31/10/18

Reinas del grito emancipadas

Poster La noche de Halloween

Dir.: David Gordon Green
Int.: Jamie Lee Curtis, Judy Greer, Andi Matichak, Haluk Bilginer, Will Patton, Toby Huss, Dylan Arnold, Miles Robbins, Rhian Rees, Jefferson Hall, Virginia Gardner
¿De qué va?: Laurie Strode, que logró escapar de la matanza perpetrada por Michael Myers en la noche de Halloween cuatro décadas atrás, no ha olvidado aquel fatídico encuentro en el que fue la única superviviente. Por eso, cuarenta años más tarde, Laurie, que ahora es abuela, ha convertido su casa en un búnker impenetrable, por si Myers decidiera regresar algún día. Cuando la amenaza de Myers sea un hecho, la hora de su confrontación final con esta terrorífica figura enmascarada llega al fin.

Reseña: Los reboots de grandes clásicos ya no son tendencia en esta era nostálgica en la que nos encontramos; ahora, lo que se lleva es sacar continuaciones directas de ellas y hacer como si todas las decepcionantes secuelas realizadas desde su concepción no existieran. Podría haber pasado con la saga Alien si Ridley Scott no se hubiera empeñado en Covenant, pasará el año que viene con Terminator, y está pasando ahora con La noche de Halloween. Las nueve continuaciones en forma de secuelas directas, reboots y spin-offs han sido desechadas para, tal y como lo definen sus responsables, recalibrar una saga que, salvo por el decente remake realizado por Rob Zombie, jamás logró hacer justicia a la película del 78 de John Carpenter, germen del género slasher que se desarrolló a su imagen y semejanza.

Halloween

Los créditos iniciales de esta nueva entrega plasman perfectamente el objetivo que se han marcado sus responsables: hacer que Michael Myers recupere el brío de antaño, profesando respeto y admiración a la obra de Carpenter, quien regresa en calidad de productor y de compositor de su mítica y electrizante banda sonora. La película está plagada de homenajes a su predecesora inmediata de hace 40 años, además de esconder múltiples guiños a sus “despreciadas” secuelas. Michael Myers vuelve a ser esa presencia terrorífica, indescifrable e impasible de antaño, de fuerza sobrehumana y don de la ubicuidad, pero con una novedad: tanto tiempo en el psiquiátrico ha provocado que pierda la paciencia como acosador de sus potenciales víctimas, por lo que en la primera media hora de película ya se ha cepillado a más gente que en todo el film original. Los asesinatos son satisfactoriamente brutales, auto-referenciales y truculentos, dejando algunas grandes escenas, como cierto cierto paseo por el vecindario rodado en plano secuencia o la que se produce en un patio con sensores de movimiento, aunque las mayores expectativas estén puestas en el duelo entre Myers y Laurie Strode.

Halloween

El personaje al que Jamie Lee Curtis le debe su carrera se presenta como una veterana de guerra con estrés postraumático que ha dedicado su vida a atrincherarse y prepararse para el día en el que Michael Myers vuelva a terminar lo que dejó inacabado la noche en la que se vieron las caras por primera vez, aunque eso implique sacrificar la relación con su hija y su nieta. A esa espléndida madurez que luce Curtis con orgullo le sienta como un guante esta versión de Laurie a lo “Sarah Connor” con reminiscencias a la protagonista de Tú eres el siguiente (2011), y es lo que aporta la principal novedad a esta recalibración: el intercambio de roles. No es tan simple definir quién es el cazador y quién la presa cuando Myers va en busca de Laurie y Laurie va a por Myers, redefiniendo la relación entre serial killer y scream queen con una buena inyección de empoderamiento femenino.

Halloween

David Gordon Green aprueba emulando a Carpenter con este slasher divertidísimo, tenso y respetuoso (quizás demasiado) hacia su progenitor, pero lo mejor de todo es esa sensación que deja de ser un ajuste de cuentas al género cinematográfico cuyas reglas y características asentó el anterior Halloween. Todas esas chicas, cosificadas e indefensas, asesinadas brutalmente tanto por Michel Myers como por todos los sucesores que llegaron después, son en cierta manera vindicadas por el clan Strode, tres generaciones de mujeres que (junto a la heroína de la estupenda Revenge), han llegado decididas a reformular el arquetipo de la scream queen en el 2018. Ellas son una estrella de rock consagrada (Jamie Lee Curtis), la eterna secundaria de lujo (Judy Greer) y una joven promesa (Andi Matichak), y juntas justifican este regreso tardío de Michael Myers, aunque el resto sea pura fórmula. El final es tan perfecto que una secuela se antoja innecesaria, pero como la taquilla manda, lo más probable es que vivamos otro Halloween sangriento muy pronto. Bienvenido a casa, Mr. Myers.

7/10

26/10/18

Duelo lunar

Poster First Man


Dir.: Damien Chazelle
Int.: Ryan Gosling, Claire Foy, Jason Clarke, Kyle Chandler, Corey Stoll, Patrick Fugit, Christopher Abbott, Ciarán Hinds, Olivia Hamilton, Lukas Haas
¿De qué va?: Neil Armstrong fue un astronauta que formó parte del programa espacial que desarrolló la NASA entre los años 1961 y 1969, culminando con la misión del Apolo 11 que le permitió convertirse en el primer hombre en caminar sobre la Luna.

Reseña: Mientras que para todos los directores que realizan una potente ópera prima, la prueba de fuego reside en la segunda película, para Damien Chazelle se encuentra en la tercera. La La Land (2016) era un proyecto que tenía en mente desde antes de haber debutado con Whiplash (2014), y el éxito de ésta lo hizo posible. Aquel musical fue un proyecto personal que llegó a muchísima gente, la confirmación de estar ante uno de lo directores más talentosos de la última promoción de Hollywood, si no el que más. First Man, por el contrario, es su primer trabajo que parte de un guion ajeno, y a su vez se basa en una historia que pertenece a la historia de Estados Unidos en particular y a la de la humanidad en general. Sin embargo, el biopic del primer hombre que caminó sobre la superficie de la Luna no es tan diferente temáticamente hablando a los anteriores films de Chazelle como podría parecer a primera vista. Al igual que el ambicioso baterista de Whiplash o que Sebatian y Mia, Neil Armstrong tiene una fuerte ambición, un sueño que cumplir, y está convencido de que debe dejar de lado su vida afectiva y familiar para alcanzarlo.

First Man2

Armstrong se enrola en el ambicioso proyecto del alunizaje de la NASA como una válvula de escape a una tragedia personal que es incapaz de gestionar. La película muestra al astronauta como un hombre tan opaco como la Luna y que se ha autoimpuesto una misión, y ni el fallecimiento de sus amigos y compañeros en pruebas que acaban terriblemente mal, ni experiencias propias cercanas a la muerte, ni el enorme riesgo de que su esposa e hijos le pierdan, harán que tire la toalla.  El discurso y la motivación patrióticas brillan por su ausencia, dejando claro que todo se lucubró para ganarle la carrera espacial a los rusos, e incluso mostrando la respuesta crítica de la ciudadanía ante la enorme inversión del gobierno norteamericano en el proyecto de la NASA, cuando había problemas colectivos que necesitaban más atención. El contexto político y social está presente, pero First Man es en realidad sobre cómo un hombre gestiona el duelo intentando llevar a cabo la misión más increíble llevada a cabo por el ser humano.

First Man

Chazelle orquesta la película de tal forma que el espectador vive la historia de Armstrong en primerísima persona, siendo testigo tanto de los momentos en los que flaquea fuera de la vista del resto del mundo como en las diferentes incursiones al espacio que realizó. La experiencia de subirse a una nave y ser lanzado al firmamento está desprovista del glamour y la sofisticación que se le suele atribuir para ser mostrada como una situación tremendamente claustrofóbica, agobiante y aparatosa, con un margen de error y fracaso demasiado elevado. Las secuencias de vuelo exhiben la enorme habilidad técnica y visual que posee su realizador, mientras que las escenas familiares demuestran que también es un gran director de actores. Chazelle consigue exprimir todo el jugo posible a la vertiente impasible de Ryan Gosling, y para llegar donde éste no puede, cuenta con la inestimable ayuda de Claire Foy. Su personaje no deja de ser el de esposa preocupada, y aunque no sea su historia la que se cuenta en la película, proyecta una enorme fuerza a través de su mirada, al tiempo que refleja el amor hacia su marido, la inquietud que sufre y la perseverancia que necesita tanto para ser una buena madre como el apoyo que Neil necesita.

First Man (2018)

First Man no es Whiplash, ni La La Land, pero tampoco aspira a serlo. Damien Chazelle ha sabido coger un material ajeno y hacerlo suyo, con la inestimable ayuda de sus colaboradores habituales, Linus Sandgren en la fotografía y Justin Hurwitz en la banda sonora, este último creando una de las mejores partituras del año. Sus talentos combinadps dotan tanto de épica como de melancolía a una de las hazañas más increíbles realizadas por el ser humano. Chazelle sigue con su obsesión por el sacrificio personal, aunque la historia de amor de Neil y Janet le ha permitido contar una visión más optimista al respecto; una en la que a pesar de la pérdida, la incomunicación y el distanciamiento, la comprensión y la paciencia son suficientemente fuertes como para que, por una vez, el amor no sea el peaje que hay que pagar por alcanzar la gloria.

8/10

20/10/18

O.C: Los niños del paraíso (1945)

Poster Los niños del paraiso¿De qué va?: En el mundo teatral parisino de 1840, un célebre mimo, Baptiste Deburau, se enamora una misteriosa mujer, Garance, pero su timidez le impide tomar la iniciativa. Por su parte, Garance comienza un romance con el actor Frédéric Lemâitre, pero tras ser acusada de un crimen, la muchacha desaparece sin dejar rastro.

Reputación: Clásico del cine francés que se rodó durante 18 meses en plena ocupación alemana, lo que provocó que tanto su diseñador de producción, Alexandre Trauner, como su compositor, Joseph Kosma, ambos judíos, tuviesen que hacer su trabajo a escondidas y a través de mensajeros. Al director, Marcel Carné, se le ocurrió la idea para el film al escuchar la historia de un famoso mimo francés del siglo XIX, Jean-Gaspard Deburau, que encabezó las páginas de sucesos cuando asesinó a un borracho que le molestaba, lo que atrajo al juicio a todos los parisinos que querían escuchar su voz por primera vez. Al guionista Jacques Prévert no le convencía la idea de escribir un guion que pusiera al mismo nivel el teatro y la pantomima, dado que no le gustaba nada esta última, pero finalmente cedió cuando se le dio la oportunidad de incluir en la historia un personaje histórico que le fascinaba, Pierre François Lacenaire, apodado el ‘dandy del crimen’.

Los niños del paraíso

Para el rodaje se construyó el set más grande y más caro de la historia del cine francés, casi medio kilómetro de decorado que emulaba el Boulevard del Crimen, situado en el distrito teatral del París de los años 30 y 40. Teniendo en cuenta que los recursos humanos y materiales eran escasos durante la guerra, fue todo un milagro llevar a cabo una empresa de tal envergadura. La filmación se completó poco antes del 6 de junio de 1944, el día en el que se produjo el desembarco en Normandía, y Carné, habiendo planeado estrenar el film tras la liberación de Francia, mandó a hacer tres copias y las escondió en distintos lugares: en una bodega del Banco de Francia, en una caja fuerte del estudio Pathé y en una casa de la Provenza. El título de la película hace alusión a la gente que se coloca en los balcones superiores del teatro, más baratos que los que se encuentran por debajo. Fue nominada al Oscar a mejor guion original en 1946.

Los niños del paraiso

Reputación: Los niños del paraíso fue promocionada en Estados Unidos como la respuesta francesa a Lo que el viento se llevó (1939), aunque en realidad no tienen demasiado en común más allá de la extensa duración de ambas y de contar una historia de amor que abarca varios años. Mientras que el film americano muestra el empoderamiento de una mujer caprichosa marcada por los tiempos convulsos de su país, la película de Marcel Carné se centra en las bajas pasiones de un grupo de personajes procedentes del mundo del espectáculo parisino. A destacar su puesta en escena, la cuidada y fastuosa ambientación y el desarrollo de sus carismáticos personajes, sobre todo al producirse el salto temporal entre las dos partes en las que se divide la película. Sin embargo, tres horas de metraje es demasiado, y aunque no se hacen pesadas, las conversaciones alargadas y reiterativas acaban por resentir el interés por este romance entre un mimo triste y una ‘femme fatale’ que son sacudidos por una serie de encuentros, desencuentros y circunstancias que aumenta tanto el deseo como la distancia entre ambos.

Próximo visionado: Jasón y los argonautas (1963)

19/10/18

Vertiginoso ascenso, dura caída

Poster Ha nacido una estrella


Dir.: Bradley Cooper
Int.: Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Andrew Dice Clay, Rafi Gavron, Anthony Ramon, Dave Chappelle, Ron Rifkin
¿De qué va?: Jackson Maine es un músico veterano que  descubre a una talentosa cantante llamada Ally , una joven que sueña con triunfar en el apasionante mundo del espectáculo. Será entonces cuando Jackson decida ayudar a la joven a impulsar su carrera y lanzarla al estrellato, convirtiéndose en su mentor. Entre los dos nacerá una apasionada relación amorosa que se verá enturbiada por el carácter autodestructivo de Maine.

Reseña: Con este nuevo remake, ya son cuatro ocasiones en las que Ha nacido una estrella ha sido llevada a la gran pantalla. Es como si cada generación necesitase de una versión adaptada a su tiempo de esta historia de amor marcada por el talento, la fama y la tragedia, porque pese a que la obsesión por la fama y las celebridades no haya cambiado nada, las formas de alcanzarla y venerarla resultan ahora más inmediatas e invasivas por culpa del móvil, las redes sociales e Internet. El efecto viral está presente en la versión del siglo XXI, pero se queda en la anécdota. Bradley Cooper no está tan interesado en modernizar la historia como en crear un romance atemporal y auténtico, algo que logra con creces durante la primera hora de la película.

A STAR IS BORN

Para su primer trabajo tras las cámaras, Bradley Cooper se ha inspirado muchísimo más en Clint Eastwood que en David O. Russell; curiosamente, el primero iba a ser el encargado de dirigir el proyecto hasta que se desvinculó de él y Cooper tomó el testigo. El protagonista de El francotirador se ha tomado muy en serio la película teniendo en cuenta todo lo que se jugaba con ella, y muestra un gusto clásico, elegante e intuitivo del que se beneficia mucho esta versión, menos glamourosa y más cercana que las versiones precedentes. La película comienza como un íntimo acercamiento a dos personas cuyos destinos se cruzan para no separarse jamás, colocándonos a los espectadores como testigos de cómo se fragua su amor. Jackson y Ally se miran a los ojos, se rozan, acarician, sonríen, charlan, improvisan canciones sentados en el bordillo de una acera…. La química entre Cooper y Lady Gaga es potentísima, y alcanza su clímax en la mejor escena de la película, aquella en la que ambos cantan por primera vez subidos a un escenario. La canción elegida se llama Shallow y es un temazo que suena a Oscar.

Ha nacido una estrella

Después del subidón, aparece un personaje bastante odioso que ejerce de catalizador de la pareja, de sus sueños y temores, y la historia cambia de ritmo y rumbo para plasmar cómo la carrera de Ally sube como la espuma, mientras que la de Jackson se hunde en el fango y en su alcoholismo. En cuanto la pareja se distancia, la película toma derroteros más convencionales, con mucho cliché, y aunque no sea un completo desastre, no logra desprender el magnetismo de la primera parte. El personaje de Cooper gana protagonismo y él lo aprovecha para lucirse, mientras que el de Gaga se diluye, y si bien la interpretación de la cantante es francamente buena, resulta menos lucida cuanto más se asemeja a la Lady Gaga real. Tampoco es de recibo el acercamiento condescendiente a la música pop, aunque la trayectoria de Ally podría funcionar perfectamente como una analogía de la evolución musical que de Shakira sin ir más lejos. Para cuando llega el desenlace, la emotividad surte el efecto deseado retrotrayéndose a los primeros compases del film.

A STAR IS BORN

Bradley Cooper ha conseguido justificar la existencia de esta cuarta versión de Ha nacido una estrella. Sobre todo por iniciar una faceta como director prometedora, consolidar su talento como actor dramático, revelar el talento interpretativo de Lady Gaga (habrá que ver cómo lo desarrolla y de qué manera) y dar cabida a que Sam Elliott realice una de los trabajos secundarios más formidables y emotivos del año. ¡Si hasta da trabajo a un par de nuestras drags favoritas de Ru Paul’s Drage Race! El problema está en que su primera hora es formidable y la segunda casi que es una película distinta que se desperdicia intentando seguir el devenir argumental marcado por el referente original, el del año 37. Si hay gente que para de ver Moulin Rouge justo antes de su trágico final, sería completamente lógico detener Ha nacido una estrella a la mitad, y quedarnos con un magnífico mediometraje.

7/10

17/10/18

Affaire del este

Poster Cold War
Dir.: Pawel Pawlikowski
Int.: Joanna Kulig, Tomasz Kot, Agata Kulesza, Borys Szyc, Cédric Kahn, Jeanne Balibar,Adam Woronowicz, Adam Ferency, Adam Szyszkowski
¿De qué va?: Polonia, años 50. En un país marcado por las heridas sufridas en la II Guerra Mundial, las nuevas autoridades comunistas promocionan la creación de un grupo de músicos que, a través del folklore local, intenta llevar algo de alegría al pueblo polaco, y de paso transmitir mensajes de alabanza sobre el Camarada Stalin. Wiktor es un pianista que forma parte de este grupo coral y que se enamora de una de sus nuevas integrantes, Zula, Juntos viven un bello romance, que irá yendo y viniendo a lo largo de más de una década.

Reseña: La concreción es una virtud infravalorada, sobre todo en el cine. Tiempo atrás, muy pocas películas pasaban de las dos horas de metraje; eso quedaba reservado a grandes acontecimientos. Ahora, cualquier producción con ínfulas grandilocuentes, o incluso sin ellas, alarga su duración más allá de los 120 minutos sin tener demasiado que contar. Por eso, sorprende que Cold War no llegue ni a los 90 minutos de duración, y que cuente tantas cosas en tan poco tiempo, con ese estilo minimalista, en blanco y negro y de formato cuadrado con el que su director, el polaco Pawel Pawlikowski, ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa por Ida hace ya cinco años. Lejos de parecer un intento perezoso de repetir la misma jugada, esta forma de contar una historia como si fuera a través de Polaroids en blanco y negro le sentaba tan bien a aquel viaje de autodescubrimiento de la novicia Ida como al romance a través de varias décadas de Wiktor y Zula, la pareja protagonista de Cold War.

Cold War1

La película sigue a sus protagonistas en un periplo circular entre Varsovia y París, entre los dos lados del muro de Berlín y entre el capitalismo y el comunismo. La música une a Wiktor y Zula para luego ser separados por las circunstancias políticas. Pero están condenados a reencontrarse, amarse y volver a separarse, atrapados en un “ni contigo ni sin ti” agravado por una distancia física y emocional que les impide asentar un hogar en el que poder ser felices. Todo está contado de una manera sencilla y sutil pero cristalina, permitiendo que se pueda seguir la historia fácilmente a pesar de las numerosas elipsis de la historia; a Pawlikowski le basta unas pocas líneas de diálogo para que nos podamos situar tras cada salto temporal y sepamos en qué punto se encuentran los personajes. Esa sutileza también se hace patente en el contexto histórico, perfectamente expuesto sin ser explicado, y en el contraste entre los dos escenarios principales donde se desarrolla el film, entre las edificaciones polacas en ruinas y sus cánticos folclóricos y la sofisticación de las calles y los bares parisinos amenizados por el jazz y otros ritmos modernos.

Cold War2

Cold War es, ante todo, un ejercicio de virtuosismo estético, dada la belleza de la composición de las imágenes, de la sublime fotografía en blanco y negro y de los etéreos movimientos de la cámara. Es la respuesta de la Europa del Este al gran romance clásico, con una gran historia de amor imposible bajo el foco, pero libre de los sentimentalismos y la grandilocuencia característicos de Hollywood, y ahí es donde precisamente radica su mayor vulnerabilidad: resulta tan fría, tan distante, que resulta muy complicado empatizar con la pareja protagonista pese al gran trabajo que realizan tanto Tomasz Kot como Joanna Kulig, quien por cierta empieza el film pareciéndose a Jennifer Lawrence y lo termina asemejándose más a Jessica Chastain. No creo que la principal intención de Pawlikowski sea la de emocionar a los espectadores, pero al fin y al cabo, su película me causa mucha más admiración que apasionamiento, aunque esa humildad e instinto poético con los que ha elaborado esta historia inspirada y dedicada a sus padres lo confirma como una de las voces más personales e interesantes del panorama cinematográfico europeo.

7’5/10

14/10/18

O.C: Aterriza como puedas (1980)

Poster Aterriza como puedas¿De qué va?: En el vuelo 2009 de la aerolínea Trans American, todos los pasajeros y la tripulación se encuentran indispuestos a causa de una intoxicación alimentaria. Ted Striker, un ex piloto de caza que tiene problemas de alcoholismo y miedo a volar, debe cooperar junto a su ex novia, azafata en el avión, para aterrizar.

Comentario: Parodia del cine de catástrofes, sobre todo de la película Suspense… hora cero (1957), cuyos derechos compró el trío de directores compuesto por Jim Abraham, David Zucker y Jerry Zucker para poder parodiarla casi palabra por palabra sin meterse en ningún problema legal. Los directores escogieron actores como Robert Stock, Lloyd Bridges, Peter Graves y Leslie Nielsen por su reputación de encarnar personajes serios y racionales; hasta esta película, ninguno había hecho comedia, por lo que la gravedad que aportaron a sus papeles contribuyó a la eficacia de la sátira. En el caso de Nielsen, relanzó una carrera que como él mismo aseguró parecía estar destinada a roles de abuelo, protagonizando a partir de entonces numerosas comedias absurdas producidas por los responsables de Aterriza como puedas. La película costó 3,5 millones de dólares y recaudó 83 millones sólo en Estados Unidos. Fue nominada al Globo de Oro a mejor comedia y al BAFTA al mejor guion. Al principio su recibimiento fue tibio, pero con el tiempo ganó un estatus de culto que la ha colocado en los primeros puestos de numerosas listas que reúnen las mejores comedias de la historia del cine. Su éxito comercial propició una secuela que abordó el género de la ciencia ficción, pero aunque se consiguió reunir a buena parte del reparto, sus guionistas y directores prefirieron no participar en ella, al considerar que ya habían explotado suficiente los chistes sobre aeropuertos.

Aterriza como puedas


Comentario: La spoof movie es un género muy devaluado en la actualidad por culpa del éxito de Scary Movie (2000), que dio lugar a engendros como Date Movie (2006), Casi 300 (2008) o Disaster Movie (2008) de los que prefiero no acordarme. Los responsables de esas supuestas comedias creían que con hacer un puñado de chistes gruesos, machistas, homófobos, generalmente ofensivos, cutres y obvios ya lo tenían todo ganado, pero afortunadamente, el público empezó a reírse cada vez menos con estas películas y dejaron de ser tan rentables como en antaño. Las únicas que salvaría de la quema son las dos primeras entregas de Scary Movie y No es otra estúpida película americana (2001). El arte de la parodia es mucho más complicado de lo que parece, de ahí que Aterriza como puedas sea un extraño fenómeno, pues como comedia absurda que se ríe de las convenciones y los clichés del cine Hollywood funciona a la perfección, siendo raro el gag que falle o esté fuera de lugar. Pero lo mejor de todo es que, aunque la experiencia tanto en un avión como en un aeropuerto ya no sean lo que era, su humor, sin ser blanco ni ofensivo, sigue siendo a día de hoy igual de vigente que en el año de su estreno.

Próximo visionado: Los niños del paraíso (1945)


9/10/18

El simbionte que me cameló

Poster Venom


Dir.: Ruben Fleischer
Int.: Tom Hardy, Michelle Williams, Riz Ahmed, Jenny Slate, Reid Scott, Michelle Lee, Scott Haze, Marc Brandt
¿De qué va?: Eddie Brock es un astuto periodista que está investigando una empresa sospechosa llamada Fundación Vida. Durante una visita furtiva a su sede, Brock quedará infectado por una forma de vida extraterrestre. Comenzará entonces a experimentar cambios en su cuerpo que no entiende, y escuchará una voz interior, la del simbionte Venom, que toma posesión de su cuerpo y le confiere poderes sobrehumanos.

Reseña: A todos nos gusta un buen villano. Suelen ser más interesantes, atractivos y divertidos que los aburridos héroes de turno. Hollywood es tan consciente de ello que está intentando sacar un nuevo filón, convirtiéndolos en los absolutos protagonistas de historias contadas desde su punto de vista. El problema es que Hollywood no se atreve a llevar la villanía hasta sus últimas consecuencias. O bien resultan ser unos incomprendidos (Maléfica, 2014) o unos antihéroes canallitas (Escuadrón suicida, 2016), pero al final, nunca son tan malos como se les pinta, y siempre encuentran a alguien peor contra el que pelear. Lo mismo ocurre con Venom, intento descarado de Sony de exprimir los derechos de Spider-Man ahora que los tiene que compartir con Marvel.

Venom4

Puesto que la película de Ruben Fleischer (que ya nos decepcionó con Gangster Squad) ha sido un éxito de taquilla, recaudando en su primer fin de semana 200 millones de dólares, el doble de lo que costó, no sólo tendremos secuela de Venom, sino una serie de películas protagonizadas por villanos del Hombre Araña, con Jared Leto ya confirmado para dar vida al vampiro Morbius. La lástima es que el éxito les librará de hacer un ejercicio de autocrítica necesario para poder dotar a Venom de una personalidad de la que carece en su carta de presentación. Se percibe el intento de hacer una película adulta y violenta a lo Deadpool (2016), pero no puede jugar en su misma liga evitando a toda costa recibir la calificación R. Intenta ser tantas cosas a la vez que al final se queda en tierra de nadie, siguiendo una trama simplona y superficial que desaprovecha la dicotomía entre Eddie Brock y Venom.

Venom

Venom se mete con Eddie, le cae simpático y cambia de parecer tras su interacción con él. Todo esto lo sabemos única y exclusivamente porque el simbionte así lo hace saber, porque jamás vemos algún tipo de evolución en la relación entre ambos; tampoco remordimiento o conflicto interno por parte de Eddie, ni las connotaciones trágicas de ser cautivo de un ente violento que ha tomado posesión de su cuerpo. Tom Hardy se deja la piel en levantar la película, consciente de ser su principal valedor, pero se pasa de histriónico, mientras que su partenaire, Michelle Williams, está un tanto desubicada, pese al esfuerzo desde el guion por crear un personaje femenino con peso en la trama más allá de la  etiqueta de ‘interés romántico’, y que no necesita que la rescaten. Riz Ahmed es una elección astuta para dar vida al auténtico villano de la función, pero su rol no puede ser más plano y desabrido.

Venom2

Si la trama es simplona y atropellada, la acción es tres cuartas partes de lo mismo, un batiburrillo de CGI en el que no se puede distinguir gran cosa. La película es entretenida, claro, pero el cine de superhéroes ha demostrado que puede ser algo más que un pasarratos clónico. Porque el principal problema de Venom no está en que no se tome demasiado en serio, sino en que no tiene nada que pueda justificar su existencia, habiendo suficiente materia prima y talento involucrado para asumir riesgos y llegar adonde ninguna otra película del mismo corte haya llegado jamás. Veremos si el Joker de Joaquin Phoenix se atreve, da pleno y abre la veda a las películas protagonizadas por villanos de verdad, no estos cuya maldad es pura fachada.

4’5/10

8/10/18

Magia potagia a la vieja usanza

Poster La casa del reloj en la pared


Dir.: Eli Roth
Int.: Jack Black, Cate Blanchett, Owen Vaccaro, Kyle MacLachlan, Renée Elise Goldsberry, Sunny Suljic, Colleen Camp, Lorenza Izzo
¿De qué va?: Lewis Barnavelt es un niño huérfano que se muda a la casa de su tío. Pese a que todo parece normal, ese hogar, su tío y su vecina, esconden muchos secretos. El extraño tic-tac de un reloj resonando por las paredes de la casa inquieta al pequeño, lo que le lleva a una investigación con el objetivo de descubrir todos los misterios ocultos.

Reseña: No puede haber mejor logo para la productora Amblin Entertainment que la icónica imagen de Elliot y E.T. surcando los cielos en la bicicleta. Porque ese momento es sinónimo de aventura, fantasía, imaginación y juventud, elementos que se pueden encontrar en el grueso títulos de la compañía fundada por Steven Spielberg, como Los Goonies (1985), Regreso al futuro (1985), Parque Jurásico (1993), Casper (1995), Monster House (2006), Las aventuras de Tintín (2011) o la reciente Ready Player One (2018). La casa del reloj en la pared es la nueva aventura juvenil con el sello Amblin, el salto a la gran pantalla de la novela homónima de John Bellairs, autor que se especializó en la literatura gótica juvenil.

La casa del reloj en la pared

Afortunadamente, no nos encontramos ante el enésimo intento de lanzar una franquicia cinematográfica basada en una saga literaria juvenil; esa moda ya pasó por acumulación de fracasos. En cambio, La casa del reloj en la pared se enmarca dentro de esa nueva tendencia de revalorizar el cine de los 80 y 90, pero no a base de acumular guiños, homenajes y referencias a películas míticas; lo que adopta como propio de aquel cine es el sentido del espectáculo dirigido a toda la familia que no renuncia al terror ni a temas dramáticos por miedo a que los niños no vayan a pegar ojo por la noche. La larga experiencia de su director, Eli Roth, en el cine de terror más gore y explícito (Cabin Fever, Hostel, Green Inferno…) confiere a la película de un toque macabro que le sienta francamente bien.

La casa del reloj en la pared2

Aunque la trama de la película no sea tan original como el planteamiento del misterio sugiere, los referentes que van surgiendo a lo largo del metraje son buenos: un poco del toque mágico de Harry Potter, otro tanto la ingenua picaresca de Matilda (1996), la elegante, gótica y detallista dirección artística de Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket, el vínculo de admiración mutua entre profesor y aprendiz de Steven UniverseJack Black y Cate Blanchett conforman una extraña pero efectiva pareja de mentores; él se está especializando en este tipo de cine fantástico y familiar que cada vez se le da mejor, y ella, en fin, transmite misterio, fortaleza, sentimiento maternal y tristeza como ella sabe hacer tan bien. Ambos amparan al joven protagonista, Owen Vaccaro, tan tierno como entrañable, pero cabe señalar también lo bueno que es Sunny Suljic, visto en El sacrificio de un ciervo sagrado (2017), que aquí da vida al amigo interesado de turno.

Film Review - The House With A Clock In Its Walls

No tengo sobrinos, pero si los tuviese, les llevaría al cine a ver La casa del reloj en la pared sin lugar a dudas. Porque es una película para todos los públicos que no trata a las familias ni a los niños como tontos, cine de palomitas y refresco altamente disfrutable, y  además reivindica las familias no convencionales y la extravagancia como modo de vida. Le falta un poco más de personalidad para trascender y convertirse en un referente del género, pero como experiencia fílmica de espíritu añejo resulta curiosa e insólita… aunque no termine de aprovechar el inquietante y molesto tic-tac de los relojes que habitan en la casa encantada en la que se ambienta la historia.

6’5/10

6/10/18

Itinerario de estrenos de octubre 2018

Estrenos_Octubre


Ha nacido una estrella: Bradley Cooper (Joy) debuta en la dirección de este tercer remake del largometraje homónimo estrenado en 1937 que en un principio iba a dirigir Clint Eastwood con Beyoncé como protagonista. Finalmente ha sido Lady Gaga quien sigue los pasos de Janet Gaynor, Judy Garland y Barbra Streisand dando vida a una aspirante a artista que es descubierta por un profesional ya asentado en la industria que la ayuda a alcanzar el estrellato, enamorándose en el proceso. La película ha obtenido muy buenas críticas desde su presentación en el Festival de Venecia, siendo una gran aspirante a conseguir muchas candidaturas en la próxima edición de los Oscar, aunque ya han empezado a crecerle los detractores…
Estreno: 5 de octubre



Christopher Robin: Disney está detrás de esta adaptación en acción real del cuento de Winnie the Pooh que muestra a Christopher Robin, aquel niño que se lo pasaba pipa en el Bosque de los Cien Acres, convertido en padre de familia y ejecutivo gris, recibiendo un buen día la visita de su viejo amigo Pooh para ayudarle a reconducir su vida. Marc Foster (All I See Is You) dirige el film, que cuenta con Ewan McGregor (T2: Trainspotting) y Hayley Atwell (Agent Carter) como protagonistas de carne y hueso, y que ha tenido una acogida tibia por parte de la crítica.
Estreno: 5 de octubre



Venom: Film dirigido por Ruben Fleischer (Gangster Squad) que, si funciona bien en taquilla, inaugurará una serie de películas protagonizadas por icónicos villanos de Spider-Man. Tom Hardy (Dunkerque) da vida a Eddie Brock, un periodista que, mientras investiga a una peligrosa corporación, es invadido por un ente alienígena que le confiere increíbles superpoderes, pero que también hace que pierda el control, con consecuencias devastadoras. Michelle Williams (¡Qué guapa soy!) y Riz Ahmed (Rogue One: Una historia de Star Wars) secundan a Hardy en esta película que ha dado mucho de que hablar esta semana en las redes sociales por unas declaraciones posteriormente retractadas de su protagonista afirmando que su media hora favorita de la película había quedado fuera del montaje, así como las de Williams afirmando que está en la película por Hardy y el dinero. Las críticas han sido bastante malillas
Estreno: 5 de octubre



First Man (El primer hombre): Tras ganar el Oscar por La La Land, Damien Chazelle dirige el biopic de Neil Armstrong, centrándose en la misión de la NASA que le llevó a la Luna, y cómo el sacrificio y el precio de llevarla a cabo marcó tanto su vida familiar como a los Estados Unidos. Ryan Gosling (Blade Runner 2049), Claire Foy (Perturbada) , Jason Clarke (El escándalo Ted Kennedy), Kyle Chandler (Noche de juegos) y Corey Stoll (Café Society) conforman el reparto de una película que ha gustado bastante más en Estados Unidos que en el resto del mundo, pues aunque unos alaban su sobriedad e intimismo, otros tantos proclaman que es demasiado monótona y poco emocionante.
Estreno: 11 de octubre



La casa del reloj en la pared: Eli Roth (El justiciero) se pasa al cine familiar con esta película producida por Amblin Entertainment (E.T. el extraterrestre) sobre un niño de 10 años que, tras quedarse huérfano, se muda a la casa de su tío, en la que pronto descubrirá un mundo mágico en el que querrá participar, aunque algo tenebroso le aceche desde la sombra… Jack Black (No te preocupes, no llegará lejos a pie) y Cate Blanchett (Ocean’s 8) acompañan al joven Owen Vaccaro (Dos padres por desigual) en esta aventura juvenil con tintes de terror curiosa y atractiva, aunque le falta una pizca de personalidad para poder trascender. En breve, reseña.
Estreno: 11 de octubre



La noche de Halloween: Reboot/secuela directa del film original de John Carpenter del 78 que ignora todas las continuaciones que se han realizado desde entonces. Jamie Lee Curtis retoma el personaje Laurie Strode, quien se ha estado preparando durante décadas para el regreso de su némesis, Michael Myers, produciéndose al fin el reencuentro en, cómo no, la noche de Halloween, en la que Strode también tendrá que proteger a su hija (Judy Geer, Ant-Man y la Avispa) y a su nieta (Virginia Gardner, Goat) del asesino enmascarado. David Gordon Green (Stronger) dirige la película, que tuvo una buena acogida en el Festival de Toronto y de la que se espera que haga suficiente taquilla como para justificar futuras continuaciones.
Estreno: 26 de octubre



Bohemian Rhapsody: Biopic del cantante Freddy Mercury, que narra su etapa liderando la mítica banda Queen. Rami Malek (Mr. Robot) encarna a Mercury en este film que empezó dirigiendo Bryan Singer (X-Men: Apocalipsis) y terminó Dexter Fletcher (Eddie el Águila) cuando el primero fue despedido por su comportamiento errático en el set. La película no ha estado exenta de polémica debido a los eufemismos utilizados en la sinopsis lanzada por su productora para no decir la palabra ‘sida’, y porque en el primer avance mostrado parecía que se iba a pasar por alto la homosexualidad del cantante. No se ha proyectado en ningún festival, así que de momento nadie ha podido opinar sobre el resultado final.
Estreno: 31 de octubre

5/10/18

Crónica del 66º Festival Internacional de Cine de San Sebastián

Por Carlos R. Hervás

Festival San SebastianSon ya unos cuantos los años acudiendo puntual a esta cita anual con el cine. Permanece inalterable mi interés por el que, junto a Sitges, es mi evento cinéfilo preferido. Y todavía queda gente que se sorprende cuando, año tras año, remuevo cielo y tierra para asegurar mi presencia en ambos, o cuando les comento que las largas jornadas me permiten disfrutar de alrededor de cinco películas al día (y que no veo más porque a menudo el sueño acumulado hace mella). Obligado a dar explicaciones, suelo recurrir al tan manido “una vez al año no hace daño”. Pero, qué demonios, ojalá pudiera ser más de una.

El Festival Internacional de Cine de San Sebastián se presentaba, en esta su 66 edición, con una de las a priori más atractivas programaciones de los últimos años. A nombres como Claire Denis, Naomi Kawase, Carlos Vermut, Isaki Lacuesta, Kim Jee-Woon o José Luis Cuerda en su Sección Oficial, se suman cintas especialmente esperadas en diferentes secciones (Perlas es la más nutrida) como Pájaros de verano (Ciro Guerra y Cristina Gallego), Un asunto de familia (Hirokazu Koreeda) o First Man (Damien Chazelle).

Todo un lujo, aunque para la mayoría, a tenor de los comentarios generalizados, no se hayan cumplido las expectativas. Nada más lejos de mi opinión, acaso porque comprendo que no solo de obras maestras vive el cinéfilo, acaso porque detecto cierta autocomplacencia en el espectador con ínfulas medio que, cargado de experiencia, y necesitando la afirmación de un criterio propio solidísimo en función de una exigencia ilusa, casi necia, cree ver, un año tras otro, una Sección Oficial “especialmente floja”.

Analicemos, pues, lo visto en esta edición, ordenando lo visto de peor a mejor. Por supuesto, y como siempre, habrá de todo.

Desde Cannes aterriza en la sección Perlas Asako I & II, lo nuevo de Ryûsuke Hamaguchi. Se trata de un film japonés que profundiza en la tan sobada por el mundo cinematográfico figura del doppelgänger a través de una (estúpida) relación amorosa entre la protagonista y dos personas de igual apariencia pero carácter opuesto. Hamaguchi juega a ser Hong Sang-soo y se queda en el intento. En esta cinta sobra ligereza (en ocasiones, nos sentimos asistiendo a un culebrón televisivo cualquiera de las cuatro de la tarde) y falta casi de todo: coherencia formal, guion mínimamente creíble, unos actores decentes… Aun queriéndola entender de manera alegórica o simbólica (van por ahí los tiros, no se me escapa), el intento es tan fútil y el viaje tan anodino que no merece la pena el esfuerzo de soportar a este trío de indeseables durante dos largas horas.

Asako I y II

Tampoco alcanzo a disfrutar lo más mínimo de Dantza, la “película poética vasca” de este año que, como un cruce entre Baraka (Ron Fricke, 1992) y Flamenco (Carlos Saura, 1995), representa una historia silente de manera figurativa a través de los bailes folclóricos vascos de una popular compañía de danza regional. Se aguanta durante 10 minutos. A los 20, uno empieza a pedir la hora. A los 30, la acumulación de efectos especiales realmente chungos y de danzas que, por desgracia, no dan para aguantar una película de más de una hora, te obliga a huir.

Dantza

No obstante, estos no los puedo considerar fiascos porque verdaderamente no esperaba tampoco gran cosa de ellos. El caso de lo nuevo de Kim Jee-Woon es muy distinto. Del director de Encontré al diablo o de El imperio de las sombras esperaba más. Se trata de una nueva adaptación de la historia de Mamoru Oshii Jin-Roh titulada Illang: La brigada del lobo, una cinta de ciencia ficción que dibuja una distopía típica ambientada en un futuro no demasiado lejano de guerras por el conflicto coreano. Son demasiados los problemas que tiene Jee-Woon para narrar una historia que se padece absolutamente enrevesada, a pesar de que la trama política es, de hecho, simplona. A unos actores pésimos hay que sumarle unas escenas de acción demasiado rutinarias, una trama que no interesa y una acumulación de finales que exaspera. Las subtramas, lejos de sumar, molestan. Uno acaba deseando que las escenas de acción resuciten una función muerta. El momento no llega.

Illang

De Felix Van Groeningen no esperaba gran cosa, pero sí de una cinta que reúne en sus papeles principales a actores de la talla de Steve Carell y de Timothée Chalamet, uno de los actores del momento. Beautiful Boy es un drama sobre la adicción a las drogas en que un padre batalla contra el problema de drogadicción de su hijo. Supongo que no debe ser fácil esquivar el sermón cuando se aborda esta temática, y Beautiful Boy no es una excepción. Su desarrollo es rutinario, sus situaciones repetitivas y su escritura (que podría haber firmado Ronald Reagan) patéticamente discursiva. Los actores, efectivamente, salvan la función de la quema máxima. Pero no pueden hacer gran cosa ante una película que se acerca más al sensacionalismo de American History X que a la sutileza de Arrebato.

Beautiful Boy

Desde Francia nos llega El cuaderno negro, una película de la directora Valeria Sarmiento, montadora habitual de Raoul Ruiz. Se trata de una película de época en que una cortesana va pasando por diferentes manos cual Lazarillo de Tormes. A pesar de que durante la primera mitad de la película observamos una narración con cierto pulso, una ambientación que, basada en elementos sencillos de bajo presupuesto, convence, y escenas cargadas de erotismo, la intriga de misteriosas paternidades que comienza a vislumbrarse tras el ecuador del film hace aguas por todos los costados. Se suceden escenas intrascendentes y momentos directamente irrisorios (que arrancaron bastantes carcajadas no pretendidas entre el público), que culminan en un final inenarrable.

El cuaderno negro

Naomi Kawase, la mítica directora japonesa, presenta en la Sección Oficial Vision, un drama con ínfulas poéticas y new age en el que ni la propia directora tengo muy claro que sepa lo que nos quiere contar. A una trama que va descubriendo su propia esencia a medida que se desarrolla (un drama familiar con saltos temporales) se unen elementos simbólicos que asocian lo humano con la naturaleza, tratada como un agente que determina nuestro destino. La filosofía de baratillo, para el que la quiera comprar. Mientras, ni Juliette Binoche ni Masatoshi Nagase salvan la función.

Vision

La colección de películas a mi juicio fallidas la cierra la premiada por el jurado ALPHA, The Right to Kill, del filipino Brillante Mendoza. No alcanzo a compartir el entusiasmo del jurado hacia una película cuyo exotismo se limita a su localización, pero que no ofrece alicientes novedosos ni en la trama ni en su desarrollo. El estilo visual, con cámara en mano, pretende ser inmersivo, pero uno se acostumbra rápido al recurso, ciertamente manido, y si acaso acaba cansando. La fea fotografía no ayuda. El guion de Troy Espiritu se cree más inteligente de lo que en realidad es: son decenas las películas que han llegado a las mismas conclusiones por vías mucho más estimulantes. También posee evidentes problemas para conseguir que el espectador empatice con los problemas de sus personajes, a pesar de que se regodee en la miseria de su malogrado protagonista. El desenlace, supuestamente contundente y pretendidamente desolador, no solo le deja a uno frío sino que es previsible.

Alpha

Mejor fue la acogida por parte del público de la cinta uruguaya La noche de 12 años, de Álvaro Brechner, recientemente escogida por Uruguay para representar a su país en los Óscar. Se trata de un drama carcelario (un género que siempre ha poseído especial aceptación) que narra la historia real de privación de libertad en régimen de especial aislamiento durante 12 años por parte de la dictadura militar de Uruguay a un grupo de Tupamaros entre los que se encontraba José Mújica. La situación terrible que narra está tratada por Brechner con especial rigor formal y el dibujo de sus personajes es sólido. Los actores trabajan especialmente bien. Los problemas vienen a la hora de insuflar ritmo a una historia en esencia monótona. A pesar de algunas escenas (directamente influidas por Cadena perpetua) que la aligeran, la cinta se atasca en su desarrollo hasta llegar a un final poco esclarecedor. Tampoco alcanza el nivel de belleza estética y de profundidad psicológica de cintas como Hunger (Steve Mcqueen, 2008). En definitiva, aunque estimable, no posee la suficiente fuerza como para trascender.

La noche de 12 años

El film austríaco de Markus Schleinzer (habitual colaborador de Haneke) Angelo bucea inteligentemente en los orígenes del racismo en Europa. Nos cuenta la historia real de Angelo, un africano trasladado a Europa con 10 años en el siglo XVIII. Tratado como un ornamento, la vida de Angelo estará sometida a diversas vicisitudes relacionadas con su permanente otredad, de la que, no obstante, sabrá beneficiarse. El estilo en la dirección es seco, pausado, con largos planos fijos que recuerdan a su compañero Haneke y que mantienen una perfecta congruencia entre fondo y forma. En su desarrollo, Schleinzer no encuentra los suficientes elementos de interés, lo que sumado a su ritmo moroso repercute en una cierta antipatía hacia la película, que se siente demasiado cerebral. No obstante, se percibe una inteligencia expositiva estimable, que compensa el esfuerzo. Los minutos finales son especialmente clarividentes.

Angelo

Son varias las películas que colocaría en un peldaño inmediatamente superior a estas últimas. Todas estimables. Algunas, gratas sorpresas; otras, ligeras decepciones, a pesar de su evidente buen nivel (todo depende de las expectativas…). Entre aquellas de las que esperaba algo más, se encuentran Un asunto de familia, First Man, Cold War y High Life. Todas ellas, de directores especialmente reputados. Tanto en el caso de Koreeda como en el de Chazelle creo que se trata de obras menores dentro de su filmografía. El japonés vuelve a sus temáticas familiares para ofrecernos una intriga algo repetitiva. Chazelle, sencillamente, no encuentra el tono adecuado, ni penetra de verdad en el enigma que plantea. Lo demás, son florituras en la dirección que comienzan siendo realmente inmersivas pero que acaban fatigando, hasta llegar a un final anodino en el que no logra emocionar. Por otro lado, no soy especial fan ni de Pawlikoswki ni de Claire Denis, aunque les reconozco los méritos profesionales. Acaso por la temática, esperaba con especial ilusión High Life. Más cercana a Solaris que a 2001, durante buena parte de la cinta admiro su novedoso tono, que insufla aire fresco a un género demasiado manido. Hacia el final, la acumulación de absurdeces puede conmigo, aunque no tumba para nada el mérito de una cinta que ganará con las revisiones. De Cold War me cuesta disfrutar más, acaso por los mismos motivos que con Ida: su excesiva asepsis me hace alejarme de cinta, que siento demasiado cerebral. Aunque admiro su aroma a cine clásico, algo que Pawlikowski consigue especialmente bien a través de la puesta en escena y, en este caso, también por la naturaleza de la historia narrada. Es una película más que estimable, aunque no acabe de casar del todo con mis intereses.

Cold War

Por otro lado, salí más que satisfecho del visionado de Yuli y, sobre todo, de Viaje al cuarto de una madre. De la nueva cinta de Icíar Bollaín no esperaba gran cosa. No soy apenas afín a su lenguaje, a las historias que a menudo nos cuenta la directora. Pero, para mi sorpresa, la película, una especie de Billy Elliot cubana despojado de la temática homosexual, funciona. El montaje intercala escenas del pasado del famoso bailarín cubano Carlos Acosta con escenas basadas en el presente en que Acosta se interpreta a sí mismo. A través de las coreografías, Acosta nos narra sus vivencias, que serán pertinentemente llevadas a imagen a través de constantes flashbacks. Bollaín y Laverty (premiado con el Premio al Mejor Guion) encuentran el equilibrio exacto para hacer que la historia funcione y que las escenas de coreografías, lejos de molestar, enriquezcan la historia. Destaca el personaje del padre de Acosta, una especie de Alfredo de Cinema Paradiso, motor para que nuestro héroe se mantenga siempre caminando hacia adelante.

Yuli

En Viaje al cuarto de una madre se respira verdad durante todo el metraje. La cinta de la debutante Celia Rico merece la mayor de las atenciones. Por un lado, explora la relación maternofilial en un momento muy concreto: aquel en que los hijos han de abandonar el nido. Por otro lado, es un estudio sobre la pérdida y la soledad. Llena de matices, la cinta sortea inteligentemente los posibles peligros y evita caer en zonas obvias o que simplemente fuesen una distracción. Consciente de lo que nos quiere contar, Rico sustrae de la historia al padre de la familia, solo presente a través de los objetos, que cobran especial relevancia en el desarrollo de la historia. Mención especial merecen las interpretaciones de Anna Castillo, una de las actrices jóvenes más prometedoras del panorama actual, y de Lola Dueñas. Ambas se meten en un papel alejado de otros registros a los que nos tienen acostumbrados. Y el resultado no podría ser más satisfactorio. Finalmente, a pesar de ser una película pequeñita, el sabor de boca es de película importante.

Viaje al cuarto de una madre

In Fabric es la nueva locura de Peter Strickland (Berberian Sound Studio). Se trata de una comedia de terror con un tono personalísimo. La premisa, inicialmente absurda (una prenda de ropa asesina) es tratada con una comicidad alejada de la comercialidad del cine americano (del que sobran las comedias de terror, producidas a espuertas). La creatividad que despliega no es habitual hoy día en el cine de terror, y en su locura y surrealismo, Strickland encuentra un lenguaje propio en que se siente cómodo. La estructura del filme, que suma dos tramas independientes unidas solamente por la ínclita prenda, funciona a pesar de presentarnos a un nuevo personaje a la hora de película. El sofisticado diseño de sonido y los montajes alucinógenos de imágenes hipnóticas dotan a la película de una personalidad virulenta. La reiteración en algunos elementos (la dependienta de la boutique) acaba saturando un poco, pero se compensa con el derroche de creatividad de que hace gala Strickland.

In Fabric

Vuelve Cuerda. Y vuelve por todo lo grande, retomando el estilo de la que para un servidor es su mejor película: Amanece, que no es poco, una de las mejores comedias de siempre. Es verdad que no todos los chistes de Tiempo después funcionan, y que ni tan siquiera su trama es muy original (véase High-Rise, de Ben Wheatley), pero es un placer observar que José Luis Cuerda, tanto tiempo después, mantiene intacto su humor, y gozamos viendo lo que se siente como un homenaje a su figura por parte de tantos cómicos y actores del momento. El reparto es irregular: no alcanzo a ver comicidad alguna en Roberto Álamo, pero me gusta mucho Manolo Solo; tampoco le encuentro la gracia a Blanca Suárez, pero por ahí está el elenco de Muchachada nui para compensar. Los chistes, en ocasiones se atropellan los unos a los otros, pero también esto era una característica de Amanece, que no es poco. En definitiva, una película obligada para los amanecistas, aunque posiblemente no todos los nuevos espectadores la disfrutarán por igual.

Tiempo despues

Ciro Guerra ya sorprendió en 2015 con esa especie de cruce entre 2001: una odisea del espacio y Apocalypse Now que era El abrazo de la serpiente, una de las mejores cintas de aquel año. Ahora, junto a Cristina Gallego, llega a Perlas su siguiente película Pájaros de verano, que nos narra la historia de los orígenes del narcotráfico en la Colombia de finales de los 60. De nuevo, se trata de una de las mejores que he tenido oportunidad de ver este año en San Sebastián. En esta ocasión, al estilo de El abrazo de la serpiente se le une una trama que tiene muchos más puntos en común con la serie Narcos, de cuyo ritmo también bebe en cierta medida. En ella, se estudia cómo la avaricia relacionada con el control del narcotráfico producía un choque con las costumbres indígenas en los pueblos Colombianos. La tensión entre vida moderna y tradición es el tema principal de una película por otra parte bella y emocionante. Si bien más convencional que su anterior cinta, Pájaros de verano se apoya en las constantes del subgénero de mafias, aderezado con algo de western, para ofrecer una cinta más digerible, aunque sin tanta elevación artística.

Pajaros de verano

Lo mejor, por segundo año consecutivo, lo encontramos en la Sección Oficial. Al igual que en la edición anterior con The Disaster Artist, también era la película que esperaba con más ganas. Quién te cantará es lo nuevo de Carlos Vermut, cuyo anterior trabajo, Magical Girl, ganaría la Concha de Oro en su correspondiente edición. En esta ocasión, entre el jurado no se encontraba, como aquella vez, Pedro Almodóvar. Y es que el cine de Vermut no podría tener más en común con el manchego. Los nexos se amplifican en Quién te cantará, añadiendo a los elementos comunes referencias a Persona de Bergman, todo combinado con un lenguaje retorcido, con personalidad propia. Las historias de Vermut están articuladas en torno a unos personajes cuya relación a menudo se basa en los engaños y las mentiras, ofreciendo guiones circulares que tienden a cerrarse al final. En esta ocasión, Vermut narra la historia de una cantante de éxito que se enfrenta a una amnesia sobrevenida por un accidente. Para recuperar su identidad perdida, la protagonista deberá contactar con una imitadora para que le enseñe a ser ella misma.

Quien te cantara

Con esta premisa, Vermut retoma la idea del doppelgänger que traíamos a colación en la primera reseña, esta vez sí con cohesión narrativa y acompañada de un lenguaje visual especialmente cuidado. De hecho, cabe destacar su evolución visual con respecto a cintas anteriores. Si bien la cinta pierde la frescura de Magical Girl, se acerca mucho a ella ofreciendo otros alicientes, como una mayor complejidad psicológica o unas interpretaciones incluso más pulidas. A destacar, una inmensa Eva Llorach que huele a Goya. La temática de la pérdida y suplantación de la identidad es especialmente profunda en ese juego de cantantes en que todas quieren ser lo que no son, y ninguna sabe muy bien quién es en realidad. Si bien el personaje de Natalia de Molina, interpretado con enorme solvencia por esta actriz de sobrado talento, desentona un poco, se antoja crucial como motor de una trama que se desarrolla con precisión de cirujano. Solo por esta cinta, el San Sebastián de este año ha merecido la pena. Le deseo la mejor de las suertes en la carrera de premios.

1/10/18

Actriz del mes: Claire Foy

Claire Foy


Nombre completo: Claire Elizabeth Foy

Fecha de nacimiento: 16 de abril de 1984

Lugar de nacimiento: Stockport, Inglaterra (Reino Unido)

Filmografía destacada:

Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte (2018)

First Man (2018)
Perturbada (2018)
The Crown (Serie de TV) (2016 – 2017)
Una razón para vivir (2017)
The Lady in the Van (2015)
Wolf Hall (Miniserie de TV) (2015)
Rosewater (2014)
Vampire Academy (2014)
White Heat (Miniserie de TV) (2012)
Arriba y abajo (Serie de TV) (2010 – 2012)
Wreckers (2011)
The Promise (Miniserie de TV) (2011)
En tiempo de brujas (2011)
Little Dorrit (Serie de TV) (2008)

Méritos:¿Quién es esa chica y de dónde ha salido?” Probablemente sea la pregunta más formulada entre los espectadores de la primera temporada de The Crown, tras quedarse atónitos ante la delicada y sensible interpretación de la actriz que daba vida a Isabel II en sus años mozos. Pues se trataba de Claire Foy, actriz británica de cine, televisión y teatro de orígenes humildes y juventud complicada, pues con 13 años sufrió una artritis que la dejó temporalmente lisiada, con 17 un tumor en el ojo y recientemente ha confesado padecer ansiedad desde que era niña, pero consiguió superar todas las dificultades y completar sus estudios de arte dramático en Liverpool y Oxford. No fue hasta llegar The Crown que Hollywood reparó en ella, lo que le ha permitido acceder a proyectos cinematográficos ambiciosos y amortiguar su salida de la serie, dado que Olivia Colman recogerá su testigo como recambio generacional en la tercera temporada.

Tras despedir a Elizabeth II por todo lo alto ganando hace un par de semanas el Emmy a mejor actriz dramática, en una edición con un nivel altísimo de interpretaciones femeninas, Foy va a dedicar lo que queda del año a la promoción de dos estrenos potentísimos. En primer lugar, First Man, nuevo film del oscarizado Damien Chazelle (La La Land) en el que da vida a Janet, la esposa de Louis Armstrong, el primer ser humano en pisar la Luna. En segundo lugar, llegará a los cines el mes que viene Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte, en la que asume el complicado reto de dar vida a la icónica Lisbeth Salander y sobrevivir a las comparaciones con sus dos predecesoras, Noomi Rapace y Rooney Mara. De momento y que se sepa no tiene más proyectos pendientes en la agenda, aunque de buen seguro que no le faltarán ofertas, puesto que la serie de Netflix ha sido el escaparate perfecto de su talento, granjeándole rápidamente un estatus de actriz de inmenso talento que tendrá que cuidar y afianzar a partir de ahora. Larga vida a la reina.

Claire_Foy

Extras:

Tráiler de First Man

Tráiler de Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte

Ganando el Emmy a mejor actriz de serie dramática por The Crown

Entrevista sobre The Crown 

Photocall con Ryan Gosling en San Sebastián