26/4/20

O.C: El castillo en el cielo (1986)

¿De qué va?: La joven Sheeta intenta escapar de unos piratas que la retienen en un dirigible saltando al vacío, pero el joven piloto Pazu la salva en el último momento. Después, durante la accidentada persecución con los piratas, Sheeta confesará su verdadera identidad a Pazu: se trata de la descendiente de los soberanos de Laputa, una ciudad mítica situada en el aire. Ella es la única conocedora del secreto de ese místico lugar; un secreto que el jefe del ejército, el cruel Muska, intenta averiguar.

Reputación: Aunque Nausicaä del Valle del Viento (1984) llegó antes, El castillo en el cielo es la primera película del Studio Ghibli, puesto que se estrenó un año después de que se fundara en el verano de 1985. Hayao Miyazaki se inspiró en el armamento militar británico y alemán para diseñar la tecnología aérea que se muestra en la película, mientras que para los robots se inspiró en sí mismo; concretamente, en la criatura que aparecía al final de la segunda temporada de Lupin (1971), capítulo que había escrito y dirigido. La isla flotante de Laputa fue una localización de la novela Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, publicada en 1976. Miyazaki reconoció en varias entrevistas que desconocía que “la puta” significase lo que significa en español, y que de haberlo sabido, no lo habría usado. No es el único problema de traducción que tuvo el film: el nombre de la protagonista, Sheeta, tendría que haber sido Shita en inglés, pero Disney, que tenía los derechos de la película para Estados Unidos, mantuvo el nombre original por lo que significa ‘shit’ en inglés. Para el doblaje americano se contó con las voces de Mark Hamill, Anna Paquin y Mandy Patinkin.


Comentario: Es posible que El castillo en el cielo no haya sido tan encumbrada como otros títulos de Ghibli porque no tenga una iconografía tan característica como la de Mi vecino Totoro (1988), o por no haber dado el pelotazo en Occidente de El viaje de Chihiro (2001), pero eso no le quita que sea una muy disfrutable fantasía steampunk que reúne todas las virtudes por las que las películas del estudio nipón son admiradas en todo el mundo: gran capacidad de asombro, amplia imaginería visual, personajes entrañables (la familia pirata es lo más), mensaje ecológico, ser apta para toda la familia sin resultar bobalicona… En definitiva, una aventura con aroma a clásico que merece no ser únicamente rescatada por aquellos completistas que quieren verse toda la producción de la factoría Ghibli.

Próximo visionado: Pather Panchali. La canción del camino (1955)

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