31/3/20

La mejor defensa es un ataque – Karate Freak



Dir.: Riley Stearns
Int.: Jesse Eisenberg, Alessandro Nivola, Imogen Poots, Steve Terada, David Zellner, Phillip Andre Botello, Jason Burkey
¿De qué va?: Casey es atacado en la calle y decide alistarse en un dojo local, dirigido por un carismático y misterioso sensei, para aprender a defenderse. Así, descubre un mundo un tanto siniestro, de fraternidad, violencia, e hipermasculinidad, en el que otra discípula, Anna, está luchando por tener un lugar en él.

Reseña: En mi colegio podías apuntarte a diferentes clases extraescolares: piano, informática, kárate… Yo a la única a la que me apunté fue a… baile. Siempre he sido un poco bastante torpe para los deportes y el ejercicio físico, así que siempre miraba con algo de envidia las exhibiciones de la clase de kárate, sobre todo cuando pensaba en lo bien que me habrían venido cuando me hacían bullying. He recordado esta anécdota de mi infancia viendo La mejor defensa es un ataque (The Art of Self-Defense), pues la historia de su protagonista, Casey, arranca de forma similar: Casey es un hombre apocopado y solitario que una noche recibe una paliza de un grupo de desconocidos. Con la certeza de no querer sentirse así de desvalido nunca más, y ante la tentativa pasajera de comprarse un arma, Casey da por casualidad con un dojo en el que se imparten lecciones de kárate, y tras quedar embobado por el sensei y las clases, decide apuntarse.


Tras su interesante ópera prima, Faults (2014), Riley Stears dirige y escribe su segundo largometraje, una película que lleva el kárate al terreno de la comedia negra. Al principio somos testigos de la fascinación de Casey hacia el arte marcial, su disciplina y el sistema de colores de sus cinturones, y de cómo intenta aplicar lo que aprende en el dojo en su vida personal y profesional con desigual fortuna. Pero lo que al principio se presenta como una comedia de humor esquinado sobre empoderamiento, se va tornando más y más oscuro conforme se va revelando el verdadero carácter del carismático sensei, encarnado por un fantástico Alessandro Nivola que vuelve a destacar tras haber hecho otra gran interpretación en Disobedience (2017). Los cambios de tono del film pueden percibirse algo bruscos, pero una vez se asimila que va a ir por derroteros nada complacientes y moralmente controvertidos resulta bastante disfrutable.


Jesse Eisenberg protagoniza el film dando vida a un personaje introvertido y excéntrico como tantos otros que ha encarnado a lo largo de su carrera, pero este en particular tiene matices entre patéticos y entrañables, como en la escena en la que intenta hacerse valer ante un matón en el parking del supermercado, que le confieren una mayor simpatía de lo habitual. También está por ahí Imogene Poots, con la que siempre es un placer encontrarse, en una subtrama que aborda el desdén y el menosprecio hacia la mujer en deportes largamente asociados a los hombres, y sobre cómo las mujeres deben esforzarse el doble o el triple que los hombres para sobresalir aunque estén mejor preparados que estos. En definitiva, quizás La mejor defensa es un ataque sea demasiado rara y áspera para una mayoría, pero es precisamente eso lo que hará que encuentre un público que vibre con el adiestramiento, más exitoso en lo mental que en lo físico, de este entrañable perdedor.

7/10

No hay comentarios: