29/7/11

Los niños pijos también sufren

Poster TwelveA veces la mejor manera de ver una película consiste en carecer de cualquier tipo de expectativa, y si te han hablado mal de ella mejor que mejor. Al no esperar absolutamente nada estás dispuesto tanto a aceptar que es mala como a llevarte una pequeña sorpresa. Pongamos el caso de Twelve, la última película del desconcertante Joel Schumacher, un director capaz de facturar entretenimientos muy competentes como Tiempo de matar, Última llamada o Tigerland, pero que también fue responsable de ridiculizar a Batman hasta reducirlo a mono de feria en la bochornosa Batman & Robin, película que, he de reconocer, me volvía loco de pequeño y ahora la veo y me produce vergüenza ajena.

Twelve 
Total, que Twelve, enésima historia de adolescentes americanos pijos que follan, beben y se drogan gracias al dinero de unos papis ausentes, no me llamaba la atención lo más mínimo, pero por circunstancias de la vida uno acaba viéndola y descubre que no es tan mala como se la habían pintado. Es algo más que un reverso dramático y oscuro de la televisiva Gossip Girl con la que comparte a uno de sus protagonistas, el guaperas Chace Crawford; detrás de los dramas típicos de la edad del pavo como “aún soy virgen”, “mis padres no me quieren”, “haré cualquier cosa por ser popular” o “ estoy enganchado a las drogas” esconde bastante más hondura dramática y reflexiva de lo que aparenta, dentro de lo que cabe evidentemente. Me recordó, salvando las distancias, a la muy grande e infravalorada Las reglas del juego.

Twelve3 
Todos los alicientes y errores de Twelve se deben a unas pretensiones de ser algo más que el típico drama adolescente, traducidas en su mayor parte en una voz en off omnipresente (con las cuerdas vocales de Kiefer Sutherland en la versión original) que se encarga de exteriorizar los pensamientos y recuerdos de los personajes y evidencia el precedente literario del que parte la película. A veces es molesta y hace subrayados innecesarios, pero sirve de apoyo a las elegantes imágenes filmadas por Schumacher y le da un sentido global a este presuntuoso retrato del Upper East Side que no nos muestra nada que no sepamos, pero que tiene su particular atractivo más allá de los guapos rostros que pululan por la pantalla. Hasta ha conseguido que me den ganas de leerme la novela en la que se basa.

6/10

3 comentarios:

Mario Salazar dijo...

Debo decir que la vi por ahí y no la adquirí porque no me llamó la atención, además 50 Cents me espantó, porque donde hay un rapero no hay arte por lo general, además si hubiera sabido que era de Schumacher no hubiera sabido si llevarmela o no porque como dices tiene películas malísimas y otras pocas respetables como "8MM". Con tu reseña me das ánimos, quizás la veo. Un abrazo.

Mario.

Blanch dijo...

En realidad yo no puedo ni ver a 50Cent, lo aborrezco bastante, pero al ser una película en la que el protagonismo está repartido no sale mucho, así que por esa parte no te preocupes. De todas formas, jamás le recomendaría a alguien Twelve, es una de esas pelis que son como ruletas, no puedes predecir si gustará o no.

Saludos!

Raquel E. Mediavilla dijo...

Gracias, acabo de ver una foto en la que Chace Crawford no me parece algo metrosexual... interesante.