21/8/20

El glorioso caos de la vida – Madurar a contrarreloj


Dir.: Shannon Murphy
Int.: Eliza Scanlen, Ben Mendelsohn, Essie Davis, Toby Wallace, Andrea Demetriades, Emily Barclay, Charles Grounds, Priscilla Doueihy
¿De qué va?: Una adolescente gravemente enferma añade preocupaciones a sus padres cuando se enamora de un joven drogadicto.

Reseña: Niños con enfermedades terminales. Tener la convicción de que la vida va a terminar cuando no ha hecho más que comenzar. Padres que asisten impotentes a cómo su retoño se va debilitando. Pocas premisas logran ser tan dramáticas sin apenas esforzarse, por lo que muchas de las películas sobre esta temática se limitan a orquestarlo todo para que el personal termine con las conductos lagrimales limpios. A nadie le apetece de entrada ver una película sobre adolescentes con cáncer, pero, cuando uno se pone a ello, lo difícil es mantenerse estoico e impedir que sus emociones sean manipuladas. ¿De verdad necesitamos volver a pasar por lo mismo otra vez?

El glorioso caos de la vida es el pomposo título con el que se lanza en España Babyteeth (Dientes de leche), la ópera prima de la realizadora australiana Shannon Murphy, y que de entrada parece una versión antipática e indie de Bajo la misma estrella (2014), pues, al igual que aquella, también gira en torno a una joven enferma terminal que se enamora por primera vez; la diferencia está en que, si Ansel Elgort era el yerno perfecto, el chico del que se encapricha Milla, la protagonista de esta historia, es un yonqui sin techo que encuentra en su familia una mina de drogas, pues el padre de la chica es psiquiatra y la madre se pasa el día dopada para evadirse del dolor. El guion de la también debutante Rita Kalnejais no parece tener muy claro qué historia quiere contar, ni cómo contarla, pues a lo largo de los capítulos en los que se divide El glorioso caos de la vida la historia va saltando entre distintas tramas de tono dispar. La película va picoteando de la comedia negra, el drama puro y duro, el romance juvenil y la sátira sin destacar ni fracasar en ningún frente.

Murphy y Kalnejais evitan compadecer en exceso a su protagonista, aunque acaban cediendo en un tercio final cuya emotividad solo funciona a medias, dado que previamente no han conseguido que empaticemos lo suficiente con sus personajes, pese a la más que eficiente labor de su elenco. Tras conseguir que nos quedemos con su nombre por su trabajo en Heridas abiertas (2018) y Mujercitas (2019), Eliza Scanlen aprueba con holgura su primer rol protagonista, aunque su Milla sea un poco irritante (como cualquier adolescente en realidad). Habrá que seguirle le pista también al chico que encarna a su interés romántico, Toby Wallace, que también está muy bien, mientras que la experiencia viene por la parte de Ben Mendelsohn y Essie Davis; complicado aspirar a tener una mejor pareja de padres australianos y con tantos matices como la formada por ellos dos.

El glorioso caos de la vida es una ópera prima estimable pero irregular, con tantas virtudes como defectos. A su favor podemos decir que no es tanto una película sobre una muerte prematura como del acto de madurar, pues todos su personajes principales deben pasar por su particular proceso de desintoxicación para estar a la altura de las circunstancias y acabar con el componente dañino de sus relaciones interpersonales. No deja tanto poso como cree, pero al menos consigue que nunca se convierta en el telefilme vulgar que podría haber sido.

6/10

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