Dir.: Susanne Bier
Int.: Tom Hiddleston, Hugh Laurie, Olivia Colman, Tom Hollander, Elizabeth Debicki, David Harewood, Antonio de la Torre
Emisión: 2016, AMC
6 episodios
Misiles que se convierten en copas, collares de perlas y yates, tazas de té que se transforman en un bombardero, o una lujosa lámpara que al chocar contra el suelo deja una nube de humo como si de una bomba nuclear se tratase. La cabecera de El infiltrado (The Night Manager) representa de esta forma tan ingeniosa la relación de dependencia entre el mercado de la guerra y el tráfico de armas con el lujo y la riqueza, lo cual ejerce de trasfondo de esta miniserie de AMC basada en una novela del escritor de historias de espionaje por antonomasia, John le Carré, y que ha sido dirigida íntegramente por la cineasta danesa Susanne Bier.
El gerente de noche/infiltrado al que alude el título es Jonathan Pine, un exsoldado británico que, motivado por la venganza, acepta ser reclutado por una agente de los servicios de inteligencia, Angela Burr, para infiltrarse en el círculo íntimo de Richard Roper, un traficante de armas disfrazado de filántropo. Así, a lo largo de los seis episodios que dura la miniserie, somos testigos de cómo Pine se gana la confianza de Roper mientras viajan por el mundo moviendo el negocio del armamento ilegal, al tiempo que establece peligrosos lazos con la esposa de este y suscita sospechas y anhelos sexuales por igual de su mano derecha. Mientras tanto, en Inglaterra, Angela monitoriza sus movimientos y lidia con un sistema corrupto hasta la médula que no está dispuesto a que desenmascare a Roper.
El infiltrado tiene todos los ingredientes necesarios para crear una buena trama de espionaje: el héroe, el villano, la chica del villano, el matón, el secuaz avispado y temperamental, un móvil para la venganza, corruptelas, giros de guión, multiplicidad de localizaciones…. Cumple la papeleta, sí, pero ya está. No hay más. Sigue el manual del género al pie de la letra pero no hay nada en su desarrollo que se salga de lo ya visto, ni siquiera las supuestas sorpresas narrativas. Todo va según lo esperado y todos los personajes actúan tal y como se espera que actúen, y aún así, la incredulidad impera a lo largo de toda la miniserie, pues tanto la evolución del protagonista como la relación de éste con el antagonista no está lo suficientemente trabajada. Tom Hiddleston no brinda su mejor trabajo dando vida a un desdibujado espía de sempiterna sonrisa de ‘gentleman’, mientras que Hugh Laurie resulta un poco más creíble como el déspota traficante de armas. Sin embargo, son Olivia Colman, Tom Hollander y Elizabeth Debicki quienes componen unos personajes más ricos e interesantes que la dupla que protagoniza y produce la miniserie. También resulta curioso ver a Antonio de la Torre en su primer trabajo de habla inglesa; por suerte para él, no le ha tocado hacer de narcotraficante.
El infiltrado es entretenida y tiene empaque técnico y visual, pero carece de algo por lo que podamos recordarla el año que viene, salvo quizás su estupenda cabecera. Ni siquiera la dirección de Bier consigue imprimir un estilo diferenciado o característico a la producción, pues parece más un trabajo de encargo que la obra de una reputada y premiada directora europea. Pienso en London Spy, en su atmósfera y en su enfoque innovador y diferenciado del mundo del espionaje y El infiltrado pierde en comparación y sin miramientos. Tan correcta como desangelada, su desenlace no ha podido dejarme más indiferente, aunque puede que haberlo visto justo después del apoteósico final de la sexta temporada de Juego de tronos haya tenido algo que ver…
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