20/7/11

O.C: La tentación vive arriba (1955)

Poster La tentacion vive arriba¿De qué va?: Richard Sherman se ha quedado trabajando durante el caluroso mes de Agosto en Nueva York mientras su esposa y su hijo disfrutan de unas divertidas vacaciones en la playa. Richard está dispuesto a cumplir con lo que le prometió a su mujer: dejar de fumar, de beber, acostarse pronto y sobre todo no echar una cana al aire. Pero la tentación aparece cuando conoce a una despampanante nueva vecina tan ingenua como sensual.

Reputación:  La tentación vive arriba fue en primer lugar una obra teatral que su propio autor, George Axelford, adaptó para la gran pantalla junto a Billy Wilder con varias reescrituras de por medio para poder complacer a los estrictos censores de la época, que pusieron multitud de trabas a una historia de alta carga sexual. Mientras que no hubo ningún desacuerdo en que Marilyn Monroe interpretara a la protagonista femenina, para el rol masculino sí que hubo una disputa entre Wilder y el estudio: el director quería al por aquel entonces desconocido Walter Matthau pero el estudio impuso a Tom Ewell, que venía de interpretar al mismo personaje sobre las tablas de Broadway. La película pasó a la historia por la memorable escena en la que Monroe pasa por encima de unas rejas de ventilación del metro y se le levanta la falta, una escena que tras haberse grabado en exteriores tuvo que repetirse en el estudio por el ruido de la muchedumbre que presenciaba el rodaje de la toma; esto también fue uno de los motivos por los que la actriz se separó de su marido, el jugador de rugby John Dimaggio, al que no le gustaba la atención que acaparaba su mujer. Como dato curioso, el título original del filme, The Seven Year Itch (La picazón del séptimo año), alude a la crisis que parecen experimentar los matrimonios durante el séptimo año de casados.

La tentacion vive arriba
Comentario: Las cosas como son, la escena de la falda es mágica, puro cine, da igual el género y la condición sexual que tengamos, todos nos quedamos embelesados mirando cómo esa chica de la que no sabemos su nombre y que es tan ingenua, sexy y divertida disfruta de las bocanadas de aire que le levantan la falda. Pero es lo único de la película que me ha cautivado porque el resto me ha parecido muy por debajo de lo esperado, sobre todo teniendo en cuenta quién la dirigía. No es que el guión sea malo, pero tanto monólogo del protagonista en el que se demuestra lo tonto y misógino que es termina por aburrir. Además, el actor que lo encarna tampoco consigue que simpaticemos con él ni le aporta un especial carisma. Es aparecer la vecina por la puerta y la película gana enteros, pero desde luego si se la considera como una de las mejores comedias de la historia diría que está un tanto sobrevalorada, aunque al menos nos ha regalado una de las imágenes más icónicas del cine, y eso ya es decir bastante.

Próximo visionado: Vértigo (1958)

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