9/1/20

Richard Jewell – No es tiempo de héroes



Dir.: Clint Eastwood
Int.: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Jon Hamm, Olivia Wilde, Nina Arianda, Ian Gomez
¿De qué va?: Richard Jewell es un guardia de seguridad que se convierte en un héroe cuando salva cientos de vidas durante las Olimpiadas de 1996 en Atlanta, al evitar la explosión de un artefacto explosivo. Pero a los pocos días, Jewell se convierte en el primer sospechoso del intento de ataque terrorista para el FBI, dejando atrás su papel de héroe y convirtiéndose en un villano para el público y la prensa.

Reseña: A lo largo de su carrera como director, Clint Eastwood siempre ha sentido especial predilección por contar historias de héroes americanos anónimos. Unos luchas contra el sistema (El intercambio, 2008), otros contra la adversidad (Million Dollar Baby, 2004) y otros contra los enemigos de la nación norteamericana (El francotirador, 2014) pero al final, todas son variaciones del cuento de David contra Goliat, aunque los desenlaces de la mayoría sean agridulces. Con estos antecedentes, es más que evidente que el caso real de Richard Jewell, un hombre que fue acusado de poner la bomba que él mismo descubrió, salvando así muchísimas vidas, está hecho a la medida y al gusto del veterano director.


A sus 89 años, Eastwood no está como para innovar o probar cosas diferentes. Por tanto, Richard Jewell es una película rodada con el clasicismo y la elegancia que le caracterizan. Pese a que haya cambiado a su director de fotografía habitual, Tom Stern, por Yves Bélanger a partir del rodaje de Mula (2018), la paleta cromática y la iluminación apenas ha variado. Lo mismo ocurre con la partitura compuesta por Arturo Sandoval, pues es el tipo de melodías melancólicas y señoriales que cabe esperar de sus películas. Sin embargo, hay un elemento diferenciador presente en el film que rara vez se ha visto en el cine de Eastwood: comedia. Siendo una historia eminentemente dramática y que perfectamente podría haberse quedado ahí, es tan sorprendente como refrescante la cantidad de humor que hay presente de la película, ademas de que funciona como un tiro.


La dirección de Eastwood se ajuste perfectamente a los cambios de género del guion de Billy Ray, que se mueve entre el thriller, el drama, la denuncia y esa comedia previamente mencionada y que termina de despegar gracias a Sam Rockwell y Paul Walter Hauser. Este último hace un muy buen trabajo como protagonista, encauzando ese patetismo cómico que mostró en Yo, Tonya (2017) en una interpretación con hondura y de creciente dignidad. Kathy Bates aporta el corazón y la emoción al conjunto como la sufrida madre del protagonista, mientras que el otro personaje femenino de peso, al que da vida Olivia Wilde, supone el punto más controvertido, pues es retratada como una villana de manual; una periodista sedienta de carnaza a la que se le intenta redimir al final sin demasiada convicción.


Clint Eastwood ha finalizado la década con la que probablemente sea su mejor película de este período. Richard Jewell es ese tipo de película que te atrapa desde el principio, haciéndote pasar por toda una serie de emociones genuinas como tensión, tristeza, alegría, rabia, alivio… A través del circo mediático que se montó en torno a Jewell, Eastwood no solo recalca el escepticismo que despierta la heroicidad de a pie, sino que a los americanos, y probablemente a todo el mundo, solo hay una cosa que les guste más que ensalzar ídolos: derribarlos.

8/10

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