitamos con urgencia, ahora y siempre.

8/10

8/7/16

Deconstruyendo el luto

Poster Demolicion

Dir.: Jean-Marc Vallée
Int.: Jake Gyllenhaal, Naomi Watts, Chris Cooper, Judah Lewis, Heather Lind, C.J. Wilson, Polly Draper, Malachy Cleary, Debra Monk
¿De qué va?: Davis es un exitoso banquero de inversión que se enfrenta a la pérdida de su esposa en un accidente de coche. Con la ayuda de la representante del servicio al cliente de una empresa de máquinas expendedoras y de su hijo, Davis comienza un proceso de reconstrucción, empezando con la demolición de la vida que una vez conoció.

Reseña: En Perdida (2014), un hombre se convertía en el principal sospechoso de la desaparición de su esposa por tener una actitud que no se correspondía con la del típico marido consternado. A raíz de ello, la escritora Gillian Flynn reflexionaba sobre las construcciones sociales y el peligro de juzgar a una persona porque no reaccione o se comporte como la sociedad considera que debe hacerlo. Algo parecido le ocurre al protagonista de Demolición, pues tras el fallecimiento de su esposa, es incapaz de expresar aflicción o cualquier sentimiento afín, a la par que desarrolla una nueva vocación por destrozar cosas, algo que causa perplejidad en sus suegros, que llevan un proceso de luto más tradicional.

Jake Gyllenhaal as "Davis"  in DEMOLITION. Photo Courtesy of Fox Searchlight. © 2016 Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved

El canadiense Jean-Marc Vallée ya llevó al cine una historia sobre el duelo con Alma salvaje (2014), en la que una mujer se sobreponía de la espiral de adicción y promiscuidad en la que se había sumergido tras la muerte de su madre yéndose de caminata a través del Sendero de las Cimas del Pacífico, una experiencia que recogió en el libro que sirvió de base para el film. En Demolición, el viudo, Davis, se sincera a través de la correspondencia epistolar que establece con la empleada del servicio al cliente de la empresa de máquinas expendedoras que inicia su afición por la destrucción: cuando algo no funciona, a veces la mejor solución es romperlo en mil pedazos. Así es como canaliza lo que ha supuesto para él la repentina muerte de su mujer, el brusco despertar de una vida en la que prácticamente actuaba como un muerto viviente, con una rutina muy marcada y sin un momento para pararse a pensar hacia dónde le estaba conduciendo.

Naomi Watts & Jake Gyllenhaal

Jake Gyllenhaal vuelve a reafirmarse como uno de los actores más entregados y astutos del panorama cinematográfico actual con una interpretación minuciosa a la hora de exteriorizar el caos mental por el que está atravesando su personaje. Un rol que a cargo de otro intérprete podría resultar fácilmente antipático y chulesco. pero con el que Gyllenhaal consigue que simpaticemos fácilmente, tal y como como le ocurre en la película a Naomi Watts, correctísima pero un tanto desaprovechada, sobre todo porque queda relegada cuando entra en escena su hijo en la ficción, encarnado por el debutante Judah Lewis, y con el que Davis establece una relación mucho más interesante que la que mantiene con su confidente y con su suegro, un Chris Cooper que vuelve a demostrar lo bien que se le da mostrarse vulnerable tras su arisca apariencia.

Demolicion3

Demolición cuenta además con un hábil montaje que alterna la realidad con pensamientos y fugaces recuerdos que contienen un significado más evidente del que presuponen sus responsables, y es que los derroteros de la narración resultan demasiado obvios, en contraposición con lo áspera que resulta la película al esquivar cualquier atisbo de sensiblería excesiva. Lo más significativo del film no es esa idea de que hay que destruir hasta los cimientos una vida para poder reconstruirla, sino que la catarsis llegue a través de esos pequeños gestos y tonterías por los que echaremos de menos a las personas que queremos.

7/10

6/7/16

Dejando rodar los buenos tiempos

Poster Todos queremos algo

Dir.: Richard Linklater
Int.: Blake Jenner, Glen Powell, Ryan Guzman, Tyler Hoechlin, Wyatt Russell, J. Quinton Johnson, Juston Street, Zoey Deutch, Will Brittain
¿De qué va?: Jake llega a la universidad cuando sólo quedan tres días para que empiecen las clases, pero piensa aprovecharlos para hacer amigos, conocer chicas e ir a todas las fiestas que se le presenten en compañía de los que serán sus compañeros de equipo de béisbol.

Reseña: Richard Linklater es un adicto, y su droga se llama nostalgia. Está enganchado al sabor agridulce del recuerdo, de los encuentros fortuitos y de los momentos sencillos que quedan atrás con el transcurso del tiempo y acaban conformando eso a lo que llamamos ‘vida’. Todos queremos algo es secuela espiritual de Movida del 76 (Dazed and Confused), pero en cierta manera también está hermanada con Boyhood, pues empieza donde termina aquella, con un chaval en su primer día de universidad. La principal diferencia radica, aparte del cambio de década, en que Mason era un aspirante a fotógrafo un poco emo, mientras que el protagonista de ésta, Jake, sólo piensa en tres cosas: béisbol, chicas y colegas.

Todos queremos algo3

No puede ser más lejano a mi experiencia vital lo que veo en esta película; cualquiera que haya nacido a partir del final de los 80 y no haya ido a una universidad americana estará en mi misma situación. Sin embargo, la máquina del tiempo de Linklater, tan cuidada y bien engrasada como de costumbre, nos teletransporta a aquella época y nos hace sentir cierta “nostalgia falsa” por una época pasada que nunca llegamos a experimentar. ¿Recuerdan el complejo de la Edad de Oro de Midnight in Paris por el cual una persona cree que sería más feliz habiendo nacido en otro período histórico? Exactamente lo mismo. Y es extraño, porque los protagonistas de la película son esa clase de personajes/gañanes encantados de conocerse a sí mismos que en la vida real nos producirían urticaria, pero aquí nos caen bien y no nos importaría compartir unas cervezas y unas risas con ellos.

Todos queremos algo2

Esa extraña empatía se produce gracias a lo bien definidos que están los personajes, al desparpajo de cada uno de los actores (novatos en su mayoría) y al buen rollo que desprenden; si esperan un poco durante los créditos finales verán una secuencia musical que constata esos tres factores. Un poco como pasó en Boyhood, la figura central (Blake Jenner) no es tan interesante como el plantel de secundarios, especialmente el filósofo porrero (Wyatt Russell), el caradura de Finnegan (Glenn Powell en un rol muy similar al que hace en Scream Queens) o la única chica con más de tres líneas de diálogo de toda la película (Zoey Deutch). Los detractores del cine de Linklater volverán a decir que no hay argumento, como si no lo supiéramos ya. Lo que hay que entender, de una vez por todas, es que su cine está construido en tiempos débiles: no hay catarsis, ni clímax, ni una evolución evidente en los personajes; el tiempo está suspendido y las lecturas subyacen bajo situaciones ordinarias.

Todos queremos algo

Todos queremos algo habla de ese breve período de tiempo que se encuentra entre el fin de una etapa y el principio de otra. Un período en el que no ocurre nada especial pero que contiene restos de lo que se ha dejado atrás y pistas de lo que está por llegar. En este caso supone el fin de la época en la que uno podía despuntar con facilidad (el instituto) para entrar en un lugar (la universidad) en el que la competitividad es mucho más alta y las recompensas mucho más escasas, y en el que la exaltación de la amistad acabará decayendo tarde o temprano. A fin de cuentas , la vida no es más que un cúmulo de momentos triviales, como pasar tiempo con los colegas, y es eso, junto el sentir verdadera pasión por algo, ya sea el béisbol, el teatro, el cine, etcétera, lo que la hace más disfrutable. Eso es lo que todos queremos, ser felices.

8/10

4/7/16

O.C: Pauline en la playa (1983)

Poster Pauline en la playa¿De qué va?: Pauline es una adolescente de 15 años que se va a pasar el verano a un pueblo de la costa normanda con su prima Marion. Una vez allí, las chicas se tropiezan con Pierre, un antiguo amigo de Marion que aún se siente atraído por ella, pero ésta prefiere al aventurero Henri, aun siendo consciente de que lo suyo no tendrá mucho futuro. Mientras tanto, Pauline también tendrá un romance con un muchacho de la localidad.

Reputación: Tercera entrega de la serie Comedias y proverbios del cineasta francés adscrito a la Nouvella Vague Éric Rohmer. Se trata de un compendio de seis películas que comenzó a rodar a principios de los 80, caracterizadas por ir todas y cada una de ellas acompañadas de un proverbio; en el caso de Pauline en la playa, es una cita del poeta y novelista francés Chrétien de Troyes que dice ‘Quien habla mucho, se equivoca’. El film ganó en 1983 el Oso de Plata a mejor director y el premio FIPRESCI concedido por la crítica. La película Margot y la boda (2007) de Noah Baumbach surgió en un principio como un remake norteamericano del film, pero conformé el cineasta escribía el guión se fue distanciando de la obra original hasta que creó una historia con escasas similitudes. Como dato curioso, en 1997 surgió un grupo español formado por las hermanas Mar y Alicia Álvarez bajo el nombre Pauline en la playa, en homenaje al film.

Pauline en la playa

Comentario: Primera película que veo de Éric Rohmer y, la verdad, no sé por qué he tardado tanto, porque su cine es totalmente compatible con mi gusto cinéfilo. Pauline en la playa presenta a unos pocos personajes que se cruzan en un pueblo costero de Normandía en el cual se buscan, se encuentran y conversan, hablan y debaten sobre el amor, las relaciones y sus sentimientos por los cuatro costados. Pauline, Marion, Pierre y Henri creen ir sobrados de sabiduría romántica pero ¡ay, cómo se equivocan en la práctica! El proverbio que da pie a la película da una importante pista sobre lo que nos quiere contar Rohmer: hablamos demasiado, sobre-analizamos el comportamiento de los demás, nos esforzamos en justificar el nuestro y mentimos para salir bien parados… cuando lo mejor y más sencillo sería ser honestos con nosotros mismos y con nuestros sentimientos y actuar en consecuencia. Nada más. Así, Pauline en la playa es una película construida sobre un robusto y reflexivo guión, protagonizada por unos personajes con los que nos podemos sentir identificados a nuestro pesar, y que tal vez no aprendan nada de lo vivido. Al fin y al cabo, no es más que otro verano en la playa.

Próximo visionado: Un verano con Mónica (1953)

2/7/16

Itinerario de estrenos de julio 2016

Estrenos_julio


Mientras medio mundo está yendo al cine en busca de Dory, siguen llegando nuevas películas para amenizar la cartelera veraniega; mucho blockbuster y alguna que otra propuesta alternativa, como es habitual por estas fechas. Hay otras cosillas interesantes que se estrenarán este mes aparte de lo que destaco a partir del siguiente párrafo: el próximo 8 de julio llegará lo nuevo de Steven Spielberg, Mi amigo el gigante (aunque a mí me da bastante pereza) y Money Monster, thriller dirigido por Jodie Foster con George Clooney y Julia Roberts al frente. El 15 de julio llega Theo y James, Paris 5:59, un Antes del amanecer en clave homosexual, y también la ¡quinta entrega! de la ya agotada saga de Ice Age, con el subtítulo de El gran cataclismo. Por último, podría estar bien el drama de época Sunset Song, lo nuevo de Terence Davies (The Deep Blue Sea), que se estrenará el 22 de julio.

Todos queremos algo: Nuevo film de Richard Linklater (Boyhood) promocionado como la secuela espiritual de Movida del 76 (1993), pues si aquella versaba sobre la fiesta de fin del instituto de unos chavales, ésta gira en torno a un grupo de jugadores de un equipo de béisbol de secundaria que, en plenos 80 y en los días previos al comienzo de la universidad, empiezan a ser conscientes de que pronto tendrán que empezar a asumir las responsabilidades de la vida adulta. Blake Jenner (Glee), Ryan Guzman (Obsesión), Juston Street (My All-American), Wyatt Russell (Infiltrados en la universidad) y Glen Powell (Scream Queens) encabezan el reparto. Las críticas han sido muy positivas y muchos la sitúan como una de las mejores películas de lo que llevamos de año.
Estreno: 1 de julio

 
Demolición: Jean-Marc Vallée (Alma salvaje) dirige este drama sobre un joven banquero neoyorquino que trata de superar el trastorno emocional que le ha dejado la trágica muerte de su esposa demoliendo su casa con sus propias manos. Jake Gyllenhaal (Nightcrawler), Naomi Watts (La saga Divergente: Leal) y Chris Cooper (Agosto) conforman el trío protagonista de esta película que se presentó en el pasado Festival de Toronto suscitando opiniones muy dispares.
Estreno: 1 de julio


Infierno azul: Una joven que trata superar la pérdida de su madre se va a surfear a una playa solitaria, con la mala suerte de que termina atrapada en un islote a 100 metros de la costa, herida y con un enorme tiburón blanco acechándola de cerca. Jaume Collet-Serra (Una noche para sobrevivir) dirige este thriller que en su momento se vendió como un cruce entre Gravity y Tiburón, y que protagoniza Blake Lively (El secreto de Adaline), que es quien ha salido mejor parada de la recepción crítica, que se divide entre los que consideran el film como un sólido entretenimiento de serie B y los que directamente la tildan de ridícula, pero en taquilla le está yendo bastante bien.
Estreno: 15 de julio


La leyenda de Tarzán: El rey de la selva vuelve a la gran pantalla con un híbrido de reboot y secuela que nos muestra a un Tarzán ya integrado  en la sociedad humana y casado con su amada Jane. Cuando es invitado de vuelta al Congo para ejercer de embajador de comercio del parlamento, resulta que todo es una trampa urdida por el capitán belga Leon Rom para lograr sus pérfidos fines. Alexander Skarsgård (The Diary of a Teenage Girl), Margot Robbie (Suite francesa), Christoph Waltz (Spectre),  Samuel L. Jackson (Los odiosos ocho) y Djimon Hounsou (Fast & Furious 7) protagonizan esta superproducción dirigida por David Yates (Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte 2) llamada a convertirse en uno de los grandes fracasos monetarios del verano, pues todo apunta a que le va a costar mucho recuperar sus desmedidos 180 millones de dólares de presupuesto.
Estreno: 22 de julio


Jason Bourne: Quinta entrega de la saga de Bourne que supone la vuelta del director Paul Greengrass y de Matt Damon tras el spin-off protagonizado por Jeremy Renner. Julia Stiles (El lado bueno de las cosas), Alicia Vikander (La chica danesa), Tommy Lee Jones (Deuda de honor) y Vincent Cassel (Mi amor) completan el reparto de esta nueva aventura del ex agente de la CIA cuyo primer acto se rodó en una Santa Cruz de Tenerife que emulaba ser Grecia. Y poco más se sabe hasta ahora de la película…
Estreno: 29 de julio

1/7/16

Actriz del mes: Margot Robbie

Margot Robbie3

Nombre completo: Margot Elise Robbie

Fecha de nacimiento: 2 de julio de 1990

Lugar de nacimiento: Dalby, Queensland (Australia)

Filmografía destacada:

Larrikins (sólo voz) (2018)
Terminal (2016)

Escuadrón Suicida (2016)
La leyenda de Tarzán (2016)
Whiskey Tango Foxtrot (2016)
Focus (2015)
Z for Zachariah (2015)
Suite francesa (2014)
El lobo de Wall Street (2013)
Una cuestión de tiempo (2013)
Pan Am (Serie de TV) (2011 – 2012)
Neighbours (Serie de TV) (2008 – 2011)


Méritos: Mañana, 2 de julio, Margot Robbie cumple 26 primaveras. A mí me cuesta creerlo. Si algún día me cruzo con ella por la calle (por ejemplo), lo primero que haré será pedirle el carnet de identidad, y tras los brincos, abrazos y desmayos, aprovecharía para preguntarle qué le daban de comer en Australia. Ahí donde la ven, esta chica ha salido de la mayor cantera de actores y talentos australianos: Neighbours, una longeva serie australiana por la que han pasado Russell Crowe, Guy Pearce, Kylie Minogue, Natalie Imbruglia o los hermanos Chris y Liam Hemsworth. Tras cuatro años en la serie, Robbie se marchó a hacer las Américas, aterrizando en la serie Pan Am, que fue prematuramente cancelada tras un año de emisión.

Pero como no hay mal que por bien no venga, Margot Robbie aprovechó que Olivia Wilde era demasiado “vieja” para hacer de esposa de Leonardo DiCaprio y consiguió el papel femenino protagonista de El lobo de Wall Street, una inmejorable carta de presentación en Hollywood de la mano de Martin Scorsese con la que cautivó a todos con su belleza y sus tablas frente a uno de los actores más aclamados del mundo. Y aunque desde entonces no ha parado de trabajar tanto en producciones modestas (Suite francesa, Z for Zachariah) como en comerciales (Focus), la consolidación de su estrellato llega este verano por partida doble: en primer lugar, con La leyenda de Tarzán, dando vida a la amada Jane del rey de la selva, pero sobre todo, con Escuadrón Suicida, cuya encarnación de la desquiciada Harley Quinn ha despertado tanta expectación por el público que, además de haber ganado protagonismo en la campaña publicitaria, ya se baraja un spin-off diseñado para su lucimiento.

Pero Robbie, en vez de jugarlo todo a una carta, ya ha fundado su productora, LuckyChap Entertaintment, con la que respaldará algunos de sus futuros trabajos, como el biopic de la malograda patinadora artística Tonya Harding. Si ha sido capaz de conseguir todo esto con tan sólo 26 años, imagínense de lo que puede ser capaz en el futuro.

Jane_Harley


Extras:

Tráiler de Escuadrón Suicida

Tráiler de La leyenda de Tarzán

Tráiler de Whiskey Tango Foxtrot

Entrevista junto a Will Smith sobre Focus

Robbie audiciona para el papel de Marlon Brando en La ley del silencio

La rutina de belleza de Margot Robbie