21/7/18

Candelabros y besos vetados

Poster Disobedience


Dir.: Sebastián Lelio
Int.: Rachel Weisz, Rachel McAdams, Alessandro Nivola, Anton Lesser, Allan Corduner, Nicholas Woodeson, David Fleeshman, Bernice Stegers
¿De qué va?: Tras la muerte de su padre, un importante rabino, Ronit decide volver al barrio judío ortodoxo del noroeste Londres en el que se crió. Al volver a sus raíces, Ronit se reencontrará con Esti, amiga de la infancia que decidió quedarse en el barrio y casarse con Dovid, el mejor amigo de ambas. El reencuentro entre Ronit y Esti hará que se reavive el romance que vivieron años atrás.

Reseña: Sebastián Lelio no tuvo que esperar a ganar el Oscar para dar el salto a Hollywood. Cuando se subió al escenario del Dolby Theatre para recoger la estatuilla a mejor película de habla no inglesa obtenida por Una mujer fantástica (2017), ya había presentado en Toronto su debut en Hollywood, Disobedience, y ya se encontraba rodando el siguiente film, un remake americano de su propio film, Gloria (2013), aquel que le reportó reconocimiento internacional por primera vez. Pero antes de descubrir si se marcará un “Haneke”, que copió plano plano su Funny Games para el remedo yanqui, tenemos Disobedience, un film continuista en cuanto a estilo y temas pese a que la historia ya no transcurra en Santiago de Chile sino en una comunidad judía ortodoxa de Londres.

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Existe cierto paralelismo entre el conflicto de Marina, la heroína de Una mujer fantástica, y el de Ronit, la protagonista de Disobedience: ambas afrontan la muerte de un ser querido, pero en vez de recibir el apoyo de las demás personas afectadas por la pérdida, sufren su rechazo por no ser consideradas parte de la familia. En el caso de Ronit, se le trata como oveja negra por haberse marchado del barrio y no haberse puesto en contacto desde entonces, pese a haber dejado atrás a Esti, una amiga con la que tiene un vínculo especial que el transcurso del tiempo no ha podido romper. A diferencia de otras historias de temática homosexual, las protagonistas de Disobedience no descubren que les gustan las mujeres, sino que es algo que tienen más que asumido. El problema se encuentra en ese entorno opresor en el que han nacido y que las ha hecho reaccionar de forma diferente: mientras una cogió las maletas y se marchó, la otra decidió quedarse e intentar cambiar a base de una vida heteronormativa y devota que se viene abajo cuando regresa aquello que en el pasado provocó su despertar sexual.

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Completa el triángulo Dovid, amigo de la infancia de Ronit y Esti, marido de esta última y llamado a convertirse en el sucesor del rabino fallecido. Al contrario de lo que pueda parecer, Dovid no es mal tipo ni es cuadriculado, pues sus creencias religiosas son puestas a prueba ante el sufrimiento de Esti. En cierta manera, es una víctima más del entorno conservador en el que se ha educado, o al menos es así como nos lo quiere trasmitir Lelio, que enfoca el día a día de esta comunidad judía con respeto pero con distancia, sin interés en intentar indagar demasiado en ella. De todos los conflictos presentes en la película, el de Esti es el más interesante, sobre todo por la evolución que experimenta el personaje y la genuina forma en la que cobra vida a través de Rachel McAdams, en la que probablemente sea la interpretación más compleja y hermosa de su carrera. La actriz forma una estupenda pareja romántica con Rachel Weisz, aunque esta no demuestre nada que no hayamos visto ya de ella, mientras que Alessandro Nivola sorprende realizando un trabajo estupendo para lo inadvertido que suele pasar.

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Disobedience es un drama que aborda con gusto y delicadeza el renacer de un romance prohibido, aunque tiene alguna incongruencia, como la escena de sexo. Una escena en la que por fin Ronit y Esti se desinhiben y se aman, rodada con naturalidad y erotismo… pero en la que no se quitan la ropa. No se trata de una cuestión de morbo, sino de que no resulta creíble que estas mujeres hagan el amor con tanta pasión pero sin desnudarse; es un tanto contradictorio, especialmente porque al final todo se reduce a una cuestión de libertad, una reivindicación del libre albedrío que tal vez resulte demasiado simple u obvia, insuficiente para cerrar la historia con brío. Aun con todo, Disobedience es una estimable entrada en el cine de temática lésbica, el cual se encontraba famélico hasta hace unos años en cuanto a títulos destacados, y confirma a Sebastián Lelio como un director con una sensibilidad innata para plasmar miradas femeninas veraces y profundas.

7/10

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