9/6/13

Gángsters de ayer y hoy

Poster Gangster Squad

Todo intento de revitalizar el cine negro es bienvenido, y más cuando los ingredientes son tan suculentos como los de Gangster Squad: director novato pero eficiente, Ruben Fleischer (Bienvenidos a Zombieland), reparto de primera división, con intérpretes de moda como Josh Brolin, Ryan Gosling y Emma Stone y de reputación asentada como Sean Penn y Nick Nolte y una premisa interesante basada en una historia real: la lucha de una división especial de policías contra Mickey Cohen, un célebre mafioso que se codeaba con las estrellas del Hollywood de los años 40 y al que nadie le tosía.

Gangster Squad

¿Qué puede fallar en esta ecuación? Los cimientos en los que la película debe sostenerse, o en otras palabras, el guión. Su responsable, Will Beall, que hasta ahora sólo había firmado algunos capítulos de la serie Castle, demuestra que ha hecho los deberes en el sentido de que habrá visto algunas de las obras maestras del género, pero de poco le ha servido a la hora de redactar un libreto maniqueo, carente de intriga, previsible hasta lo absurdo (con secundarios y situaciones cuya única y evidente función reside en provocar un cambio de actitud en otros, véase el niño limpiador de zapatos), y personajes unidimensiales y carentes de interés.

Gangster Squad

Ni siquiera es capaz de sacar partido de su lustroso elenco: ni pizca del carisma de Josh Brolin en un personaje en la línea del John Wayne más simplón, Ryan Gosling acomodado en el papel de pícaro-ligón-al-que-se-la-suda-todo-pero-no en el que se está encasillando, Sean Penn demasiado pasado de rosca y Emma Stone, guapísima, pero en un rol desaprovechadísimo que no le llega ni a la suela del tacón de las grandes femme fatales del cine. Y el resto, Nick Nolte, Anthony Mackie, Michael Peña, Giovanni Ribisi y demás, cumplen sin tener que esforzarse demasiado. Una cuidada ambientación y un ritmo decente son los aspectos más positivos de un filme que da la sensación de que Hollywood se conforma con jugar a ser lo que era en los buenos y viejos tiempos.

4/10


Poster Matalos suavementeSin tantas pretensiones comerciales y más cercano al neo-noir se encuentra Mátalos suavemente, tercer filme de Andrew Dominik y segunda colaboración del cineasta con Brad Pitt tras El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Aquel se encontraba más cerca de los dramas contemplativos de Terrence Malick que de los western convencionales, y éste tiene más de los hermanos Coen y de Tarantino que de las típicas películas sobre mafias y gángsters. Su historia, la de un tipo que investiga la identidad de los asaltantes de una timba de póker, es tan sólo una excusa argumental.

Matalos suavemente

El propósito de Dominik no es otro que realizar un análisis, una crítica o una metáfora, cualquiera de las tres sirven, de la sociedad actual, haciéndonos ver que hasta los delincuentes se han contagiado del malestar general, de la crisis social y económica, al tiempo que se muestra el contraste entre el idílico discurso de los políticos y la dura realidad de las calles. Sin embargo, el filme tiene un desarrollo irregular, con escenas muy sugestivas, como el asesinato a cámara lenta de un coche a otro o algunos de sus diálogos, pero hay otros en los que el parloteo entre los personajes se vuelve algo tedioso. Al menos, es de esas películas que acaba mejor que como empieza y tiene a Brad Pitt, que en los últimos años se ha convertido por mérito propio en un valor seguro de cualquier película.

6/10

No hay comentarios: