17/11/12

O.C: Vive como quieras (1938)

Poster Vive como quieras¿De qué va?: Alice es la única persona con un poco de cordura en una familia llena de lunáticos. Alice se enamora de su jefe, Tony Kirby, cuya familia, por su parte, es todo lo contrario: son ricos y refinadamente cursis. Las diferencias entre el estilo de vida y la mentalidad de ambas familias se agudizan cuando los padres de él van a cenar a casa de ella, y la cena termina con la llegada de la policía y la detención de todos los presentes.

Reputación: Frank Capra dirigió You Can’t Take It With You (Vive como quieras) siguiendo un guión adaptado de una obra teatral de George S. Kaufman y Moss Hart, ganadora del premio Pulitzer, de la que había quedado maravillado cuando vi su representación en Broadway. Capra le dijo al productor Harry Cohn que sólo volvería a rodar para Columbia, estudio que le debía su creciente éxito gracias al taquillazo de Sucedió una noche, si adquirían los derechos cinematográficos de la obra. Se puede considerar como la primera gran película del actor James Stewart, quien al año siguiente repetiría con Frank Capra y su compañera de reparto Jean Arthur en Caballero sin espada. La película ganó los Oscar de mejor película y director; ésta sería la última estatuilla que ganaría Capra, quien ya había recibido dos, por Sucedió una noche y El secreto de Vivir. Vive como quieras también recibió nominaciones a mejor actriz de reparto (Spring Byington), guión original, fotografía, montaje y sonido.

Vive como quieras

Comentario: El contexto desde el que se ve una película siempre juega a favor o en contra de su valoración. Si vemos Vive como quieras con la mentalidad de siglo XXI  nos parecerá una película ingenua, buenrollista hasta la náusea y muy predecible. Pero si la vemos en el momento en el que se estrenó, con una América que aún estaba saliendo de la Gran Depresión, el sentimiento optimista y liberal que se apodera de toda la película y acaba venciendo al poder capitalista supone un auténtico soplo de aire fresco. Eso sí, peca un poco de moralista y extensa, algo por otra parte habitual en la filmografía de Capra. Particularmente, me quedo con la conmovedora escena del juicio en el que los numerosos amigos del abuelo e incluso el propio juez ponen dinero para pagar su multa ante la estupefacta mirada de los padres de James Stewart. Solidaridad colectiva al poder.

Próximo visionado: Sonrisas y lágrimas (1965)

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