29/12/18

Aquaman: Circo bajo del mar

Poster Aquaman


Dir.: James Wan
Int.: Jason Momoa, Amber Heard, Patrick Wilson, Willem Dafoe, Nicole Kidman, Dolph Lundgren, Yahya Abdul-Mateen II
¿De qué va?: Arthur Curry descubre que es el heredero del reino submarino de Atlantis, y debe dar un paso al frente para liderar a su gente y ser un héroe para el mundo.

Reseña: Tras el fiasco de La Liga de la Justicia, DC se encuentra en una situación extraña a medio camino entre la restructuración y la continuidad. Por un lado, parece que tienen la intención de hacer borrón y cuenta nueva con ciertos personajes (Batman, Superman), mientras que por el otro pretenden seguir con lo que aparentemente sí que les funciona, como es el caso de Wonder Woman, Harley Queen o Aquaman, cuya película, pese a la fuerte competencia, está siendo un fenómeno mundial en estas Navidades, con más de 500 millones de dólares ya acumulados. No las tenía todas consigo, no ya solo por lo poco que caló la película que presentó al personaje, sino por la fama de superhéroe ridículo que lleva arrastrando desde hace mucho tiempo.

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La mofa seguiría si, para mantener la tan sagrada fidelidad al cómic, hubiesen contratado a un rubio caucásico estándar para dar vida a Arthur Curry, pero a ver quién es el listo que se atreve a reírse de Jason Momoa. El actor hawaiano ejerce de tridente de esta superproducción que arranca por todo lo alto, con Nicole Kidman repartiendo estopa como una amazona, para luego sumergirse en un vasto océano en el que el tono y el estilo cambia en función de la corriente marina que pille y a una velocidad de vértigo. Uno no puede terminar de decidir si la estética del mundo submarino es cutre o acertada porque no hay demasiado tiempo ni para admirarla ni para que la trama respire. El viaje iniciático del héroe que realiza Arthur va a todo trapo, pero una vez que nos acostumbramos a su ritmo, al sinsentido, y a que los villanos se valgan siempre de explosiones para hacer acto de presencia, el espectáculo resulta bastante ameno y gozoso.

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De todos los diferentes tramos/mutaciones del film, donde James Wan se luce más como director es en la secuencia de pelea en Sicilia, alternando con brío dos persecuciones por los tejados, y, sobre todo, en un momento posterior visualmente potente y espeluznante que nos recuerda por qué ha destacado tanto en el género de terror. La solvencia de Wan no viene solo de su talento sino de que es plenamente consciente de lo que se trae entre manos, decantándose por un espíritu puramente pulp en vez de por una seriedad impostada que no venía a cuento en una película cuya sentido de la épica roza lo ridículo. De ahí también lo sobreactuado que está buena parte de su elenco, con mención especial a Yahya Abdul-Mateen II y sus caras de malo malísimo haciendo mucha fuerza con los ojos.

AQUAMAN

Aquaman también contiene un necesario mensaje ecologista a favor del cuidado de los océanos, pero queda sepultado bajo el circo que resulta ser toda la película, narrando el conflicto de los reinos marinos de forma atropellada mientras Aquaman y Hera van de un lado a otro huyendo de los malos, partiéndoles la jeta y enamorándose a base de roces, miradas y gestos ñoños. Todo sucede muy deprisa pero se conceden unos segundos para que un pulpo toque la batería y para que se escuche la canción de la banda sonora en la que Pitbull samplea el África de Toto. Si todo esto te horroriza es perfectamente comprensible, pero es mucho más divertido dejarse llevar por un placer tan culpable como esa tableta de turrón que devoraste en cuestión de segundos.

6/10

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