21/9/19

Ad Astra – El hijo pródigo sideral



Dir.: James Gray
Int.: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Ruth Negga, Liv Tyler, Donald Sutherland, John Ortiz, Kimberly Elise, Loren Dean, Donnie Keshawarz, Bobby Nish, Sean Blakemore
¿De qué va?: El veterano astronauta Clifford McBride desapareció hace más de 20 años en una misteriosa misión en el espacio en busca de vida. Su hijo Roy, de misma profesión, es contactado por la NASA para ayudarles a descubrir lo que le ocurrió exactamente y afrontar una desconocida amenaza que ha puesto en riesgo la permanencia de la humanidad en nuestro sistema solar.

Reseña:  En La noche es nuestra (2007), Joaquin Phoenix se debatía entre su club nocturno y su chica o la lealtad a su familia, intrínsecamente ligada al cuerpo de policía. En Z. La ciudad perdida (2016), Jack Fawcett (Tom Holland) se unía al último viaje de su padre al Amazonas, en un intento por comprender y compartir la obsesión que tenía este último por hallar una ciudad legendaria construida en oro. Las relaciones paternofiliales complejas han sido una constante en la breve e infravalorada filmografía de James Gray, llevándolas del noir al cine de aventuras clásico y ahora, hasta el borde del Sistema Solar. Ad Astra es la culminación de ese afán de Gray por explorar la sinergia entre un padre y su hijo, las responsabilidades y bagajes que se heredan, y el afecto y la ausencia de éste cuando hay un abismo emocional que les separa.


Al igual que Z. La ciudad perdida, Ad Astra tiene como epicentro a un hombre con una misión imposible, con la que se ha obsesionado tanto que la sociedad humana ya no es un lugar confortable para él. Hay muchas similitudes temáticas entre sendas películas pero lo que cambia es el punto de vista: si en Z permanecíamos siempre junto al padre obcecado, en Ad Astra estamos junto al hijo cuya vida se ha visto irremediablemente marcada por la ausencia paterna, y que intenta seguir sus pasos intentando acercarse a él de alguna manera. La película presenta un futuro en el que el ser humano ya ha emprendido la conquista espacial, pero Gray no está tan interesado en explicar el contexto como en crear la atmósfera perfecta al viaje físico y emocional que realiza su protagonista. De la humedad y la neblina del Amazonas profundo ha pasado a la oscuridad del espacio, las naves y estaciones espaciales asépticas y la aridez rojiza de Marte. Un trabajo visual portentosamente iluminado por Hoyte van Hoytema, y punteado por las bellas y melancólicas partituras compuestas para la ocasión por Max Richter y Lorne Balfe.


Con Ad Astra, Brad Pitt consigue trabajar al fin bajo las órdenes de James Gray tras un par de intentos fallidos (sí que le produjo Z). Pues bien, con esta ya van dos interpretaciones que nos brinda este año que pueden considerarse como de las mejores de su carrera, completamente diferentes entre sí pero igual de rotundas. Siendo una película que se sustenta en un viaje eminentemente introspectivo, Pitt manifiesta a través de su mirada el cansancio, la decepción, la tristeza, la frustración, la confusión, la rabia y todo el espectro de emociones que experimenta su personaje a lo largo de su periplo. Le ayuda su propia voz en off, aunque en ocasiones, se limite a verbalizar emociones que ya somos perfectamente capaces de comprender a través de la interpretación de Pitt. Tommy Lee Jones también está muy bien como ese padre misterioso al que solo conoce a través de recuerdos de niñez y videodiarios, mientras que siempre es un placer ver a Liv Tyler, Ruth Negga y Donald Sutherland aunque sea en papeles pequeños y funcionales como los que realizan aquí, pues la película pertenece en su totalidad a un Brad Pitt en mejor forma que nunca.


Podría parecer que Ad Astra es la película con la que James Gray se ha abierto al cine comercial, pero nada mas lejos de la realidad. Aunque pueda ser catalogada en el género de la ciencia ficción y pueda haber costado más que el resto de todas sus películas juntasm no ha renunciado a su estilo, sus temas y su particular cadencia; esa por la que muchos acusarán a la película de ser lenta, pese a que tenga más pasajes de acción de lo que cabría espectacular, y tan bien rodados como el que sucede en la Luna (ya había una escena de persecución brutal en La noche es nuestra). Gray bebe de las fuentes de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, de 2001: Odisea del espacio (1968) y de sus trabajos previos para crear, puede que no su mejor obra hasta la fecha, pero sí la más espectacular y concluyente sobre su fijación por los lazos familiares, la deshumanización de la sociedad y el precio de las obsesiones enfermizas. Porque en Ad Astra hay un sentimiento que no tenía cabida en sus anteriores trabajos: esperanza. Tan solo necesitaba viajar a las estrellas para encontrarla.

9/10

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