4/12/19

Frozen II – Sintiendo la llamada



Dir.: Chris Buck, Jennifer Lee
¿De qué va?: El reino de Arendelle ha dejado de ser seguro, y un secreto del pasado de Elsa será la clave para salvarlo. Ella, su hermana Anna y sus fieles amigos se adentrarán en lo desconocido y viajarán por un antiguo bosque encantado en busca de respuestas.

Reseña: Isa P. no mató a Frozen (2013); fue la sobreexposición. Al menos para mí. Me gustó mucho la película, pero estaba tan en todas partes que la acabé aborreciendo. Tampoco entendía por qué le hacían mucho más caso que a otras producciones de Disney igual de meritorias como Vaiana (2016). Y mejor no hablemos de ese inaguantable e interminable cortometraje navideño que se proyectaba antes de Coco (2017)…. Debido a todo esto, encaré su inevitable secuela sin demasiada expectación, y cual fue mi sorpresa al redescubrir aquello que me había gustado tanto cuando vi la primera parte, en los albores del fenómeno en el que acabó convirtiéndose, y luciendo una madurez que le sienta de fábula.


Han pasado seis años desde el lanzamiento de Frozen, y se nota, no solo en una animación más depurada y espectacular, sino en los personajes, que desde el comienzo del film ya están cantando sobre lo que implica hacerse mayor, tomar decisiones y de las cosas que nunca cambian… Pero algo sí que va a cambiar, pues Elsa recibirá “la llamada” que embarcará a los protagonistas en una aventura a través de un bosque encantado bastante diferente a la que los convirtió en una familia. Elsa, Anna, Kristoff y Olaf, cada uno tiene su particular conflicto personal ya presentado en la canción del principio, pero lo mejor de todo es lo positivas que son sus relaciones: se quieren, se respetan, se apoyan, se escuchan, se dan abracitos, se preocupan los unos de los otros… Es pedagogía que no resulta ni aleccionadora ni moralista y de la que podríamos aprender todos, tanto niños como adultos.


Los personajes evolucionan tanto a través de sus relaciones como de un repertorio musical al mismo nivel que el del film original, o puede que hasta un poco mejor. Aquí tenemos dos himnos como Let it Go al precio de uno: Into the Unknown y Show Yourself. Cada uno de los protagonistas tiene un número individual (¡qué gran elenco de voces tiene su versión original!), siendo destacable el Lost in the Woods que entona Kristoff, una parodia de balada rock ochentera. Como en su precedente, en Frozen II hay drama, acción pero también mucho humor, incluso algún que otro gag autoparódico. Casi todos los chistes están concentrados en Olaf, que si bien parece el típico amigo que siempre se esfuerza en ser gracioso, debemos reconocerle que goza de un buen coñazo de momentos inspirados. Tampoco es que tenga mucha competencia, pues ninguno de los nuevos personajes destaca, salvo un pequeño lagarto que hará que Disney venda muchos peluches estas Navidades.


La importancia de los elementos naturales en la historia de Frozen II, al igual que los poderes de Elsa, favorece que la película se convierta en un espléndido espectáculo visual. Sin embargo, el trasfondo místico y espiritual es un tanto confuso, y se entremezcla con el pasado de Anna y Elsa con revelaciones que van desde lo obvio a lo embarullado. Con todo, Frozen II es una secuela notable que se esfuerza en ofrecer algo diferente y acorde con el tiempo que ha pasado desde que se estrenó su primera parte, y que expone la importancia de conocer y enmendar los errores del pasado para asegurar un futuro mejor. Gustará tanto a los fans de la original, salvo a algunos que la tengan colocada en un pedestal, como a aquellos que “la dejamos ir” tras todo el revuelo que se formó en torno a ella…. al menos de momento. No descarto que en unos meses acabemos también hartos del Into the Unknown.

8/10

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