24/4/18

La vida en instantáneas

Poster Faces places

Dir.: Agnès Varda, JR
¿De qué va?: La cineasta Àgnes Varda y el fotógrafo JR recorren las calles de Francia en la furgoneta en la que trabaja el segundo, embarcándose en una aventura en la que captan rostros y lugares que son plasmados en intervenciones gráficas realizadas en edificios, calles y tejados de los lugares que visitan.

Reseña: Ella es una directora de 89 años considerada la abuela de la Nouvelle Vague, con una respetada filmografía a sus espaldas. Él, un artista callejero y fotógrafo de 35 años que toma instantáneas en blanco y negro para luego ser ampliadas y pegadas en grandes muros de las ciudades. De ambos surge una colaboración y una curiosa amistad que da lugar a Caras y lugares (Visages villages) un documental que recoge el viaje por las carreteras de Francia que realizó la pareja, recalando en diferentes lugares donde la interacción con el entorno y con las personas que allí habitaban les sirvió de inspiración para extender la obra de JR fuera de las grandes urbes.

Rostros y lugares

No es necesario que la película avance mucho para percatarse de la profunda emoción que hay contenida en ella; una de las primeras personas que conoce la pareja en su viaje es la última habitante de un barrio obrero que va a ser demolido; su historia y su reacción al descubrir la forma en la que la han retratado Varda y JR son puro sentimiento, sencillo, cristalino y humilde. Todos los encuentros y microrelatos de los que se compone la película están compuestos de retazos de costumbrismo, realidad social, humor, arte y optimismo, siendo la amistad entre Varda y JR tan entrañable, única y auténtica que nos sentimos unos privilegiados por poder acompañarles en su viaje y ser testigos de los frutos artísticos de su colaboración. En cierta manera, y tal como creían los indígenas, su cámara fotográfica roba las almas de aquellos a los que retrata, pero para rendirles tributo y plasmar su esencia e impacto en el hábitat que les rodea.

Rostros y lugares2

Pero no todas las obras de arte están hechas para perdurar, pues algunas de ellas son efímeras, y  no por ello desmerecen el esfuerzo de haberlas realizado. El documental está impregnado de la mirada melancólica de Varda en la última etapa de su vida, y trae consigo algunas reflexiones amargas sobre la pérdida y el implacable transcurrir del tiempo, como la que sale a colación de la vieja amistad que tiene la cineasta con Jean-Luc Godard. Por todo ello, Caras y lugares es una de las experiencias fílmicas más gratificantes del año, de humanismo insondable y alimento vigorizante para el espíritu. Una honesta celebración de la vida, la amistad, el arte, las zonas rurales y de su gente, tan genuina y cautivadora como los murales creados a lo largo este inolvidable viaje por carretera.

9/10

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