27/7/08

Hasta el infinito y más allá


Christopher McCandeless fue un joven que con 22 años abandonó su vida acomodada para empezar una nueva como trotamundos, dejando apartada a su familia, de la que no se despidió y con la que nunca contactó.

Sean Penn, en su faceta como director y guionista, le honra en esta película de forma muy honesta, pues no intenta esconder los defectos del homenajeado, al que se le puede recriminar la falta de consideración que tuvo con sus padres, aunque el comportamiento de ellos no fuese modélico precisamente.


Aún así, es difícil odiar a Christopher, o como se hacía llamar en sus viajes, Alexander Supertramp, pues caerás rendido ante su espíritu libre y aventurero al igual que las personas que va encontrando en el camino, y esto se debe en gran parte a la interpretación de Emile Hirsch, que se consolida como uno de los actores jóvenes con más talento de la actualidad. El amplio elenco de sencundarios está a su nivel, aunque sobresale el veterano Hal Holbrook, pues protagoniza uno de los momentos más conmovedores de la película (merecida nominación al Oscar como mejor actor secundario), pero sería injusto olvidarse de Catherine Keener o de William Hurt por citar a algunos.


De entrada, Hacia rutas salvajes tiene el handicap de durar dos horas y media, y aunque puede que se le den más minutos de los necesarios a algún tiempo muerto, la película es un gran viaje de autodescubrimiento por territorio americano en el que destacan los paisajes naturales (excelente labor de fotografía), además de que acompaña una banda sonora acorde a lo que se está narrando. De lo mejorcito que he visto este año. Aventureros del mundo y soñadores inconformistas en general, no se la pueden perder.

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