20/6/13

O.C: Descalzos por el parque (1967)

Poster Descalzos por el parque¿De qué va?: Tras pasar unos fogosos días en un hotel neoyorkino, una pareja de recién casados, Paul y Corie, se traslada a su nuevo hogar, un apartamento en el que chocarán por la falta de acondicionamiento del recinto y sobre todo por la disparidad de caracteres entre los cónyuges: mientras que él es un abogado conservador y sensato, ella es bastante alocada y sólo piensa en pasárselo bien.

Reputación: Adaptación cinematografía de la obra teatral homónima estrenada en Broadway en 1963 bajo la dirección de Mike Nichols y escrita por el dramaturgo Neil Simon, quien tomó como inspiración las primeras semanas de su primer matrimonio y que también se encargó de redactar el guión del filme. Gene Sacks fue el escogido para dirigir la película, actor y director teatral de escasa producción cinematográfica cuya película más exitosa llegaría un año después, La extraña pareja, la cual también contaba con un libreto obra de Neil Simon. Dos de los cuatro intérpretes principales de la obra teatral repitieron en la adaptación al cine: Robert Redford y Mildred Natwick, siendo esta última la única que fue nominada al Oscar por su interpretación de la solitaria y cohibida madre de la protagonista. Aunque se le ofreció el personaje de Corie a Natalie Wood, que ya había trabajado con Redford en un par de ocasiones, finalmente fue a parar a Jane Fonda, un sex-symbol de la época con la que el actor ya había coincidido en Me casaré contigo y en La jauría humana. Trece años después volvieron a trabajar juntos en El jinete eléctrico de Sydney Pollack.

Descazos por el parque

Comentario: Simpática comedia romántica protagonizada por una pareja con mucha química y atractivo, aunque el personaje de Jane Fonda resulta a veces un poco exasperante porque es de esas mujeres que van de modernas y libres pero luego están deseando quedarse en casa para prepararle la cena a su marido y hacerle un masaje en los pies cuando llegue de trabajar. La pareja sale reforzada por las intervenciones secundarias de Mildred Natwick y Charles Boyer, el extrovertido y alocado vecino que a todos nos gustaría tener, salvo cuando queramos un poco de intimidad claro. Cuenta con bastantes diálogos muy divertidos y se ve con agrado, aunque no entiendo que se quejen tanto de su  apartamento neoyorkino por ser estrecho y estar en un 5º sin ascensor ¡Ojalá tuviera yo uno así!

Próximo visionado: La ronda (1950)

No hay comentarios: