13/2/19

Green Book - Un manual para confraternizar



Dir.: Peter Farrelly
Int.: Viggo Mortenssen, Mahershala Ali, Linda Cardellini, Sebastian Maniscalco, Dimiter D. Marinov, Mike Hatton, P.J. Byrne, Joe Cortese
¿De qué va?: Un brusco, malhablado y racista italoamericano se convierte en el conductor de Don Shirley, un pianista clásico afroamericano en una gira de conciertos por el sur estadounidense de la década de 1960.

Reseña: Las road movies nos han enseñado que no hay nada mejor que un viaje por carretera para descubrirse a sí mismo y aprender lecciones vitales. Sobre todo si se realiza por las carreteras de Norteamérica, tan rectilíneas, infinitas y escasas de tráfico, atravesando pueblos de paletos en los que poder atesorar divertidas anécdotas, y parando en lugares naturales e inhóspitos donde poder experimentar una gran revelación. En la vida real, pocos tenemos el tiempo y la oportunidad de realizar un viaje así de idílico, largo e introspectivo, aunque como siempre hay excepciones. Este podría ser el caso de Tony Lip, cuyo viaje por los estados del sur de Norteamérica, trabajando como chófer de un pianista afroamericano, ha sido llevado al cine a través de un guion originalmente escrito por Nick Villalonga, su hijo, basándose en las historias que su padre le contaba sobre aquel año de su vida.


Dejando al margen las acusaciones de la familia de Don Shirley acerca de la escasa veracidad de los acontecimientos que narra el film, Green Book es una película cuyo recorrido se puede predecir fácilmente desde la presentación de la historia y del protagonista, un tipo bruto, algo simple y racista, que se embarca en un viaje en el que va a pasar gran parte del tiempo en un vehículo junto a un músico afroamericano sumamente educado y cultivado. Por supuesto que el choque de caracteres inicial dará paso a un aprendizaje recíproco en el que el tosco aprenderá a ser sensible y el sensible aprenderá a dejarse llevar, y que vivirán experiencias por todos los lugares por los que pasan que les harán acercarse más y reafirmarse en lo rancios que son los sureños racistas. Todo resulta predecible y seguro, pero… nos lo pasamos tan bien, que la mayor parte del tiempo podemos pasar por alto que todo sea tan descaradamente manufacturado.


Y la culpa de que nos lo pasemos tan bien la tiene Viggo Mortenssen, incapaz de realizar una interpretación antipática, y Mahershala Ali, que dota de dignidad y sobriedad a su personaje, incluso cuando tiene que bajarse del coche en plena lluvia para rodar su particular Oscar clip. Ambos son muy buenos actores, tienen una química estupenda  y resulta prácticamente imposible no empatizar con ellos, siendo también necesario romper una lanza a favor de Linda Cardellini dando vida a la esposa de Tony Lip, con la que se comunica a través de cartas que suponen uno de los principales pilares humorísticos y emocionales del film. La comedia y los gags funcionan bien como contrapunto al drama, por el que se pasa más de puntillas, quizás porque la película se cuenta a través del punto de vista de Tony, que no es un personaje especialmente problemático (su racismo se resuelve rápidamente), a diferencia del de Don Shirley, en cuyo conflicto de identidad no se ahonda demasiado.


Los principales hallazgos de Green Book se encuentran en el elemento que da pie al título, una guía de hoteles de Estados Unidos donde estaba permitido que los negros se hospedasen, en la figura no demasiado conocida de Don Shirley, y en que la dirección esté a cargo de Peter Farrelly, separado de su, creíamos, inseparable hermano Bobby, y lejos de la comedia de trazo grueso con la que se hizo popular a finales de los años 90 y a principios de los 2000. No obstante, su trabajo como realizador encaja perfectamente con el estilo inocente, amable y académico de un guion que parece trazado con escuadra y cartabón para complacer a un público mayoritario al tiempo que esquiva terrenos pantanosos. Cumple sus cometido con creces, impulsado por dos actores absolutamente comprometidos y compenetrados, aunque en el fondo no sea más que una trampa para ratones arcaica con un queso delicioso como cebo. Lo peor de todo es que caemos y saboreamos el queso como si jamás lo hubiésemos probado.

7/10

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