22/4/15

O.C: Umberto D. (1952)

Poster Umberto D¿De qué va?: Umberto Domenico Ferrari es un jubilado que intenta sobrevivir con su miserable subsidio de funcionario. Sumido en la pobreza, vive en una pensión, cuya propietaria ansía echarlo porque no consigue reunir el dinero necesario para pagar el alquiler de la habitación. Los únicos amigos que le quedan son una joven criada y sobre todo su perro Flike.

Reputación: Umberto D. forma parte de la trilogía neorrealista de Vittorio De Sica, de la que también forman parte Ladrón de bicicletas (1948) y Milagro en Milán (1951). También fue una de las numerosas y fructíferas colaboraciones que mantuvo el cineasta con el guionista Cesare Zavattini. Juntos, escribieron el guión inspirándose en el padre de De Sica, quien también pasó graves apuros económicos cuando se jubiló; la película está dedicada a él y fue nominada al Oscar en la categoría de mejor guión. De Sica confió en el proyecto desde el principio a pesar de las reticencias de su productor, Angelo Rizzoli, que prefería que rodase Don Camilo, filme que acabaría dirigiendo Julien Duvivier, y de las numerosas críticas que le llovieron en Italia, incluidas las del subsecretario de la Presidencia del Consejo, Giulio Andreotti, y, quizás ese fue uno de los motivos por los que la película fue un fracaso de taquilla. Carlo Battisti, que interpreta a Umberto, no era un actor profesional, sino un profesor de gramática comparada de la Universidad de Florencia. Conoció a De Sica en una conferencia en Roma y nunca volvió a trabajar en el cine. La joven que encarna a la sirvienta, Maria Pia Casilio, también era debutante pero sí se labró una carrera cinematográfica.

Umberto D.

Comentario: Umberto D. no alcanzó la notoriedad de Ladrón de bicicletas pero lo tiene todo para ser una obra transcendental. Para empezar, innovación, pues tal y como se recoge en el libro Qué es el cine de André Bazin, la película supuso la irrupción de un cine auténticamente realista en cuanto al tiempo, albergando varias escenas en las que no pasa nada crucial para el argumento, pero que se subdividen en micro-momentos con gran carga dramática, como aquella en la que la criada se levanta por la mañana y empieza a hacer sus tareas. Seguimos con su vigencia atemporal y colectiva, puesto que trata un tema (la precariedad económica de las persones mayores) que nos puede afectar a todos en mayor o menor medida y que en los últimos años ha vuelto a la la primera línea debido a los desahucios y los vaivenes de las pensiones que se han producido en España. Y por último, por la sensibilidad y emoción genuinas que despierta el personaje de Umberto y las tragicómicas calamidades que atraviesa para poder sobrevivir. Un anciano abandonado a su suerte cuyo perro ejerce de mejor amigo, compañía y salvación. En definitiva, una película genuinamente conmovedora e imprescindible.

Próximo visionado: Mad Max, salvajes de autopista (1979)

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