7/10/08

Pito pito... ¿qué peli veré en el cine hoy mismito?



Antes que nada, perdón por la rima tonta y fácil del título, no pude resistirme a hacerla. Ahora sí, el otro día cuando fui a ver Los extraños al cine oí algo que me impactó proveniente de la pareja que estaba sentada en la fila de detrás. Tras pasar cinco minutos de película incluída la aparición del título del film que se estaba proyectando, aparece la protagonista de la función en pantalla. De repente, el chico de detrás le dice asombrado a su novia: "¡Mira! ¡Pero si es la película de Liv Tyler que quería ver!"


Tras intercambiar una mirada de complicidad con mi acompañante pensé: ¿Cómo es que ambos no sabían qué película estaban viendo? En el caso de que no se hubieran equivocado de sala, ¿se arriesgaron a pagar los 6 euros que cuesta la entrada por ver una película de la que no sabían nada? ¿Es que la gente va al cine sin ser consciente de lo que va a ver?

Tal reflexión no me surgió espontáneamente, sino que fue el resultado de una serie de acontecimientos que me han llevado a pensar en ello (además de que cuando me aburro me pongo a pensar en tonterías). Otro caso curioso fue la vez que fui a ver El caballero oscuro al cine y en mitad de la proyección una mujer abandonó la sala con un crío en brazos de no más de 10 años llorando. Obviamente, el niño no pudo soportar el alto nivel de violencia que posee la película, algo de lo que tuvo que documentarse previamente la señora viendo al menos el cartelito de "no recomendado para menores de 13 años" que figura en el poster de la película. ¡Y es que una película de Batman no es lo mismo que una de Los 4 fantásticos doña!


¿Cuál es el problema? Pues que no sabemos lo que vamos a ver. Nos venden unos actores, una historia o unos efectos especiales espectaculares y nos creemos que ya nos lo sabemos todo, pero lo que solemos olvidar es que con estos ingredientes se puede hacer tanto peliculones como bodrios descomunales. Vean si no Funny Games y Los extraños, dos películas de premisas similares pero con desarrollos muy diferentes.

Y claro, luego llegan las decepciones y los cabreos que se podían haber ahorrado. Sin embargo, todo esto me conduce a una nueva cuestión: si sabemos de antemano lo que vamos a ver puede que se nos vuelva en nuestra contra ¿no resta eso algo del factor sorpresa? Lo que quiero decir es que si sabemos extactamente lo que vamos a ver en el cine porque previamente nos hemos empapado de las críticas colgadas en Internet, de los reportajes de las revistas, de las entrevistas al director y a los actores y de los numerosos trailers tal vez ya sepamos todo el desarrollo de la película antes de haberla visto, y aunque siempre intentamos evitar los spoilers no siempre se consigue escapar de ellos, créanme, lo sé muy bien.


Al final llegamos a la conclusión de siempre: los extremos nunca son buenos. Ni hay que llegar al cine sin tener ni pajolera idea de lo que vamos a ver (práctica muy habitual la de llegar a la taquilla y decidir sobre la marcha lo que se va a ver en función de lo chulo que esté el poster y de lo que me contó mi amigo Paco) ni tampoco es saludable ir sabiendo "de pe a pa" todo lo que vas a visualizar en la pantalla. Pero nunca está de más conocer las opiniones de otras personas que ya han visto la película, porque en función de si les ha gustado o no y de sus razones te puedes hacer una idea más o menos clara de lo que vas a ver. Pero no te quedes con una, sino con muchas, porque nadie tiene en su poder la verdad absoluta. Dios salve a los blogs.

P.D: La foto del principio la hice en mi primer y reciente viaje a Madrid, en el que me quedé maravillado con los enormes carteles de los cines. No quedó muy bien pero tiene cierto valor sentimental y nostálgico...

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