21/11/19

Madre – El fin del luto



Dir.: Rodrigo Sorogoyen
Int.: Marta Nieto, Jules Porier, Alex Brendemühl, Anne Consigny, Fréderic Pierrot, Guillaume Arnault, Raúl Pietro, Blanca Apilánez
¿De qué va?: Elena recibe una llamada de su hijo de seis años, que le dice que está perdido en una playa en Francia y que no encuentra a su padre. Esas palabras desesperadas de su hijo fueron lo último que Elena supo de él. Diez años más tarde, Elena vive en la misma playa donde desapareció su hijo y conoce a un adolescente que le recuerda a él.

Reseña: Un plano secuencia, una habitación, dos mujeres y una angustiosa llamada telefónica. Con estos elementos, Rodrigo Sorogoyen rodó Madre (2017), un cortometraje cuyo impacto llegó a resonar en la última edición de los premios Óscar. No ganó la preciada estatuilla, pero dejó a todo el mundo intrigado con lo que podría ocurrir a continuación, pues a ese modélico ejercicio de suspense y tensión in crescendo le faltaba un desenlace. La respuesta viene en forma de largometraje homónimo que arranca con el propio corto y continúa con un salto temporal de diez años. Es solo la primera de una serie de elecciones narrativas que dejarán descolocado al espectador, y es que de entre los numerosos caminos por los que podía continuar la historia, Sorogoyen ha optado por uno de los más abruptos y arriesgados.


Madre es la historia de Elena, una mujer que ha sufrido una pérdida tan terrible que su vida ha pasado a girar en torno a la ausencia. Sus intentos de llevar una vida normal son en realidad concesiones de cara a la galería para que la dejen en paz y piensen que está bien. Pero no lo está. Sin embargo, un encuentro fortuito provoca que afloren sentimientos en ella que creía perdidos, y con ellos, una ínfima pero plausible esperanza de dar a la vida una segunda oportunidad. Madre muta de pesadilla a relato sobre la sanación, y lo hace transformando la incomodidad asfixiante del cortometraje por otro tipo de incomodidad, la que nace del desconcierto y de manipular los códigos morales. No es una película fácil, y muy pocos comulgarán con ella, así que prepárense para acalorados debates a la salida de la proyección.


Madre, la película, confirma la revelación que se produjo en el corto precedente: una actriz inmensa llamada Marta Nieto. No es que sea una recién llegada, pues formó parte del elenco de El camino de los ingleses (2016) hace ya más de diez años, pero no había tenido oportunidades de despuntar hasta ahora. Elena es un personaje complejo, antipático y esquivo que Nieto defiende con carácter, nervio y sensibilidad; solo necesita de pequeños gestos, como una sutil sonrisa que se disipa, o una mirada ausente, para expresar el gran abanico de emociones por los que atraviesa a lo largo del film. Si ya se merecía todos los premios por su interpretación en el corto, deberían lloverle las ofertas de trabajo por la fuerza, el magnetismo y la belleza con los que embruja la película.


Rodrigo Sorogoyen se mete de lleno en un poderoso e intimista drama femenino con el que sin embargo resulta complicado empatizar. La playa francesa donde se desarrolla la historia, los suaves movimientos de cámara, el brío de sus planos secuencia y las escasas pero hermosas notas musicales contribuyen a crear una atmósfera profundamente melancólica, pero su capacidad inmersiva se ve lastrada por una deliberada ausencia de asideros emocionales.La actitud de los personajes resulta caprichosa y supeditada a los cambios que demanda una narración que a ratos se torna monótona. Pese a sus problemas, no seré yo quien recrimine a Sorogoyen por haber hecho esta película de Madre y no la que muchos esperábamos, pues hay que reconocer su osadía por haber dado a un conflicto tremendo una vía de escape nada complaciente, pero retorcidamente hermosa.

7/10

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