18/10/08

Secuelas de una guerra sin fin


Ausente tuvo una distribución en cines limitadísima, la estrenaron en cuatro cines contados de todo el país, quizás porque era la última de una serie de películas que tocaban el tema de la guerra de Irak y que se habían estrellado en la taquilla americana (Leones por corderos, Regreso al infierno, Redacted, En el valle de Elah, Expediente Anwar...). Desde hace unas semanas podemos pillar la peli en el videoclub.


La nueva película de Kimberly Peirce (autora de la estremecedora Boys don't cry) se centra en el punto de vista de los soldados americanos cuando vuelven de Irak y sus problemas al reintegrarse en la sociedad, como ocurría en Regreso al infierno, pero en esta ocasión la atención recae sobre el Stop-loss, una cláusula en el contrato militar que los obliga a volver al frente cuando los altos cargos crean conveniente.


El tema de los pobres soldados americanos está mil veces visto y en ningún momento la película consigue que nos solidaricemos con los traumas de los jóvenes que vuelven a casa con las manos manchadas de sangre y remordimientos varios. Sobre el Stop-loss hay una crítica contundente, pero finalmente queda suavizada con el desenlace de la historia, radicalmente opuesto a lo que se havía visto previamente y al que le faltan detalles para poder entender tal giro de guión, aunque es correcto si uno se para a pensarlo. Fácil y conformista, pero correcto.


Ryan Phillippe sale de la guerra de Iwo Jima en la que lo había embarcado Clint Eastwood en Banderas de nuestros padres para meterse en la de Irak, cumpliendo con honores su papel como protagonista de la historia. Channing Tatum también convence, aunque su rol de amigo problemático del prota recuerda mucho al que hizo en Memorias de Queens. Abbie Cornish tiene un papel muy desdibujado, pero no está mal

Una película correcta, aunque sabiendo de quien viene se esperaba un drama más potente de lo que en realidad es.

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