14/9/19

Los días que vendrán – La vida cuando estás esperando



Dir.: Carlos Marques-Marcert
Int.: María Rodríguez Soto, David Verdaguer
¿De qué va?: Vir y Lluís son una pareja de treintañeros que solo hace un año que salen juntos. Todo cambia en sus vidas cuando descubren que están “embarazados”. Durante 9 meses empezarán a sentir las consecuencias  del giro enorme que ha dado su vida, así como los miedos, alegrías,expectativas y realidades que, durante su embarazo, crecen ante ellos.

Reseña: En el 2014, Carlos Marques-Marcet nos sorprendió a todos con esa historia de amor en la distancia tan real y dolorosa como es 10.000 km. Tres años después, volvió con Tierra firme, un tratado sobre la “familia moderna”, el instinto maternal y la ausencia de este. Ahora, parece completar una trilogía sobre la vida a los 30 con Los días que vendrán, en la que ha aprovechado el embarazo real de su actor fetiche, David Verdaguer, y la novia de éste, María Rodríguez Soto, para contar las vicisitudes de una pareja que debe afrontar un embarazo inesperado.


Si bien los propios actores han confirmado que sus alter egos en la ficción viven una experiencia que no se corresponde con la que ellos tuvieron en la vida real, es evidente que buena parte de la película se nutre de la generosidad de la pareja al compartir sensaciones y elementos que pertenecen al ámbito privado, como es el caso del vídeo casero con imágenes reales de cuando la madre de María Rodríguez Soto estaba embarazada de ésta, el cual funciona tanto de columna vertebral del film como para dotarlo de dimensión histórica: lo que en aquella época parecía un proceso natural y sin complicaciones, ahora está cargado de conflictos y dilemas al tratarse, no solo de una época diferente, sino de dos personas que prácticamente están improvisando sobre la marcha, que se enfrentan a la precariedad laboral y a tener que ponerse de acuerdo en cuestiones tan importantes como la educación de la criatura o la forma en la que va a producirse el parto.


Los días que vendrán desprende una naturalidad apabullante porque ni el drama es impostado ni la comedia exagerada, y se crea un ambiente tan íntimo que produce incomodidad escuchar las palabras hirientes que surgen en las discusiones de pareja, de la misma forma en la que sus momentos buenos son tremendamente enternecedores, como cuando deben decidir el nombre del bebé. El film muestra la perspectiva de ambos pero, lógicamente, casi todo el peso recae en una fantástica y reveladora María Rodríguez Soto. El personaje de Verdaguer es un tipo reservado, al que le cuesta decir lo que piensa pero que se preocupa y ofrece su apoyo al 100%, mientras que el de Soto experimenta un amplio espectro de emociones propias de vivir el proceso de gestación en primera persona: miedo, alegría, euforia, soledad, frustración y, sobre todo, amor. A fin de cuentas, la película versa tanto de lo que implica ser padres en los tiempos que corren como del sólido vínculo emocional que se forja entre una madre y su hijo, algo que queda perfectamente plasmado en los créditos finales de esta pequeña, realista y hermosa película.

8/10

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