29/4/19

Dolor y gloria – Almodóvar veintidós




Dir.: Pedro Almodóvar
Int.: Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Nora Navas, Leonardo Sbaraglia, Penélope Cruz, Julieta Serrano, Cecilia Roth, Raúl Arévalo
¿De qué va?: Salvador Mallo es un aclamado director de cine cuya memoria le llevará hasta su infancia, en el pueblo valenciano de Paterna en los años 60 junto a sus padres, a sus primeros amores, su primer deseo, la madre, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, la escritura como única terapia, el temprano descubrimiento del cine y el vacío ante la imposibilidad de seguir rodando.

Reseña: ¿Qué ocurre cuando la musa no se aparece ante el artista? El vacío, la frustración. La inspiración llega a través de las vivencias y los referentes, cuyos huecos se rellenan a base de imaginación, pero es terrible cuando la maquinaria que pone todo eso en marcha no arranca, cuando las ideas no son lo suficientemente buenas, y el ruido externo impide que éstas se ordenen y cobren sentido. Esta situación debe resultarle muy familiar a Pedro Almodóvar, aunque no parece que el síndrome de la página en blanco le haya afectado en absoluto a la hora de crear Dolor y gloria, más bien todo lo contrario: la parálisis fruto del bloqueo creativo le ha servido de inspiración para crear la historia más personal e íntima de su filmografía.


Libre del histrionismo al que le debe gran parte de su éxito, pero sin caer en el drama gélido de Julieta (2016), Almodóvar vuelca en su álter ego de la ficción, Salvador Mallo, sus obsesiones, sus dolencias, sus pasiones y su pasado, creando un mosaico que, lejos de querer abarcarlo todo, se centra en cuestiones concretas que entremezclan un presente decaído, doloroso, con un pasado lleno de gloria, pero en el que recuerdos en torno a la niñez en el pueblo, la relación con la madre, el gran y trágico romance de toda una vida y el despertar tanto cinéfilo como sexual cobran un nuevo valor cuando se revisita con la serenidad y la melancolía propias de la edad madura, algo que se contagia a toda la narración, que tiene momentos divertidos, otros tristes, pero nunca sobrecargados, y con todo, continúa siendo profundamente almodovariana.


Visualmente la película es un caramelo, la música de Alberto Iglesias el mejor acompañamiento posible, y el reparto sale muy beneficiado de la tremenda habilidad que tiene Almodóvar en la dirección de actores. De la misma forma en la que reconozco que nunca ha sido especialmente admirador de Antonio Banderas ni de Asier Etxeandia, he de decir que ambos hacen aquí una labor realmente admirable. Banderas canaliza el espíritu de Almódovar sin manierismos, únicamente a través de gestos y detalles, mientras que Etxeandia, además de ejercer de estupendo contrapunto, goza de un monólogo que es un regalazo para el lucimiento de cualquier intérprete que se precie. Se trata de uno de los grandes pasajes de la película, junto al reencuentro, breve pero cargado de sentimientos, entre Mallo y un viejo amor (Leonardo Sbaraglia). Penélope Cruz, recuperando el espíritu castizo que se apoderó de ella en Volver (2006), y Julieta Serrano también están fantásticas encarnando a la madre del protagonista en el pasado lejano y el reciente respectivamente.


¿Es Dolor y gloria la mejor película de Almodóvar? No, pero sí creo que es lo mejor y más inspirado que ha hecho desde Volver, que para quien esto escribe sigue siendo su obra más redonda y brillante. El director manchego ha realizado un honesto ejercicio de introspección en el que poco importa que podamos discernir qué es ficción y qué no, porque el conjunto resulta auténtico y homogéneo, pues todas las tramas acaban convergiendo en su razón de ser como artista y en cómo exorciza todos sus temores, conflictos y fantasmas a través del arte cinematográfico. Más que una carta de despedida, debería tratarse de un punto de inflexión en una carrera cuyo futuro resulta tan incierto como estimulante.

8/10

27/4/19

Vengadores: Endgame – Catarsis colectiva



Dir.: Joe Russo, Anthony Russo
Int.: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Jeremy Renner, Paul Rudd, Karen Gillan, Brie Larson, Don Cheadle, Bradley Cooper, Josh Brolin
¿De qué va?: Tras el chasquido de Thanos, el universo está en ruinas. Con la ayuda de los aliados que quedan, los Vengadores se reúnen una vez más para intentar deshacer las acciones de Thanos y restablecer el orden en la galaxia.

Reseña: Han pasado 11 años desde el estreno de Iron Man, en la que Robert Downey Jr se convirtió en una estrella, y donde se topó con Samuel L. Jackson caracterizado por primera vez como Nick Fury, quien le dijo que formaba parte de un universo de superhéroes mucho más grande de lo que él podía imaginar, y que se había presentado en su casa para hablarle sobre la iniciativa vengadora. Esto sucedió en una escena post-créditos, que solo fue presenciada por aquellos que tienen costumbre de quedarse mientras se limpia la sala y de los frikis que ya estábamos avisados de que habría sorpresa final. Años después, la situación cambiaría, recayendo la incredulidad en aquellos que abandonan la proyección antes incluso de la primera escena post-créditos de rigor. Marvel y Disney han construido en tres frases una saga cinematográfica al más puro estilo cómic, obviando líneas temporales alternativas pero tejiendo una red a base de tramas y personajes que se unificó en Vengadores: Infinity War (2018) para luego reducir la mitad a cenizas.


Infinity War fue un hito, no solo por ser la película con mayor número de superhéroes concentrado por fotograma, sino porque terminaba en una situación inédita para estos personajes: la derrota. Con Endgame, los hermanos Joe y Anthony Russo dan tiempo y espacio a que los supervivientes del chasquido de Thanos laman sus heridas, se abracen y experimenten la impotencia, el enfado, la culpa y la tristeza de haber perdido la batalla, y de tener que vivir acarreando con ello. Si Infinity War era un clímax constante con apenas momentos de transición para que sus personajes respirasen, Endgame ofrece una generosa cantidad de tiempo para crear una atmósfera emocional que conecta directamente con el fan, recompensando asimismo su fidelidad a través de la ingeniosa manera en la que la película, no solo da las gracias al público fidedigno por haber estado ahí con muchos guiños cómplices y fanservice (en absoluto gratuito ¡nos lo merecíamos!), sino en la que homenajea su propia trayectoria, con todo el derecho de hacerlo: construir un proyecto tan complejo y de tal envergaduraa lo largo de una década, sin sufrir percances artísticos severos ni fiascos de taquilla, resulta una proeza realmente insólita.


Aunque el universo cinematográfico de Marvel continuará expandiéndose tanto en el cine como en streaming, Endgame supone un final en toda regla, cerrando los principales arcos y tramas, en especial, aquellos que tienen ver con los integrantes de la formación original de los Vengadores: Capitán América y Viuda Negra recuperan ese protagonismo que quedó un tanto diluido en Infinity War, lo cual da cancha a que Chris Evans y Scarlett Johansson se luzcan en el terreno interpretativo, mientras que Thor culmina su evolución de dios nórdico carente de personalidad alguna al convertirse en el superhéroe más humano y divertido de todos con la inestimable ayuda de la tremenda vis cómica de Chris Hemsworth.  La película se beneficia tanto de la camaradería entre los intérpretes como del conocimiento al dedillo que tienen éstos de sus personajes, conduciéndolos a un final más que satisfactorio con la guía de los hermanos Russo, que han demostrado de sobra ser los directores más hábiles y capaces de implementar el medido tono Marvel de acción, comedia y emoción a pleno rendimiento, y sin perder el norte cuando hay muchas piezas en el tablero de juego.


Es complicado decir más sin entrar en el pantanoso terreno del spoiler, y no hay que hacerlo, porque aquí más que nunca merece la pena llegar completamente virgen a la proyección y formar parte de la experiencia colectiva de ver la película en una sala repleta en la que se producen aplausos espontáneos, carcajadas, gritos ahogados de emoción y sentidos llantos. Una de las claves del éxito de la saga Marvel ha estado en implantar el sistema de la ficción televisiva, desarrollando la historia y sus personajes a lo largo del años, ganándose el cariño de un público que a cada película se siente más involucrado emocionalmente con sus vivencias. Habrá nueva formación de Vengadores, pero será muy complicado superar o igualar el carisma de Iron Man, Capitán América, Viuda Negra, Thor, Hulk y Ojo de Halcón, y que se pueda generar el torrente de emociones que produce la última hora de la película, repleta de momentazos que recorren todo el espectro de emociones que nos ha brindado esta saga a lo largo de la última década. Marvelitas, jamás viviremos un viaje igual.

9/10

21/4/19

O.C: Atraco perfecto (1956)

¿De qué va?: Johnny Clay decide dar el último golpe de su vida, uno que le permita retirarse junto a su amada Fay, así que reúne un equipo de cinco hombres para planificar y ejecutar un arriesgado robo en un hipódromo, durante una carrera de caballos.

Reputación: Para su tercer largometraje, Atraco perfecto (The Killing), Stanley Kubrick decidió adaptar la novela Clean Breake de Lionel White, escribiendo él mismo el guion, aunque el reputado novelista de novela negra Jim Thompson, le ayudó con los diálogos. Fue rodada en 24 días, con un presupuesto de 320.000 dólares, ínfimo hasta para los estándares del cine de serie B de los años 50, y eso que Kubrick renunció a su salario para poder llevarla a cabo. Los pases de prueba iniciales fueron pobres, citando la estructura no lineal de la trama como el principal problema. Kubrick fue obligado a remontar la película para que su estructura fuese lineal, pero eso provocó que la película fuera aún más confusa. El estudio también insistió en añadir una narración en off, pero Kubrick odiaba la idea, y por eso la información que proporciona el narrador resulta confusa o errónea. Al final, Atraco perfecto fue estrenada con su montaje original pero programada dentro de una sesión doble, acompañando a Bandido (1956), pero supuso una gran influencia para películas posteriores que también siguieron un hilo narrativo no lineal, como es el caso de Pulp Fiction (1994). Kirk Douglas quedó tan impresionado con el film que contactó con Kubrick para que dirigiese su siguiente película, Senderos de gloria (1957), que acabaría convirtiéndose en uno de los films bélicos más importantes de la Historia, catapultando al éxito la carrera de su director.


Comentario: Sin ser yo especialmente devoto del cine de Kubrick, tampoco seré quien arremeta contra él. Te pueden gustar más o menos sus películas, pero la calidad técnica y artística de sus largometrajes, así como la importancia de su legado cinematográfico y cultural, resulta indiscutible. No obstante, Atraco perfecto fue una de sus primeras películas, y aunque por aquel entonces ya apuntaba maneras, no logro encontrar en ella esa gran obra maestra que muchos aseguran ver. Quizás sea por esa voz en off aburrida y monótona hecha al parecer aposta para evidenciar la disconformidad de Kubrick por su inclusión forzada, o por unos personajes que no me interesan en absoluto, o por situaciones confusas e ilógicas que no tienen que ver con su estructura no lineal (el tiroteo del final), o porque su desarrollo no resulta nada sorprendente, probablemente ni siquiera para su época, puesto que La jungla de asfato (1950) y Perversidad (1945) ya habían demostrado lo peligroso que puede ser una rubia ambiciosa y sin escrúpulos y un grupo de hombres intentando realizar el atraco perfecto. No es en absoluto desdeñable, pero se comprende que no sea una de las películas más icónicas de la carrera de Kubrick.

Próximo visionado: Banda aparte (1964)

14/4/19

La profesora de parvulario – Por amor al arte


Dir.: Sara Colangelo
Int.: Maggie Gyllenhaal, Parker Sevak, Gael García Bernal, Michael Chernus, Rosa Salazar, Ato Blankson-Wood, Libya Pugh
¿De qué va?: Lisa Spinelli es una profesora de educación infantil de Staten Island, inusualmente atenta con sus alumnos. Cuando descubre que uno de ellos es un niño prodigio, entra en una espiral de fascinación que llega a extremos peligrosos para ayudar al niño a desarrollar su talento.

Reseña: Al tiempo que nos hacemos mayores nuestro bagaje se llena de miedos, inseguridades y arrepentimientos. Cometer errores, de los gordos, es parte inequívoca del proceso de crecer y madurar, aunque sea inevitable darle vueltas a qué hubiera pasado si hubiésemos actuado de forma diferente. Por eso, hay padres que atosigan a sus hijos con sus decisiones, porque desean que puedan tener lo que ellos no tuvieron, que no cometan sus mismos errores, sin pensar en que ese sentimiento parte más de la insatisfacción personal que de su responsabilidad de proteger al vástago. La protagonista de La profesora de parvulario, Lisa, ya se ha rendido en lo que se refiere a entender a sus hijos y conectar con ellos, pero aparece ante ella una nueva oportunidad de redimirse en la figura de Jimmy, un niño de la clase que imparte.


Lisa intenta animar su monótona rutina familiar y laboral asistiendo a unas clases de poesía en las que no logra impresionar ni a su profesor  ni a sus compañeros. Pero un día, se percata de la habilidad natural que posee uno de sus alumnos de cinco años para componer de la nada hermosos versos, por lo que asumirá un rol de salvaguardia de su talento al ver que nadie más parece interesado en protegerlo y alentarlo. La película de Sara Colangelo es, en realidad, el remake de un film israelí del 2014, y aunque la premisa tiene más sentido en ese contexto, no pierde validez en su traslación al mundo occidental, al centrarse en la amargura en la que está sumida esa profesora de clase media que, una vez asume que ya es demasiado tarde para ella, ve en ese crío con un talento natural por la poesía la esperanza de que no todo está perdido.


Colangelo no necesita cargar las tintas ni para evidenciar el vacío existencial de su protagonista ni para que comprendamos sus motivaciones iniciales. Sin embargo, conforme avanza la trama, Lisa empieza a tomar decisiones que desembocan en una atmósfera de incomodidad creciente, y esa empatía que sentíamos hacia ella se transforma en una mezcla de estupor e indignación que nos deja hipnotizados hasta el desenlace. Con todo, lo más impactante del asunto es que Maggie Gyllenhaal no haya recibido ni un mísero reconocimiento por su interpretación en esta película durante la última temporada de premios. Su entrega a un personaje tan complejo, controvertido y al límite es absoluto y visceral, al igual que lo fue en la película con la que la descubrimos y nos enamoró, Secretary (2002). Ella y el tierno niño poeta (Parker Sevak) son los pilares sobre los que se sostiene un film hermoso en su reivindicación del arte de la poesía a la par de perturbador, dada la ambigüedad moral y psicológica del relato y de su… ¿heroína?

7’5/10

11/4/19

¡Shazam! – Pequeño gran héroe


Dir.: David F. Sandberg
Int.: Zachary Levi, Mark Strong, Asher Angel, Jack Dylan Grazer, Djimon Hounsou, Faithe Herman, Grace Fulton, Ian Chen, Jovan Armand, Marta Milans, Cooper Andrews
¿De qué va?: A Billy Batson, un joven huérfano de 14 años, normal y corriente, le cambia la vida un encuentro con un viejo hechicero. Y es que, a partir de entonces, cada vez que Billy grita la palabra 'Shazam!' se convierte en un superhéroe adulto. Aunque con un niño en su interior, el poderoso cuerpo de Shazam hace lo que cualquier adolescente con superpoderes haría: pasárselo bien.

Reseña: Tras años intentando emular a Marvel, el fracaso de Liga de la Justicia (2017) ha propiciado que DC abandone la idea de construir su propio universo cinematográfico para centrarse en cada película en particular, sin planes a largo plazo, priorizando la visión del director por delante del esfuerzo de hacerla encajar en una maquinaria mayor. ¡Shazam! empezó a gestarse cuando DC aún no había cambiado de estrategia, pero en ella se nota el cambio de mentalidad de su productora, pues, aun ambientándose en un mundo en el que existen Batman y Superman, la existencia del nuevo superhéroe y sus circunstancias no están supeditadas a ninguna otra película, lo cual, en los tiempos que corren, supone un soplo de aire fresco.



¡Shazam! está hecha con el molde de historia de orígenes de superhéroes que se ha utilizado siempre, con la salvedad de que está contada desde un punto de vista púber, del de cualquier adolescente entusiasmado por los cómics, los superpoderes, los uniformes y toda la mitología superheroica. Sus ambiciones no van más allá de ser un cruce entre Superman (1978) y Big (1988), con homenajes y guiños nada disimulados hacia esta última. El trabajo en la dirección de David F. Sandberg no presenta grandes alardes ni hallazgos, pero logra junto al guion un tono perfecto y equilibrado que no es ni oscuro ni infantil, y que tampoco convierte a la película en una sucesión agotadora de chistes y referencias. De todas las películas y series que han intentado emular el espíritu del cine comercial de los 80,  ¡Shazam! se alza como una de las alumnas más aventajadas, al demostrar que la clave no está tanto en los referentes visuales y estilísticos como en el espíritu, y el de esta película está directamente emparentado con el de Joe Dante (Gremlins) y Robert Zemeckis (Regreso al futuro), en concreto con esa habilidad que tenían para aunar la capacidad de asombro con emoción, humor y cariño hacia sus personajes, sin temor a que los aspectos más tenebrosos de la historia quitasen el sueño a los niños.


Lo más sorprendente y cautivador de ¡Shazam! es que tiene un gran corazón que bombea a través del protagonista, Billy Batson, y de otros cuatro jóvenes que se convierten en sus hermanos  cuando llega a la casa de su nueva familia de acogida. La película le da tanta importancia a la amistad de Billy con el que se acaba convirtiendo en su cómplice y escudero, Freddy, como a la trama del villano (Mark Strong redimiéndose de Green Lantern) aunque lo cierto es que esta última empieza a interesarnos de verdad cuando se cruza con la vida de los cinco huérfanos, tan entrañables y simpáticos que nos encariñamos con ellos rápidamente y, más importante aún, sufrimos por su seguridad; cada uno tiene personalidades bien definidas y pequeñas historias que podrían desarrollarse en su probable secuela, destacando a Jack Dylan Glacer, toda una revelación, y la estupenda química que mantiene con Zachary Levi, quien por otra parte está estupendo como niño grande, muy en la línea de Tom Hanks en Big.


Todos aquellos que se marearon con ese berenjenal de tonos, estilos, colores y explosiones que era Aquaman (2018) están de enhorabuena porque ¡Shazam! es harina de otro costal. Es una película que rinde homenaje a aquella emoción genuida que unos sintieron al ver por primera vez a Christopher Reeves volando como Superman y los de mi generación cuando presenciamos los primeros balanceos de Spiderman por la Gran Manzana, allá por el año 2002. Tal sentimiento resulta imposible de reproducir hoy en día, pero es el origen del éxito de los superhéroes, la emoción de poder identificarnos con un ser aparentemente mundano capaz de hacer cosas extraordinarias. Eso está presente en ¡Shazam!, así como la celebración de la amistad, de la nobleza de espíritu y de la familia no tradicional; todo aderezado con gags efectivos, dramas sólidos y sorpresas argumentales.  Nadie la pedía ni esperaba con gran entusiasmo, pero al final ha resultado que necesitábamos gritar ¡Shazam! más de lo que creíamos.

8/10

10/4/19

O.C: Tal como éramos (1977)


¿De qué va?: Hubbell Gardiner y Katie Morowsy son dos estudiantes universitarios con caracteres muy diferentes. Hubbell es un atleta universitario famoso, un gran conquistador y un amante de la buena vida. Katie tiene una decidida vocación política y es consecuente con sus ideas. Ambos se enamoran y se casan, pero su vida conyugal tropieza con muchas dificultades.

Reputación: Drama romántico protagonizado por Robert Redford y Barbra Streisand, pareja que exigió un esfuerzo extra al director, Sidney Pollack, debido a sus formas opuestas de encarar sus personajes: mientras que a Streisand le gustaba analizar a conciencia su rol y ensayar mucho, Redford se dejaba guiar más por la intuición, prefiriendo ser más espontáneo. Pese a sus diferencias, los dos se profesaban un profundo respeto mutuo y trabajaron bien juntos; eran opuestos en muchas maneras, al igual que sus personajes, por lo que la película salió beneficiada. Según el guionista del film, Arthur Laurents, el ambiente en el set era tenso, al tener que luchar por mantener diálogos y escenas que Pollack insistía en eliminar o cambiar. Laurents llegó a decir de su experiencia que “el problema fue que el hombre que estaba dirigiendo una historia de amor política sabía aún menos de amor que de política”. El film acabó siendo remontado tras un pase de prueba para disminuir el componente político de la historia, en especial el que versaba sobre la caza de brujas del senador McCarthy, y potenciar el romántico, algo de lo que tanto Redford como Streisand expresaron abiertamente su descontento. A pesar de todo, la película fue un éxito que recibió 6 nominaciones a los Oscar, aunque solo ganó los de banda sonora y canción, esta último por el tema que se llama igual que la película y que ha pasado a ser uno de las canciones más icóniaos de la carrera musical de Barbra Streisand.



Comentario: Nunca sabremos cómo habría sido Tal como éramos si no se hubiese reducido su componente político, pero lo cierto es que el producto final es muy competente. Tiene apariencia y maneras de Love Story, pero lo que la hace tan especial y diferente es que lo que separa a la pareja no son ni los celos, ni la familia, ni la clase social, ni malentendidos tontos ni ninguna de las típicas adversidades a las que se enfrentan las parejas de las rom-com, sino sus inclinaciones políticas. Ella es una activista comunista que se manifiesta incluso en contra el franquismo (¡en Estados Unidos!) y él un burgués culto pero sin interés en la política, por lo que calla y se deja llevar. Los dos tienen sus imperfecciones pero no son malas personas, se quieren y admiran mutuamente, pero ella es puro nervio y él pura calma. Su relación a lo largo de varias décadas se siente creíble, haciéndonos comprender sus esfuerzos por mantenerla a flote y su frustración cuando se ven incapaces de llegar a un lugar en común. Tal como éramos es una historia de amor tristemente real, tan melancólica desde el comienzo hasta su maravilloso final como el tema principal de su banda sonora. Ojalá un remake español: ella de Podemos, él de VOX. Nadie sale vivo.

Próximo visionado: Atraco perfecto (1956)

7/4/19

Identidad borrada – No más penitencias


Dir.: Joel Edgerton
Int.: Lucas Hedges, Nicole Kidman, Russell Crowe, Joel Edgerton, Xavier Dolan, Troye Sivan, Joe Alwyn
¿De qué va?: Jared es el hijo de un pastor baptista en una pequeña localidad de Estados Unidos. Cuando a los 19 años le cuenta a sus padres que es gay, el joven comienza a ser presionado para que asista a un programa de terapia de conversión gay, o de lo contrario será rechazado por su familia, su amigos y la iglesia.

Reseña: Por muy increíble que parezca en pleno siglo XXI, aún existen las terapias de conversión sexual y gente que cree en su efectividad. Porque al tiempo que el colectivo LGTBIQ se marca victorias en relación a visibilidad y derechos, la homofobia se enquista y retuerce en aquellos que la padecen, como respuesta al miedo que sienten ante lo diferente y lo contrario a lo que dictaminan sus arraigadas creencias. Todavía hay muchas batallas por ganar, y para que eso sea posible hace falta destapar aquellos individuos y colectivos que atentan contra la libertad y la salud mental y física de las personas ajenas a lo heteronormativo. Por eso es necesario que existan películas que expongan las terapias de conversión sexual y lo que sucede en ellas, y por eso también sorprende que, salvo por alguna excepción, como la comedia de culto But I’m a Cheerleader (1999), se trate de un tema tan poco abordado en el cine.


De no haber nada a que dos películas sobre la misma temática coincidan en el tiempo; mientras esperamos que se fije una fecha de estreno en España para La (des)educación de Cameron Post, nos llega Identidad borrada (Boy Erased), basada en el libro de memorias en el que Garrard Conley relata su experiencia asistiendo a un programa de conversión presionado por su padre, un predicador baptista. Joel Edgerton dirige la película y encarna al terapeuta jefe del lugar en una película cuya importancia resulta incontestable, no tanto su valor artístico. Da la impresión de que Edgerton, también responsable del guion, ha decidido ceñirse lo máximo posible a los hechos y la denuncia, tanto es así que acaba contagiándose de la indiferencia y el bloqueo emocional en el que está inmerso su protagonista, por lo que la primera mitad de la película se siente demasiado distante y apática. Edgerton filma un suceso terrible con la contundencia necesaria (el episodio en la universidad) y el resto tirando de los recursos habituales para subrayar la conmoción que desprenden las imágenes (el castigo a uno de los participantes del programa por parte de su familia). 


Sin embargo, que la dirección esté tan pegada al estado de ánimo de la narración se convierte en algo positivo a partir del momento en el que Jared despierta de su letargo y se rebela, porque la película se espabila con él, deparándonos una recta final bastante mejor que la introducción y el nudo. Edgerton también delega bastante en su reparto, algo comprensible al contar con Lucas Hedges, Nicole Kidman y Russell Crowe liderando el reparto. Los tres libran sus particulares batallas, debatiéndose entre la fe, la familia, el amor y lo que, en el fondo, saben que es correcto; todo es perfectamente reconocible, pero resulta particularmente emocionante presenciar el viaje que realiza el personaje de Kidman, así como el tremendo instinto maternal que transmite, la ferocidad que saca cuando deja de ser un sujeto pasivo a la sombra de su marido para proteger lo que más quiere en el mundo, y el arrepentimiento al no haber sabido reaccionado antes.


Identidad borrada es lo suficientemente buena como para que merezca la pena su visionado, generar discusión y poner en primera plana una práctica que debería estar prohibida por ley hace mucho tiempo. Tiene buenas intenciones, pero podría haber llegado más lejos si se hubiese contado con algo más de atrevimiento y furia. Pese a las carencias de la película, hay sentimientos y situaciones que permanecen auténticos y veraces, como la homofobia interiorizada del personaje al que da vida Xavier Dolan, o la brecha difícil de cicatrizar que se produce entre padre e hijo, tan tristemente familiar como la revelación final de lo que ocurrió con el terapeuta jefe del centro tras los acontecimientos narrados. ¿No es una locura que algo así no nos sorprenda en absoluto?

6’5/10

5/4/19

Dumbo – Al fin ya vi un elefante volar



Dir.: Tim Burton
Int.: Colin Farrell, Michael Keaton, Danny DeVito, Eva Green, Nico Parker, Finely Hobbins, Alan Arkin
¿De qué va?: Dumbo es un pequeño elefante nacido en el circo de Max Medici. Sus enormes orejas le convierten rápidamente en el hazmerreír de todos, excepto de dos niños, Joe y Milly, los hijos de Holt Farrier, una ex estrella de circo que acaba de regresar de la guerra y que debe hacer frente a los cambios de su vida mientras se ocupa de este pequeño animal. Pero la vida de este tierno paquidermo cambiará cuando descubra que precisamente gracias a sus grandes orejas puede volar.

Reseña: Este año se estrenan tres remakes de clásicos animados de Disney. La culpa de esta línea comercial la tiene Tim Burton cuando arrasó en taquilla con su revisión/secuela de Alicia en el país de las maravillas (2010). El estreno tardío de su secuela, Alicia a través del espejo (2016), ya sin Burton al frente, se saldó con un batacazo económico (recaudó 77 millones de dólares habiendo costado 100 millones más) que vino a demostrar que a casi nadie le había gustado la cinta anterior y, algo más importante aún, que estos remakes Disney tienen un impacto social y cultural demasiado efímero. Siempre habrá público que pagará su entrada movido por la curiosidad y la nostalgia hacia las películas con las que creció, pero mientras que el clásico animado permanece en el recuerdo, su revisión en carne y hueso probablemente se borre de la memoria unas semanas después.


Tim Burton, el hombre que lo empezó todo, vuelve a encargarse de otro remake en acción real de un clásico Disney, en este caso de Dumbo (1941). Muchos critican que el director haya pasado a estar en la nómina de Disney, que supedite su particular estilo gótico y macabro a la cada vez más poderosa multinacional, a lo que yo me pregunto: ¿Y si Tim Burton ya no tiene más historias que contar? Sería algo totalmente lógico y lícito que a este señor le siga apeteciendo dirigir pero, ante la falta de ideas propias, se dedique exclusivamente a hacer trabajos de encargo. Puede que haya llegado el momento de que el público acepte que ya no va a hacer otra Eduardo Manostijeras (1990), otro Big Fish (2003) u otro Ed Wood (1994) y deje de valorar sus nuevos trabajos en función de si son suficientemente “burtonianas” o no. El problema de Dumbo no es Tim Burton, que podría dirigir ésto con los ojos cerrados, sino el guion, perpetrado por Ehren Kruger, responsable de Scream 3 (2000), Operación Reno (2000) y de la segunda, tercera y cuarta parte de Transformers (lo único que salvaría de su carrera es el remake americano de The Ring).


La principal novedad de esta nueva versión con respecto a la película de animación es el componente humano, sustituyendo al ratón y los cuervos que cuidaban y ayudaban al pequeño elefante por una familia marcada por la guerra y la muerte de la figura materna. El problema es que este conflicto y la forma en la que se desarrolla ya lo hemos visto en multitud de películas anteriores, así como la introducción de una deslumbrante trapecista (Eva Green) que se postula como candidata moderada a suplir el hueco vacante de esa unidad familiar, y así reforzar el mensaje familiar y conservador de la historia; mejor nos quedamos con la más necesaria y agradecida crítica hacia los circos con animales y a la reivindicación de la autoestima a la hora de desarrollar nuestras capacidades. Había ganas y expectación ante el reencuentro de Tim Burton con Michael Keaton y Danny DeVito, siendo este último el miembro más destacado del reparto por su energía y por dar la impresión de que es quien mejor se lo ha pasado en el set de rodaje, el cual seguramente estaba repleto de pantallas verdes.


El Dumbo de Tim Burton no alcanza al que sigue siendo a día de hoy el mejor remake Disney, El libro de la selva (2016), sino que se sitúa al mismo nivel de corrección con algún que otro placer disfrutable de Cenicienta (2015). Su mayor hándicap está en la privación de algunos de los mejores momentos del film original (el trencito, la cogorza, los cuervos…) y su sustitución por meros guiños musicales o fuera de contexto, así como un plantel de humanos planos que nos importa bien poco. Eso sí, el Dumbo de CGI es adorable, enternecedor y expresivo a más no poder, completamente capaz de canalizar toda nuestra empatía hacia lo que estamos presenciando. Sin embargo, lo más curioso e interesante de la historia es ese paralelismo, intencionado o no, que se establece entre la realidad y la ficción, pues ese parque de atracciones dirigido por el personaje de Michael Keaton, que compra y absorbe pequeñas atracciones y fenómenos de los que se hace eco por los periódicos, se parece mucho a la propia Disney, que al ritmo que va, no solo será la dueña de Marvel, Fox, Star Wars, los Teleñecos o Tim Burton, sino también de nuestras vidas. Aunque si nos paramos a pensar en la influencia que ha ejercido en nosotros desde nuestra tierna infancia, puede que siempre le hayamos pertenecido.

6/10

2/4/19

Itinerario de estrenos de abril 2019




Identidad borrada (Boy Erased): Drama basado en el libro autobiográfico de Garrard Conley, en el que cuenta su experiencia en un programa para “curar” su homosexualidad apoyado por la Iglesia y al que le envió su padre con 19 años. Joel Edgerton (El regalo) dirige el film con un elenco encabezado por Lucas Hedges (El regreso de Ben), Nicole Kidman (Destroyer), Russell Crowe (Dos buenos tipos) y por él mismo. Cosechó críticas positivas pero no rascó nada en la temporada de premios más allá de dos nominaciones al Globo de Oro, una a los Critics Choice y cuatro a los Satellite Awards. En breve, reseña.
Estreno: 5 de abril



¡Shazam!: El nuevo film de DC Comics presenta a un chaval de 15 años que al gritar ¡Shazam! se convierte por cortesía de un mago en un poderoso superhéroe adulto. David F. Sandberg (Annabelle: Creation) es su director, mientras que Zachary Levi (La maravillosa Sra. Maisel), Mark Strong (Kingsman: El círculo de oro) y los jóvenes Jack Dylan Grazer (Beautiful Boy) y Asher Angel protagonizan la cinta. Sus primeras críticas han sido muy positivas, siendo comúnmente definida como un cruce entre Big (1988) y Superman (1978).
Estreno: 5 de abril




La profesora de parvulario: Remake del film israelí homónimo del 2014 que cuenta cómo una profesora descubre que un niño de cinco años de su clase tiene un talento innato para la poesía que pretende proteger a toda costa. Sara Colangelo (Little Accidentes) dirige la película que protagoniza Maggie Gyllenhaal (The Deuce), con Gael García Bernal (Neruda) y Michael Chernus (Spider-Man: Homecoming) en roles secundarios. Ganó el premio a mejor dirección del Festival de Sundance del año pasado y recibió buenas críticas, ensalzando especialmente el trabajo de Gyllenhaal, que está realmente portentosa. En breve, reseña.
Estreno: 12 de abril




Vengadores: Endgame: Uno de los grandes acontecimientos cinematográficos del año es la película que dará continuidad y conclusión al devastador acontecimiento que se produjo al final de Vengadores: Infinity War. Vuelven a dirigir los hermanos Anthony y Joe Russo, con Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Jeremy Renner Paul Rudd, Don Cheadle, Danai Gurira, Josh Brolin, Tessa Thompson y la última (y flamante) incorporación al universo Marvel: Brie Larson. Tres horas va a durar esta película que supondrá un gran punto de inflexión en el gran conglomerado de Marvel, y que ha generado en torno a ella una gran expectación por el agradecido secretismo en torno a su argumento.
Estreno: 25 de abril




Gloria Bell: Sebastián Lelio (Disobedience) dirige el remake de su propia película, estrenada en 2013, cambiando Santiago de Chile por Los Ángeles pero con la misma premisa: una mujer divorciada de cincuenta y tantos años disfruta de la vida y de la fiesta, pero su rutina se verá trastocada por un inesperado romance. Julianne Moore (Bel Canto. La última función) protagoniza la cinta, acompañada de John Turturro (Transformers: El último caballero), Michael Cera (Arrested Development), Jeanne Tripplehorn (Grey Gardens) y Rita Wilson (Girls). Ha cosechado críticas muy positivas.
Estreno: 26 de abril



1/4/19

Actriz del mes: Julianne Moore



Méritos: La última vez en la que Julianne Moore fue proclamada actriz del mes en este blog ocurrió en enero del 2015, un mes antes de que ganase el Oscar a mejor actriz por Siempre Alice bajo el acuerdo tácito general de que, aun sin ser uno de sus mejores papeles, merecía la estatuilla sí o sí, siendo un momento idóneo para que se lo llevase dado que no se lo iban a dar a Rosamund Pike por Perdida, la otra gran interpretación femenina de aquel año. El Oscar y demás premios de la industria que ganó por aquel entonces le proporcionaron el reconocimiento de Hollywood y de sus compañeros, pero no repercutió gran cosa en su carrera, consolidadísima y de trayectoria estable, siempre alternando producciones comerciales, algunas bastante olvidables, con esas pequeñas películas en las que su talento se engrandece.

Aunque actualmente esté presente en la cartelera española por Bel Canto, Moore se ha ganado su tercer nombramiento a actriz del mes por Gloria Bell, que llegará a los cines el próximo 26 de abril. Sebastián Lelio dirige el remake americano de la película que le granjeó fama internacional en el 2013 y con Julianne Moore heredando el papel que inmortalizó en su día Paulina García. Las críticas apuntan a que estamos ante un remedo más que estimable con otra gran encarnación por parte de su actriz protagonista, que recientemente tuvo que pasar por el mal trago de ser despedida de la producción de ¿Podrás perdonarme algún día? para ser sustituida por Melissa McCarthy, quien fue nominada al Oscar por este papel. Tal vez Moore pueda resarcirse en la temporada de premios del año que viene con Gloria Bell o con algunos de sus estrenos más inminentes: el drama After the Wedding, dirigido por su marido Bart Freundlich, el thriller The Woman in the Window, donde se reunirá con otra de las pelirrojas más icónicas del celuloide, Amy Adams, y The Glorias: A Life on the Road, donde dará vida al icono feminista Gloria Steinem. Que no cunda el pánico; todo está bien con una de las actrices norteamericanas más imprescindibles de la Historia del Cine.






Lo mejor de lo mejor de Julianne Moore


6. Maps to the Stars (David Cronenberg, 2014)
Queda más que demostrado que Julianne Moore es una actriz sin miedo a nada en esta película de Cronenberg en la que daba vida a una estrella de Hollywood que, siendo fiel al estereotipo, es vanidosa, egocéntrica, superficial, insegura y adicta a las pastillas. También se lo monta con Robert Pattinson en una limusina y se tira pedos sentada en el retrete mientras habla con su asistenta (Mia Wasikowska). El Festival de Cannes y el de Sitges premiaron lo que los Oscar no se atrevieron, una interpretación divertidísima y excesiva sin caer en la sobreactuación, algo mucho más complicado de lo que parece.





5. A Single ManUn hombre soltero (Tom Ford, 2009)
Moore tan sólo necesitó de un trabajo de caracterización preciso y de unas pocas escenas para que pudiéramos captar perfectamente la soledad en la que está sumida Charley detrás de su carácter pizpireto y de capas de maquillaje. La campaña promocional de la película intentó ocultar la temática gay con una serie de carteles promocionales que hacían pensar que había algo entre los personajes de Colin Firth y Moore, pero en realidad, ella era una mariliendre idealizada que veía en su mejor amigo su única esperanza de no envejecer más sola que la una.




4. Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997)
“Thank you God for Boogie Nights!” exclamó Julianne Moore en un programa de televisión cuando le preguntaron por las declaraciones de Mark Wahlberg en las que pedía perdón por haberla rodado. Walhberg construyó su carrera gracias a la peli, tal y como afirma Moore, y ella recibió su primera nominación al Oscar por dar vida a Amber Waves, una actriz porno cuyo arraigado instinto maternal se ve en conflicto con su adicción a la cocaína y sus problemas con la ley. La primera vez en la que Moore nos rompería el corazón, y no sería ni mucho menos la última.




3. Far from HeavenLejos del cielo (Todd Haynes, 2002)
¿Cómo habrían sido los melodramas del Hollywood dorado si se hubiesen rodado en un contexto que no fuese homofóbico ni racista? La respuesta la dio Haynes con esta película clásica en todo menos en su falta de tabúes a la hora de contar la historia de una ama de casa de los años 50 que descubre que su marido es homosexual, al tiempo que se enamora de su jardinero negro. Julianne Moore realiza un trabajo delicado, dulce y apasionado a la altura de lo que hacía Lauren Bacall, Barbara Stanwyck o Greta Garbo décadas atrás.




2. Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999)
Tras Boogie Nights, P.T. Anderson volvió a llamar a Moore para este retrato coral ambientado en Los Ángeles en el que consigue destacar de un reparto en estado de gracia con dos monólogos que serán recordados como uno de los hitos de su carrera: el rapapolvo a los farmacéuticos y la confesión de sus pecados delante del abogado de su marido moribundo. Toda una lección de interpretación digna de ver y admirar una y otra vez; la película acaba de ser añadida al catálogo de Netflix España, así que es un momento muy propicio para ello.




1. The Hours Las horas (Stephen Daldry, 2002)
Un día como otro cualquiera, Laura Brown lee La señora Dalloway de Virginia Woolf, cuida de su hijo mientras está embarazada de su segundo retoño y prepara una tarta de cumpleaños para su marido. Sin embargo, en ese día tomará una decisión que cambiará su vida, estando ésta vinculada a la de otras dos mujeres separadas en el tiempo y en el espacio. Las horas es un drama antológico al contar con tres actrices de la talla de Nicole Kidman, Meryl Streep y Julianne Moore dando lo mejor de sí. El viaje que realiza esta última como Laura y la forma en la que nos contagia de su aflicción, aislamiento y desesperación son algo más grande que la vida que ésta escogió cuando la muerte parecía la única escapatoria posible.




Extras:

Tráiler de Gloria Bell

Tráiler de Bel Canto

Ganando el Oscar por Siempre Alice

Billy on the Street – The Julianne Moore Acting Attack