25/10/20

La voz humana – La teatralidad del desamor



Dir.:
Pedro Almodóvar
Int.: Tilda Swinton
¿De qué va?: Una mujer ve pasar el tiempo junto a las maletas de su ex amante (que se supone que viene a recogerlas, pero nunca llega) y un perro inquieto que no comprende que su amo lo ha abandonado.

Reseña: Como decíamos al final de la reseña de Dolor y gloria (2019), todo apuntaba a que Pedro Almodóvar se encontraba en un punto de inflexión en su carrera, con un futuro por delante tan incierto como estimulante. Y de momento ese presagio se está cumpliendo. Nadie podía imaginarse por aquel entonces que su siguiente trabajo iba a ser un cortometraje, y en inglés, superando así su miedo a rodar en el idioma de Shakespeare. Tampoco podíamos prevenir la que nos iba a caer en el 2020, y que el susodicho cortometraje se proyectaría en cines, “aprovechando” la delicada situación por la que está atravesando el circuito de la exhibición cinematográfica debido a la reducción de aforos y la escasez de grandes estrenos. Lo cierto es que acudir a un cine para una proyección de 30 minutos es una experiencia extraña en tiempos en los que cualquier película dura más de dos horas, pero de la misma forma en la que se ha popularizado el microteatro, es posible que Almodóvar y las distribuidoras Avalon y Wanda Visión hayan abierto la puerta al “microcine”, una nueva vía de exhibición para el sector del cortometraje.

La voz humana es un Almodóvar reconocible y nuevo al mismo tiempo. Utiliza algo ya usado en su filmografía, la obra homónima de Jean Cocteau, para crear algo nuevo, una adaptación contemporánea y ajustada al siglo XXI, al incorporar al relato la tecnología y un carácter menos dócil en su heroína. El director toma el concepto de ese hermoso plano final de Dolor y gloria para hacer patente el artificio que se esconde detrás de la ficción, potenciando no solo la impresión de que estamos ante un “one-woman show”, sino también la idea de que padecemos nuestras tribulaciones en un escenario mental del que cuesta escapar. En este caso, el escenario es una fantasía de apartamento con un nivel de sofisticación y colores saturados únicamente al alcance de la imaginería visual de Almodóvar… o de un decorador de interiores con gran sentido estético y un cheque en blanco por gastar. Nada está colocado al azar en esta vivienda, en especial los cuadros, los libros y los Blu-rays, pues todo tiene un sentido y una relación con la narrativa.


En medio de ese despliegue artístico se encuentra una mujer: Tilda Swinton. Pocas actrices podrían recitar ese monólogo solventando la afectación teatral implícita en sus líneas. La voz humana cobra vida con la larga galería de emociones que pasan por la interpretación de Swinton: furia, tristeza, desesperación, soledad, desconcierto, nerviosismo, melancolía… aceptación. La catarsis emocional propia de un desengaño amoroso condensada en treinta minutos. Lo peor de La voz humana es que acabe, pues podríamos haber pasado mucho más tiempo junto a Ella y su maravilloso perro en ese decorado reconvertido en museo de una pasión rota. Digna de ser exhibida en una galería de arte.

8/10

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