13/1/17

Próxima estación: Apocalipsis

Poster Train to Busan

Dir.: Yeong Sang-ho
Int.: Gong Yoo, Ma Dong-seok, Ahn So-hee, Kim Soo-an, Jung Yu-mi, Kim Eui-sung, Choi Woo-sik, Jung Kyung-mi, Shim Eun-kyung, Choi Gwi-hwa
¿De qué va?: Un misterioso brote viral pone a Corea en estado de emergencia. Un hombre y su hija suben al tren KTX con destino a Busán, pero justo en el momento de su partida, uno de los infectados se sube a bordo, provocando una situación al límite en el que los pasajeros tendrán que luchar por sus vidas.

Reseña: La moda zombie está lejos de terminar, es más, se mantiene fiel a su naturaleza epidémica y sigue extendiéndose por todo el mundo. Después de que países como Cuba (Juan de los Muertos), Noruega (Zombis Nazis), España (REC) o Gran Bretaña (28 días después) sufrieran sus particulares levantamientos de no-muertos o infectados, ahora le toca a Corea del Sur, como una muestra más de la buena salud de su industria cinematográfica nacional. Train to Busan no aporta grandes novedades al imaginario colectivo zombie, pero se alza como una de las mejores películas del género de los últimos tiempos gracias a su sabia mezcla de referentes, sus lecturas sociales y humanísticas y a un ritmo frenético con escasas paradas que hará las delicias de todo aquel que se desespera con la ocasional lentitud de The Walking Dead.

Train To Busan

Con reminiscencias a Guerra Mundial Z por esas hordas de infectados rabiosos que forman avalanchas, y a Snowpiercer por ubicar la acción en los claustrofóbicos y estrechos pasillos y habitáculos de un larguísimo y rápido tren en continuo movimiento, el film siempre se las ingenia para que la acción no se estanque y el grupo protagonista deba enfrentarse a un nuevo y más peliagudo reto en su lucha por sobrevivir; ellos son un puñado de gente corriente que abarca todos los perfiles sociales y de edad (un ejecutivo, una embarazada, una niña, dos señoras, unos adolescentes, un vagabundo…) y están completamente indefensos, pues el único arma a su alcance son unos pocos bates de béisbol. El director Yeong Sang-ho aprovecha el caos para mostrar las dos formas en las que puede reaccionar el ser humano ante el miedo que produce una situación al límite como ésta: intentando salvar su propio pellejo a toda costa o arriesgando la vida para salvar a los seres queridos. De esta forma, se permite introducir una feroz crítica al capitalismo, al que retrata como la causa de la hecatombe y de que el ser humano atrapado en él esté condenado a inmolarse dado su egoísmo y su estrechez de miras. Seguro que George A. Romero se sentirá muy orgulloso.

Train To Busan

Pero al final lo que acaba imperando es la búsqueda de redención de ese padre desconectado de su hija, algo tan de manual y tan ñoño que resultaría una gran molestia si no fuera porque la pequeña Soo-an Kim es un portento, siendo capaz de sobrecoger durante la recta final incluso a quien le den repelús los niños; la película sale mucho mejor parada en el aspecto emocional que Guerra Mundial Z. Aun tirando de algún que otro tópico y de efectismos occidentales, Train to Busan no tiene nada que envidiar a las grandes producciones de Hollywood, de hecho, que se hayan apresurado en comprar los derechos para hacer su remake norteamericano vuelve a evidenciar que en la Meca del Cine van muy necesitados de ideas, pese a que la historia reciente nos ha demostrado que hacer remedos tempranos de películas de habla no inglesa casi nunca sale bien ni resulta rentable. Allá ellos.

7/10

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