28/2/09

La CIA para tontos


No pasó ni un año desde que los hermanos Joel y Ethan Cohen ganaran el Oscar con No es país para viejos y ya tenían preparada una nueva película, pero de muy diferente índole. Quemar después de leer es una comedia disparatada que se ríe de la seriedad y el presunto secretismo alrededor de los departamentos secretos de defensa del Estado. Los agentes secretos y espías que tantos thrillers y pelis de acción han protagonizado aquí no son más que unos neuróticos quemados de su aburrido trabajo de espionaje.


La película tiene buenos momentos y otros que no lo son tanto. Es muy divertida y goza de intelientes giros de guión, pero a veces da la impresión de que algunas situaciones que podrían haber dado más de sí no están del todo aprovechadas y otras simplemente están pasadas de rosca.


Sin embargo, tiene a su favor un reparto de actores acostumbrados a registros serios y dramáticos que aquí se encuentran en una dura pugna por ver quien es el que gesticula más. De entre todos me quedo con Brad Pitt, que gracias a su personaje exageradamente descerebrado anima, y mucho, la función.

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