19/2/20

O.C: Querelle (1982)

¿De qué va?: La tripulación del Vengeur se prepara a celebrar su llegada en el puerto de Brest. Uno de los marineros, Querelle, no deja indiferente a los hombres. Una fascinación que podría revelarse peligrosa…

Reputación: Adaptación cinematográfica de la novela Querelle of Brest del escritor francés Jean Genet publicada en 1957. Según el biógrafo de Genet, Edmund White, Querelle iba a ser dirigida en un principio por Werner Schroeter, con guion de Burkhard Driest y producción de Dieter Schider. Sin embargo, Schider no logró encontrar financiación con Schroeter como director del proyecto, así que contactó con otros realizadores, como John Schlesinger y Sam Peckinpah, antes de quedarse con Rainer Werner Fassbinder. Schroeter quería hacer una película en blanco y negro con intérpretes amateur y en localizaciones reales, pero Fassbinder la rodó con actores profesionales y en estudio, con una fotografía de colores chillones y expresionistas. La película fue seleccionada para competir en el Festival de Venecia de 1982. Ese año, el León de Oro a mejor película fue a parar a El estado de las cosas (1982) de Wim Wenders. Sin embargo, el presidente del jurado, el director Marcel Carné, publicó un comunicado lamentándose de no haber conseguido convencer al resto de sus compañeros de premiar el film de Fassbinder. Durante sus tres primeras semanas de exhibición en París, se vendieron más de 100.000 entradas, siendo la primera película con una temática gay tan prominente en convertirse en un éxito de taquilla. Su estreno se produjo semanas después de la muerte de Fassbinder, que murió en junio de 1982 por una sobredosis de cocaína y barbitúricos.



Comentario: ¿Es Querelle la película más gay de la historia? Méritos no le faltan: columnas y demás utilería con evidentes formas fálicas, despertares homosexuales, marineros sudorosos, mucho cuero, sodomización, una mariliendre decrépita… No me termina de convencer la sobreimpresión de textos que introduce Fassbinder de vez en cuando, y puede que ese deliberado aspecto teatral, hiperbólico y de cartón piedra sea una distracción del trasfondo cruel y trágico de la historia, pero lo cierto es que Querelle funciona. Aunque a veces roce el ridículo, transmite perfectamente el deseo, la excitación, el peligro y la desesperación de las almas en pena que pueblan ese puerto cargado de homoerotismo onírico.

Próximo visionado: ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964)

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