31/10/15

Vampiros modernos

Poster Lo que hacemos en las sombrasUn equipo de documentalistas consigue acceso total a un pequeño grupo que forma parte de una sociedad secreta de Nueva Zelanda que realiza cada cierto tiempo un evento conocido como… LA MASCARADA DIABÓLICA. Se da el caso que ese grupo es, en realidad, una cuadrilla de vampiros que comparten casa, y que mostrarán a los reporteros que ser un chupasangre no se diferencia demasiado de ser una persona normal y corriente… salvo en lo de alimentarse de sangre humana y todo lo demás. Lo que hacemos en las sombras es una comedia de terror que gozó de un recorrido triunfal por festivales de todo el mundo durante el año pasado, consiguiendo premios en Sitges y Toronto. Tal es así que Marvel ya se ha fijado en uno de sus directores, Taika Waititi, para que se haga cargo de Thor: Ragnarok.

Lo que hacemos en las sombras

Cohen y su co-director, Jemaine Clement, son los creadores de Flight of the Conchords, una serie de culto demasiado alienada incluso para la HBO, que sólo le concedió dos años de vida. También tiene algo de televisiva Lo que hacemos en las sombras, pues está rodada como un mockumentary (sátira llevada a cabo empleando las técnicas del género documental), un formato que se ha puesto de moda gracias a series como The Office, Parks and Recreation o Modern Family. La gracia de la película reside en abordar la figura del vampiro, un personaje tan mitológico, seductor y misterioso, como si fuera un tipo de treinta y largos, no especialmente triunfador en la vida ni puesto en las nuevas tecnologías, que aún sigue viviendo con sus colegas, con los que se pelea para ver quién es al que le toca fregar los platos esta vez.

Lo que hacemos en las sombras2

Puede parecer una chorrada, pero lo cierto es que el invento funciona a las mil maravillas y es capaz de agradar tanto a los fans de los vampiros (que tengan sentido del humor) como a sus detractores. Lo cierto es que no se conforma con ser una parodia del universo vampírico, pues su trama, de desarrollo original y sorprendente,  se acerca más a las comedias sobre hombres con síndrome de Peter Pan,  en las que la camaradería entre colegas está por encima de todo lo demás. No encontrarán por ahí vampiros tan entrañables como esta cuadrilla, que producen una ternura semejante a la del reparto de Parks and Recreation, incluso cuando están cargándose a su nueva víctima. Lo que hacemos en las sombras es una de las películas más genuinamente divertidas del año, y una opción perfecta para pasar la noche de Halloween en grande.

8/10

29/10/15

O.C: Las bicicletas son para el verano (1984)

Poster Las bicicletas son para el verano

¿De qué va?: En el verano de 1936 estalla la Guerra Civil. En la ciudad de Madrid, una familia formada por un matrimonio y sus dos hijos, comparten la cotidianidad de la guerra con la criada y los vecinos del edificio. El hijo menor, Luisito, quiere que su padre le compre una bicicleta, pero la guerra hará que la compra se aplace indefinidamente.

Reputación: Adaptación cinematográfica de la obra de teatro escrita por Fernando Fernán Gómez, quien se inspiró en sus recuerdos infantiles de la Guerra Civil, y  por la que ganó el premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid en el año 1977. Los productores confiaron el guión de la película a Salvador Maldonado y la dirección a Jaime Chávarri, quienes acababan de estrenar con éxito Bearn o la sala de las muñecas (1983). Agustín González encarnó a Don Luis, al igual que lo hizo en el Teatro Español de Madrid, mientras que para el resto de roles se contó con otros actores ajenos a la representación teatral, como un debutante Gabino Diego. Fernando Fernán Gómez no quiso saber nada de la adaptación, y le confesó tiempo después a Chávarri que tenía la impresión de que habían quitado media obra, sobre todo la parte que concernía al anarquismo, que a él le interesaba mucho. El director argumentó que no disponían de tiempo ni de presupuesto necesarios para hacer una película de más de dos horas y media, y que el tema del anarquismo se había perdido al acortar el texto, no de forma intencionada. La película fue un éxito, convocando a dos millones de espectadores a los cines. Curiosamente, el tranvía que aparece en el filme fue el mismo que utilizaron en Doctor Zhivago (1965).

Las bicicletas son para el verano

Comentario: Lo que diferencia Las bicicletas son para el verano de las múltiples películas españolas sobre la Guerra Civil es su enfoque intimista, siempre desde el punto de vista de una familia de clase media residente en Madrid. Sus integrantes intentan llevar sus vidas de la forma más normal y cotidiana posible, con la hija (una jovencita Victoria Abril) persiguiendo su sueño de ser actriz, y el hijo lidiando con su despertar sexual con la ayuda de la criada, pero los bombardeos, la recesión económica y la muerte de personas cercanas les traerá de vuelta al terrible conflicto bélico que están viviendo, más longevo de lo que ellos creían que sería en un principio. La película no se limita a ser teatro filmado, resultando muy dinámica, y goza de un buen ritmo y de un gran nivel interpretativo por parte de su elenco. Es una historia sobre la guerra contada desde el bando de los perdedores, donde prima la resignación y la tristeza (aunque tiene algunas gotas de humor), y que se vale del valor simbólico de la bicicleta para apuntar que el final del conflicto sólo fue el principio de un largo y duro invierno para el país.

Próximo visionado: Luna de papel (1973)

28/10/15

Abandonado y bienhumorado

Poster Marte

Dir.: Ridley Scott
Int.: Matt Damon, Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Jeff Bridges, Kristen Wiig, Sean Bean,  Michael Peña, Sebastian Stan, Kate Mara, Aksel Hennie, Donald Glover, Mackenzie Davis, Benedict Wong
¿De qué va?: Durante una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney es dado por muerto tras una terrible tormenta y abandonado por la tripulación, que pone rumbo de vuelta a la Tierra. Pero Watney ha sobrevivido y al encontrarse atrapado en el planeta rojo, con suministros escasos, deberá hacer uso de su ingenio para encontrar la forma de comunicarse con la Tierra y sobrevivir hasta que lo rescaten.

Reseña: El ser humano siempre ha soñado con viajar al espacio exterior… y ha tenido pesadillas con los problemas con los que se puede encontrar ahí arriba: alienígenas, inteligencia artificial maliciosa, basura espacial… o la soledad y la imposibilidad de volver a la Tierra. El nuevo intento de Ridley Scott por ganarse el favor unánime de la crítica y el público es la adaptación cinematográfica de la obra de Andy Weir, un ingeniero informático que para su primera novela fantaseó con la idea de cómo sobrevivir en el planeta rojo recurriendo al instinto de supervivencia y a las maravillas de la ciencia.

Marte3

Tal vez tenga errores, pero poco imparta, puesto que la suspensión de credulidad se mantiene en todo momento, gracias a la meticulosidad con la que su Robinson Crusoe explica los procedimientos que lleva a cabo. Sin embargo, lo que hace única y diferencia a Marte de Gravity y otras aventuras espaciales es su sentido del humor, tanto del que se vale su protagonista para no caer en la desesperación como el que está presente en el resto de personajes,  situaciones o incluso en su música (la canción de los créditos finales no podría ser más apropiada), que quitan “gravedad” al asunto y convierten a la película en un blockbuster tremendamente simpático, aunque también acarree una parte negativa: si bien la comedia refuerza la empatía del público, la ausencia de drama dificulta la implicación emocional, pues pasa de puntillas por la tragedia de haber sido abandonado en otro planeta y descuida la preocupación por el destino del protagonista, pese al intenso tercio final del filme.

Marte

Una vez más se vuelve a organizar una peligrosa misión para rescatar a Matt Damon, pero él justifica el esfuerzo con su afabilidad y simpatía. Consigue que entendamos que su tripulación, liderada por una exultante Jessica Chastain en modo ‘bad ass’, esté dispuesta a arriesgar sus vidas para salvarlo, más por auténtica amistad y compañerismo que por lealtad profesional. La película cuenta con un reparto cargado de intérpretes de primera categoría que hacen algo más que estar ahí para cobrar el cheque, se les ve implicados, y todos tienen una importancia vital en la trama, incluso los que provienen de la televisión, como Donald Glover y Mackenzie Davis. La única excepción sería Kristen Wiig, que está un tanto desaprovechada como directora de las relaciones con los medios de la NASA.

Marte2

Marte es la película más potable de Ridley Scott en años, o al menos, la que tendrá una acogida más consensuada. Es un divertimento técnicamente impecable, entretenido y dirigido, escrito e interpretado con suma corrección. Se ve con interés y agrado pero con escaso entusiasmo y sin demasiada emoción genuina, pues sus dos horas y media de duración se antojan un poco largas, con escasos obstáculos y giros que nos mantengan alerta,  y el momento que todos estamos esperando tarda en aparecer, pero cuando llega logra que nos suden las palmas de las manos. Es un buen aperitivo antes de que llegue la aventura espacial con mayúsculas de este año. Creo que no hace falta decir cuál.

7/10

27/10/15

Cantando sobre (des)amor en Madrid

Poster Los miercoles no existen

Dir.: Peris Romano
Int.: Eduardo Noriega, Inma Cuesta, Gorka Otxoa, Alexandra Jiménez, Andrea Duro, William Miller, María León
¿De qué va?: Un grupo de hombres y mujeres de treinta y cuarenta años vive una serie de encuentros y desencuentros amorosos cruzados que se producen en diferentes lugares de Madrid, y siempre durante un miércoles.

Reseña: La obra  Los miércoles no existen se ha representado con éxito durante cinco temporadas sobre los escenarios de Madrid. Su artífice, Peris Romano, ha sido también el encargado de adaptarla para la gran pantalla, cumpliendo así su deseo inicial de materializar su guión en un largometraje, el cual cuenta con una estructura similar a su ópera prima, la muy simpática 8 citas (2008), co-dirigida por Rodrigo Sorogoyen y compuesta de ocho microrelatos independientes sobre las diferentes facetas del amor. Los miércoles no existen también es una película episódica, pero más ambiciosa, saltando hacia adelante y hacia atrás en su línea temporal y centrando el protagonismo en seis personajes conectados, aunque ni ellos mismos lo sepan.

Los miercoles no existen2

Quien haya ido a ver la pieza teatral comprobará que la película es prácticamente idéntica, salvo por algunos pequeños cambios y los fichajes de actores conocidos como (dudoso) reclamo publicitario. Y aunque la historia continúe siendo un atractivo cóctel entre los enredos románticos y musicales de El otro lado de la cama y su secuela y del dolor que produce el amor caprichoso y caduco de Closer, la película no conserva toda la frescura que sí tenía la obra, y resulta ser más estática que esta misma, la cual aprovecha todo el espacio del teatro para mantener al espectador activo y partícipe de la acción. Hay escenas que no han perdido su eficacia en el salto del teatro al cine, como la agridulce pedida de mano a ritmo de No puedo vivir sin ti, pero en otras tantas se echan en falta las risas producidas al ver las situaciones en vivo y en directo.

Los miercoles no existen

Los únicos que repiten de la obra teatral son Gorka Otxoa y William Miller, y tal vez por ello se les ve muy cómodos en sus respectivos y muy entrañables personajes. No obstante, Alexandra Jiménez roba la función demostrando sus estupendas dotes tanto para la comedia como para el drama, siendo más fácil empatizar con ella que con el resto de personajes; el trabajo de Inma Cuesta y Andrea Duro tampoco está nada mal, aunque no sea especialmente reseñable. Lo de María León es tan sólo un cameo, mientras que Eduardo Noriega no me termina de convencer, como de costumbre. No sé si será algo personal, pero tengo la impresión de que siempre hay alguien que podría haberlo hecho mucho mejor que él.

Los miercoles no existen3

Los actores cantan al comienzo de cada acto, a veces junto a los solistas que interpretaban los interludios musicales de la obra, pero esos momentos se sienten un tanto desaprovechados y estáticos, aunque la selección musical, que va de clásicos de Julio Iglesias y Serge Gainsbourg a joyas indies como Jero Romero y Vetusta Morla, resulta tan ecléctica como atractiva. Es probable que la adaptación cinematográfica de Los miércoles no existen no retenga todo el buen rollo y la diversión que posee su referente teatral, pero no es un filme en absoluto desdeñable, sobre todo por la gracia con la que ironiza acerca de la imprevisibilidad de la vida y las secuelas que deja cada desengaño amoroso sufrido.

6’5/10

24/10/15

Polillas que se alimentan de mariposas

Poster Cumbre escarlata

Dir.: Guillermo Del Toro
Int.: Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnam, Jim Beaver, Burn Gorman, Leslie Hope, Doug Jones
¿De qué va?: Edith Cushing es una aspirante a escritora que decide dejar su hogar atrás para casarse con un misterioso hombre al que acaba de conocer, Sir Thomas Sharpe. La pareja se mudará a la mansión familiar de él, donde también reside su hermana, Lucille, pero la casa oculta secretos y fantasmas del pasado que atormentarán a Edith y la conducirán a descubrir la terrible verdad.

Reseña: Cuando Guillermo Del Toro anunció el rodaje de La cumbre escarlata, la definió como “un cuento clásico de fantasmas pero con un toque moderno”, y no mentía, puesto que el filme combina elementos procedentes de la novela gótica, de clásicos del suspense como Rebeca de Alfred Hitchcock y del cine de terror contemporáneo, sobre todo del oriental, para confeccionar un misterio elegante y sobrio pero no tan espeluznante ni sorprendente como cabría esperar viniendo de la desbordante imaginación del director mexicano.

Crimson Peak

El propio cineasta no se cansó de repetir días antes del estreno que La cumbre escarlata no se trataba de una película de terror, sino de una historia de amor sobrenatural, algo que no puede pillar por sorpresa a sus seguidores, ya que sus películas siempre han estado teñidas de una fantasía oscura y macabra, pero nunca propiamente terrorífica. Los fantasmas que pueblan la película son almas en pena que siguen atormentadas por las circunstancias en las que sus vidas terminaron, pero su importancia en la trama es básicamente instrumental, y Del Toro repite el mismo error en el que cayó Mamá, aquella producción que apadrinó, de mostrar a los espíritus en todo su esplendor, percibiéndose fácilmente su naturaleza digital. Nada que ver con el diseño de la mansión en la que se desarrolla gran parte de la trama, un caserón tan espeluznante como espectacular, y que se convierte en otro protagonista más con entidad propia, presentándose en un principio hermético para luego revelar poco a poco sus numerosas heridas sin cicatrizar.

Crimson Peak3

Desafortunadamente, el guión no está a la altura de la dirección artística de la película, con alguna que otra línea de diálogo un tanto sonrojante (cierta descripción del rostro de un fantasma) y un misterio que resulta bastante sencillo y obvio para todo el mundo menos para su protagonista, una impecable Mia Wasikowska que carga con el hándicap de dar vida a una joven mujer que para lo inteligente y moderna que es resulta ser demasiado ingenua. Tom Hiddleston también está muy bien como turbio galán, pero quien se acaba adueñando de la función es Jessica Chastain, que, como de costumbre, se entrega con tanta energía y dedicación a su personaje que se funde en él, y en esta ocasión su labor resulta especialmente meritoria porque confiere verosimilitud y gravedad a un papel que en otras manos podría haber resultado exagerado y ridículo.

Crimson Peak2

La implicación de Charlie Hunnam en la trama es casi tan testimonial como la de los fantasmas, pues es más bien un convidado de piedra en el tango para tres que se marcan sus compañeros de reparto. Así pues, La cumbre escarlata es una película de un exquisito gusto tenebroso, de aroma añejo y de ríos de sangre de un rojo intenso, pero que no es todo lo buena que deseábamos que fuese, debido a un guión eficiente, de interesantes lecturas sobre el contraste entre el Bien y el Mal, pero frágil y ensamblado con resortes que chirrían y crujen como el suelo de esa casa que respira y se lamenta por todas las tragedias que ha albergado.

6’5/10

15/10/15

Aprendiendo a encajar golpes

Poster Yo el y raquel

Dir.: Alfonso Gómez-Rejón
Int.: Thomas Mann, Olivia Cooke, RJ Cyler, Molly Shannon, Nick Offerman, Connie Britton, Jon Bernthal, Katherine Hughes
¿De qué va?: Greg es un alumno de último año de secundaria que ha optado por ser invisible y evitar cualquier relación profunda para hacer más llevadero el instituto. De hecho, describe a su mejor amigo, Earl, con el que hace remakes caseros de sus películas favoritas, como un compañero de trabajo. Pero su estilo de vida podría venirse abajo cuando su madre le obliga a pasar tiempo con Rachel, una chica de su clase a la que han diagnosticado cáncer.

Reseña:Alguien tiene que morir para que los demás aprecien el tesoro de la vida… es el contraste”. Esta cita, sacada de la imprescindible e inolvidable Las horas, se puede atribuir perfectamente a las películas sobre ritos de paso entre la adolescencia y la madurez, puesto que en muchas de ellas se valen de la muerte, ya sea física o metafórica, para que sus jóvenes e incrédulos protagonistas aprendan el verdadero significado de la vida. Es lo que también le ocurre a Greg, el protagonista de Yo, él y Raquel (Me & Earl & the Dying Girl), tras abandonar su burbuja de seguridad y al entablar una fuerte amistad con una chica con leucemia.

Yo el y raquel1

La película de Alfonso Gómez-Rejón, llamada a convertirse en una nueva obra de culto juvenil en la línea de El club de los cinco, se puede definir como un cruce entre Las ventajas de ser un marginado y Bajo la misma estrella, pero sin el componente romántico y trágico de esta última. Greg y el propio filme se encuentran en un dilema en el que todos nos podemos ver en alguna ocasión: ¿cómo tratar a una persona que puede morir sin caer en frases de superación manidas, pero sin resultar insensible? Y así, con esa franqueza es como ambos triunfan, hablando del tema sin cortapisas, extrayendo comedia de lo que no lo tiene, y tomando ese vínculo que se establece entre Greg y la chica moribunda como una muestra de empatía natural y como aprendizaje de que por mucho que te escondas, la vida te acabará encontrando ,y vas a tener que lidiar con ella y con todo lo que acarrea; es inevitable, y merece vale la pena asumir los riesgos.

Yo el y raquel3

El guión, escrito por el autor de la novela en la que se basa, Jesse Andrews, es inteligente, fresco, sabe jugar con las convenciones del género, y está plagado de referencias y guiños a películas europeas de culto a través de las geniales películas caseras que hacen Greg y su “compañero de trabajo”; no podía faltar el homenaje a Los cuatrocientos golpes de Truffaut, con la que comenzó el cine ‘Coming-of-Age’.  El trabajo en la dirección de Alfonso Gómez-Rejón bebe de las fuentes de Wes Anderson en la composición de planos, al tiempo que enriquece el libreto al saber plasmar en imágenes toda la creatividad que reside en él y en su protagonista, con una banda sonora que capta la perfección el tono agridulce, juvenil y melancólico de la película y que también aprovecha temas de los clásicos a los que hace referencia.

Yo el y raquel2

El mayor inconveniente que se le puede atribuir a Yo, él y Raquel es que mola tanto que es plenamente autoconsciente de ello, además de algunos tics marca de la casa indiem como personajes extravagantes que jamás encontraríamos en la vida real. Pero, seamos sinceros: ¿quién no querría tener a Nick Offerman y a Connie Britton como padres? El buen gusto del que hace gala la película no es fachada, sino algo que lleva interiorizado, de la misma forma en la que su trío protagonista, formado por los jóvenes Thomas Mann, Olivia Cooke y RJ Cyler, resultan completamente creíbles y cercanos, consiguiendo que nos involucremos de lleno en la historia, para que riamos y lloremos (sin tirar de recursos lacrimógenos para inducir a ello), y se nos erice la piel con su emocionante final, dejando a Greg como a Antoine Doinel, frente a un océano de posibilidades, miedos y esperanzas, mientras una pregunta ronda su cabeza: ¿Y ahora qué?

8’5/10

14/10/15

O.C: Dieciséis velas (1984)

Poster 16 candles¿De qué va?: Es el dieciséis cumpleaños de Samantha Baker, pero toda su familia se ha olvidado porque está muy ocupada con la boda de su hermana del día siguiente, que además ha llenado su casa de parientes extravagantes. Para colmo, está enamorada del chico más popular del instituto, que ignora su existencia, mientras que, a su vez, el menos popular está pillado por ella.

Reputación: Tras cinco años trabajando como guionista, John Hughes debutó en la dirección con con Dieciséis velas, y con ella empezó un ciclo de comedias adolescentes de los 80 a la que le siguió La mujer explosiva (1985), El club de los cinco (1985) y Todo en día (1986), cuyo alcance social le valió a Hughes el título de rey del cine ‘teen’. A Hughes le costó tanto escoger a los actores principales de la película (Laura Dern, Viggo Mortensen y Jim Carrey hicieron pruebas para los roles protagonistas) que al final contó con los elegidos en varias ocasiones posteriores, sobre todo con Anthony Michael Hall, presente en todas sus películas juveniles. Molly Ringwald estuvo a punto de perder el papel de Samantha por Ally Sheedy, con la que acabaría trabajando en El club de los cinco. A finales de 2003, USA Network anunció una secuela para televisión que se llamaría Treinta y dos velas y que nos mostraría las vidas de los protagonistas ya crecidos, pero nunca llegó a concretarse nada. La propia Ringwald llegó a afirmar que una secuela sería un riesgo innecesario de empañar el recuerdo de una película tan querida. Por cierto, la tarta de la icónica escena final estaba hecha de cartón.

Sixteen candles

Comentario: Vista ahora, Dieciséis velas puede parecer una película ingenua, muy vista y pasada de moda, pero eso es porque todo el cine juvenil americano de los 80 y los 90 se construyó a partir de ella; unas estuvieron más acertadas que otras, pero pocas lograron captar el drama adolescente y sus ansias de rebeldía como lo hizo John Hughes, que supo hablar a la chavalada a través de sus películas ‘de tú a tú’, sin superioridad moral ni tratándolos como idiotas, y con una selección musical siempre perfecta. Se le pueden achacar varias cosas a la película, como el rol testimonial que ejerce el galán de la película, superado ampliamente por la energía y el carisma del friki impopular, o que en el último tramo de la película, su heroína (otro acierto, una chica normal y fácilmente identificable, no una Barbie) quede relegada a un segundo plano, pero aún a día de hoy, Dieciséis velas resulta una película muy entrañable y simpática, de agradable visionado, y que culmina con una de las escenas más románticas y emblemáticas del cine ochentero.

Próximo visionado: Las bicicletas son para el verano (1984)

12/10/15

No es frontera para ingenuos

Poster Slow West

Dir.: John Mclean
Int.: Kodi Smit-McPhee, Michael Fassbender, Ben Mendelsohn, Caren Pistorius, Rory McCann, Edwin Wright, Andrew Robertt, Kalani Queypo
¿De qué va?: Jay es un joven aristócrata escocés que llega al viejo oeste americano del siglo XIX en busca de la mujer que ama. En el camino se cruza con un misterioso forajido que se ofrece a acompañarle en su aventura, pero pronto descubrirán que no son los únicos que van en busca de la joven.

Reseña: El western, cómo género formal, lleva muerto décadas, pero afortunadamente son varios los cineastas que de vez en cuando lo traen de vuelta para singulares revisiones contemporáneas, como Valor de ley de los hermanos Coen, la fallida pero simpática Cowboys & Aliens, o Django desencadenado y la pendiente de estreno The Hateful Eight de Quentin Tarantino. Slow West, ópera prima de John Mclean, no posee intenciones reformulistas, ni de rendir tributo al género, pero cuenta con bastantes hallazgos para lo modesta que resulta.

Slow West

Para empezar, es interesante explorar el particular mundo del Viejo Oeste desde el punto de vista de un europeo que no está familiarizado con las particulares leyes por las que se rige. Aquí no hay ferrocarriles, ni los característicos pueblos, pero el espíritu de la época se respira en cada encuentro que tiene su cándido protagonista con los distintos personajes, unos buenos, otros malos, pero todos forzados a sobrevivir siguiendo la ley del más fuerte. Las escasas señas de civilización se compensan con paisajes naturales extensos y variados, bellamente fotografiados (se rodó en Nueva Zelanda pero no se nota el cambio), mientras que el guión resulta un alarde de economía narrativa, pues no sobre explica nada y se entiende todo, al tiempo que se vale del humor negro para ironizar sobre el absurdo del Viejo Oeste.

Slow West2

Michael Fassbender está perfecto como el magnético forajido de trasfondo crepuscular que intenta proteger y enseñar a sobrevivir al polluelo enamorado al que da vida Kodi Smit-McPhee, y por ahí también ronda Ben Mendelsohn, cuya presencia es siempre agradecida. Slow West se revela como una pequeña y sencilla fábula de vocación indie y factura técnica impecable que funciona como una excelente carta de presentación de su director, John McLean, quien controla la cámara y los tiempos de la misma forma en la que aúna belleza y violencia: con una elegancia y una claridad impropias del Salvaje Oeste. El tremendo asalto a la casa del clímax final es la muestra irrefutable de lo mucho que se puede hacer con planificación y técnica y sin que se eche en falta la escasez de medios.

7/10

10/10/15

Licencia para matar (de risa)

Poster EspiasTantas actrices rubias, delgadas y monísimas opositando en los últimos años para convertirse en la nueva novia de América cuando ese puesto se lo ha ganado Melissa McCathy sin apenas esforzarse. La actriz no tiene un físico acorde con lo que les gusta exhibir en Hollywood, pero ella solita triunfa tanto en televisión, con la serie Mike & Molly, como en el cine, donde se ha convertido en un fuerte reclamo de taquilla gracias a su innata comicidad y a lo bien que se le da reírse de sí misma. Un filón que explota una vez más en Espías, comedia de acción que la reúne por tercera vez con el director al que le debe su carrera, Paul Feig, y con el que repetirá en el reboot femenino de Los cazafantasmas.

Espias

McCarthy encarna en esta ocasión a una analista de la CIA que de repente pasa de estar siempre sentada en la oficina a llevar a cabo una misión de campo en la que, a pesar de haber sido enviada únicamente para observar y reportar, acabará metida de lleno en una trama de tráfico de armas. Al igual que en las anteriores colaboraciones con Feig, La boda de mi mejor amiga y Cuerpos especiales, la actriz despliega todo su arsenal cómico a través de la apariencia tosca y la verborrea deslenguada de su personaje, pero esta vez por fin tiene un rol protagonista con el que lucirse, llevando todo el peso de la película sobre sus hombros y saliendo  reforzada de que todas, absolutamente todas las interacciones que realiza con los demás intérpretes, son tan hilarantes como diferentes entre sí.

Spy2

El amor platónico y no correspondido que siente por Jude Law, la camaradería con su amiga y compañera de trabajo encarnada por Miranda Hart, los enfrentamientos con un sorprendentemente graciosísimo Jason Stathan o los dardos envenenados que se lanza mutuamente con la siempre impecable Rose Byrne. Todos ellos dan la réplica perfecta a McCarthy y aguantan el tipo incluso cuando la escena se alarga en exceso. Los continuos vaivenes y giros del guión marean un poco, pero la película va siempre como un tiro, ofreciendo un entretenimiento más que digno que no se limita a ser una parodia más de James Bond. Espías no es sólo una de las mejores comedias del año, con numerosos gags que se disfrutan a carcajada limpia, sino un manifiesto feminista que, al igual que Mad Max: Furia en la carretera, derriba los clichés machistas que siempre han reinado en el género de la acción, con el plus de que aquí se demuestra que tampoco hace falta tener un cuerpo escultural a lo Charlize Theron para repartir estopa como ellos.

7/10

9/10/15

Formas de sobrevivir

Poster Les combattantsFrancia, país que vio crecer a Antoine Doinel, personaje con el que se inauguró la temática ‘Coming-of-Age’ a través de Los 400 golpes de Francçois Truffaut, es también la nación de la que surge una de las películas sobre el paso hacia la madurez más originales de los últimos años. Les combattants, dirigida y co-escrita por el debutante Thomas Cailley, cuenta la historia de Arnaud, un joven que durante un verano conoce a Madeleine, una chica tan bella como arisca que, en su empeño por prepararse para el fin del mundo, desea apuntarse a un curso que la entrena para alistarse en el ejército. Arnaud decide entonces inscribirse también, aunque Madeleine nunca le haya pedido que lo haga.

Les combattants2

Les combattants toma prestado el carácter alienado de Moonrise Kingdom, la reivindicación de la vida salvaje de The Kings Of Summer y el espíritu rebelde de El club de los cinco para confeccionar un rito de paso que se vale del choque de caracteres entre sus dos protagonistas (él pacífico e inseguro, ella antipática y obstinada) para elaborar una metáfora sobre la complicada situación en la que se encuentran las nuevas generaciones de hoy en día, en un mundo en el que ya no te animan a ser lo que quieras sino a ser lo que el mercado demanda,  a ser práctico antes que soñador y a prepararte para lo peor: guerras, epidemias, catástrofes naturales… Madeleine está tan segura de que el fin del mundo se acerca que quiere estar lista para cuando llegue, y ha levantado una trinchera a su alrededor para que nada ni nadie la distraiga de cumplir su propósito, hasta que Arnaud consigue colarse y le demuestra no sólo que la serenidad es un ingrediente vital en la supervivencia sino que también es mejor tener a alguien que te cubra las espaldas.

Les Combattants

Con dos estupendas interpretaciones principales por parte de Kévin Azaïs y Adèle Haenel, ambos manteniendo una gran química y galardonados en los últimos premios Cesar, un desarrollo argumental imprevisible cargado de mensajes entre líneas y un sarcástico sentido del humor, Les combattants se alza como una comedia juvenil inteligente y robusta que demuestra que el espíritu de  aquel niño que en su huida hacia adelante llegó hasta el mar en busca de un futuro mejor aún persiste, medio siglo después, en algunos jóvenes que no tienen miedo a nadar a contracorriente.

7’5/10

8/10/15

Pánico que no cunde

Poster Regresion

Dir.: Alejandro Amenábar
Int.: Ethan Hawke, Emma Watson, David Thewlis, Aaron Ashmore, Dale Dickey, Devon Bostick, Lothaire Bluteau, Kristin Bruun, David Dencik
¿De qué va?: En Minnesotta, en el año 1990, el detective Bruce Kenner investiga el caso de Angela, una joven que acusa a su padre de cometer un crimen inconfesable. El hombre admite la culpabilidad pero asegura no recordar lo sucedido, así que un reconocido psicólogo se incorpora al caso para someterle una terapia de regresión que despierte sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración.

Reseña: Seis años han pasado desde el último largometraje de Alejandro Amenábar, su mayor período de inactividad desde que comenzó con Tesis su escueta pero excelente filmografía. Ágora tiene tanto un buen puñado de defensores como de detractores, pero se trataba sin duda alguna de una película ambiciosa, cuyos valores artísticos no se correspondían con sus abultados costes, más propios de un blockbuster, de ahí que a pesar de haber funcionado muy bien en España fuese un rotundo fracaso en taquilla (39 millones de dólares recaudados para un presupuesto de 70). Quizás por ello, Amenábar ha optado a volver a los cines con un thriller, que goza de mejor salida comercial, un gasto más controlado y es el género con el que se dio a conocer hace casi 20 años.

Regresion3

Así, Amenábar vuelve otra vez a abordar el miedo, como ya hizo en Tesis y Los otros, pero desde una perspectiva similar a la par de diferente, utilizando como contexto la proliferación de historias sobre sectas satánicas de los años 90 para cavilar acerca del poder de sugestión, la histeria colectiva y los mecanismos que tiene el ser humano para padecer terror y paranoia, así como el beneficio que sacan determinadas instituciones a su costa. Hasta ahí todo perfecto, el problema llega con la ejecución, pues el director se vale del catálogo de recursos fáciles y manidos para mantener la tensión del espectador, a través de una investigación monótona, redundante y demasiado explícita que provoca que el giro final sorpresa no lo sea tanto, salvándose alguna que otra escena como la del detective inspeccionado el granero.

Regresion2

El reparto está correcto, sin más, pero es que a sus dos estrellas protagonistas las hemos visto anteriormente en el mismo registro y en películas mejores: sin ir más lejos, Ethan Hawke ya encarnó a un paranoico obsesivo e intensito en Sinister, mientras que Emma Watson ya se pasó toda una película compungida y sollozando en Noé. Tampoco es que ellos puedan hacer demasiado con un guión que contiene algunos líneas de diálogo sonrojantes y unos agujeros en la trama capaces de desmantelar todo el misterio desde su propio inicio.

Regresion

Regresión no es propia del director que dio un vuelco a los recursos del cine de terror en Los otros. Si digo que si la hubiese dirigido cualquier mindungui de Hollywood no acapararía tanta atención sería una obviedad, lo que pasa es que se podría haber dado el caso perfectamente porque parece que Amenábar ha rodado en piloto automático, con oficio, desde luego, pero sin la inventiva que caracteriza a sus anteriores trabajos. Ni siquiera podemos decir que Regresión sea una mala película, pues resulta interesante la forma en la que maneja tanto las expectativas de sus personajes como la de los propios espectadores respecto a lo que esperan encontrarse, pero a Amenábar hay que exigirle más, mucho más, porque ya ha demostrado que está capacitado para hacer películas más memorables que este filme con vocación autoral revestido de telefilme de sobremesa.

5’5/10

7/10/15

La jefa

The Good Wife

Creador: Michelle King, Robert King
Int.: Julianna Margulies, Josh Charles, Christine Baranski, Matt Czuchry, Archie Panjabi, Alan Cumming, Chris Noth
Emisión: 2009 – ¿2016?, CBS
7 temporadas

El domingo pasado arrancó en Estados Unidos la emisión de la séptima temporada de The Good Wife, la cual, según la teoría de los títulos de los capítulos elucubrada por los fans, será la última de la serie. Ni sus responsables ni la cadena se han pronunciado al respecto, pero todos los seguidores tenemos la impresión de que la historia de Alicia Florrick está llegando a su fin natural, y que no se alargará más para no empañar el impecable progreso que ha tenido la serie desde su discreto comienzo.

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Tan discreto como lo era por aquel entonces, hace seis años, Alicia Florrick, una ama de casa que retomaba su carrera como abogada cuando su marido, un famoso político, era encarcelado por malversación de fondos, destapándose asimismo un escándalo sexual. Mientras lidiaba con la vergüenza de haber vivido en una mentira, Alicia decidía empezar de nuevo entrando a trabajar en el bufete de un viejo amigo de la carrera, Will Gardner (Josh Charles), retomando la carrera de derecho que abandonó al casarse. Así, The Good Wife se presentaba como un procedimental sencillo, con un caso por capítulo y con una trama personal transversal en la que Alicia intentaba ganarse un puesto fijo en el bufete al tiempo que lidiaba con sus dos hijos, su suegra, su marido en la cárcel y la reparación de sentimientos románticos hacia su ahora jefe.

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Pero conforme la serie fue avanzando ganó en complejidad, presentando casos judiciales homólogos a la realidad (Wikileaks, Google, Robert Durst, abusos sexuales en el ejército… la lista es larguísima),  con amplios arcos argumentales e inesperadas resoluciones; aparecieron nuevos personajes, clientes y abogados, con una personalidad muy marcada que se convertirían en recurrentes, no sólo de una temporada, sino de toda la serie, pero, sobre todo, abrió un nueva vía argumental a través del marido de Alicia, Peter Florrick (Chris Noth), de marcado carácter político, que enriqueció y expandió las posibilidades de la serie hasta límites insospechados. Porque la forma de tratar la política en The Good Wife es trepidante, sorprendente y didáctica (sin ser aleccionadora), capaz de cambiar el concepto que puede tener el espectador respecto a la política e interesarse por ella… como me pasó a mí.

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Si bien las tramas conforman uno de los grandes pilares en los que se sustenta TGW, el otro sería su galería de personajes, empezando, cómo no, con su protagonista, Alicia Florrick, uno de los personajes que ha experimentado la evolución más rotunda, incisiva y feminista de la historia de la televisión. Julianna Margulies sabe que jamás se verá en un papel tan jugoso y lo aprovecha al máximo, consiguiendo que empaticemos completamente con ella y vivamos sus victorias, derrotas, alegrías, decepciones, penas y pérdidas como si fueran nuestras  (no entraré a valorar la polémica que se ha formado en torno a cierta pelea con una compañera de trabajo…). No obstante, aunque ella sea la absoluta protagonista, la serie goza de una gran pluralidad, teniendo personajes potentes y carismáticos tanto en sus primeras filas como en las segundas y terceras. Es imposible no rendirse ante la elegancia y el espíritu combativo de Diane Lockhart (Christine Baranski),  ante la energía incombustible de Eli Gold (Alan Cumming), ante la creciente madurez de Cary Agos (Matt Czuchry) o ante el seductor misterio que rodea a Kalinda Sharma (Archie Panjabi).

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Pero es que en esta serie hasta los personajes de apariciones esporádicas son geniales y unos auténticos robaescenas, siempre encarnados por intérpretes que son grandes aciertos de casting, ya sean intérpretes conocidos como Matthew Perry, Michael J. Fox, Matthew Goode o Stockard Channing (Alicia no podría tener una madre mejor) o rostros habituales de la pequeña pantalla, como Dylan Baker, Martha Plimpton o Carrie Preston, cuyo personaje, la disparatada abogada Elsbeth Tascioni, es una de las presencias secundarias más agradecidas y divertidas de la serie. No obstante, uno de los pocos ‘peros’ que le podemos atribuir a TGW tiene que ver con ellos, y es que muchos desaparecen de las tramas sin previo aviso,  privándoles de tener una despedida a la altura de su participación en la serie.

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Esta entrada ha estado en mis borradores, incompleta, desde hace cinco meses. Tenía miedo de no estar a la altura de la que creo que es la mejor serie que hay actualmente en la televisión (y tal vez mi favorita de todos los tiempos), de no hacer justicia a una serie que ha estado en constante evolución, pasando de ser un procedimental de abogados a algo mucho más ambicioso, un diáfano espejo de la sociedad y de la política americanas; que carece de capítulos de relleno (algo insólito en series de temporadas largas) y con auténticos capitulazos para enmarcar, como Hitting the fan (5x05), conocido por ser la “boda roja” de la serie, un capítulo que ejerce de punto de inflexión y dinamita las relaciones de los personajes con una tensión palpable; que posee un ritmo con tramas bifurcadas que funcionan a toda máquina en la mayoría de los casos (la del ex-marido de Kalinda es la excepción) y con unos desenlaces que suelen cerrar cada capítulo con elegancia y fina ironía, dejándonos a los espectadores a cuadros.

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Sigo sin creer que haya estado a la altura porque lo mejor que se puede hacer para descubrir la grandeza de The Good Wife es, simplemente, sentarse a verla (si es con una copita de vino mejor) y gozar, como yo mismo volveré a hacer a partir del desdichado pero necesario día en el que Alicia Florrick dé carpetazo y pase a formar parte de la Historia de la Televisión. Así, en mayúsculas.

5/10/15

O.C: Jezabel (1938)

Poster Jezabel¿De qué va?: Julie Marsden es una bella y temperamental sureña que mantiene una tirante relación con su prometido, el banquero Preston Dillard. Tras el último desaire protagonizado por la joven en un baile de sociedad, Preston se va al Norte. Tres años después, Preston regresa, y aunque Julie tiene claro que ya no lo dejará escapar, su amado aparece con una esposa bajo el brazo.

Reputación: Basada en la obra teatral homónima escrita por Owen Davis, fue la primera de las tres colaboraciones entre el director William Wyler y la actriz Bette Davis, quienes además mantuvieron un romance durante el rodaje a pesar de que ella estaba casada con el músico de jazz Harmon Nelson, del que se divorció ese mismo año. Wyler le escribió una carta para pedirle matrimonio, con la mala suerte de que Davis no decidió ni abrir el sobre, puesto que acababa finalizar una jornada de rodaje en la que había discutido con el director. Cuando decidió leerla a la semana siguiente ya era demasiado tarde: Wyler le había solicitado una respuesta inmediata, o de lo contrario se casaría con otra mujer, algo que ocurrió horas después de abrir la carta. Davis siempre se arrepintió de ello, asegurando que Wyler fue el amor de su vida. Irónicamente, la siguiente película que rodaron juntos se llamaba La carta (1939).

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Wyler era un director muy meticuloso, exigiendo a sus actores a repetir una toma numerosas veces hasta conseguir la perfecta. Davis tuvo que repetir un plano de ella bajando por unas escaleras hasta 30 veces, pero cuando vio que gracias a ello había conseguido una expresión perfecta para su personaje, jamás volvió a dudar del método del director, que por otra parte provocó que el rodaje se extendiera 28 días más de lo que estaba previsto, poniendo nervioso a la estrella masculina, Henry Fonda, que quería estar a tiempo en Nueva York para asistir al nacimiento de su hija, una tal Jane Fonda. Sin embargo, el esfuerzo del equipo fue tan positivo que obtuvo 5 nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor película, y de los que ganó el de mejor actriz para Davis (ya lo había ganado tres años antes por Peligrosa) y el de mejor actriz secundaria para Fay Bainter.

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Comentario: Al ver Jezabel, es inevitable pensar en Lo que el viento se llevó (1939), con la que comparte algunos aspectos de la trama, como la incipiente decadencia de los estados del sur al comenzar la Guerra de Secesión o una protagonista femenina testaruda y a contracorriente que, aunque nunca esté dispuesta a reconocerlo, sufre por la tormentosa relación que mantiene con el único hombre que la comprende y que está dispuesto a plantarle cara. Si bien en comparación la película de William Wyler palidece frente al colosal periplo de Scarlett O’Hara, no se trata en absoluto de un filme desdeñable, que tiene a su favor una mirada más crítica y afilada en torno a las ridículas costumbres de la sociedad sureña, así como al esclavismo y a la separación de clases, y la tremenda interpretación de la siempre inmensa Bette Davis, haciendo una vez más de mala, sí, pero de una mala que en su afición por los juegos y el escándalo comete un error por el que pagará el resto de su vida, a golpe de angustia y redención.

Próximo visionado: Dieciséis velas (1984)

3/10/15

Cianuro por compasión

Poster Irrational Man

Dir.: Woody Allen
Int.: Joaquin Phoenix, Emma Stone, Parker Posey, Jamie Blackley, Ethan Phillips, Betsy Aidem, Sophie von Haselberg, Susan Pourfar
¿De qué va?: Abe Lucas es un profesor de filosofía en plena crisis existencial que revoluciona el campus universitario al que acaba de llegar, especialmente a dos mujeres: Rita, una solitaria profesora que ansía que Abe la rescate de su aburrido matrimonio, y Jill, una aventajada estudiante que siente una profunda admiración hacia él. Todo cambia cuando Abe tiene una revelación que cambiará por completo su actitud.

Reseña: ¿Le queda algo por contar a Woody Allen? Muchos achacan al ritmo de trabajo de un estreno al año del cineasta neoyorkino la, en teoría, mediocridad de la mayor parte de sus estrenos de los últimos 15 años. Yo no diría tanto, porque, si bien es cierto que no todas sus películas se encuentran al mismo nivel de excelencia, me gusta el Woody Allen actual porque, entre otras cosas, pertenece a mi tiempo, aunque su cine sea una especie de cápsula del tiempo que apenas se ve condicionada por las nuevas tendencias y tecnologías (¿Acaso alguien recuerda la presencia de portátiles o teléfonos móviles en sus películas?) Irrational Man está ambientada en la actualidad, pero bien podría haberse situado hace veinte, treinta o cuarenta años, porque abarca los temas que siempre han rondado por la mente del cineasta.

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La planificación del crimen perfecto, las relaciones entre hombres mayores y mujeres jóvenes basadas en la admiración o el papel que desempeña la suerte en la vida son temas recurrentes en la filmografía de Woody Allen que aquí vuelven a la palestra con algunas novedades: la gravedad dramática se presenta con un tono ligero que le da un aire de comedia negra sin risas, y el trasfondo filosófico es empleado para perfilar a sus personajes y el conflicto principal de la trama: las dos protagonistas femeninas son mujeres ancladas en la teoría, que fantasean con la posibilidad de que un romance con el sombrío pero fascinante Abe pueda rescatarlas de una existencia insípida, mientras que este último se siente renacer cuando descubre una manera de pasar de la teoría a la práctica y dotar así de un sentido sobrehumano a su existencia.

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En cada película de Woody Allen, por muy menor que sea, siempre hay alguna idea interesante y rescatable, siendo en esta ocasión el choque entre la postura teórica respecto a la práctica y la cuestionable efectividad de las doctrinas filosóficas en la vida real, mientras que su habitual mirada cínica al ambiente burgués donde él mismo se mueve se traduce aquí en una comunidad universitaria adocenada y cotilla. El problema reside en la ausencia de la característica chispa de los guiones del autor de Annie Hall y una tendencia al subrayado, a la voz en off explicativa y a dar rodeos sobre los mismos aspectos de la trama que no son propios de él. Joaquin Phoenix y Emma Stone actúan con mucho oficio, pero ninguno realiza una interpretación especialmente memorable, siendo en ocasiones superados por Parker Posey y su tristeza oculta tras una sonrisa. 

Irrational Man

Un amigo con el que fui a ver Irrational Man dijo que la película estaba hecha para primerizos en el cine de Woody Allen. No le falta razón, pero tampoco creo que sea el filme que deba ejercer de iniciación a su mundo, porque a pesar de que estén presentes sus señas de identidad, se siente como un refrito de mejores trabajos, como Match Point, El sueño de Cassandra o incluso Magia a la luz de la luna, con la que no sólo comparte a su actriz principal sino la idea de que hay que creer en algo, llámese fe, lógica racional, filosofía o ensoñación romántica, para sobrellevar un día más en este mundo. A pesar del bajón, como yonqui que soy, esperaré con ansias mi dosis de ‘filosofía woodyallenesca’ del año que viene.

6’5/10