18/8/15

Melodía inacabada

Poster Song OneFranny es una joven que regresa a casa tras conocer que su hermano ha tenido un accidente y está en coma. Enfadada consigo misma por haberse distanciado de él en los últimos años, acude a uno de los conciertos del cantante favorito de su hermano, una especie de Bon Iver al que acaba conociendo y con el que inicia una relación afectiva. Esta es la premisa de La vida en una canción (Song One), drama musical que supone tanto el debut en largo de la cortometrajista Kate Barker-Froyland como el de Anne Hathaway, que también la protagoniza, en tareas de producción. Una película con sello Sundance que a priori recuerda a la irlandesa Once, pero que en comparación sale perdiendo por mucho.

Song One2

La cara nocturna de Nueva York, con sus clubes, garitos, rascacielos, luces, cafeterías, estaciones de metro y demás, es el escenario perfecto de este idilio romántico en el que la música juega un papel crucial, ya sea para establecer vínculos, sanar corazones rotos o albergar esperanzas de que todo saldrá bien. Anne Hathaway se muestra tan entregada como de costumbre, cómoda en ese papel que tan bien se le da de “soy una borde pero tengo mi corazoncito”; sin embargo, su partenaire, Johnny Flynn, por muy bien que cante, anda muy cortito de carisma, y se muestra incapaz de aportar al personaje misterio, atractivo o algo que haga que nos interesemos por él y por el devenir de la relación que mantiene con la protagonista.

Song ONe

La banda sonora es correcta pero tampoco motiva a recuperarla después de ver la película, siendo la canción más memorable una pequeña improvisación, Afraid of Heights, que además resulta ser la única ocasión en la que Hathaway canta en toda la película, toda una decepción.  En definitiva, Song One es una pequeña película que tal vez llegue al corazón melancólico de algún espectador amante del folk moderno, pero a la que le falta chicha y encanto para seducir a su público objetivo y destacar dentro del género indie-musical.

5/10

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