19/10/18

Vertiginoso ascenso, dura caída

Poster Ha nacido una estrella


Dir.: Bradley Cooper
Int.: Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Andrew Dice Clay, Rafi Gavron, Anthony Ramon, Dave Chappelle, Ron Rifkin
¿De qué va?: Jackson Maine es un músico veterano que  descubre a una talentosa cantante llamada Ally , una joven que sueña con triunfar en el apasionante mundo del espectáculo. Será entonces cuando Jackson decida ayudar a la joven a impulsar su carrera y lanzarla al estrellato, convirtiéndose en su mentor. Entre los dos nacerá una apasionada relación amorosa que se verá enturbiada por el carácter autodestructivo de Maine.

Reseña: Con este nuevo remake, ya son cuatro ocasiones en las que Ha nacido una estrella ha sido llevada a la gran pantalla. Es como si cada generación necesitase de una versión adaptada a su tiempo de esta historia de amor marcada por el talento, la fama y la tragedia, porque pese a que la obsesión por la fama y las celebridades no haya cambiado nada, las formas de alcanzarla y venerarla resultan ahora más inmediatas e invasivas por culpa del móvil, las redes sociales e Internet. El efecto viral está presente en la versión del siglo XXI, pero se queda en la anécdota. Bradley Cooper no está tan interesado en modernizar la historia como en crear un romance atemporal y auténtico, algo que logra con creces durante la primera hora de la película.

A STAR IS BORN

Para su primer trabajo tras las cámaras, Bradley Cooper se ha inspirado muchísimo más en Clint Eastwood que en David O. Russell; curiosamente, el primero iba a ser el encargado de dirigir el proyecto hasta que se desvinculó de él y Cooper tomó el testigo. El protagonista de El francotirador se ha tomado muy en serio la película teniendo en cuenta todo lo que se jugaba con ella, y muestra un gusto clásico, elegante e intuitivo del que se beneficia mucho esta versión, menos glamourosa y más cercana que las versiones precedentes. La película comienza como un íntimo acercamiento a dos personas cuyos destinos se cruzan para no separarse jamás, colocándonos a los espectadores como testigos de cómo se fragua su amor. Jackson y Ally se miran a los ojos, se rozan, acarician, sonríen, charlan, improvisan canciones sentados en el bordillo de una acera…. La química entre Cooper y Lady Gaga es potentísima, y alcanza su clímax en la mejor escena de la película, aquella en la que ambos cantan por primera vez subidos a un escenario. La canción elegida se llama Shallow y es un temazo que suena a Oscar.

Ha nacido una estrella

Después del subidón, aparece un personaje bastante odioso que ejerce de catalizador de la pareja, de sus sueños y temores, y la historia cambia de ritmo y rumbo para plasmar cómo la carrera de Ally sube como la espuma, mientras que la de Jackson se hunde en el fango y en su alcoholismo. En cuanto la pareja se distancia, la película toma derroteros más convencionales, con mucho cliché, y aunque no sea un completo desastre, no logra desprender el magnetismo de la primera parte. El personaje de Cooper gana protagonismo y él lo aprovecha para lucirse, mientras que el de Gaga se diluye, y si bien la interpretación de la cantante es francamente buena, resulta menos lucida cuanto más se asemeja a la Lady Gaga real. Tampoco es de recibo el acercamiento condescendiente a la música pop, aunque la trayectoria de Ally podría funcionar perfectamente como una analogía de la evolución musical que de Shakira sin ir más lejos. Para cuando llega el desenlace, la emotividad surte el efecto deseado retrotrayéndose a los primeros compases del film.

A STAR IS BORN

Bradley Cooper ha conseguido justificar la existencia de esta cuarta versión de Ha nacido una estrella. Sobre todo por iniciar una faceta como director prometedora, consolidar su talento como actor dramático, revelar el talento interpretativo de Lady Gaga (habrá que ver cómo lo desarrolla y de qué manera) y dar cabida a que Sam Elliott realice una de los trabajos secundarios más formidables y emotivos del año. ¡Si hasta da trabajo a un par de nuestras drags favoritas de Ru Paul’s Drage Race! El problema está en que su primera hora es formidable y la segunda casi que es una película distinta que se desperdicia intentando seguir el devenir argumental marcado por el referente original, el del año 37. Si hay gente que para de ver Moulin Rouge justo antes de su trágico final, sería completamente lógico detener Ha nacido una estrella a la mitad, y quedarnos con un magnífico mediometraje.

7/10

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