8/4/20

O.C: El infierno del odio (1963)

¿De qué va?: En Yokohama, un malhechor secuestra a un niño, al que toma por el hijo de un industrial japonés. En realidad, se trata del hijo de su chófer, pero el secuestrador exige igualmente 30 millones de yenes por su liberación. El comisario Tokura se encarga de investigar el asunto.

Reputación: Basado en la novela King’s Ransom de Evan Hunter, este thriller japonés dirigido por Akira Kurosawa participó en el Festival de Venecia de 1963 y fue nominado al Globo de Oro a mejor película extranjera. El título original japonés es Tengoku to Jigoku, que significa literalmente “Cielo e infierno”. En Estados Unidos se rebautizó como High and Low (Alto y bajo), mientras que en España se decantaron por el poético título de El infierno del odio. Después de su estreno, aumentaron los secuestros en Japón. El propio director recibió amenazas de secuestro a su propia hija, Kazuko Kurosawa. Años después, esta comentó que su padre le había dicho que con la película “quería inspirar a que se fortaleciesen las penas por secuestros. Sin embargo, he sido criticado por incrementarlos”. Kurosawa fue el primero en insertar un detalle en color dentro de una película en blanco y negro, práctica que sería posteriormente imitada por otros realizadores como Francis Ford Coppola en Rumble Fish (1983) y Steven Spielberg en La lista de Schindler (1993). En 1999, Martin Scorsese anunció que dirigiría un remake escrito por David Mamet. Casi una década después, en 2008, Scorsese declaró que el proyecto seguía adelante, pero que solo haría labores de producción. No se ha vuelto a saber nada desde entonces.


Comentario: Como tantas otras películas de Kurosawa, El infierno del odio comienza como un cuento moral, en torno a un hombre que se enfrenta al dilema de si pagar o no una millonada por el rescate del hijo de su chófer; un dinero que justo iba a invertir en comprar una participación mayoritaria de su empresa que le daría el control sobre ella. Sin embargo, Kurosawa resuelve esto bastante pronto en la narración y pasa a centrarse en la investigación policial para dar caza al secuestrador. Esta parte recuerda bastante a Zodiac (2007) por la exposición pormenorizada de la búsqueda, el análisis de las pistas y los callejones sin salida. La narración se torna densa, pero es tan clara y limpia que se puede seguir la trama sin mucho quebradero de cabeza, aunque esta parte no resulta tan interesante como cuando el foco estaba puesto en el hombre ante la encrucijada. Aún así, sobrevolando tanto en el primer tramo como el segundo se encuentra la misma visión cruda hacia la profunda desigualdad social japonesa, y la envidia y el odio que genera el privilegio de clase.

Próximo visionado: Tarón y el caldero mágico (1985)

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