23/1/16

La banca siempre gana

Poster La gran apuesta

Dir.: Adam McKay
Int.: Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling, Brad Pitt, Finn Wittrock, John Magaro, Hamish Linklater, Rafe Spall, Marisa Tomei, Melissa Leo
¿De qué va?: Unos años antes del desplome de la economía mundial, producto de una crisis financiera que nadie se atrevió a admitir, varios individuos ajenos a Wall Street planearon una arriesgada inversión que puso en jaque al sistema bancario.

Reseña: La risa es un asunto muy serio. La economía también. Tomando en consideración esas dos máximas y el precedente de El lobo de Wall Street, Adam McKay ha tomado el libro de no ficción de Michael Lewis, The Big Short,  para explicar a través de estrellas hollywoodienses y un tono entre festivo, cómico y documental, cómo se originó la burbuja inmobiliaria que desencadenó la crisis mundial del 2008. Un cometido loable, desde luego, pero que se ha traducido en una lección de economía avanzada empaquetada en un envoltorio atractivo a la par de desconcertante.

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¿Conocen esa sensación, cuando están rodeados de gente de un campo laboral o de estudio ajeno al de ustedes, y cuentan chistes internos que sólo entienden ellos? Pues algo así ocurre en La gran apuesta. Desde el principio, Ryan Gosling (en modo Jordan Belfort) nos avisa de que no vamos a entender nada, que toda esa palabrería creada en Wall Street es enrevesada a posta para hacernos sentir como idiotas incapaces de entender nada. Perfecto. Sin embargo, la película se vale de esa misma jerga técnica durante todo el metraje, siendo los diálogos tan enrevesados que estamos siempre esperando a que alguien traduzca lo que está pasando en una frase del tipo “estamos jodidos” o “vamos a ganar muchísima pasta”, y así poder averiguar por dónde van los tiros. McKay introduce de vez en cuando explicaciones a cámara a cargo de caras conocidas, pero ni con esas lograremos enterarnos de qué están hablando buena parte del tiempo.

La gran apuesta

De esta forma, resulta muy tentador desistir de intentar escudriñar la trama y centrarse en admirar el bronceado y los pelucones de Gosling, Chstian Bale, Steve Carell y Brad Pitt, este último también productor, agenciándose el papel más noble y discreto de la función, como ya hizo en 12 años de esclavitud. Todos recitan el guión con la convicción de que entienden de lo que están hablando (aunque es muy probable que no sea así), aunque tampoco tienen cancha para ejercitar su vis cómica, pues el film no es lo suficientemente exagerado o esperpéntico para que puedan lucirse como lo hizo Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street. La gran apuesta sí que comparte con el film de Martin Scorsese el retrato del distrito financiero como un circo en el que los billetes caen del cielo gracias a la ignorancia de los contribuyentes.

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Si bien El lobo de Wall Street era exagerada y esperpéntica, La gran apuesta está más anclada en la realidad, y tiene numerosos momentos propios de una reconstrucción documental de los acontecimientos que retrata. Su último tercio es el más interesante al utilizar una oficina desangelada y una desbandada de trabajadores con caja de cartón bajo el brazo como alegoría de las consecuencias de la crisis y, pese a su ausencia de sutilidad, su conclusión resulta una verdad incómoda, amarga e inquietante. Así, La gran apuesta resulta una película con un valor didáctico significativo, indispensable para confirmar nuestras sospechas sobre quiénes tienen la culpa de todo, pero su diseño y su densidad eclipsan su valioso mensaje.

6/10

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