11/11/19

La trinchera infinita – Vida de un topo



Dir.: Aitor Arregi, Jon Garaño, José Mari Goenaga
Int.: Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Vicente Vergara, Manuel Poga, Enrique Asenjo, Emilio Palacios, Óscar Corrales
¿De qué va?: Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil. Es el año 1936 y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Aunque intentará huir, el miedo a ser detenido y a las posibles represalias, además del amor que siente por su mujer a la que no puede abandonar, les condenará a ambos a un encierro que se prolongará durante varias décadas.

Reseña: Conocer y entender el pasado es fundamental para no repetir los mismos errores. Muchos se quejan de que haya demasiadas películas sobre la guerra civil española, pero es evidente que ni hemos aprendido todas las lecciones que nos dejó, ni se han cerrado todas las heridas, pese a que haya líderes políticos que prefieran mirar para otro lado. Además, aún existen enfoques de este período histórico por explorar. Lo comprobamos recientemente en Mientras dure la guerra, que contaba el inicio del conflicto desde el punto de vista de Miguel de Unamuno, y lo vemos ahora con La trinchera infinita, un film que narra la persecución al bando republicano desde el punto de vista de un hombre que permanece escondido en su casa durante décadas.


Como si se tratase de un reverso claustrofóbico de Cuéntame cómo pasó, La trinchera infinita  abarca varias décadas de transformación de la sociedad española sin abandonar jamás el punto de vista de Higinio, un hombre cuyo único vínculo con el espacio exterior se encuentra en su esposa, Rosa, y en los medios de comunicación. A través de un gran manejo de la elipsis temporal y estructurando la historia en episodios, somos testigos del devenir de este matrimonio, el cual debe enfrentarse a conflictos que van más allá del miedo a ser descubiertos. Porque una vez que se controla la situación y se asienta la rutina surge la apatía, la soledad, el agotamiento emocional y la vergüenza de vivir entre las sombras en torno a una mentira y sin que se vislumbre una luz al final del camino. El guion cuenta con un buen puñado de situaciones y subtramas que impiden que la historia caiga en la monotonía; no obstante, la relación de Higinio y Rosa posee suficientes matices y sustancia como para haber sostenido el film por sí misma.


Como valor seguro del cine español que es, Antonio de la Torre hace un fantástico trabajo dando vida a Higinio, siendo Belén Cuesta la auténtica revelación al ser su primer papel dramático en el cine. Aunque su sufrimiento nervioso nos retrotraiga a sus interpretaciones cómicas, Cuesta aporta toda la verosimilitud, tristeza, frustración y rabia contenida que necesita su personaje, desprendiendo un gran magnetismo cada vez que aparece en pantalla. Tanto ella como de la Torre ponen un acento andaluz cerrado por el que no entendemos la mitad de lo que dicen, pero poco importa porque nos creemos a pie juntillas su matrimonio, el amor que se profesan, los rocen que surgen entre ellos y la evolución de su relación y caracteres a través del tiempo.


Tras las notables Loreak (2014) y Handía (2017), el triplete de directores vascos formado por Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga se consagra como uno de los mayores valores del cine español contemporáneo. La trinchera infinita es tan sólida a nivel narrativo como visual, pues todo, desde el tratamiento de la luz hasta la decoración de la casa donde se desarrolla la acción, está perfectamente alienado para crear una experiencia completamente inmersiva. Dada la extensa duración de casi dos horas y media, la fatiga puede surgir en la tercer acto, pero eso no impide que el viaje íntimo de este matrimonio desemboque en un final que, al cerrar el círculo, expone de manera sencilla y brillante que la fractura entre las dos Españas reside en el miedo que tiene la una de la otra.

8/10

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